Del petróleo al oro: ¿Son los especuladores los culpables del exceso de volatilidad?

junio 2, 2011 · Imprimir este artículo

Del petróleo al oro: ¿Son los especuladores los culpables del exceso de volatilidad?

 

Las alegaciones de que habría habido una manipulación de los precios del petróleo en 2008 refuerzan los rumores de que los especuladores serían los responsables de la escalada de los precios del petróleo, provocando aumentos terribles y una volatilidad preocupante. En una demanda judicial presentada el 24 de mayo, la Comisión Reguladora de Operaciones a Futuro con Commodities (CFTC, en la sigla en inglés) acusa a dos traders de una empresa suiza de comprar grandes cantidades de barriles de petróleo y de venderlos posteriormente en una operación por la que obtuvieron más de US$ 50 millones en contratos de derivados. Las alegaciones surgieron tres semanas después de que el presidente Barack Obama constituyera una comisión para investigar fraudes y manipulación en los precios del petróleo, y un día después de que un equipo del Partido Demócrata, vinculado a una comisión de supervisión de la Cámara, informara de que «la especulación excesiva podría estar inflando los precios en hasta un 30%».

Culpar a los especuladores es un pasatiempo muy de moda hoy en día; sin embargo, especialistas de Wharton y de otras instituciones, dicen que no siempre carga con la culpa quien debiera. Aunque la especulación pueda incidir en los precios, buena parte de las oscilaciones recientes de los precios del petróleo y de otras materias primas han tenido lugar por razones fundamentalmente económicas. La especulación, una función normal de los mercados, no es lo mismo que la manipulación de precios, lo que es ilegal. Intentar controlar la especulación puede ser un arma de doble filo, dicen. Los especuladores tienen un papel importante en la salud de los mercados, porque corren riesgos y mantienen la fluidez de los precios. Aunque ellos puedan, a veces, empujar los precios a corto plazo hacia arriba o hacia abajo, con la misma frecuencia hacen que los precios flotantes vuelvan a su nivel.

Según Krista Schwarz, profesora de Finanzas de Wharton, la mayor parte de las fluctuaciones observadas en los últimos años se deben a la oferta y a la demanda, y no a la especulación excesiva. «No conozco los detalles de ese caso específico en el que está involucrado la CFTC, pero es bueno acordarse de que US$ 50 millones es un gota en el océano en comparación con el tamaño del mercado mundial de petróleo», dice Schwarz, que publicará en breve un estudio en el Journal of Future Markets titulado ¿Están informados los especuladores? Aunque los especuladores puedan tener alguna influencia sobre los precios, los acontecimientos mundiales tienen un papel mucho más decisivo en todo eso, dice Schwarz. «Los precios del petróleo son altos hoy en día debido al riesgo inminente de un gran conflicto en Oriente Medio. La solución de la crisis de Egipto, la dificultad en Libia y la ausencia de problemas en Arabia Saudí han hecho que ese tipo de preocupación disminuya de momento. Además, la economía global parece más frágil, lo que lleva a la disminución de la demanda de petróleo. Eso, probablemente, haya hecho que los precios del petróleo cayeran, todo a causa de la oferta y de la demanda, y no debido a algún efecto especial provocado por la especulación».

A grueso modo, un especulador intenta lucrarse con un activo anticipando de qué manera va a cambiar su precio, ya sea comprándolo con la expectativa de que el precio suba, ya sea vendiéndolo a descubierto anticipando una caída de precios. Los especuladores dan prioridad siempre al corto plazo en detrimento del largo, y suelen estar dispuestos a correr riesgos mayores que los inversores tradicionales, que suelen comprar y esperar. Algunos tal vez pidan préstamos para aumentar la escala de sus apuestas.

«La especulación se ha medio convertido en un término peyorativo para referirse a los inversores que se comportan de manera imprudente», dice Bernard Baumohl, economista jefe del segmento global de Economic Outlook Group de Princeton, New Jersey, y autor de «Los secretos de los indicadores económicos: pistas ocultas de futuras tendencias económicas y oportunidades de inversiones» [The Secrets of Economic Indicators: Hidden Clues to Future Economic Trends and Investment Opportunities]. «Me parece terrible, porque los especuladores ayudan al mercado». El especulador tal vez no esté muy interesado en el valor real de un activo, y sí en las emociones y ansiedades que impulsan el mercado, añade Baumohl. «Creo que los especuladores pasan más tiempo intentando entender la psicología de corto plazo que afecta una transacción que el valor subyacente al posible desempeño de un negocio cualquiera». El ejemplo más evidente de eso fue la burbuja puntocom de los años 90, cuando los inversores pusieron dinero en empresas emergentes de Internet que nunca ganaron ni un céntimo. «Realmente no tenía base alguna», dice Baumohl. «Las personas se limitaban a rezar para que su idea saliera bien».

