El Banco Central no sirve para hacer política social

julio 3, 2011 · Imprimir este artículo

El Banco Central no sirve para hacer política social

Por Juan Carlos de Pablo

 

El oficialismo quiere ampliar los roles de la entidad, pero sus funcionarios están preparados para otra cosa, según Thornton

 

¿Es el crédito un fenómeno monetario o real? ¿Puede existir en una economía de trueque? ¿Puede aumentarse vía emisión monetaria? ¿Qué significa encargarle al Banco Central que se dedique a financiar «actividades y proyectos de fomento social»?

Al respecto, me entrevisté con el inglés Henry Thornton (1760-1815), banquero y legislador que en 1802 publicó Crédito papel , por lo que -junto a su compatriota Walter Bagehot- se lo considera el padre del banco central moderno. Thornton fue calificado por Frederich August von Hayek como un hombre de bondad extraterrestre porque mientras fue soltero donó seis séptimos de sus ingresos, y luego de casarse la cuarta parte (entendible, dado que fue padre de nueve hijos).

-¿Qué es una operación de crédito?

-Imaginemos una isla habitada por Juan y Pedro. Cada uno, por día, saca del mar cinco peces. Pedro le puede prestar un pescado a Juan, quien se lo devolverá (con creces) en el futuro. Juan puede pedir prestado porque está ansioso por comer más pescados (préstamo para consumo) o porque, en vez de pescar durante todo el día, está construyendo una fileteadora de pescado (préstamo para producción).

-¿Por qué Pedro le exige a Juan que le devuelva más pescado que el que le prestó? ¿Por qué Juan está dispuesto a hacerlo? En otros términos: ¿por qué existe la tasa de interés?

-Porque a nadie le da lo mismo consumir hoy que en el futuro (preferencia en el tiempo) y porque el capital es productivo. Desde el primer punto de vista, la tasa de interés es la remuneración por el sacrificio de diferir el consumo.

-Explicación ridiculizada por quienes mostraron que, en cada momento, los acreedores (más ricos) consumen más que los deudores (más pobres).

-Esto es lo que surge de la foto, no de la película. En el ejemplo anterior, Juan y Pedro podrían tener el mismo nivel de ingreso.

-¿Puede haber crédito donde no existe el dinero?

-Perfectamente, como en el ejemplo inicial, donde se realiza una operación de crédito en un contexto de trueque.

-¿Por qué se confunde crédito con dinero?

-Porque como en la práctica vivimos en una economía monetaria, las operaciones de crédito se hacen en dinero. No obstante ello, la diferencia entre dinero y crédito es fundamental: cuando los economistas hablamos de demanda de dinero, pensamos en el efectivo que queremos mantener el bolsillo, o los depósitos que queremos mantener en los bancos. Quien afirma que necesita dinero para comprar una casa en cuotas, no demanda dinero, sino una casa, que quiere comprar a crédito.

-Si el crédito es un fenómeno real, ¿la tasa de interés también lo es?

-Discusión eterna entre los economistas; por ejemplo, entre los partidarios de la teoría de los fondos prestables y la de la preferencia por la liquidez. Las consideraciones reales siempre están presentes: se espera que en los países donde la población tiene gran propensión a ahorrar las tasas de interés sean menores, y que en los países donde existen grandes oportunidades de inversión las tasas sean más altas. Pero los cambios en la demanda de dinero pueden aumentar o disminuir la tasa de interés, más allá de las consideraciones reales. De esta verdad abusan quienes, en cualquier circunstancia, pretenden que el banco central genere crédito.

-¿Qué opina de encargarle al Banco Central que financie actividades y proyectos de fomento social?

-Todo banco central puede crear dinero a través del sector externo, cuando compra monedas extranjeras; del sector público, cuando compra bonos del Tesoro; o del sector financiero, cuando redescuenta operaciones realizadas por los bancos comerciales. Pero si se pretende modificar la Carta Orgánica del Banco Central para que financie los referidos proyectos, se está pensando que el instituto emisor se encargue de la operatoria de manera directa.

-¿Y bien?

-No me entusiasma, porque los funcionarios del Banco Central están entrenados para enfrentar otro tipo de problemas. Por algo se dice que los bancos centrales son «prestamistas de última instancia», no de «primera instancia».

-Don Enrique, muchas gracias.
Fuente: La Nación, 03/07/11.


Henry Thornton (1760-1815)

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