¿Cómo despedir a un familiar?

marzo 7, 2014 · Imprimir este artículo

¿Cómo despedir a un familiar?
Por Veronica Dagher

No hay una forma fácil de despedir a un familiar.

A un familiar le puede ir mal en el trabajo por varias razones. Quizás se trate de un heredero que se cree con todo el derecho y que constantemente entrega sus proyectos tarde. Quizás se trate de una hermana que trabaja media jornada porque le gustaría más ser una artista. O quizás simplemente no tenga la capacidad, como cualquier otra mala contratación que hace una empresa.

Pero si la situación se maneja mal, no sólo puede perjudicar al negocio, sino también dividir a la familia. Si los propietarios esperan demasiado para enfrentar el problema, pueden causar resentimientos que no serán fáciles de aliviar. Y si tratan mal al familiar durante el despido, tal vez quemen puentes difíciles de reparar.

«Recuerde que después de todo, tienen que poder sentarse juntos en la mesa de Acción de Gracias», expresa Raymond Lucas, vicepresidente senior de planeación financiera y capacitación en Integrated Financial Partners.

Con eso en mente, a continuación algunos consejos de profesionales de empresas familiares sobre las mejores formas de lidiar con ese problema.

Los pasos básicos

Primero, dicen los expertos, los dueños deberían realizar varios intentos de ayudar al familiar a mejorar su desempeño. Pero una vez que esté claro que las cosas no van a funcionar, confronte el problema rápidamente. «Cuanto más persista (el problema), más empeoran las cosas», dice Joseph Heider, socio gerente regional en Rehmann Financial.

Los dueños también deberían asegurarse que todos los miembros de la familia en la empresa estén de acuerdo en expulsar al empleado problema. La falta de un frente unido causará turbulencia, señala Karol Ward, un psicoterapeuta de Nueva York.

«Si alguien quiere el despido pero también se siente emocionalmente culpable, su opinión conflictiva podría descarrilar la intención de los otros miembros de la familia», anota Ward.

Cuando es hora de tomar cartas sobre el asunto, otro miembro de la familia —idealmente el jefe del empleado— debería programar una reunión para hablar en privado sobre la escisión.

«Gritarse entre sí frente a otros empleados crea un ambiente de trabajo hostil», apunta Keven Prather, un asesor de MassMutual en Cleveland.

Transmitir bien el mensaje

Durante la conversación, los dueños deberían comunicar al familiar que quieren que esté feliz en su trabajo y que se han percatado que no está sucediendo así, apunta Joseph Astrachan, director ejecutivo de Cox Family Enterprise Center en la Universidad Estatal de Kennesaw.

Deberían reafirmar que esa persona es un miembro valorado de la familia y comunicarse con él o ella desde un punto de vista de «amor y cariño», anota.

De manera más práctica, también es crucial para la familia documentar porqué la persona está siendo despedida para que la familia lo tenga claro de que se trata de una decisión de negocios, y no una basada en emociones, indica Ward. Y aunque la familia no tiene que cambiar su decisión, deberían escuchar la respuesta y perspectiva del familiar, dice Astrachan.

Gestión de los detalles

En cuanto a los detalles exactos del despido, los expertos en general recomiendan ser generoso.

Los dueños podrían ofrecer al familiar reciba su sueldo mientras explora otras carreras, señala Astrachan. También podrían pagarle a un asesor o psicólogo de carrera para desarrollar un plan para el futuro. Si el nuevo plan del miembro de la familia implica empezar una empresa, los dueños podrían ofrecer invertir.

Si el familiar es accionista, la situación de vuelve mucho más complicada. A menos que la empresa tenga una estipulación de compra apalancada, la familia no puede quitarle legalmente a alguien su participación, afirma Avi Kestenbaum, un socio en Meltzer, Lippe, Goldstein & Breitstone.

Si el familiar tiene control del voto, no se puede hacer mucho para que se marche, indica Donald DiCarlo, director gerente en Wilmington Trust.

Si no tienen control del voto, la retención de distribuciones de efectivo por motivos de operaciones podría dejarlos sin dinero para pagar impuestos generados por ganancias. Esto podría ser una «píldora venenosa» que motive a alguien a liquidar títulos, indica DiCarlo. Si se quedan empezarán a sentirse como si se estuvieran «desangrándolo a muerte».

Claro, retener distribuciones podría ser problemático para todos los dueños, no sólo para los no deseados. Además, se corre el riesgo de causar una riña familiar y por tanto el despido sólo debería emplearse como último recurso. «El objetivo es mantener el negocio operando de manera rentable, y no hacer algún enemigo dentro de su familia», expresa Edward Kohlhepp, un asesor financiero en Pensilvania.

Fuente: The Wall Street Journal, 06/03/14.

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