El auge de Colombia y Perú

julio 26, 2012 · Imprimir este artículo

Colombia y Perú: Los «nuevos tigres» latinoamericanos

Por Polya Lesova y Michael Molinski

 

BOGOTÁ, Colombia — Hasta hace poco, la mayoría de los inversionistas que buscaban inyectar dinero en América Latina tenían opciones relativamente simples: Brasil, México o tal vez Chile.

Eso ha cambiado. Un nuevo grupo de países en la región está surgiendo como una alternativa viable. Caracterizados por una población joven, clases medias en crecimiento, una deuda relativamente baja y una dinámica expansión económica, estos países están preparados para quedarse con una participación más grande del crecimiento de la región y atraer más dinero de los inversionistas internacionales.

Colombia y Perú se destacan entre estos «nuevos tigres» latinoamericanos gracias a un crecimiento rápido y continuo. Sus monedas son sólidas y estables, han logrado controlar la inflación, sus calificaciones de crédito son más altas que las de sus vecinos y sus gobiernos han mostrado voluntad de actuar cuando el entorno se deteriora.

«Hasta ahora nos ha ido bien, sorprendentemente bien», dijo Juan José Echavarría, codirector del Banco de la República, el banco central de Colombia.

Los dos países han disfrutado de un auge. El año pasado, Colombia creció 5,9% y Perú 6,9%. Para 2012, se espera que el PIB de Colombia se expanda 4,7% y el de Perú 5,5%, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Los dos países también gozan de grado de inversión según Fitch, Moody’s y Standard & Poor’s. Únicamente Chile se ubica por encima de ellos en la región y sus calificaciones los ponen a la par de Brasil y México y algunos países europeos como Italia e Irlanda.

Aunque Brasil, Chile y México aún poseen una nota de crédito robusta, un comercio más diverso y mercados de capital más fuertes, ya no muestran muchas de las características de «mercados emergentes» que alguna vez los hicieron los consentidos de los inversionistas internacionales interesados en la región.

Cabe aclarar que Colombia y Perú no están libres de riesgos. El auge de las materias primas ha impulsado las dos economías durante la década más reciente, por lo que los dos países son vulnerables a un potencial declive de los precios de la energía y los metales, lo cual ya ha empezado. Pero apuntalamientos positivos en los dos países podrían ayudarlos a resistir un declive de largo plazo en los commodities, si llega a ocurrir.

El camino de Perú hacia el crecimiento

Después de sufrir una hiperinflación y crisis, Perú empezó a abrir su economía y a implementar reformas a comienzos de los años 90. Empresas estatales fueron privatizadas y las barreras a la inversión fueron eliminadas. Esto preparó el terreno para el actual auge económico.

Sus vastos depósitos de oro, plata, cobre, zinc y otros metales han atraído millones de dólares en inversión de mineras internacionales. Este sector es clave también en los ingresos fiscales del gobierno y las exportaciones. Aunque desde 2006, la economía ha sido impulsada por la inversión privada en sectores como el de servicios, construcción, manufacturero y minero, según Guillermo Arbe Carbonel, economista de Scotiabank en Lima.

«No tenemos desequilibrios macro así que hay confianza. Tenemos un auge de inversión que es el más amplio que haya visto», añadió. El economista anotó que el factor económico más importante en Perú es la «recreación de la clase media», que a su vez ha impulsado el consumo.

Los relucientes edificios de oficinas en el distrito financiero de San Isidro son una prueba de esta nueva prosperidad. Pero los «pueblos jóvenes», como se conocen a los barrios más pobres de la capital, cuentan otra historia. Aunque no hay duda de que el auge económico ha liderado una reducción dramática de la pobreza, cerca de 30% de la población aún es de bajos recursos, especialmente en áreas rurales.

«Cualquier golpe externo podría devolver a la población por debajo de la línea de pobreza», anotó Hugo Perea Flores, economista de BBVA Continental en Lima.

En algunas partes del país, como la zona norte de Cajamarca, la población local se ha opuesto a proyectos de minería propuestos por empresas extranjeras. Aunque conflictos sociales de este tipo son aislados, han planteado un desafío importante para el gobierno del presidente Ollanta Humala.

«Nadie en Perú está peor que hace 20 años», dijo Juan Carlos Odar, economista del Banco de Crédito en Lima. Sin embargo, peruanos en algunas regiones rurales pobres no han visto los beneficios de la expansión, añadió.

Otro problema del país es la debilidad de las instituciones, una infraestructura inadecuada y una economía informal muy grande.

Colombia tiene un respiro

La guerra civil de Colombia terminó más recientemente que la de Perú. De hecho, el enfrentamiento con las Farc sigue activo, al igual que el tráfico de drogas. Pero gracias al fortalecimiento del ejército, la reducción de los actos terroristas y el secuestro y la persecución de los capos del narcotráfico, Colombia parece haber convencido a los inversionistas extranjeros que los cambios son duraderos.

La expansión del país tiene mucho que ver con la reducción de la violencia. Como Perú, la economía de Colombia ha sido empujada por el auge en las materias primas. Pero a diferencia de su vecino, Colombia no depende tanto de los metales, y a cambio tiene una importante contribución de la energía y la agricultura.

Si el gobierno consigue elevar la producción de petróleo a cerca de 1,5 millones de barriles al día en los próximos cinco años y si el crudo y en general el sector energético consiguen escapar a la tendencia a la baja de los precios de los commodities, Colombia podría ver un crecimiento sustancial en el sector energético.

«Vemos un auge del crudo que se expandirá durante los próximos tres a cinco años», dijo José Fernando Restrepo, analista jefe de InterBolsa S.A. en Medellín.

