Jorge Lanata iniciará un megaproyecto en Internet a escala regional

mayo 24, 2015

Volver antes de irse

Por Pablo Sirvén.

 

 

Diecisiete comprimidos, más insulina, más la mascarilla para la apnea nocturna. Esa es la actual dieta clínica diaria de Jorge Lanata. Sin embargo, el periodista más célebre de la Argentina se siente aliviado y con más tiempo, liberado de las kilométricas sesiones de diálisis, tras el exitoso trasplante de riñón que protagonizó semanas atrás.

Pero el Lanata público, lejos de amilanarse por sus delicados temas de salud, arremetió como nunca con sus trabajos ni bien dejó el quirófano. Volvió enseguida a la radio -lo escucha más de la mitad de la audiencia- y en una semana estará de regreso en la pantalla de El Trece, con un PPT recargado, repleto de novedades.

Pero Lanata no se duerme en los laureles que supo conseguir: está por dar un nuevo triple salto mortal. El año que viene su carrera dará un vuelco profundo. Mala noticia para sus fans: no hará ni radio ni TV (a lo sumo, algunos pocos especiales), porque se zambullirá de lleno en un muy ambicioso megaproyecto en Internet a escala regional que lo llevará a pasar mucho tiempo en Miami.

¿Cansa ser Lanata?

A veces sí. El nivel de exposición es muy grande. Pero no es justo quejarse de ese valor agregado. Primero porque hago un laburo público y después porque la gente tiene una onda increíble. Pero sigo siendo un extranjero en muchos lugares. Viví en toda la ciudad, aunque sigo siendo un pibe de Sarandí, un tipo del Sur, desapegado, un exiliado.

¿Tuviste la idea de que te podías morir en la operación?

Le escribí una carta a Sara [su esposa], pero que no era exactamente de despedida, de «me voy a morir, gracias por todo».

¿Creés en algo más allá de la vida?

Creo que hay un orden, pero no sé cuál es. Conocemos muy poco de lo que pasa. Hay miles de millones de estrellas. Creo en eso. ¿Es Dios? No me importa mucho cómo se llame.

No parecés un tipo que tenga demasiado miedo a la muerte.

El miedo a la muerte no me paraliza. Le temo a otras cosas: por ejemplo, cuando escribo o digo algo quiero que se entienda. También tengo miedo a hacer un papelón de manera irreversible. Y a las películas de terror.

¿No le tenés miedo a la muerte o te sentís omnipotente?

No siento que me vaya a pasar nada malo. Capaz es omnipotencia, realmente no lo sé. Uno deja de ser inmortal a los 40. A esa edad te das cuenta de que te vas a morir. Igual yo salí de la operación con la necesidad de pasarla mejor, que es insólita en mí. Puede sonar frívolo, pero hasta quiero estar en lugares más lindos, hacer cosas que me gusten, no quiero pasarla mal. Y como, de alguna manera, viví todo esto como un renacimiento, me enganché con un proyecto nuevo para el año que viene que es como empezar de vuelta.

Es una constante en tu vida: sos un gran abridor de cosas.

Es mi vida, es cierto. Siempre estoy buscando cosas. Pero también sé que tengo menos tiempo. Es distinto cuando hacés un proyecto a los 54 que cuando lo hacés a los 26. Nunca había pensado en mi vida después de los 50. Y eso a mí me cambió mucho el punto de vista.

 
Foto: LA NACION / Ignacio Coló

¿Y qué estás tramando?

Estoy pensando en un laburo bastante grande en Internet, pero no sólo para la Argentina. Creo que la época dicta que sea más regional, pero no con base acá.

¿Miami?

Sí.

¿Te vas o vas a ir y venir?

Es difícil decirlo porque a la vez yo arreglé para hacer acá unos especiales el año que viene con el canal. Miami nos conviene porque es un lugar estratégico y el proyecto está dirigido a América latina y a Estados Unidos.

¿En qué consiste?

Creo que hay que reinventar Internet. Lo que hoy sale es una copia de lo viejo en lo nuevo. Hay que replantear todo. Estoy como en los años de Página/12 cuando queríamos definir un nuevo diario. Ahora quiero definir por lo menos qué es Internet para mí y desde cero. Estamos laburando con Martín Varsavsky y con el grupo alemán Axel Springer. También va a estar Marcelo Figueiras, de laboratorios Richmond, y estamos en el medio de una conversación con un fondo en Miami, también vinculado con la Argentina.

¿Es una revancha por el fracaso de Data 54?

No, no, yo no vivo esto como una revancha. Cada cosa pasa en una época y por algo. No tengo cuentas pendientes con nadie. Es perder el tiempo. No miro para atrás, sino para adelante. Después de la imprenta, Internet es el elemento más democratizador que se inventó, pero todavía tiene que evolucionar muchísimo. Quiero ver si puedo meterme en esa evolución. Es un proyecto que involucra a 250 personas. Después es a suerte y verdad, te va bien o te va mal. A mí no me asusta competir, tampoco fracasar. Lo que quiero es sentir el proyecto. Si lo puedo llevar adelante, allá voy. Me juego a eso.

También parece una manera de curarte en salud poniendo distancia por lo que pueda suceder aquí después del 10 de diciembre de 2015.

Yo no desaparezco de acá para nada.

Pero estás cambiando tu trabajo actual: la radio, la TV, por el nuevo proyecto.

Mi relación con el Grupo Clarín es buena. No sé si no va a participar aunque sea en una parte pequeña de esto. Me gustaría porque tenemos una buena relación y laburan bien conmigo y yo con ellos. Acá voy a dejar una redacción de treinta y pico a cuarenta personas.

¿Y PPT?

Ya hace mucho que quería dejar de hacer PPT. Para mí éste es el último año, sin duda. Todavía me divierte hacerlo, pero ya está. Quiero hacer otras cosas. Si no sale lo de Internet, haré una película o no sé qué.

Hacés al revés que Tinelli.

. que hace veintipico de años conduce ShowMatch. A mí me aburre y eso que Tinelli es muy intuitivo y lo ha ido cambiando, pero es cierto que no evolucionó el formato.

La mayoría de la gente se aferra a lo que le funciona.

Claro, pero es muy aburrido vivir así. Por lo menos para mí. El desafío es entender lo que estás haciendo. Por ejemplo, un programa no sabés cómo es, se va perfilando y en algún momento es. Cuando es y lo conocés, ya está, ya lo hiciste, pierde interés. Voy a tratar de hacer algo mejor, distinto o que me interese más a mí. No tengo por qué seguir haciendo lo mismo. Me aburre. Pero tampoco soy un dandy que se aburre y se va.

No sos un Repetto, con sus años sabáticos.

No.

Estamos quedando bien con todos.

Jaja, pero es cierto.

Te vas a Miami: ¿por qué no hacés Loft de vuelta, como Repetto, y en la apertura manejás un auto descapotable rodeado de chicas?

¡¡¡No!!! Ese programa fue un delirio. Nada que ver. Me voy a laburar, boludo.

 
Foto: LA NACION 
 

Vayamos a lo político: el 10 de diciembre cambian las autoridades. Tanto gane Scioli como Macri o Massa va a haber un replanteo político en los medios también.

Sí, una tregua social durante la cual todo el mundo, incluido la oposición, trata de darle tiempo al que llega como para que haga algo.

¿Y qué hace Lanata en un momento así?

Depende, porque en su momento, la primera denuncia a Kirchner por corrupción la hicimos en cuanto asumió. ¿Te acordás? Fue a Juan González Gaviola, el interventor en el PAMI, que es la que a mí me saca de América. El Gobierno empezó haciendo un desastre y lo contamos. Pero sí, hay un consenso social en no destrozar al tipo que llega. OK, coincidirá con eso mi nuevo proyecto. En buena hora.

La pregunta no era tanto sobre vos posicionado frente a un nuevo gobierno, sino vos ante tus actuales empleadores en esas circunstancias.

Pero yo podría hacer millones de cosas en Clarín, lo que pasa es que nunca las propuse. Puedo escribir, hacer reportajes, cualquier cosa. Lo mismo en el canal. Pero mi prioridad de laburo será ver si sale lo de Internet. Si no sale, veré. Tengo una propuesta de Adrián Suar para hacer tele todos los días el año que viene.

¿Qué va a tener PPT este año?

Estamos pensando algunas cosas de humor, con imitaciones muy puntuales, pero no va a haber sketches. El monólogo sigue, hubo un cambio total en la escenografía, vamos a meter algún concurso tipo Feliz domingo, pero con políticos. Veremos si los candidatos se animan a un concurso de cultura general. Estamos con dos o tres investigaciones fuertes a punto de sacarlas y abriremos con algo nuevo de Nisman.

¿Cuál es el secreto de PPT? Hay siempre como un gran envoltorio de entretenimiento y sólo en el fondo de la noche se presenta una cosa muy seria.

