Cómo construir desde la periferia

mayo 17, 2015 · Imprimir este artículo

El nuevo mundo: cómo construir desde la periferia

Por Jorge Oviedo.  

Se puede cambiar el mundo. Se puede hacerlo desde una país periférico. Se pueden hacer inventos que lo cambien todo, que en una década sean de los más lucrativos de la historia y creen las compañías más grandes del planeta. ¿Hace falta atraer multimillonarios capitales? ¿Armar colosales fábricas, redes de logística, contratar y entrenar miles de obreros? No.

 

La amenaza para las grandes compañías establecidas eran, hace medio siglo, otras similares. Era difícil entrar siquiera al campo de juego para competir con ellas. El costo de entrada era altísimo. En los últimos 20 años del siglo XX el paradigma cambió. La amenaza para las más grandes empresas del planeta podían ser también unos recién graduados universitarios que se juntaban a trabajar en los garajes de sus primeros hogares de solteros. Microsoft, Apple, Bill Gates, Steve Jobs, son los nombres que dan algunas pistas sobre esos cambios. Pero el mundo actual es distinto: el gran nuevo negocio puede estar siendo elaborado en estos momentos por un chico encerrado en su dormitorio en la casa de sus padres o en el de la universidad. Como pasó con Facebook. La innovación tecnológica también puede servir para achicar brechas y dar una oportunidad a quienes nunca en otra clase de organización la hubieran tenido.

global-01El ucraniano Jan Koum migró a los Estados Unidos, vivió de subsidios estatales y recibía cupones de ayuda social para alimentos. Comunicarse con los afectos que dejó en Ucrania era carísimo. Skype podía arreglarlo. ¿Pero los mensajes de texto? Inventó una aplicación. En 2009, fundó WhatsApp, que fue luego vendida en nada menos que US$19.000 millones a Facebook y que logró ¡Por fin! que las compañías de teléfonos móviles renunciaran aunque fuera en parte a cobrar sus descomunales y abusivas tarifas por roaming. Algo que en la Unión Europea ni la presión de Bruselas había conseguido.

La buena noticia es que buena parte de los recursos para esta clase de iniciativa y posibilidades de progreso está disponible a costo casi cero. Alcanza con una computadora pasable y acceso a Internet razonable. Nada del otro mundo.

Jack Andraka tenía sólo 15 años cuando un amigo suyo murió de cáncer de páncreas. Descubrió que los tests para detectarlo de manera temprana y tener posibilidades de tratamiento exitoso son los mismos e igual de costosos que hace décadas. No se prescriben hasta que hay síntomas. Entonces, en la mayoría de los casos ya hay metástasis. Sólo sobrevive el 2% de los diagnosticados.

Jack se encerró a averiguar todo lo que pudo y encontró cantidad enorme de bibliografía gratuita de libre acceso en la web y diseñó un sistema de análisis que permitiría la detección temprana, con costos ínfimos. Lo presentó en varias universidades. Sólo consiguió que Johns Hopkins se interesara y comenzó a trabajar con ellos para desarrollar el producto y una patente.

La prueba desarrollada por Andraka es similar a las que usan los diabéticos. Una tira de cartón sensible se moja con gotitas de sangre y luego se pasa por un sensor eléctrico para medir los niveles de mesotelina, una proteína cuya presencia da indicios de cáncer pancreático. La prueba ha demostrado tener un 90 por ciento más de precisión que las utilizadas hasta ahora, es 28 veces más barata y mil veces más sensible que las pruebas actuales para este tipo de cáncer, según el autor.

Hay un nuevo mundo posible y una enorme oportunidad para la que no se requiere comenzar a discutir si hay que devaluar o no, si hay que hacer acuerdos parcialmente secretos con multimillonarios inversores.

Pero, puesto que las condiciones son iguales para todos ¿Cómo están la región y en particular la Argentina frente a este enorme desafío? Y también para mejorar la competitividad en general, luego de que parece haber terminado la época de las materias primas a precios récord histórico.

El tema es muy importante y del interés de empresas, gobierno, consultoras y organismos multilaterales de crédito.

El directorio del Laboratorio de Competitividad del Foro Económico Mundial encargó a un grupo de expertos la realización de un informe con 10 recomendaciones sobre el modo de cerrar las brechas e impulsar la productividad en América latina.