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Igualmente, aunque los productos agrícolas han tenido un desempeño inferior a los de otras industrias en la última década, algunos analistas ven una recuperación en el sector de alimentos. El ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, es uno de ellos. «Colombia es el único país de América Latina que no tuvo un milagro económico. El país tiene cacao, aceite de palma, caucho y ganado y cualquiera de esos podría ser ese milagro».

Colombia también ha construido una clase media que ha impulsado sectores como el minorista, el manufacturero, de comunicaciones, vivienda, transporte y turismo. También tiene una población joven, un factor clave para guiar el crecimiento. Cuarenta por ciento de los colombianos tiene menos de 20 años y 80% es menor de 50.

El gobierno colombiano también ha prometido gastar US$100.000 millones durante los próximos 10 años en la reconstrucción de la infraestructura. El presidente Juan Manuel Santos también ha dicho que construirá 100.000 viviendas gratis para los pobres y otorgará 140.000 hipotecas a las familias de bajos ingresos.

El riesgo para los dos países es que la desaceleración en los commodities se intensifique. Si la demanda, especialmente de China, se enfría o si la violencia se recrudece, Colombia podría perder impulso. Al igual que Perú, el país tiene una gran cantidad de pobres que no se han beneficiado del auge. De hecho, la tasa de desempleo de Colombia, de 10,8%, es una de las peores en Latinoamérica.

«Mi cálculo es que si China sigue creciendo al menos 7%, estaremos bien», dijo Echavarría.
Tomado de MarketWatch.com
Fuente: The Wall Street Journal, 26/07/12.
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El auge de Colombia y Perú beneficia a la banca

Por Polya Lesova  |  MarketWatch

 

LIMA, Perú — En el distrito comercial de San Isidro de esta ciudad, los bancos ocupan algunos de los edificios más relucientes, una muestra de la buena fortuna de la industria, impulsada por el auge económico de Perú.

Perú y su vecino Colombia han experimentado un crecimiento económico sólido en los últimos años y la industria bancaria local ha seguido el mismo camino.

Los bancos se han beneficiado de la expansión de su base de clientes potenciales a medida que la clase media crece y más personas salen de la pobreza, lo que a su vez ha alimentado la demanda de préstamos de consumo, tarjetas de crédito e hipotecas. En momentos en que los bancos de EE.UU. aún tambalean tras numerosos escándalos y tienen problemas para generar rendimientos adecuados a sus accionistas, muchos prestamistas en Perú y Colombia hacen alarde de un crecimiento de las ganancias envidiablemente robusto y rendimientos de dos dígitos sobre su capital accionario.

Guillermo Arbe Carbonel, un economista de Scotiabank en Lima, afirmó que la banca peruana ha seguido el ritmo de crecimiento orgánico de la economía y se ha beneficiado de un nivel históricamente bajo de penetración bancaria.

Antes, muchas familias y empresas no estaban en el radar de los bancos y ahora sí, indicó Carbonel. «También se ve en la construcción. Se están construyendo centros comerciales en todo el país y los bancos abrirán sucursales en esos centros comerciales. Ahora, es útil tener una tarjeta de crédito», aseveró.

Los préstamos hipotecarios están creciendo a tasas de dos dígitos. «Hay una movilidad social muy sólida», agregó.

Banco de Crédito, que es el mayor banco de Perú con más de 30% de la participación de mercado tanto en préstamos como en depósitos, reflejó la fortaleza de la industria con un aumento de 30% en sus ganancias del primer trimestre. Los préstamos e la entidad aumentaron 21% a US$17.600 millones interanual, impulsados por la banca minorista, en particular hipotecas y préstamos de consumo.

Aunque se prevé que los bancos locales registren un sólido crecimiento en sus ganancias este año, Perú sin dudas enfrenta algunos desafíos. Uno es la dolarización, o el uso generalizado de moneda extranjera, que proviene en parte de la experiencia dolorosa del país con la hiperinflación en los años 80.

Las instituciones financieras de países vecinos, especialmente de Brasil, también están buscando oportunidades en las dos naciones andinas. En febrero, el brasileño BTG Pactual compró Celfin Capital, con el fin de ganar exposición a los mercados de Perú, Colombia y Chile. En junio acordó comprar Bolsa y Renta, de Medellín, la principal corredora de Colombia.

Otro banco brasileño, Itaú BBA, la filial de inversión de Itaú Unibanco Holdings, estableció hace poco operaciones de banca mayorista en Colombia, y aparentemente Corpbanca, de Chile, busca activos en Perú, luego de adquirir los activos de Santander en Colombia.

En este país, el sector bancario también goza de un buen momento y atrajo el interés de inversionistas extranjeros. Préstamos comerciales y para consumo, que representan 90% del portafolio total, crecen a tasas de dos dígitos. Los créditos hipotecarios son sólidos aunque sólo representa alrededor de 8% del total. Aunque los préstamos incobrables han aumentado, se mantienen en niveles históricamente bajos, según Interbolsa.

A fines de los 90, Colombia sufrió una seria crisis hipotecaria, cuando los préstamos incobrables se dispararon. El gobierno intervino y recapitalizó las instituciones financieras que quebraron. Esa crisis retrasó el desarrollo del sector y redujo el crecimiento de los préstamos durante la década siguiente.

Grupo Aval, el enorme conglomerado liderado por el multimillonario Luis Carlos Sarmiento es el mayor grupo financiero de Colombia y controla alrededor de 30% del sector bancario local. Aval es dueño de varios bancos, incluidos Banco de Bogotá, el segundo mayor prestamista del país, y Porvenir SA, el mayor fondo de pensiones.

«Hay muchas oportunidades y los actores internacionales tienden a ver eso. Se están pagando primas para acceder al sistema colombiano», indicó Felipe Toro, analista de Interbolsa en Medellín.
Fuente: The Wall Street Journal, 26/07/12.

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