Esa combinación es el traslado a la televisión de una cosa en la que laburamos porque nuestros envoltorios siempre fueron vistosos con moños lindos y lo que había adentro era una bomba. Eso es así desde Página. Las tapas eran republicitarias, pero a veces el contenido era heavy. Y acá es lo mismo, pero trasladado a la TV.

 
Foto: LA NACION / Ignacio Coló

¿Cuál sería la fórmula?

No hay que ser peyorativo con lo entretenido. Entretener es nuestra obligación profesional. Vos y yo estamos tratando de mantener una conversación entretenida para que el que lea no se aburra. ¿Cómo no vas a pensar en eso? Ahora, si yo traigo diez enanos y los pateo también estoy entreteniendo, pero de una manera bastarda. Me gusta entretener de manera inteligente, con sentido del humor, con crítica, con lo que sea. No quiero que la gente se aburra al mirarme. Si se aburre, no estoy cumpliendo con mi laburo. Me tengo que adaptar a cómo es la gente. Después trato de subir el nivel, de no hablar de boludeces, de ser útil en muchas cosas. Pero es muy importante que la gente se entretenga mirando. Yo hago 15, 18 puntos, y hasta una vez superé los 30, ¿no? Bueno, pero yo querría hacer 50 y si no los hago, es porque no me sale, pero no es que no quiera. A mí me gustaría que los domingos a la noche esté todo el mundo en la casa mirando PPT.

¿Sos el showman de la noticia?

En el código argentino, lo siento peyorativo, pero los yanquis hablan de show, no de programa periodístico.

En los 90 eras igual que ahora, pero con menos producción y sin repercusión.

Es muy raro lo que pasó. Eso nos pasaba mucho en Día D y ahora no, porque es la primera vez en mi carrera que no tengo los diarios en contra. Pero no quiero ser injusto: la primera revista de la cual yo fui tapa fue en la de LA NACIÓN cuando empezaba en la TV. También es cierto que hacíamos mil notas y hasta que atravesaban la muralla de los diarios había que tener un cadáver en el medio de la calle. Hasta ese momento los diarios no las levantaban. Pero ahora los diarios están a favor. También fue raro estar ocho años fuera de la televisión en los que fui más veces tapa de revista que estando en Día D.

¿Vos y Clarín no deberían agradecerle al kirchnerismo que haya logrado juntarlos?

De alguna manera, sí. Por eso lo vivieron de la manera que lo vivieron y por eso también no me lo perdonan. No esperaban que eso pasara. Pero si a vos te arrinconan, y ya no tenés adónde ir, vas a ese lugar. Fuimos dos arrinconados en circunstancias distintas porque ellos tienen mucha plata y yo no. Ahí tengo que decir para ser justo también que eran muchos más los prejuicios que yo tenía hacia ellos que de ellos hacia mí, porque a mí me han tratado con mucho respeto y muy bien realmente en todos los medios del grupo.

¿Serías político?

No.

 
Foto: LA NACION / Ignacio Coló

Pero en algún momento Elisa Carrió te ofreció una candidatura para jefe de gobierno en la ciudad.

Sí, en ese momento lo discutí con un grupo de gente, con mi secretaria, con Martín Caparrós, creo que también estaba Gabriel Cavallo y mi mujer, claro.

No te cerraban las cuentas.

¡En principio no me alcanzaba el sueldo! Había que salir a manguear a alguien y ya era un quilombo. Pero aparte somos muy vulnerables para hacer política. Imaginate que fuera jefe de gobierno, arman un quilombo en un hospital, matan a un bebe y yo duro una semana en el poder. Tienen 40 millones de maneras de cagarte. Pero aparte no es lo que me interesa a mí. Yo estoy en un lugar donde quise estar toda la vida. Que nadie me rompa las pelotas y pueda laburar tranquilo. Y en ese lugar estoy como hace diez años y cada vez más. ¿Para qué me voy a complicar con eso si aparte creo que ya soy útil para la sociedad? No es que no me quiera comprometer. Hago un tipo de laburo muy comprometido.

Vos opinás fuerte, ocupás un lugar único, distinto al del resto de los periodistas.

No sé si está bien eso, pero lo hago porque tengo esa pelea hace mucho entre ser persona y ser periodista. Hay un punto de este laburo en que uno lo hace, va a sonar muy pretencioso, para hacer justicia. Por lo menos a mí eso me moviliza mucho.

Finalmente, entonces, ocupás un lugar político.

Sí, sí. Hoy yo me preguntaba por qué la oposición no pide un examen psiquiátrico a Cristina ya que quieren hacérselo a Fayt. De hecho hay más datos objetivos para pedírselo a Cristina por sus enfermedades, las operaciones y todo lo demás que a Fayt. Tampoco me quiero transformar en un opinator, pero a veces cuando estoy caliente me sale eso.

Siempre tuviste un costado de rockstar, corrido de los lugares habituales.

Jaja, puede ser. A lo largo de mi carrera traté de ganar libertad. Libertad de cabeza a la hora de opinar. No soporto que el Inadi me quiera obligar a decir si un travesti es verde, amarillo o azul. No quiero que me callen. Entonces pido libertad para pensar y para laburar, para replantear Internet o para pedir el examen psiquiátrico de Cristina. Para mí en algún punto es lo mismo.

Si vos, como lo hizo el joven radical K Leandro Santoro, cruzaras de vereda, ¿el kirchnerismo te recibiría con los brazos abiertos?

Sí, sin duda, si los tipos no tienen ningún escrúpulo. Por supuesto, claro que sí. No les importa, si muchos de ellos eran menemistas. Si yo les conviniera por el motivo que fuera, sí. Yo gano guita desde hace muchos años porque me fue bien. Ahora, ¿vos no pensás que si fuera kirchnerista ganaría más? Preguntale a Gvirtz o a Szpolski.

¿Qué va a quedar de la grieta?

Fue gracioso. Yo empecé a hablar de la grieta cuando la negaban y ahora todos hablan de ella. Se incorporó al lenguaje. La grieta es lo peor que nos pasa, va a trascender al kirchnerismo y a este gobierno porque dejó de ser algo político y ya es cultural. Es una cagada que haya pasado, pero existe. Hay maneras de pensamiento lateral que el Gobierno impuso que son superenfermas. Es una paradoja que el Gobierno que, supuestamente defiende la memoria, tenga olvidos selectivos. Hay una cosa de cultura de prontuario que es una porquería. Aparte es ridícula la idea de la compensación, que si decís algo malo del Gobierno tenés que decir también lo bueno que hizo. ¿Y si te digo nada? ¿Qué importa lo que hizo bien? Yo te quiero hablar sólo de lo que hizo mal. No tengo por qué hablar de lo que hizo bien, como si eso validara lo que hizo mal. Es ridículo. Es un pensamiento bastante tonto.

Sos bueno para ganar guita para vos, pero no sos buen empresario.

No sirvo. En toda organización hay una pelea natural entre los que ponen la plata y los que hacen el producto. El que pone la plata piensa que los que hacen el producto gastan demasiado y los que hacen el producto piensan que es poca la plata que ponen. Esa dialéctica es muy difícil. Yo siempre estuve en el medio de esas dos partes. Porque yo era el director que tenía que decir que no por un lado y pelear por el otro. Siempre tuve un rol jodido con eso. Para mí es más importante el producto que lo otro. Por eso no soy buen empresario.

¿El trabajo se te convirtió en tu nueva adicción?

Laburo mucho, leo y estoy bastante en la Red, pero no lo vivo como un laburo. Me levanto muy temprano, porque ahora me está drenando la herida y viene una enfermera a las 6.30 de la mañana. Y ya a las 8 y pico me voy para la radio. Me acuesto a las 11. No duermo mucho.

¿Cómo anda tu costado compulsivo?

Cuando me gusta o me interesa algo me pongo a full, estudio y me dedico a eso. Yo tiendo a ser compulsivo y adictivo, las dos cosas. No soy turista, hay gente turista en la vida.

¿Qué vendría a ser turista en la vida?

Turista es el tipo que se droga sábado y domingo. Cuando yo me drogaba, me drogaba; cuando la dejé, la dejé y no hay posibilidad que me vuelva a drogar. Doy este ejemplo que es medio brutal para que se entienda. Nunca estoy a medias.

1960

Nació en Mar del Plata. Cuando tenía 7 años, su madre quedó postrada luego de una operación cerebral por un cáncer

1987

Fundó el diario Página/12 y desde aquel momento inició una exitosa y controvertida carrera

1990

Publicó su primer libro de relatos, Polaroid. Desde entonces editó otros once

2004

Estrenó Deuda, un documental sobre la deuda externa. Así inició también una carrera en este género

2008

Lino Patalano le propuso hacer teatro de revista, y aceptó. El 24 de octubre de ese año estrenó La rotativa del Maipo

2012

Comenzó en El Trece el ciclo Periodismo para Todos, PPT. En los 90 había estado al frente de Día D

2015

El 28 de marzo se sometió a un trasplante de riñón con donante vivo, que le devolverá calidad de vida

El futuro

A largo plazo, Lanata imagina un futuro fuera de los medios. «Es mi fantasía -dice-. En algún momento debería hacerlo para escribir tranquilo y en serio. Y para eso tenés que estar afuera de los medios, que te hacen pensar que son importantes cosas que no lo son. Espero en algún momento tener una vida más real, menos eléctrica y más profunda».

