Cambio climático: ¿Ciencia o engaño?
diciembre 2, 2019
La nueva religión ecologista
Debemos recuperar el método científico para nuestros jóvenes o los estaremos dejando en manos de propagandistas inescrupulosos que los van a volver a la servidumbre y al oscurantismo medieval
Por Karina Mariani. Twitter: @KarinaLMariani
Hace pocos días en la Ciudad de Buenos Aires se prohibió el uso de pajitas, también conocidas como sorbetes, por considerarlas autoras de una potencial catástrofe ecológica. No es esto una sátira, realmente se ha criminalizado a las pajitas, de una forma si se quiere injusta, ya que sus compañeros de ruta: vasos, cubiertos, tapitas y botellas de plástico siguen aún en pie.
Dentro de la misma inexplicable psicosis, el Papa de Roma ha mencionado la posibilidad de imponer un “nuevo pecado”: el comportamiento antiecológico. Esta dimensión no deja de ser interesante ya que nos pone ante una pregunta filosófica: es el ecologismo un dogma religioso? Veamos:
En el Parque Nacional de los Glaciares (Glacier National Park) en Montana, ocurrió algo sorprendente: se debieron eliminar los letreros que predecían que los glaciares desaparecerían en 2020 (https://youtu.be/Afa6mMMuZhg). Resulta que el Servicio de Parques Nacionales había denunciado que todos los glaciares estaban desapareciendo rápidamente. Aún hoy en wikipedia se puede verificar esa advertencia. Pero la realidad, esa maldita, no se hizo eco de sus reclamos y ahora los funcionarios del GNP no dan abasto para borrar o reescribir su alarmismo. La Universidad Lysander Spooner que estudia estos fenómenos, ha notado que los glaciares más famosos de GNP como el Glaciar Grinnell y el Glaciar Jackson han estado creciendo, no disminuyendo, desde 2010.
Otro ejemplo: la Nasa con su herética manía por las pruebas científicas ha mostrado imágenes satelitales en las que el Sahara se ha retirado a lo largo del borde sur desde el Atlántico hasta el Mar Rojo y la masa forestal en el Sahel está creciendo.Tampoco se han cumplido otras etapas del apocalipsis climático, si bien Al Gore nos juró que el Océano Glacial Ártico se iba a quedar libre de hielo y que sería navegable el hielo sigue ahí, y tampoco es verdad que la Antártida esté perdiendo hielo, de hecho su parte oriental lo está ganando.
ESPECTACULO ADOLESCENTE
Pero nada que no sea catastrófico merecerá la atención mediática. Porque el dogma ecologista se sostiene sobre el alarmismo y sobre el montaje de espectáculo adolescente. No en vano son los más jóvenes la mano de obra barata que utilizan para difundir la liturgia que ya está llegando a nuestras costas con los “Fridays for Future” (https://youtu.be/M9jVfEIZrUc). Después de todo son ellos, los jóvenes, quienes generan millones de clicks (publicidad, o sea) y toda religión necesita monetización, se sabe.
La confrontación con datos científicos es, en esta instancia, un grano molesto. “Que la realidad no empañe una buena noticia” reza el refranero popular y es tan así que esta locura franquiciada no resiste tratar con evidencias fruto de la investigación científica. Tal es la propaganda hacia los niños, orquestada, incluso y principalmente, desde las escuelas y los gobiernos, que la presión es demasiado alta como para que puedan rebelarse contra ella sin ser señalados.
Recuerdan a la chiquita Greta, brotada de angustia y totalmente obsesionada gritando en la sede de ONU “How dare you? (¿Cómo se atreven?)” (https://youtu.be/xVlRompc1yE). Una adolescente con problemas de depresión manipulada por políticos y lobbistas para convencer a sus coetáneos de que el mundo se está por terminar en poco tiempo, es eso moral? Desde que existe la atmósfera junto con la hidrósfera, litósfera, biósfera y criósfera, el clima cambia. Hoy, Greta y todos nosotros estamos en el Holoceno, un período interglaciar caracterizado por una variabilidad climática suave comparada con el estado climático base más común del planeta que son los periodos glaciares. Es necesario llevar a los jóvenes a un estado de alarma tan demencial y venderles a la especie humana como un todo criminal? “How dare you” tendríamos que gritar nosotros!
