El dilema del Banco Central Suizo

agosto 1, 2012 · Imprimir este artículo

El dilema del Banco Central de Suiza

Por Nicholas Hastings

 

El Banco Nacional Suizo debe preguntarse bastante en qué se metió.

Cuando lanzó su política para evitar que el franco suizo cayera por debajo de 1,20 euros a comienzos de septiembre del año pasado, los beneficios para la economía suiza en términos de competitividad de las exportaciones superaban cualquier otra preocupación.

Sin embargo, datos recientes del banco central sugieren que se está volviendo cada vez más difícil manejar los miles de millones de euros que ha comprado en los últimos meses.

En un principio la solución era simple: comprar euros para evitar que el franco se apreciara, pero luego venderlos contra otras monedas.

De esta forma, el BNS sería capaz de mantener una cartera diversificada de divisas y no estar tan expuesto a la moneda única en sí, dados los riesgos planteados al euro por la crisis de deuda de la eurozona.

No obstante, las cosas no funcionaron tan así.

Un resumen de las reservas internacionales del segundo trimestre muestra que el total aumentó en 125.000 millones de francos suizos (US$153.000 millones) a CHF240.000 millones (US$295.000 millones) y ese rápido aumento ha dificultado la vida al BNS.

La porción de reservas denominadas en euros creció del 51% en el primer trimestre al 60%, lo que sugiere que las reservas crecieron demasiado rápido como para que el banco central las diversificara en otras monedas.

De hecho, los porcentajes de dólares, libras, dólares canadienses y yenes cayeron ligeramente. Si bien el BNS puede haber comprado algunas de estas monedas, su nivel frente al franco cayó durante el período informado, lo que significa que su proporción general en las reservas disminuyó. La proporción de otras monedas más pequeñas, como el dólar australiano y la corona sueca, sí creció levemente del 3% al 4%.

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Pero incluso el pequeño tamaño de estos incrementos fue una sorpresa para los estrategas que han estado culpando a las compras del BNS por la escalada tanto del dólar australiano como de la corona sueca.

Entonces, ¿cuál es el problema del BNS?

Ahora tiene una estructura de reservas que lo deja altamente expuesto a una moneda débil, la cual podría depreciarse aún más si la crisis de la zona euro continúa avanzando.

Producto de esa debilidad, el BNS ha sido incapaz de dedicarse a su política previa de diversificarse del euro por temor a impulsar una caída mayor de la moneda única.

Al mismo tiempo, diversificarse en monedas más pequeñas, menos líquidas con montos tan grandes representa un problema en sí mismo, ya que el BNS corre el riesgo de volverlas incluso más caras.

Todd Elmer, estratega de divisas de Citibank, destacó que esto deja al BNS con una cantidad considerable de reservas sin diversificar, incluso si dejara de intervenir el mercado para frenar cualquier futura caída del euro frente al franco.

Además, ante el creciente riesgo de «severas pérdidas de capital» por la creciente exposición a la moneda única, el BNS bien podría hallar que la confianza de los inversionistas comienza a decaer y que su batalla por defender el piso del euro se vuelve aún más difícil con el correr de los meses.
Fuente: The Wall Street Journal, 01/08/12.

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