Fuente: La Nación, 24/05/15.

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Los jóvenes con más de 90 años

mayo 23, 2015

Tienen más de 90, estudian, entrenan hablan por Skype y viajan por el mundo

Por Gisele Sousa Dias.

En el país hay más de 130.000 “noventones”. Para ellos, la edad no cuenta. Les importa creer que pueden. Las historias de cinco mayores con proyectos.

longevidad-02Tenemos instalada la idea de que hay una edad en la que la gente dura, no vive. Que alguien de más de 90 años es, en el mejor de los casos, sólo el recuerdo de una mente que funcionó, de un cuerpo que fue productivo, de una memoria que fue veloz. Sin embargo, a medida que la esperanza de vida crece, es cada vez más usual encontrarse con personas longevas que siguen activas y que no están sentadas en una mecedora esperando su muerte: ancianos que no parecen lo que imaginamos por ancianos, y que viajan, usan la tecnología, estudian y hacen deportes, tanto o más, que muchos jóvenes. Estos son, entonces, los nuevos “jóvenes ancianos” que cuentan cómo son sus vidas después de los 90 y cuáles son sus próximos proyectos.

Elda Pavetti, 91 años
Tenía 83 años cuando decidió anotarse en la universidad para estudiar Derecho. “Ya tengo 10 materias aprobadas pero nunca estudié con la intención de recibirme sino para ocupar el tiempo. Hace 15 años quedé viuda y la soledad, a ciertas horas, se hace pesada”, cuenta ella, desde su casa en Santa Fe.
Pero hace tres años, Elda tuvo cáncer de colon y los médicos le recomendaron dejar los estudios por temor a que la presión de rendir exámenes le jugara en contra. “Pero yo me operé, me hice quimio y volví. Ahora estudio 4 o 5 horas por día: es bastante, es que a esta edad no es tan fácil retener”, dice ella, que ya tiene 91 años. “Lo gracioso es que ahora estoy estudiando casi a escondidas de mi hija: a veces los demás creen que la presión me hace mal pero al contrario: esos desafíos me mantiene viva”, sonríe.
¿Por qué ella puede y muchos otros “noventones” no? “Creo que la edad no es lo importante: lo importante es creer que podés, y yo estoy convencida de que puedo”, dice a Clarín. Hoy es una mujer que, en contra del estereotipo de los mayores y su enemistad con la tecnología, habla por Skype con sus nietos, manda mails y chatea.
Elda es una de las casi 130.000 personas que, según el último censo, tienen más de 90 años. Son cada vez más porque la esperanza de vida viene creciendo (en los últimos 25 años, aumentó 3 años la cantidad de tiempo que vivimos). Y su carácter de “noventona” la hizo superar incluso la barrera que dice que las mujeres argentinas viven, en promedio, hasta los 79 años y los hombres hasta los 72.

Efraín Wachs, 97 años
El también superó todos los promedios: cumplió 97 años en marzo y, la semana pasada, participó en tres jornadas de atletismo para adultos mayores. Wachs retornó a su hogar, en Tucumán, con 6 nuevas medallas que agregó a las que obtuvo desde que empezó a dedicarse al atletismo, a los 80 años.
Hasta entonces, el único deporte que practicaba era el ajedrez, pero este juego le quitaba tiempo a su trabajo de contador (todavía hoy atiende profesionalmente). Así, decidió cambiarlo por una actividad que le permitiera contrarrestar los efectos del envejecimiento. Tres veces por semana, Wachs atiende a un centenar de seguidores, de entre 60 y 90 años, a quienes anima y entrena para correr 10 kilómetros por semana. Y todavía tiene sueños pendientes. “Mi sueño es participar el año próximo en las Olimpíadas de Francia, a los 99 en las de Australia y a los 100 en las de Corea de Sur”.

Elvira Laje, 99 años
Vive en Villa Crespo, ayer cumplió 99 años y encontró, en el Hogar al que va cada día, una conexión con su adolescencia. “Es como ir al colegio, pero casi a los 100 años: veo a mis amigas, bailamos, hacemos teatro, pintura, música”, cuenta. Habla del Hogar de día N°9, en Paraguay 5170, al que pueden ir los adultos mayores de 60 años. No vivir aislada fue la receta para vivir más y bien. Elvira lee, sin lentes, biografías y diarios, limpia su casa (“menos los vidrios, porque no llego”), se cocina, hace sus compras, se lava la ropa a mano. “La gente más joven me ve en la calle y me dice ‘no puedo creer como se agacha, señora’. Yo creo que si uno está alegre puede hacer cualquier cosa”. Es que mantenerse en actividad parece ser la clave: esta semana se supo que, en España, hay una candidata a concejala para las elecciones municipales que tiene 97 años. También se supo que, en Estados Unidos, un hombre de 94 años que empezó a estudiar en 1939 acaba de recibirse de Licenciado en Artes.

Aída Franciosi, 100 años
Aída Franciosi, “Amel” para sus familiares y amigos, pide que no le saquen fotos “porque cuando las veo, no me reconozco”. Fue docente, directora, profesora de piano, administrativa del Correo, y secretaria de una parroquia. En septiembre cumplirá 101 años y todavía sigue moviendo la mente: “Leo el diario, hago crucigramas, leo libros, aunque tengo un problema en el oído que me aísla un poco”, dice esta cordobesa que tiene cuatro nietas y nueve bisnietos. Sin embargo, conversar con ella no es un problema: en los eventos familiares Amel mantiene largas charlas, sólo hay que acercarse un poco para que pueda escuchar bien.

Artin Elmayan, 98 años
Es armenio, tiene 98 años, es socio vitalicio de River y entrena tenis tres veces por semana: “Juego con muchachitos de 70, 75 años”, se ríe. “A veces están peor que yo, es increíble”, observa, y deja claro que la vejez no es una cuestión de edad. Después, va al gimnasio a hacer aparatos: “Es que a esta edad la artrosis no perdona, hay que activar los músculos, sino se quedan dormidos”, cuenta mientras entrena.
Artin, que durante 56 años estuvo a cargo de una fábrica de uniformes de colegio, se jubiló con una idea: “Ahora estoy de vacaciones de la vida. Me junto con amigos a conversar, leo el diario, miro documentales científicos, leo algún libro sobre temas edificantes y cuido a mi novia”, dice. Su “novia” es una mujer de 91 años con la que se casó en 1942. “Hace poco fui a Armenia. Ahora tengo ganas de hacer otro viaje, me gustaría ver Florencia, París, Grecia, lo estoy planeando, quiero ir a ver arte. Toda esa actividad te enriquece: yo, si pudiera, hoy aprendería chino”. Esa parece ser entonces la receta: tener proyectos, porque es eso lo que da sentido a la frase “estar vivos”.

—Colaboraron: Rubén Elsinger (Tucumán) y Gustavo Molina (Córdoba)

Fuente: Clarín, 23/05/15.

Más información:

La clave de la longevidad

Más allá de los 60 años, una renovada juventud

¿Cuál es su secreto, doctor Fayt?

No hay edad para la Juventud o la Vejez

 

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Psicofísico para todos y todas

mayo 11, 2015

Psicofísico para todos (y todas)

Por Alejandro Borensztein.

Alejandro Borensztein

Dicen los científicos que a partir de los 14 años de edad las neuronas comienzan a morirse a un ritmo de tres millones y medio por año, y no se reemplazan nunca más.

O sea que un tipo de 97 años, ya ha perdido unos 290 millones de neuronas.

Esta es la cuenta que debe haber hecho el Jefe de Gabinete y reconocido doctor en Neurología Aníbal Fernández, para afirmar que el Juez de la Corte Carlos Fayt, que ya cumplió 97 años, «podría estar incurriendo en mal desempeño como consecuencia de la posible disminución de su capacidad en virtud de su avanzada edad».

Del mismo ateneo participaron la neuróbióloga y jefa del bloque de diputados Juliana Di Tullio y el neurocirujano Carlos Kunkel, famoso porque en sus años mozos, en lugar de usar el bisturí, te trepanaba el marulo con una 9 milímetros.

Para confirmar el diagnóstico, estas eminencias médicas reclamaron que el Juez Fayt salga a la calle y demuestre que está hecho un pibe.

Con el tornillo que hace, apuestan a que el hombre se agarre una pulmonía, se quede seco en la vereda y luego así poder intentar el asalto final a la Corte, que es el único plan que les queda para tratar de zafar del quilombo que se les viene encima. En realidad, antes que tratar de manipular a la Justicia, era más fácil portarse bien en la vida y evitarse problemas, pero… son kirchneristas.

La maniobra no es tan simple. La historia demuestra que estas cosas, al gobierno suelen salirle mal. De los creadores de «tienen 90 días para buscarse otra empresa porque Fibertel no existe más» (Julio De Vido, agosto de 2010) ahora llega un nuevo éxito: «el país necesita una Corte más amplia».

