Argentina: Empeora la Crisis cambiaria

noviembre 8, 2011 · Imprimir este artículo

Además de demanda de dólares, hay ruidos nuevos en el mercado

Por Alcadio Oña

 

Los analistas mantienen el foco en la inflación, porque es un factor que provoca distorsiones en cadena sobre toda la economía. Pero, además, han empezado a poner el ojo sobre el impacto de algunos fenómenos bien recientes: uno, al que consideran de peso, es la caída de los depósitos en dólares.

Varios de ellos calculan que el proceso ha empezado a consumir entre 70 y 80 millones de dólares diarios y otros, de 80 a 100 millones. Por día, equivalen a cerca del 1 % de la masa total y proyectados, al 13 % mensual. Así de serio es el problema.

Nadie descarta que si la hemorragia continúa, sobrevengan medidas para detenerla. Porque además de pegarle a las reservas y al sistema financiero, puede derivar en un achicamiento de la liquidez y, de seguido, inducir a los bancos a recuperar préstamos.

Ultima escala, la actividad económica .

Está cantado que los dólares terminan en cualquier lugar menos en la economía. Y también, que la salida viene empujada por la desconfianza y la intención de prevenirse ante cualquier contingencia.

En cierto sentido, pariente del mismo fenómeno es la eventualidad de que se consagre el doble mercado cambiario. Ex funcionarios del Banco Central piensan que será inevitable, en el supuesto de que la caída de depósitos en divisas prosiga a este ritmo.

Otros, que también han pasado por la entidad y economistas que ocuparon despachos diferentes, opinan que la coexistencia del dólar oficial con el paralelo ya está instalada, y por un tiempo más prolongado que corto .

En realidad, tal convivencia existió siempre. Sólo que ahora la brecha entre un dólar y el otro alcanza al 10 %, cuando lo considerado razonable es que no sea mayor al 3 %.

Hasta que el Gobierno decidió intervenir con todo en el mercado cambiario, las empresas tenían un cupo de compras de US$ 2 millones mensuales sin controles demasiado rigurosos. En ciertos casos era posible exceder el límite, si el Central lo autorizada. Y recién iban al paralelo cuando el trámite se demoraba demasiado para sus necesidades: por eso el diferencial era mínimo.

Desde que la AFIP llenó la city de inspectores que vigilan cada movimiento, a muchas compañías les resulta imposible acceder a los US$ 2 millones y entonces cubren el faltante en el circuito marginal, que ya tiene poco de marginal. Sumado a la especulación pura, un motivo para que la brecha haya dejado de ser mínima.

Los controles pueden ser justificados, cuando el lavado de dinero abunda, aunque antes también abundaba. Pero cuesta hacer creer que ese sea el objetivo detrás del cerrojo, sino otro mucho más ostensible: la determinación de preservar reservas a todo trance.

Las medidas oficiales han amplificado el ruido. Y encima, dejan la impresión de que son tomadas de apuro y desordenamente. Ni hace falta señalar el riesgo que implicaría levantarlas, si la decisión no va acompañada de un plan integral.

Así, también pierden efecto las palabras. “Se está azuzando deliberadamente un proceso de dolarización que no tiene ningún asidero en las condiciones objetivas actuales de la economía nacional”, dice la jefa del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont. O: ”Nosotros sabíamos que iba a ocurrir un proceso de este tipo durante estos meses, que es un período donde entran menos dólares provenientes de las exportaciones”.

Entre ambas frases flota algo que luce poco claro e incluso contradictorio. Marcó del Pont afirma que hay quienes azuzan deliberadamente la dolarización y, a la vez, que en el Gobierno sabían que iba a ocurrir un proceso de este tipo por el bajón de las exportaciones.

En cualquier caso, el trasfondo es el mismo: las dudas sembradas por un tipo de cambio que evoluciona al 7 % anual, contra una inflación del 23 % y variables que corren a un ritmo parecido o mayor. Y el resultado, también: considerar que el dólar está barato o tomar posiciones antes de que sea tarde.