Culpar a los especuladores del aumento de los precios de las materias primas no es una novedad, dice Craig Pirrong, profesor de Finanzas y de Mercados de energía de la Escuela de Negocios Bauer de la Universidad de Houston. «Ese tipo de argumento siempre ha existido. Cada vez que los precios de las materias primas suben, lo normal es culpar a los especuladores«. Pirrong coincide con Schwarz y añade que los precios del petróleo se basan más en datos concretos que en especulación. Él también atribuye las fluctuaciones de los precios de los metales preciosos, como el oro y la plata, a las preocupaciones genuinas acerca de las políticas monetarias, y no a los intentos de los especuladores de controlar el mercado.

Especulación que no salió bien

La especulación es diferente de la manipulación, dice Pirrong, autor de «La economía, la ley y la política pública de la manipulación del poder en el mercado» [The Economics, Law, and Public Policy of Market Power Manipulation]. En el pasado ha habido intentos de controlar el mercado, un fenómeno al que Pirrong llama «especulación mala». En un caso muy conocido, por ejemplo, los hermanos Hunt, en 1980, intentaron controlar el mercado de plata comprando un volumen tan grande del metal que el precio llegó a US$ 49,95 la onza. Los órganos reguladores del Gobierno acabaron interviniendo y los hermanos Hunt fueron condenados bajo la acusación de haber manipulado el mercado.

Al buscar señales de manipulación, o de «especulación mala», Pirrong presta más atención a las cantidades que a los precios. Si los especuladores estuvieran manipulando los precios, las cantidades van a mostrarlo. En el caso del petróleo, sin embargo, los precios subieron después de que los stocks cayeran; más tarde, cayeron después de que los stocks aumentaran. «Si los especuladores estuvieran controlando el mercado, los precios y los stocks estarían moviéndose en la misma dirección», dice él. Las últimas burbujas especulativas mostraron eso: el boom de las empresas de tecnología llevó a una explosión de acciones de empresas de Internet a medida que los precios subían. Durante la burbuja inmobiliaria, los precios subieron a pesar del exceso de construcciones en mercados muy calientes como Phoenix y Florida.

La Ley Dodd-Frank, aprobada en reacción a la crisis financiera y a la burbuja inmobiliaria que la precedió, dispone de cláusulas para combatir la especulación excesiva. Pirrong, sin embargo, duda de que la regulación de las actividades de los especuladores funcione. «En general, veo con mucho escepticismo la posibilidad de una política constructiva que consiga separar la especulación mala de la buena», dice él. «La mejor forma de lidiar con la manipulación es la adoptada por la CFTC en ese caso: penalizar a los manipuladores después de que tenga lugar el hecho, en vez de aplicar restricciones indiscriminadas a las acciones de los actores del mercado, ya que prácticamente ninguno de ellos está manipulando nada y ni siquiera pueden hacerlo». En la mayor parte de los mercados de activos, es muy difícil llegar a alguna distinción significativa entre especuladores y otros inversores, dice Schwarz. «Todo inversor se preocupa en maximizar sus retornos minimizando los riesgos. Algunos tal vez trabajen con horizontes más cortos que otros, pero, en general, todos los inversores tienen los mismos objetivos básicos».

Esperanza de lucro

En cierta forma, casi todos los inversores podrían ser calificados como especuladores, ya que la mayor parte de las personas espera obtener beneficios con sus inversiones y nadie realmente sabe cómo quedarán los precios en el futuro, dice Christopher C. Geczy, profesor adjunto de Finanzas de Wharton. «Cada vez que alguien hace una inversión en el mercado bursátil, está especulando. Cuando alguien compra un coche, si tiene en mente el valor de reventa, está especulando. Quien compra un inmueble está especulando».

La definición de especulador es más clara en el segmento de mercados futuros, donde el inversor cierra un precio futuro para materias primas como granos, alimentos, metales y combustible. El inversor siempre usa los contratos futuros para protegerse de fluctuaciones de precios que pueden perjudicar sus negocios, una práctica que se denomina hedging. Por ejemplo, una compañía aérea puede recurrir al hedging para protegerse de aumentos futuros de los precios de los combustibles. Un agricultor puede recurrir a ese instrumento para protegerse de la caída del precio del trigo. El lado negativo del hedging es la figura del especulador, que apuesta por la caída de los precios del combustible o el aumento de los precios del trigo.