¿Es la eventual falta de lucidez del Doctor Fayt lo que realmente preocupa al gobierno? No lo creo. Si el juez, con sus 97 años, saliera al balcón en calzoncillos con un Fernet en la mano, gritando que Boudou actuó de buena fe, que lo de Hotesur es un pequeño error del contador, que el kirchnerismo nunca cometió abusos de poder, que lo de Irán estuvo fenómeno y que el gobierno no le hizo nada malo a Nisman, nadie lo estaría cuestionando. Pero no es el caso.

El problema es que este Juez se niega a entrar en razones y es muy difícil apretar a un tipo de 97 años. No pudieron ni Milani, ni Stiuso, ni Parrilli, ni ninguna otra figura de la inteligencia kirchnerista. Ni siquiera Orlando Barone.

Además, se sabe que el paso de los años no siempre significa menor capacidad de producción o entendimiento. Al contrario. El gran arquitecto brasileño Oscar Niemeyer trabajó hasta los 102 años (murió a los 104) y nuestro gran Mario Roberto Álvarez lo hizo hasta los 98 años. Mi maestro y jefe Clorindo Testa siguió en su estudio hasta los 91. Si prefieren no hablar de arquitectos, mi querido abogado, consultor y guía Don Bautista Kuyumdjian sigue derrochando sabiduría con sus 95 años, todo un ejemplo de vida. Y no son los únicos.

La edad puede significar poco y nada a la hora de evaluar la integridad y capacidad de una persona. Con una mano en el corazón ¿Quién cree usted que tiene mejores neuronas, Fayt o Capitanich? Para tratar de humillar al juez, el gobierno ha pedido que le hagan un examen psicofísico. Caramba. Qué idea peligrosa. Esta gente siempre metiéndose en problemas. Pedir un psicofísico para ver si un funcionario está apto puede llegar a ser un gravísimo error. ¿Y si la idea prende?Cuánto tiempo tardaría en aparecer un pícaro que diga «vamos a hacerle el psicofísico a Timerman, a ver qué pasa». Una catástrofe.

¿Se imaginan la escena de un tordo interrogando al ministro de Economía? «Dígame Axel, cuántos pobres hay en el país?». Y el tipo contestando, como el mes pasado: «No sé, ni me interesa». Chau Kicillof. Lo declararían no apto ahí mismo. ¿Se imaginan a Moreno cara a cara con el psicólogo? «Discúlpeme Moreno, cuánto es la inflación?» Mucho antes de que el Guille saque el chumbo y conteste 9%, le pondrían un chaleco de fuerza y a otra cosa.

Los resultados podrían ser devastadores. Tal vez, descubriríamos que Boudou todavía tiene muchas neuronas, y en muy buen estado. ¡¡Pero todas a nombre de Vanderfrula!!

Por eso creo que el gobierno no debería fogonear semejante idea. A menos que quieran usar los psicofísicos para chequear reservadamente la estabilidad emocional de alguno de sus propios cuadros. Por ejemplo, el estado mental del tipo que dijo, «Che tengo una idea, ¿y si ponemos de compañero de fórmula de Recalde al militante radical Santoro?». «Dale» dijo otro, y ahí pusieron de candidato a Vicejefe de la Ciudad de Buenos Aires por el kirchnerismo a un tipo que escribió los siguientes tweets (anoten que no es chiste):

«La diferencia que hay entre Néstor y Cristina es la diferencia que hay entre la bolsa de Miceli y los bolsos de Lázaro» (opus 65, el 31/7/2013).

«Ahora entiendo para que querían avanzar con la justicia los K! Le querían manotear la balanza para pesar la guita q se chorean!!» (opus 48, 15/4/2013).

«Cristina no tiene que morirse para ser billete, lo puede hacer ahora con Bolodou» (opus 26, el 26/7/2012).

Y hay muchos más. El de la Presidenta y Bergoglio, no lo cuento por pudor. ¿Como se justificó el tipo? Dijo que tenía bronca porque estaba celoso de lo bueno que era el kirchnerismo. ¡¡Un genio!!!

Contrariamente a lo que muchos piensan, el psicofísico de los estrategas electorales del FPV demostraría que son muy inteligentes. Pusieron en la fórmula a uno que hace años viene insultado al gobierno. Una idea genial del kirchnerismo porteño: salen a buscar el voto opositor porque con el voto oficialista les fue como el orto.

De todos modos, y como siempre le digo, amigo lector, lo importante no es el psicofísico de los que están sino de los que vienen. Estos ñatos no sólo ya se fueron sino que además no necesitamos ningún estudio para saber cómo tienen la cabeza. Si quieren, pidamos un test para cada uno de los candidatos. Aún así, no estoy seguro de que los resultados sirvan para algo.

Lilita Carrió también es candidata y anda diciendo que la Presidenta quiere llevarse puesta a la Corte, que quieren llenarla de jueces propios, que necesitan tapar sus negociados, que Aníbal es el capo de los narcos, que De Vido y los Kerner son socios y ladrones y, por si faltara algo, que a Nisman lo mandó a matar el gobierno.

Mejor no hagamos psicofísicos. No sea cosa que descubramos que Lilita, de loca, no tiene nada.

Fuente: Clarín, 10/05/15.

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La ofensiva K, con sello hegemónico

mayo 11, 2015

La ofensiva K, con sello hegemónico

Por Eduardo Aulicino.

Cristina apunta a la Justicia por cuestiones personales y porque considera que debería ocupar un escalón menor.

justicia argentina 2015Pocas jugadas como la ofensiva del Gobierno sobre la Corte Suprema exponen su sustrato ideológico de manera tan evidente. La operación cristinista es a tiempo completo y clara: abrir algún camino para modificar la integración del Tribunal o paralizarlo temporalmente, con la esperanza de forzar un rearmado que les cubra las espaldas y desaliente el avance de causas judiciales por corrupción. Ayer, Cristina Fernández de Kirchner cargó contra Carlos Fayt y mañana, sus legisladores harán lo mismo en Diputados. Es un mensaje a la Corte en conjunto, pero la señal de fondo es más amplia. Olivos no repara en la brutalidad del ensayo y tampoco en la concepción hegemónica, autoritaria, que lo alimenta, sencillamente porque considera natural la idea de subordinar la Justicia a la voluntad del poder político.

La Presidenta viene expresando, sobre todo en su segundo mandato, una visión inquietante sobre el lugar y el papel de la Justicia. Sus repetidas embestidas contra ese poder son sustentadas por razones personales y, según traslucen sus dichos, porque considera que debería ocupar un escalón menor en el esquema de equilibrios que anima la Constitución. Alguna vez afirmó que la Justicia pretende actuar como un “superpoder por encima de las instituciones surgidas del voto popular”. En contrapartida, los embates cristinistas buscarían colocarla en el lugar de un subpoder.

Esa mirada forzada sobre el significado del voto, eje central pero no único componente del sistema democrático, está emparentada de manera directa con la idea de que las triunfos electorales otorgan un poder que sólo se somete a las urnas y que, entre elección y elección, no tendría límite alguno. Los académicos definen esa construcción política como una expresión extremada de la concepción plebiscitaria.

cfk va a la guerraLa Presidenta redondeó su pensamiento la semana pasada. Dijo: “En estos dos polos, Congreso y Casa de Gobierno, están los representantes del pueblo. Qué nadie se confunda ni nadie se equivoque. Este poder que se somete a elecciones cada dos años tiene el control del pueblo. Es el único control que admite la Constitución”.
En términos de legitimidad y legalidad, podría hablarse sobre el sentido del sistema consagrado en la Constitución y el origen representativo de los integrantes del poder constituyente, algo que Cristina Fernández de Kirchner no desconoce. Pero el punto en este caso es otro: la subordinación de la Justicia y, más aún, el juego de presiones para alinear voluntades y evitar disgustos a futuro.

Visto en perspectiva más amplia, el tema es de mayor gravedad. ¿Qué pasaría, por ejemplo, si nadie pudiera evaluar la constitucionalidad de medidas o leyes? Se trata de una función esencial, con último escalón en la Corte. De lo contrario, podrían imponerse normas violatorias de libertades individuales y de derechos humanos, a contramano de la Constitución y hasta de tratados internacionales con rango superior en nuestra legislación.

El cristinismo, en rigor, responde con dureza y pretende forzar los límites como un desborde de enojo frente a una realidad que no se ajusta a sus objetivos y que a veces deshace o bloquea los caminos imaginados en el círculo más cerrado de Olivos para avanzar en este terreno.

El plan de provocar vacantes para desembarcar en la Corte se vio frustrado hasta ahora por diversas razones. No logró un primer avance con el impulso a Roberto Carlés como reemplazante de Raúl Zaffaroni. Después, llegaron otras señales de la Corte, en especial su decisión de declarar nulo el listado de conjueces que había impuesto el oficialismo.