Sólo la impericia o el temor a los costos electorales puede explicar que el Gobierno haya reaccionado tan tarde, aunque la fuga de capitales era visible a mediados de enero. Pero pasa siempre: es más difícil resolver un problema cuando ya es grande y se ha ramificado.

Parecido al caso de esos globos fofos. Si uno los aprieta en el medio, se inflan a los costados.

Es de paso dudoso que la economía suene como un violín y tenga garantizado un crecimiento fuerte y sustentable, cuando hay piezas desajustadas o muy desajustadas. Entre ellas, el tipo de cambio, las cuentas externas y fiscales y desde luego, la inflación y el INDEC. Lo prueba que ahora mismo el Gobierno haya resuelto meter mano en la montaña de subsidios acumulada durante los años K.

Tampoco ayuda que se haya mantenido un ámbito de compartimentos estancos, en el que orbitan el Central, la AFIP, Economía y el secretario de Comercio. A menudo, pujando entre sí y hasta delante de la propia Presidenta.

Antes, con un escenario bastante menos complejo, las disonancias podían pasar inadvertidas. Pero ahora, cuando saltan desequilibrios que habían sido barridos debajo de la alfombra y crece el tembladeral internacional, la coordinación y la calidad de las decisiones tienen otro valor.

Surgen los costos y, al fin, nada sale gratis.

Fuente: Clarín, 08/11/11.

Mercedes Marcó del Pont, titular del BCRA.

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No cede la demanda de dólares: el Central vendió US$ 70 millones

Por Marcela Pagano

 

La demanda de dólares sigue firme pese a los controles de la AFIP, lo que obligó al Banco Central a sacrificar ayer nuevamente reservas para impedir que la divisa se disparara: vendió cerca de US$ 70 millones de contado y unos US$ 20 millones en futuros pero no alcanzaron para mantener a la moneda estadounidense planchada: el billete subió medio centavo a $4,28 en casas de cambio y ganó 4 milésimas en el mayorista a $4,26. En el la City, las compras de dólares se concentraron sobre todo en los bancos, donde se vieron largas colas y demoras de hasta una hora y media para concretar operaciones con divisas.

Sucede que ante la imposibilidad de hacerse de dólares en casas de cambio –donde las exigencias son mayores, porque ahora exigen demostrar el origen de los fondos además del DNI, siempre que la AFIP habilite la transacción– los ahorristas se dirigieron a los bancos donde tienen cuentas. “Cuando llegamos hoy nos encontramos con una cola de 20 personas esperando que abriéramos las puertas para comprar dólares”, explicaron desde el Citibank del microcentro. Lo mismo sucedió en el Santander Rió de Sarmiento al 600 donde había una cola de 330 personas para poder comprar billetes o retirar depósitos en dólares: “Desde que empezaron los controles cada día que pasa hay más gente que quiere comprar dólares o retirar los que ya tiene en su cuenta . Hoy cuando abrimos había 60 personas en la calle esperando para entrar”, dijo una empleada de esa sucursal, que intentaba contener las quejas de los clientes fastidiados por la espera (algunos hasta optaron por sentarse en el suelo y otros se iban protestando).

La imposibilidad de concretar transacciones de compra y venta de divisas online o por vía telefónica, profundizó el movimiento en los mostradores de los bancos. Según fuentes del mercado cambiario, hasta antes de la instrumentación de los nuevos controles, el 40% de las ventas dólares que los bancos concretaban se hacían a través de estos canales . Pero esas vías quedaron suspendidas. Desde las propias entidades admiten que las compras por esos medios están inhabilitadas “por tiempo indefinido”.

El Banco Francés optó por habilitar a sus clientes las compras de dólares únicamente en las sucursales donde éstos tienen radicada su cuenta.

También llovieron quejas al sistema de la AFIP: “No funciona la red desde temprano. El software es muy lento. Se demora más de una hora para concretar la compra”, explicó una representante de atención al público del Banco Galicia de Perón al 400, abrumada por las quejas de los clientes.

Fuente: Clarín, 08/11/11.

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