El informe, realizado en cooperación con Deloitte, fue presentado en la última reunión del Foro Económico Mundial en Davos. Y es tenido en cuenta por numerosos gobiernos.

 
Foto: LA NACION 

El directorio ejecutivo del Laboratorio de Competitividad está integrado por funcionarios, como el ministro de Información y Tecnologías de Colombia, Diego Molano Vega, el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo Villarreal. También lo integra Woods Staton, presidente y director ejecutivo de Arcos Dorados, que es la mayor franquicia latinoamericana de McDonald’s en el mundo y opera en 20 países. Y José Juan Ruiz Gómez, economista jefe y director del Departamento de Investigaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

De los tres representantes de Deloitte que trabajaron en el reporte uno es el argentino Daniel Varde, quien el mes próximo expondrá las conclusiones y recomendaciones en el gabinete colombiano.

En diálogo con LA NACION, Varde resume algunas de las recomendaciones: «Alinear la propiedad público y privada, las iniciativas de los dos sectores, llevar a cabo las buenas prácticas. Y hay algunos indicadores que nos muestran que estamos un poco atrasados, en cuanto a las evaluaciones de las pruebas PISA o porcentajes de inversión respecto del PBI».

También rescata que de entrada el trabajo describe que las grandes ventajas para la región por los buenos precios internacionales de las materias primas se han ido perdiendo «Cuando Chávez asumió el gobierno el petróleo estaba entre 9 y 11 dólares el barril, llegó a más de 100, pero ahora ronda los 50», destaca.

«Las empresas más importantes del mundo hoy son Amazon, Google, Whatsapp y han hecho un boom», recuerda. «Lo más importante es cómo alinear o cóm,o darles el apoyo inicial para generar desarrollo. Hay todo un mundo nuevo. Incluso una parte de Palermo Hollywood se ha transformado en Palermo Tecnológico, con compañías como Boomerang, o Zona Jobs, que la compró un fondo americano, que quiere desarrollar el modelo en toda América latina. Lo que debería haber es un apoyo más institucional de parte del Gobierno».

Varde destaca que esta clase de iniciativas «generan trabajos del altísimo nivel, con salarios muy altos; Globant por ejemplo tiene más de 4000 empleados, es la primera multinacional tecnológica argentina y ahora están tratando de cerrar una compra en India».

El especialista dice que «lo que falta es una política más decidida de aliento y apoyo; el Gobierno de la Ciudad tiene algo con el distrito tecnológico, pero es más que nada un atractivo fiscal con Ingresos Brutos, que es poco importante para los exportadores por ejemplo de servicios».

El peligro es perder las oportunidades por no dar los incentivos en el momento apropiado y que los negocios los terminen haciendo en otros países. «El tema es por ejemplo, fondeo, en los Estados Unidos hacen una oferta pública inicial de acciones (IPO) y consiguen capital a costo casi cero, mientras que en la Argentina la tasa para empresas semejantes ronda entre el 30 y el 35%».

Varde recuerda que el informe también recomienda alinear los incentivos en educación con necesidades empresariales y estimular las carreras más demandadas. El anexo estadístico cita al 41% de las compañías empleadoras en la Argentina reportando dificultades para encontrar personal con las habilidades adecuadas.

«Miami está tratando de armar su propio Silicon Valley, con un ambiente más amigable con los latinos y eso puede ser un imán para muchos, los técnicos en algunas especialidades tienen acceso más sencillo a la green card, las propias empresas que los quieren en sus plantillas, se ocupan de conseguirles las visas», recuerda. «Si uno camina por San José, la ciudad de Silicon Valley, uno ve multitud de indios, latinoamericanos, chinos», se llevan a los capacitados.

«La segunda vuelta de un informe como éste es pensar cómo se puede hacer para llevar a cabo las recomendaciones que apuntan a crear un ambiente más propicio para el desarrollo de las habilidades y la innovación», destaca.

«La ventaja que tiene la Argentina es que aquí ya hay emprendedores y emprendimientos, hay que crear el ambiente adecuado y atractivo; el Estado es una actor, las universidades son otro, pero no están los inversores, casi no hay fondos que miren los proyectos, hay muy pocos, ése es uno de los grandes problemas».

Fuente: La Nación, 17/05/15.

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