Si en el terreno práctico el cristinismo busca personalizar el embate y justificarlo como un rechazo a actitudes corporativas del Tribunal, su plan alternativo intenta atraer respaldos alentando una negociación de reparto de asientos hacia el interior de las fuerzas políticas. El proyecto para retocar otra vez el número de integrantes de la Corte, y llevarlo a nueve, necesita apoyo para generar una baja inmediata y luego canjear voluntades para definir seis nombres, entre propios y ajenos.

Hasta ahora, por convicción o cálculo de coyuntura, fuentes de la mayor parte de los bloques opositores rechazan acompañar semejante ley, que el oficialismo podría imponer con mayoría propia y apoyo de algunos aliados, y cierran el camino para una posterior aprobación de pliegos de jueces, que requiere mayoría especial de dos tercios. El cristinismo dice que eso podría negociarse incluso después del recambio de gobierno, sea cual fuera su signo, en función del número de bancas propias que podría mantener. Ese cálculo refuerza la idea de que la lapicera presidencial confeccionará la listas de candidatos a legisladores privilegiando a sus fieles.

De todos modos, este último capítulo de la operación oficialista refleja además de objetivos, temores. Olivos busca blindarse o al menos garantizarse un horizonte que achique los márgenes en las causas que más lo preocupan. Es, desde esa perspectiva, una ofensiva contra la Corte que apunta también a jueces de otros escalones y, en particular, del fuero federal. El oficialismo especula sobre el futuro próximo en espejo con lo actuado durante su larga gestión, y tal vez sienta que no es tarea sencilla garantizar a futuro lealtades por conveniencia o alineamientos forzados.

Es improbable que la resolución de este tema sea inmediata. Y ocurre que el paso del tiempo se ha transformado en un problema: seguramente por eso, el cristinismo no ahorra nada en su penosa ofensiva contra Fayt, reflejo en buena medida de la incertidumbre por el futuro propio.

Fuente: Clarín, 11/05/15.

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Un Gobierno al asalto de la Corte Suprema

mayo 9, 2015

Un Gobierno al asalto de la Corte Suprema

Por Alberto Amato.

CFK 04El Gobierno ha decidido tomar por asalto la Corte Suprema de Justicia. En estos casos, siempre es mejor decir las cosas como son que recurrir a parábolas elegantes. La guerra está planteada en términos muy duros de los que acaso no haya retorno, que incluyen tres pasos fundamentales que el kirchnerismo ya adoptó: admitió que estudia aumentar el número de jueces de la Corte a nueve, a doce, o a los que hagan falta, da igual; nombró como titular de la Comisión de Juicio Político de Diputados a Anabel Fernández Sagasti, discípula de Máximo Kirchner y miembro de La Cámpora y, por último pero sólo por ahora, encaró una lucha frontal en contra del juez Carlos Fayt, de 97 años, una figura señera del derecho y el último de los jueces de la Corte que en 1983 nombró Raúl Alfonsín.

Hasta no hace mucho, Fayt y la Corte eran motivo de orgullo y satisfacción para el Gobierno. Su constitución fue un logro de Néstor Kirchner que puso fin a la Corte de la mayoría automática que había servido, sin pudores, a Carlos Menem. Pero ahora, el Tribunal y su decano, el juez Fayt, han tornado, por antojo y capricho de la Presidente, poco menos que en indeseables.

Uno de los caminos para crear una nueva vacante en la Corte será el juicio político a Fayt, (es el principal candidato, pero no el único) tarea que tendrá a su cargo Fernández Sagasti porque para eso fue nombrada. Echar a un juez de la Corte por juicio político es muy difícil. Sólo tres motivos pueden justificar una medida tan grave: mal desempeño de sus funciones, delito en el ejercicio de su cargo o crímenes comunes. Fayt no da el physique du rol en ningún caso. Por eso los pregoneros del Gobierno han elaborado una campaña que consiste en poner en duda la idoneidad del juez, dada su alta edad y su capacidad para desempeñar el cargo. Han pedido un certificado de lucidez y otro de capacidad, lo que condena a Fayt a ser protagonista de un drama “ibseniano”: un hombre honesto que se transforma en un molesto enemigo del pueblo para el poder absolutista y arbitrario. Lejos de Ibsen, el juez, que tiene el cuero duro, aseguró que está espléndido, en plenitud, y prometió resistir.

Hace sesenta y ocho años, Juan Domingo Perón hizo lo mismo. Cumplido el primer año de su mandato, creyó muy oportuno ejercer el poder absoluto, encargó al diputado Rodolfo Decker, jefe del bloque, que iniciara el juicio político a la Corte y en poco tiempo se deshizo de los cinco jueces. Lo gracioso es que, la excusa para enjuiciar a la Corte fue su adhesión al gobierno que surgió del golpe del 4 de junio de 1943, golpe al que había adherido Perón y que fue el punto de partida de su vida política.

Menem hizo lo mismo en 1990, cuando también creyó necesario ejercer el poder absoluto para llevar adelante su plan de Gobierno, y amplió de cinco a nueve el número de jueces por una ley votada el 16 de abril a mano alzada por el Congreso.

cfk va a la guerraEl peronismo debería explicar y explicarse su ambición de eternizarse en el poder y de ejercerlo de modo absolutista con el argumento de que sólo el tiempo y la ausencia de garantías constitucionales o de organismos de control, le permite llevar adelante su plan de gobierno, cualquiera que sea. Así es como el sistema democrático argentino pervive en el desequilibrio entre presidentes que se van antes de tiempo y presidentes que se quedan más de lo debido. Con gente así, poco se puede hacer. Los largos gobiernos, no importa su ideología, han dejado poco a cada uno de sus países: Stalin en la URSS, Franco en España, Castro en Cuba, el último de Gaulle de la V República francesa, por mencionar sólo algunos. La excepción es Franklin D. Roosevelt, que gobernó doce años, desarrolló la economía de Estados Unidos, lo salvó de una crisis y lo enfrentó en una guerra victoriosa contra el totalitarismo nazi. Sólo que en Estados Unidos se aterraron y, pese a lo exitoso del gobierno de Roosevelt, a su muerte limitaron el ejercicio de la Presidencia a sólo dos períodos de cuatro años.

¿Qué lleva a la Presidente a pretender arrasar con la Corte y nombrar a jueces amigos a sólo siete meses de dejar la Casa Rosada en manos de un nuevo gobernante? No puede ser un deseo inconfesado de buscar protección judicial a futuro, porque el énfasis con el que se ha afirmado su honestidad y la de su familia, despeja toda duda pese a las investigaciones judiciales en marcha.

¿Será parte de la guerra desatada contra la Corte, en especial contra su titular Ricardo Lorenzetti, cuya primera batalla expresó la Presidente el 1° de marzo, durante su mensaje de apertura de sesiones del Congreso, en medio de la exaltación desconcertada provocada por la dudosa muerte del fiscal Alberto Nisman?

La Presidente dijo entonces que había un partido judicial y que los jueces se proponían gobernar, más que administrar justicia. Al día siguiente el titular de la Corte le contestó que los jueces están para imponer límites al poder, realidad que a la Presidente no le hace mucha gracia. El último acto de la batalla estalló el martes cuando, luego de que Lorenzetti presentara su renuncia como titular del Tribunal, sus pares lo ratificaron. En clara crítica al juez, al que el Gobierno presiona desde diferentes frentes y con distintas estrategias, la Presidente dijo: “El único control es el del pueblo, sin notar que la Corte se ocupa en realidad del control de constitucionalidad de los actos de gobierno y de las leyes. Nadie va a pedir un control de lucidez o idoneidad de la Presidente por su gazapo de primero superior, fruto seguro de la emoción con la que dejó inaugurados en la Rosada los cuadros de Kirchner y de Hugo Chávez, pero ese clima de guerra entre el Gobierno y la Corte no augura nada bueno para los agitados meses por venir.

La toma por asalto de la Corte tiene, todavía, futuro incierto. Una cosa es segura: el próximo gobierno, aún cuando comparta algunos postulados del kirchnerismo, deberá dar no sólo la batalla económica que le planteará la crisis económica que todos avizoran pero pocos anuncian, sino que deberá ingeniárselas para que la sociedad recupere su fe en las instituciones, desde el Congreso hasta el INDEC, que fueron lastimadas por el kirchnerismo. Por lo demás, los embates contra la Corte pueden provocar temor, incerteza, indignación, recelo, desconfianza, escepticismo, aprensión. Lo único que no pueden provocar, es sorpresa.

Aquel “Vamos por todo”, era esto.

Fuente: Clarín, 09/05/15.

 

 

 

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Garantía de impunidad

mayo 7, 2015

Vertiginosa compra de seguros de impunidad

Por Carlos Pagni.

argentina bandera con bananasEl orden del día ya está organizado. Si no aparece alguna resistencia inesperada, hoy el Banco Central aprobará la venta del banco Finansur, de la familia Sánchez Córdova, a Cristóbal López. Así, el empresario kirchnerista se termina de instalar en el negocio financiero. Es una incursión controvertida. Existen innumerables prevenciones de alcance internacional para que quienes administran juegos de azar, como López, no controlen también bancos, por las facilidades que esa superposición ofrece para el lavado de dinero.

