Argentina: Amenaza al Mercado de Futuros de productos agrícolas

agosto 18, 2012 · Imprimir este artículo

Más restricciones y pesificaciones

 

Preocupa a la producción un propósito en incubación avanzada en la administración nacional para pesificar las operaciones del mercado de futuros de productos agrícolas. Hace unos días, surgieron fuertes versiones de que también se intentaría en materia impositiva llevar la retención hoy aplicada a las exportaciones de grano de soja, que es de 35% y de 32% para sus elaboraciones de aceites y harinas, al 40% para el grano y 37% para los subproductos. Esa intención, afortunadamente, fue desmentida por dos funcionarios del gobierno nacional. Sin embargo, los temores subsisten cada vez que se analiza alguna forma de adosar otro porcentaje para solventar el creciente y desbocado gasto público con finalidades políticas.

Es una tentación para el Gobierno la elevada cotización de la soja, motivada por la gran sequía que afecta a las planicies agrícolas norteamericanas y en cierta parte complementada por la nuestra, que dejó como saldo una oferta insuficiente y altos precios, hecho éste en todo caso favorable a nuestro país. Pero mucho más que aquella sequía, el temor se centra sobre la actitud revanchista mantenida contra el campo en muchas decisiones oficiales. Ningún país tiene en vilo a sus agricultores como el nuestro, menos aún cuando en el caso argentino se trata del sector más dinámico y eficiente de su economía, que, empero, ha demostrado que la presión tributaria y el intervencionismo estatal han minado las fuerzas de la ganadería vacuna y lanar, el trigo, el maíz, la yerba mate y otras producciones en medida no siempre conocida y valorada.

La intención de intervenir el mercado de futuros y opciones, consistente en pesificar sus operaciones, es una posibilidad preocupante. Como se sabe, estas operaciones exigen depositar una garantía con el fin de afrontar posibles oscilaciones en los precios de los productos pactados a futuro. Esas garantías se pueden acordar en dólares, pesos o bonos, pero se prefiere en dólares en busca de un instrumento de valor estable. Ejemplo de esta operatoria es el caso de la soja y el girasol, que se garantizan con 1200 dólares por cada 100 toneladas, o el de operaciones de trigo y maíz, cuya garantía es de 800 dólares por esas mismas toneladas. El total de garantías suma habitualmente unos 50 millones de dólares mensuales, cifra fluctuante en función de la magnitud de las operaciones y la de los productos involucrados.

Por razones fáciles de entender, las garantías en dólares ofrecen mayor estabilidad que las pactadas en pesos, que a la hora de ejecutarse sufrirían una importante desvalorización. Los mercados de futuros constituyen una herramienta de extraordinario valor a tal punto de utilizarse en el mundo para los más diversos productos, tales como el oro, la plata, el cobre y otros minerales, o también para carnes, café, azúcar, entre otros, y por cierto los cereales y oleaginosos citados más arriba.

Lejos de debilitar o destruir una herramienta tan valiosa como el mercado de futuros, debería estudiarse el modo de ampliar este sistema a otros productos.
Fuente: La Nación, 18/08/12. Editorial.

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