EL HOLOCENO
Lo más paradójico es el uso de jóvenes en edad escolar para imponer una escala de valores que representa su propio exterminio en beneficio de la transformación ecológica global. Pero no están deseosos ni los escolares ni sus adoctrinadores por formar el espíritu crítico. No hay más cantidad de materias científicas en las secundarias, están en retroceso. De hecho los planes de estudio priorizan contenidos “sociales” a las materias científicas. Las ciencias naturales son lenta pero inexorablemente reemplazadas por verdades ecológicas, eliminando aquellos campos de la enseñanza tecnológica que no son deseables porque no se condicen con la liturgia climática.
Curiosamente sacan como fuerza de choque a la calle, niños cuyos saberes científicos están en retroceso y que sólo pueden gritar dolidamente mantras que se vuelven ciertos a fuerza de repetición. Lo mismo pasa con la economía que no se enseña ni en sus aspectos más básicos porque fomenta el ansia de lucro, siempre es mejor educarlos con “fines sociales y ecológicos”, para que no sean egoístas capitalistas. Se trata de imponer una nueva religión ecologista y anticonsumista, ¡que los haga sentir culpa de usar una pajita o de querer ropa nueva y de viajar en avión! La desaparición de la Tierra es culpa del capitalismo y de su afán por consumir.
Para esta nueva religión: el ecologismo, no es necesario demostrar que el cambio climático se produjo o no, tal como se había predicho. El evangelio es así: la acción del hombre, desde la esclavización que surge de la Revolución Industrial y su economía de consumo, altera el clima de La Tierra y los humanos somos, en consecuencia el cáncer que se cierne sobre ella y debemos salvarla de nosotros mismos.
Esta nueva versión de ecologismo se ataja de futuras desmentidas al dejar de hablar de “calentamiento global” y pasar a “cambio climático”. Porque el clima es un fenómeno dinámico!!. Funciona mediante elementos que están en transformación constante en medianos y largos períodos glaciares e interglaciares. O sea, el clima cambia constantemente aún sin la presencia de hombres sobre la Tierra.
MEDIDAS EXTREMAS
La triquiñuela de los sacerdotes de la iglesia catastrofista ecológica es que nadie pueda negar que el clima cambia. Entonces usan este artilugio: tenemos que tomar medidas ya, pero ya ya, urgente. ¡Medidas extremas!, basta de pañales descartables, autos, café, jabón, té, agua en botellas, velas, ducharse sin cerrar el agua, pasta de dientes, globos… tenemos que tratar de vivir lo peor posible y así no se extingue el planeta!
Todo esto se debe hacer hoy para evitar que ocurra algo terrible en 100 años. El sofisma es evidente, la catástrofe se patea unos añitos para adelante así no nos comemos curvas como la de la capa de ozono o la de los pobres funcionarios del Parque de glaciares tratando de meterse los carteles en la oreja.
Podemos hacer sarcasmo con esto pero no es joda: el ecologismo anticapitalista domina la vida política, cultural y, lo peor, escolar dictando contenidos y normas a los niños desde que aprenden a hablar. Les estamos enseñando que son malos, una enfermedad a combatir. Al hablar de “cambio climático” esa terminología tan imprecisa, responsabilizamos a nuestra especie no sólo de que suba la temperatura del planeta, sino de que baje, de que haya olas de frío, sequías o inundaciones o de cualquier catástrofe climatológica.
La ciencia no es democrática, no tiene ningún valor que en las cumbres climáticas hablen los niños, los artistas o los gnomos. No se votan los teoremas ni va a importar que mañana haya consenso para imponer que La Tierra es plana. No desaparecieron los glaciares porque se pronosticara en un cartel. Afortunadamente no funciona así. Debemos recuperar, y eso sí es una deuda, el método científico para nuestros jóvenes o los estaremos dejando en manos de propagandistas inescrupulosos que los van a volver a la servidumbre y al oscurantismo medieval. El conocimiento y la reflexión individual de los jóvenes es lo que los tiene que salvar de ser una masa amorfa gritando consignas falsas, avergonzados y temerosos de su propia humanidad. Empecemos por exigir que les enseñen ciencias.
https://climate.nasa.gov/news/2436/co2-is-making-earth-greenerfor-now/
https://www.aps.org/policy/statements/upload/climate-seminar-transcript.pdf
https://www.nature.com/articles/s41558-019-0505-x
https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/2018/02/WG1AR5_Chapter10_FINAL.pdf
Fuente: laprensa.com.ar, 30/11/19.
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