La expansión del amigo e inquilino de Cristina Kirchner hacia un nuevo mercado coincide con la anexión de más medios de comunicación. El anillo incluirá dentro de poco un canal de TV abierta. [ Ver: Cristóbal López paga millonarios alquileres a la Presidenta y sus hijos ]

Para consumar estas apropiaciones, el oficialismo demuestra una urgencia casi tan llamativa como la que exhibe para colonizar los tribunales y controlar la Corte. Son procesos complementarios. La vertiginosa acumulación patrimonial que se verificó durante los últimos doce años debe contar con seguro de impunidad.

López ingresó a Finansur en 2012, cuando adquirió el 70% de las acciones, a pesar de que una norma del Banco Central, que data de los años 80, prohíbe vender sin autorización más del 20% de una entidad financiera. Además de Jorge Sánchez Córdova y su familia, también se deshicieron de sus acciones Marcelo Figueiras y Jorge Demaría. Figueiras es el dueño de laboratorios Richmond, que, como López, tiene vinculaciones estrechísimas con el kirchnerismo, en especial con Amado Boudou.

Si hoy se aprueba el cambio de dueños, el socio mayoritario de Finansur sería López, a través de Indalo SA. Sánchez Córdova conservaría el 26% de las acciones y es posible que siga administrando el banco; Demaría quedaría con 4%. No habría que descartar que los socios minoritarios cedan el resto de sus tenencias a López.

La aprobación de esta venta estuvo demorada por varias razones. La más importante es que algunos directores del Central se han resistido a entregar un banco a un empresario de casinos. Tienen razón. El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) recomienda que no se autorice a ejercer la actividad bancaria a quienes administran juegos de azar. Esa advertencia fue más explícita en el caso de la Argentina: el negocio de las apuestas es el primero al que el GAFI pretende excluir, por tratarse de una actividad de riesgo para el blanqueo de activos procedentes del terrorismo, el narcotráfico o la corrupción.

Un hecho providencial despejó esa renuencia a desobedecer el consejo del GAFI. El miércoles de la semana pasada, Axel Kicillof promovió como directores del Central a tres de sus discípulos: Mariano Beltrami, Alejandro Formento y Bárbara Domatto Conti. Así, el ministro logró dominar la mayoría del directorio. Esos tres jóvenes, que todavía no obtuvieron el acuerdo del Senado, estrenarían el cargo entregando el banco a López. Un homenaje ideológico a su gurú: ahora que tiene su propia fuente de crédito, Cristóbal podrá dejar de financiarse con la AFIP, como ha venido haciendo. Con Kicillof el Estado siempre gana.

No debería sorprender que en el Central sean distraídos con las recomendaciones regulatorias. El encargado de esos detalles es Hugo Carlos Álvarez, a quien Martín Redrado nombró síndico. Álvarez es el contador de Osvaldo Sanfelice, quien fue socio de Cristóbal López en Talares de Posadas, y también su empleado en Álcalis de la Patagonia. Sanfelice es un nudo central en el entramado de negocios de la familia Kirchner. Socio de Máximo en la célebre inmobiliaria de Río Gallegos, fue también director de Hotesur y ocupó durante años una oficina en la petrolera de Cristóbal, Oil M&S. Allí lo había destacado Néstor Kirchner para asegurarse de que López y su mano derecha, Fabián De Souza, no le retacearan información.

Es comprensible que, para el escalafón kirchnerista, quien lleva la contabilidad de un jerarca como Sanfelice merezca la sindicatura del Central. Por si le faltaban antecedentes, Álvarez es socio de Víctor Manzanares, el contador de Néstor y Cristina Kirchner, en cuyo peritaje se basó el juez Norberto Oyarbide para sobreseer al matrimonio del delito de enriquecimiento ilícito. Hay que entender estas designaciones: son una nueva forma de declarar que la pretendida independencia del Central respecto del Poder Ejecutivo -o, en este caso, de la familia de su titular- es una rémora del neoliberalismo.

La demora en la aprobación del cambio de manos de Finansur no se debe sólo a la tímida resistencia de algunos directores. Fue el propio López quien pidió que se pusiera en pausa el trámite cuando su incursión empresarial en los Estados Unidos presentó algunos percances. El rey de las tragamonedas, Federico Achával y Ricardo Benedicto se asociaron en Florida a Dania Entertainment Center (DEC) para administrar la sala de juegos Dania Casino & Jai Alai. Al frente de DEC figuraban Harris Friedman, Louis Birdman, Bart Seidler y Eval Levy, quienes pertenecen a una red de testaferros profesionales investigados por la justicia y el periodismo.

Apenas comenzó a explotar ese casino norteamericano, López debió cerrarlo, acusado de evasión impositiva. Y, al descubrirse la red de testaferros, tuvo que comprar su parte a Friedman y sus amigos y transferirla a otra empresa de juegos de Miami. Si estos avatares hubieran encontrado a López como accionista de un banco, se hubiera configurado un caso de lavado de dinero en los Estados Unidos. Por eso él solicitó al Gobierno que detuviera la asignación de Finansur. Aun así, todavía queda por aclarar la denuncia de los holdouts: ¿a quién pertenece la sociedad Val de Loire, radicada en Delaware, que Achával reconoció como socia del hipódromo de Palermo?

Con la intención de evitar este tipo de preguntas, López rodeó a sus empresas de un anillo defensivo integrado por C5N, Radio 10, Ámbito Financiero y Minuto Uno, entre otros medios. Ahora se prepara para adquirir, a través de la firma Telepiú, la licencia de uno de los canales de Televisión Codificada Aérea que concursa la Administración Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca).

También en este rubro López compite con prerrogativas inusuales: a instancias de su titular, Martín Sabbatella, pero con la negativa de los directores de la oposición, Marcelo Stubrin y Gerardo Milman, la Afsca asignó a López o a quien le compre esa frecuencia -por si debe deshacerse de ella para adecuarse a la ley de medios- 35 puntos de ventaja en el concurso.

López ha delegado el manejo de sus empresas periodísticas en De Souza, el mismo ejecutivo que administraba Oil M&S, bajo la mirada de «Bochi» Sanfelice. Es habitual que, cuando le plantean dificultades por esa área de negocios, Cristóbal se excuse: «No traigan problemas, porque todo esto se maneja desde Olivos.. Yo sólo atajo penales». El pretexto coincide con un dato: De Souza debe realizar visitas periódicas a la residencia presidencial para rendir cuentas de la marcha de su «monopolio».

Es muy entendible que un equipo político que armó esta arquitectura de negocios esté desvelado por el comportamiento de la Justicia cuando la Presidenta se haya alejado del poder. En los tribunales se realizan gestiones vertiginosas para cerrar expedientes inquietantes. La última demostración la ofreció el juez Luis Rodríguez, quien cerró la investigación de Carlos Liuzzi, el segundo de Carlos Zannini, sospechoso de encubrimiento por haber pedido a Oyarbide que no allanara la financiera Propyme. Ayer en los tribunales federales se informaba que el fiscal Ramiro González era sometido a un durísimo acoso oficial para que no apele esta medida.

La expresión más elocuente de este avance kirchnerista sobre el Poder Judicial es el intento de ocupar la Corte antes de dejar la Casa Rosada. La diputada María del Carmen Bianchi formuló una solicitud insólita: que se pongan en consideración de la Comisión de Juicio Político «los rumores» sobre que el ministro Carlos Fayt no podría ejercer su cargo por razones de salud.

Para perfeccionar el método, Aníbal Fernández exigió ayer que Fayt demuestre su idoneidad hablando con el periodismo a primera hora. Es curioso: mientras proponía esa extravagancia, Fernández reprochó a su colega Sergio Massa no saber nada de leyes. El jefe de Gabinete sigue disimulando que ha cursado la carrera de Derecho. A pesar de que todas las mañanas hace lo que le pidió a Fayt.

Fernández reconoció, además, que el Gobierno pretende agrandar la Corte para negociar con la oposición una nueva integración. Hace 24 días, él mismo había dicho que «prima facie hay que descartar la ampliación» del tribunal. Pero ayer aconsejó que en poco tiempo debe estar compuesto por nueve jueces. Fue una irreverencia: quien decidió que sólo debía tener cinco miembros es Cristina Kirchner. Para ratificar sus condiciones de jurista, Fernández dijo «sentir» cuál debía ser el nuevo formato. Se ve que por la vía de ese sentimiento entró a su «secunda facie».

Fuente: La Nación, 07/05/15.

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La Corte Suprema preocupa a Cristina Kirchner

abril 16, 2015

La Corte desvela a la Presidenta

Por Carlos Pagni.