«El hecho es que los especuladores proporcionan un servicio», observa Krishna Ramaswamy, profesor de Finanzas de Wharton y estudioso de opciones y mercados futuros. Al apostar por los mercados futuros, el especulador incurre en riesgos en que otros no incurren. Una empresa como Hershey’s, por ejemplo, necesita protegerse de los aumentos de los precios del cacao. Si no hubiera especuladores en los mercados futuros, Hershey’s no podría protegerse de ese riesgo. «Llamamos a eso ‘provisión de liquidez’, o, en otras palabras, alguien se ocupa del otro lado de ese negocio», observa Ramaswamy. «La liquidez es obra del especulador, que espera obtener un retorno […] Cuando las empresas de hedge deciden vender, es preciso que haya una contraparte del otro lado del mercado que quiera comprar. Esa laguna la llena el especulador».

El inversor que trabaja a corto plazo es un elemento importante para el mercado, resalta Schwarz. «Por ejemplo, el fraude en Enron fue descubierto porque hubo inversores que querían vender a descubierto las acciones de la empresa. De igual modo, la burbuja tecnológica estalló porque había gente queriendo vender a descubierto las acciones de aquellas empresas. La burbuja habría sido peor y sus consecuencias aún más desestabilizadoras si hubiera durado más».

A pesar de la creencia generalizada de que el especulador sería responsable de la volatilidad de los precios, muchas veces es él quien estabiliza los precios o los lleva hacia niveles más próximos a donde deberían estar. La especulación puede ser vista bajo dos prismas, observa Jeremy Siegel, profesor de Finanzas de Wharton: «De un lado, ella puede llevar los precios hasta un punto muy distante del precio básico real del activo o de la acción en un determinado contexto económico. Del otro lado, algunos especuladores saben mejor que las personas involucradas cual debería ser, de hecho, el precio del bien en cuestión […] A veces, el especulador externo es muy perspicaz».

El año pasado, por ejemplo, los especuladores apostaron que Europa se estaba encaminando hacia un periodo de dificultades financieras terribles. En aquella época, los líderes de los países europeos habían descartado las previsiones más pesimistas, pero con el desenlace de la crisis de la deuda, el mundo se dio cuenta por fin de que los especuladores estaban en lo cierto. Siegel se pregunta si ellos, de igual modo, no podrían haber tenido un papel positivo en los primeros momentos de la crisis financiera si los credit default swaps se pudieran haber negociado de forma más libre. «Los especuladores deben haber percibido lo que iba a suceder», dice.

Los órganos reguladores deberían imponer reglas contra prácticas ilegales de negociación y exigir requisitos de márgenes, de manera que los especuladores apuesten principalmente con su dinero, dice Siegel. Pero prohibir la especulación sería una forma de crear más problemas, en vez de resolverlos. «La historia, en general, llegó a la conclusión de que aunque los especuladores puedan, a veces, empujar hacia muy arriba, o hacia muy bajo, el precio de un activo, en el cómputo general, ellos aumentan el volumen de información disponible en el mercado».

Geczy concuerda y dice que las regulaciones deberían servir para formar mercados justos, y no intentar controlar los especuladores. «Cuando los precios del combustible suben, el consumidor se siente frustrado, y los órganos reguladores lo perciben», dice él. Pero la «cura» de la especulación puede tener efectos peores que la enfermedad. «Hay siempre consecuencias no planeadas por la regulación», dice Geczy. «La especulación es uno de los principales engranajes de cualquier economía […] Los precios altos tal vez sean sólo la contrapartida racional, apropiada, ética y moral de la oferta y de la demanda».Fuente: Wharton Universia, 01/06/11.

 

 

—————————————————————————-

 

Commodity Futures Trading Commission (CFTC)

Congress created the Commodity Futures Trading Commission (CFTC) in 1974 as an independent agency with the mandate to regulate commodity futures and option markets in the United States. The agency’s mandate has been renewed and expanded several times since then, most recently by the Commodity Futures Modernization Act of 2000.

In 1974 the majority of futures trading took place in the agricultural sector. The CFTC’s history demonstrates, among other things, how the futures industry has become increasingly varied over time and today encompasses a vast array of highly complex financial futures contracts.

Today, the CFTC assures the economic utility of the futures markets by encouraging their competitiveness and efficiency, protecting market participants against fraud, manipulation, and abusive trading practices, and by ensuring the financial integrity of the clearing process. Through effective oversight, the CFTC enables the futures markets to serve the important function of providing a means for price discovery and offsetting price risk.

The CFTC’s mission is to protect market users and the public from fraud, manipulation, abusive practices and systemic risk related to derivatives that are subject to the Commodity Exchange Act, and to foster open, competitive, and financially sound markets.

http://www.cftc.gov/