CFK presaHay un rasgo constitutivo del kirchnerismo: su relación con el tiempo. Como toda variante populista, sacraliza el presente e ignora lo que está por venir. La predilección por el consumo en detrimento del ahorro, o el menosprecio por la inversión en favor del gasto, son sólo algunas manifestaciones de esa escala de valores. Hay un campo, sin embargo, en el que esta regla no se verifica: la política judicial. La prevención frente a lo que pueda ocurrir en los tribunales inspira en Cristina Kirchner una inesperada obsesión frente al mañana. Es una inquietud que desborda la función pública y se infiltra en el terreno familiar. Ella teme que Máximo, su hijo, atraviese alguna desagradable peripecia por las investigaciones sobre la desprolija economía familiar. Es imposible entender la conducta del Gobierno si se deja de lado esta preocupación: su hiperactividad institucional es un intento desesperado por modelar el futuro.

En esta batalla por la seguridad jurídica del propio clan, la Presidenta sufrió anteayer una derrota. En cinco líneas, los ministros de la Corte Suprema de Justicia Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco y Juan Carlos Maqueda, rechazaron el recurso extraordinario que había planteado el ex juez Juan José Galeano para que no se reabriera una causa en la que había sido sobreseído por el ex juez Gabriel Cavallo. A Galeano se lo había acusado de pagar 400.000 dólares a Carlos Telleldín, para que modifique una declaración sobre el destino de la camioneta que se habría utilizado para la voladura de la AMIA. Galeano será juzgado de nuevo.

Con su pronunciamiento, la Corte tomó posición en un debate con consecuencias inquietantes. Convalidó la doctrina de la cosa juzgada fraudulenta o írrita. Esa teoría sostiene que los procesos penales que se declararon concluidos pueden reabrirse si se demuestra que el juez no tuvo voluntad o fue impedido de investigar. En el contexto actual, la discusión abre interrogantes muy concretos. Por ejemplo, ¿la señora de Kirchner podría ser enjuiciada de nuevo por enriquecimiento ilícito? Ella, igual que su esposo, fue absuelta por Norberto Oyarbide de ese delito. Ambos habían sido acusados porque, entre 2003 y 2009, multiplicaron su patrimonio en un 572 por ciento. Sin embargo, Oyarbide cerró la causa con extraordinaria rapidez, considerando la opinión del cuerpo contable de la Corte y de un perito ofrecido por los Kirchner: su propio contador.

El juez Julián Ercolini también había sobreseído a los Kirchner por la misma falta. El fiscal, Eduardo Taiano, no apeló el pronunciamiento porque, según trascendió, habrían secuestrado a su hijo para que no lo hiciera. Hay más ejemplos: Claudio Bonadio sobreseyó a los secretarios privados de la Presidenta, que se enriquecieron más de 60 veces en sólo cinco años. Y el fiscal Guillermo Marijuan no pidió que se revise la sentencia.

Es comprensible que alguien tan acostumbrado a la clemencia como Cristina Kirchner, ante la primera pregunta incómoda, denuncie la formación de un partido judicial. Ayer, los camaristas Martín Irurzun, Horacio Cattani y Eduardo Farah confirmaron el procesamiento de los fiscales Carlos Gonella y Omar Orsi, acusados de proteger a Lázaro Báez, presunto testaferro de la familia presidencial a quien se investiga por la sospecha de lavado de dinero. Gonella y Orsi pertenecen a Justicia Legítima, la agrupación de miembros del Poder Judicial adictos al Poder Ejecutivo.

El cambio de vida de los funcionarios ha sido tan asombroso que modificó su noción de precios y valores. Sin ir más lejos, la señora de Kirchner se vanaglorió anteayer de que la tarjeta Argenta, con la que su gobierno subsidia el consumo popular, incluya a una de las peleterías más lujosas de Buenos Aires, Charles Calfún, de la que ella misma es desde hace años apreciadísima clienta. Estos desatinos estimulan a quienes pretenden que se revisen las fuentes de tanta prosperidad individual. Pero esa aspiración opaca causas más relevantes: ¿podría revertirse en el futuro la decisión del juez Daniel Rafecas, convalidada por los camaristas Eduardo Freiler y Jorge Ballestero, de no investigar la denuncia por encubrimiento de los criminales de la AMIA, que formuló contra Cristina Kirchner el fiscal Alberto Nisman? Es una incógnita prematura. Hay que esperar a que se pronuncie el fiscal de Casación Javier de Luca, a quien llegará la apelación de su colega Germán Moldes. Según Moldes, la Cámara demoró el envío para que el caso le tocara a De Luca, otro militante de Justicia Legítima. Moldes, y tal vez los camaristas, presumen que De Luca es otro Gonella.

La doctrina de la cosa juzgada írrita ha sido muy debatida en los últimos meses. Una de las razones fue la publicación del libro del penalista Federico Morgenstern, Cosa juzgada fraudulenta. Morgenstern defiende la posibilidad de que se vuelva a tratar un expediente cuando se demuestra que fue cerrado al cabo de un «juicio farsesco».

La sanción del nuevo Código de Procedimientos agitó más la discusión. El kirchnerismo logró que se establezca, en el artículo 5, que sólo se puede revisar una sentencia definitiva si es a favor del condenado. Durante el tratamiento parlamentario de la reforma, Juan Martín Mena, entonces subsecretario de Política Criminal y ahora de la ex SIDE, defendió la cláusula porque «es muy peligroso que los procesos terminados puedan reabrirse». En cambio, el camarista de Casación Mariano Borinsky apuntó que la advertencia es redundante, porque el Código actual ya la garantiza. Según Borinsky, el artículo induce a una mala interpretación: que no pueda juzgarse por segunda vez un caso que fue saldado mediante un fraude. El senador Ernesto Sanz y las diputadas Patricia Bullrich y Laura Alonso se alinearon con esta posición.

Los juristas cercanos al Gobierno creen que sólo debería aceptarse el criterio de la cosa juzgada fraudulenta en causas de derechos humanos. Morgenstern los objeta recordando que la Corte Interamericana ordenó que se vuelva a investigar el asesinato del policía Jorge Gutiérrez, que perseguía a los delincuentes de la «aduana paralela». El CELS, una organización kirchnerista, abogó por reabrir la causa, basándose, entre otras razones, en un peritaje de Alejandro Rua, entusiasta defensor de funcionarios.

De cinco a nueve

El riesgo que supone la tesis habilitada por la Corte agrega urgencia a la principal gestión que Carlos Zannini lleva a cabo en estos días: la ampliación del número de miembros de la Corte, de cinco a nueve. Aníbal Fernández dijo que no se estaba considerando esa posibilidad. Hizo bien. La divulgación prematura frustraría la iniciativa.

Zannini pretende abrir la discusión después de octubre, cuando se sepa quién será el próximo presidente. Presume que el nuevo mandatario estará interesado en contar con juristas de confianza en el máximo tribunal. Por lo tanto, convalidaría una ley para cambiar la composición. El segundo paso sería pactar la designación de los nuevos magistrados. Zannini calcula que, presionando más a Carlos Fayt, se podrían poner sobre la mesa seis butacas.

El modo de repartirlas es todavía brumoso. El kirchnerismo pretende dos lugares. El peronismo federal, otros dos. Es un actor clave: Zannini negocia que ese bloque habilite los dos tercios necesarios para las designaciones. Cree que una forma de sumarlo es garantizar a Adolfo Rodríguez Saá una sentencia favorable a San Luis en la querella por la coparticipación. Las otras dos posiciones serían ofrecidas a quien gane las elecciones.

El kirchnerismo no consiguió ayer el número para designar a Roberto Carlés en la Corte. Pero tampoco retiró el pliego. Tal vez pretenda relanzarlo en octubre. Carlés sigue siendo promovido como «el juez del Papa». La caracterización se debe a un malentendido. Este abogado se acercó a Jorge Bergoglio de la mano de una amiga común, la fallecida Alicia Oliveira. Francisco vio con buenos ojos a Carlés. Pero todo cambió cuando advirtió que, como buen discípulo de Raúl Zaffaroni, el abogado estaba a favor de la despenalización del aborto. Pícaros, los kirchneristas insisten: «A Carlés lo mandaron desde Roma».

El verdadero candidato de la Casa Rosada para ocupar la Corte es otro: el propio Zannini. Originalidad cero. En Santa Cruz, este cordobés empezó siendo ministro de Kirchner y, en 1999, fue transferido al Superior Tribunal, donde ejerció la presidencia.

El Gobierno espera que la jugada de Zannini, hoy observada como un asalto a la Justicia para garantizar la impunidad de la Presidenta y su familia, sea vista en octubre como un pacto de gobernabilidad con el luminoso líder que emerja de las urnas.

Siempre habrá otro modo de analizar los hechos. Por ejemplo, el 22 de noviembre de 2006, la entonces senadora Cristina Kirchner se quejó de que el Poder Judicial se hubiera administrado siempre «con un toma y daca». Estaba defendiendo en el recinto de la Cámara alta su proyecto de reducción del número de miembros de la Corte, de 9 a 5. Esa noche prometió: «Se cierra un ciclo para este gobierno y para los que vengan, de cómo se deben manejar las instituciones». En esa época todavía no pensaba en el futuro.

Fuente: La Nación, 16/04/15.

cfk y nk corruptos 01

 

los impuestos empobrecen

 

 

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La ANSeS debe reintegrar aportes voluntarios a un jubilado

diciembre 30, 2014

Ordenan a la ANSeS que devuelva aportes voluntarios a un jubilado

Acordada de la Corte Suprema. Es porque la ANSeS le impidió acceder a esos fondos tras la estatización de la AFJP. Ahora, el organismo oficial debe restituirle el dinero. Hay cien jubilados más que hicieron el reclamo y podrían beneficiarse con el fallo.

Jubilados. El titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti, durante un encuentro del tribunal, que ayer benefició a un jubilado que había demandado a la ANSeS.

Jubilados. El titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti, durante un encuentro del tribunal, que ayer benefició a un jubilado que había demandado a la ANSeS.

Con la firma de los jueces Ricardo Lorenzetti, Carlos Fayt y Juan Carlos Maqueda, la Corte ordenó a la ANSeS que le devuelva a una persona jubilada en 2007 los aportes voluntarios que había efectuado a la AFJP a la cual se encontraba afiliado. El caso, presentado por Mario Villareal, es uno de los cerca de cien planteos similares que están a estudio del máximo tribunal.

En la resolución, los jueces afirmaron que la ley 26425 y la resolución 290/09 de ANSeS daban al aportante la posibilidad de elegir entre transferir esos fondos a la ANSeS para mejorar su jubilación, o enviarlos a una Administradora de Fondos y Aportes Voluntarios y Depósitos Convenidos (AFAVyDC) para que se encargue de administrarlos. Sin embargo, ANSeS no habilitó esta opción porque nunca publicó el listado de las administradoras autorizadas y tampoco mejoró el monto de la jubilación del actor al considerar sus aportes voluntarios.

Ante este incumplimiento, el jubilado se vio impedido de acceder a los fondos que había aportado voluntariamente, que excedían el aporte obligatorio.

La Corte Suprema subrayó que este incumplimiento lleva más de 6 años, desde la promulgación de la ley en el 2008, lo cual constituye un tiempo irrazonable. Ante eata violación continuada del derecho de propiedad del jubilado, el Tribunal resolvió que correspondía la devolución de los fondos oportunamente depositados como única manera de enmendar la situación de omisión normativa por parte de Anses.

La jueza Elena Highton de Nolasco firmó en disidencia y remitió parcialmente al dictamen de la Procuradora General de la Nación, que sostiene que el régimen de la ley 26.425 no vulneró el derecho de propiedad del jubilado. Entiende que los aportes voluntarios no eran depósitos sobre los que recayera un derecho, sino que sólo generaban una expectativa a una mejora en su haber previsional.

Fuente: La Nación, 30/12/14.

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Impuestos: La Corte falló en contra de ARBA

julio 14, 2014

La Corte falló en contra de ARBA.
Por Martín Kanenguiser.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación falló en contra de la provincia de Buenos Aires al prohibir que ARBA pueda trabar embargos fuera de ese territorio.

En una demanda promovida por la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), que agrupa a las entidades de capital extranjero, se declaró la inconstitucionalidad de los artículos 13 bis y 14 bis del Código Fiscal de la provincia.

basta de impuestos 01De este modo, la agencia de recaudación bonaerense quedó impedida de fijar en forma automática un embargo a los contribuyentes bonaerenses en otras provincias.

En 2009, ABA consiguió la primera medida cautelar luego de que la provincia intentara multar a los bancos y hacerlos solidariamente responsables de las deudas de los contribuyentes bonaerenses.

El argumento de las entidades bancarias, convalidado ahora por el alto tribunal, es que la única norma que habilita a trabar embargos y otras medidas cautelares fuera del territorio de una provincia es la ley nacional 22.172 y no el Código Fiscal bonaerense.

Se cita un fallo que indica que «ninguna provincia puede legislar si no es con referencia a las cosas y a las personas que se hallen dentro de su propia jurisdicción, pues los poderes conferidos por la Constitución son para ser ejercidos dentro de su territorio».

También se indica que las normas de secreto bancario impiden brindar información a un organismo si no se cumple con la mencionada normativa federal.

El fallo -que lleva la firma de los ministros Ricardo Lorenzetti, Carlos Fayt, Elena Highton de Nolasco, Enrique Petracchi y Juan Carlos Maqueda- sostiene que «la potestad reconocida por el Código Fiscal a ARBA de ordenar embargos y otras medidas cautelares no se extiende ni puede interpretarse que se extienda a otras provincias porque ésa es una atribución extraña a la autoridad administrativa local».

El abogado Liban Kusa, que llevó adelante la demanda – como parte del estudio Brouchou, Fernández Madero & Lombardi-, dijo a la nacion que «el fallo es extremadamente importante porque sienta un precedente para que, no sólo Buenos Aires, sino cualquier otra provincia no pueda excederse en sus facultades de recaudación».

«Si bien el alto tribunal reconoce que la potestad tributaria de las provincias es una de las bases sobre la que se asienta su autonomía, debe recordarse que no puede extenderse esa potestad fuera de su territorio o invadir otras jurisdicciones. Ninguna provincia puede legislar sobre cosas o personas que no están sometidas a su jurisdicción. Es un fallo excelente», dijo Kusa.

ARBA 01En tanto, el jefe de ARBA, Iván Budassi, dijo a la nacion que aún no habían sido notificados del fallo del máximo tribunal nacional, del martes pasado, aunque le restó trascendencia práctica, porque «desde que se dictó la cautelar en 2009 no estábamos haciendo embargos fuera de la provincia».

«No cambia nada para la recaudación provincial y, además, los embargos fuera de la provincia los podemos hacer con la intervención de un juez, lo cual demora cualquier trámite. No es lo que nos hubiera gustado, pero no modifica en nada la forma de trabajo de ARBA», señaló Budassi.

Luego de que a ABA se le concediera la primera cautelar, la Asociación de Bancos Privados de Capitales Argentinos (Adeba) se sumó como tercera en la causa para reclamar el mismo trato, pedido que fue legitimado por la Corte Suprema en su fallo de esta semana.
Fuente: La Nación, 19/07/14.

La Corte Suprema declaró inconstitucionales las retenciones aplicadas a una empresa

abril 15, 2014

La Corte Suprema declaró inconstitucionales las retenciones aplicadas a una empresa.
Por Silvana Boschi.

Buenos Aires – En un fallo que anuncia fuertes repercusiones, la Corte Suprema declaró inconstitucionales las retenciones aplicadas a una empresa pesquera. La decisión fue adoptada este mediodía en la causa «Camaronera Patagónica contra Ministerio de Economía y otros», y fue firmada por los jueces Ricardo Lorenzetti, Carlos Fayt, Juan Carlos Maqueda, Eugenio Zaffaroni, Carmen Argibay y Enrique Petracchi.

El fallo permitirá a la empresa que acudió a la Corte obtener el reintegro de las retenciones aplicadas entre marzo y agosto de 2002, ya que luego hubo una ley del Congreso que ratificó esas retenciones. Si bien no significa un beneficio de manera inmediata para otras empresas en la misma situación, que están en juicio pero en instancias anteriores, constituye por parte de la Corte una reafirmación de la división de poderes, ya que el tribunal dejó claro que el Poder Ejecutivo no puede avanzar sobre una materia que la Constitución Nacional reservó en forma exclusiva al Congreso Nacional.

Todos los jueces coincidieron en que sólo el Congreso tiene facultades para fijar tributos, declarando la inconstitucionalidad de las resoluciones 11/02 y 150/02 del Ministerio de Economía, que habían aplicado esas retenciones con anterioridad la sanción de la ley. Esta decisión tiene implicancias institucionales en cuanto reafirma que «no hay tributo que no sea por ley», es decir, que no hay disposición del Poder Ejecutivo ni de la Afip que pueda imponer nuevos impuestos o retenciones.

El voto de la mayoría de los jueces (Lorenzetti, Fayt, Maqueda y Zaffaroni) declaran que la invalidez de la resolución -que estableció derechos de exportación, conocidos como «retenciones»- estaba limitada al lapso comprendido entre marzo y agosto de 2002, porque hubo una ley del Congreso que ratificó expresamente la legislación delegada. Los jueces Petracchi y Argibay, en cambio, no limitan los alcances de la inconstitucionalidad y no dan efectos a las leyes ratificatorias.

El voto de Lorenzetti, Fayt y Maqueda señaló que las retenciones son tributos y que, de acuerdo a los artículos 4°, 17 y 52 de la Constitución Nacional, sólo el Congreso de la Nación puede crearlos.

Destacaron que esa limitación es propia del régimen representativo y republicano de gobierno y que ninguna carga tributaria puede exigirse a las personas si no ha sido creada por el Poder Legislativo, único poder del Estado poseedor de esa atribución.

Fuente: La Nación, 15/04/14.

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