El secreto de una madre en Wall Street – Entrevista a Sallie Krawcheck

diciembre 29, 2014 · Imprimir este artículo

El secreto de una madre en Wall Street – Entrevista a Sallie Krawcheck

Publicado originalmente en Abril de 2011.

Muchas personas consideran a Sallie Krawcheck la mujer más poderosa de Wall Street. Actualmente es la presidenta de riqueza global y gestión de inversiones de Bank of America Corp. También ha ocupado altos cargos en Citigroup y, antes de eso, en Sanford C. Bernstein Co. Hace poco habló con Alan Murray, editor de The Wall Street Journal, respecto a los desafíos de llegar a la cima como una madre trabajadora.

Murray: ¿Cómo lo hizo? ¿Cómo logró llegar a donde está en un sector tan dominado por los hombres como Wall Street?

Krawcheck: No hay absolutamente nada que supere el trabajo duro. Cuando uno sale de la universidad espera ser el más inteligente. Resulta que ninguno de nosotros lo es. Pero seguro que puedo ganarles a muchos trabajando arduamente. Detectando los puntos de impacto en diferentes negocios, concentrándome realmente en los clientes y trabajando sin descanso, uno ciertamente lo puede lograr. Pero el punto acá es considerar ser una madre que trabaja como un deporte extremo. Y pienso que no hay duda que criar hijos, tener una vida familiar y también tener un trabajo de tiempo completo en Wall Street es lo más extremo.

Murray: Cuando mira a Wall Street, ¿cuánto del problema que tienen las mujeres para avanzar tiene que ver con barreras estructurales o institucionales? ¿Y cuánto con las personales?».

Krawcheck: Comencemos con lo básico, que es el pelo y el maquillaje. Asumamos que le toma 15 minutos. Me he levantado antes que mi esposo desde el día en que nos casamos. Después, tiene el hecho de que las mujeres hacen el doble de trabajo en la casa que los hombres. E invertimos tres veces más del tiempo cuidado los niños.

Yo he tenido la suerte de contar con un gran marido sin el cual no lo podría haber hecho. El punto de inflexión fue el día que lo convencí que cuando el bebé se levantaba a la mitad de la noche y gritaba «mami», en realidad quería decir «padre de cualquiera de los dos sexos». Tiene que reconocer que dormirá menos y hay que tener la resistencia para lidiar con eso.

La segunda parte es la de Wall Street. Por un tiempo, el sector tuvo barreras altas debido a su complejidad. Tener que lidiar con instrumentos complejos tiende a atraer a los hombres.

También ha habido, por cierta cantidad de años, una cultura de la urgencia en Wall Street. Todo es lo más importante. Y por lo tanto, encontré que durante años, las tareas exigentes iban para los hombres. Lo que funcionó para mí fue ofrecerme a ir más allá, asumir los problemas que necesitan ser solucionados. Levantar la mano y decir «voy a ir más allá de lo exigente y asumir la misión realmente difícil» fue una manera de hacer algún progreso.

Murray: Usted ha hablado de cuánto exige la vida en Wall Street. Sopesando eso con las exigencias del hogar, ¿llegó alguna vez a pensar que no valía la pena el esfuerzo?

Krawcheck: Fui afortunada en que tuve un paréntesis en mi carrera cuando estaba entre los 20 y los 30 años. Pasé un período sin saber lo que quería hacer, estuve en la banca de inversión por un tiempo y dejé mi trabajo cuando quedé embarazada. Estaba en la onda de tal vez hacer algún trabajo de medio tiempo para poder pasar tiempo con mi hijo. Luego de unos meses, me encontré sobre mis manos y rodillas tratando de enseñarle a gatear. Y otro día unos amigos fueron a jugar tenis en pareja y me enfadó que no me invitaran. Dije: «No puedo hacerle esto a mi familia, no es justo para ellos, necesito trabajar».

Murray: Explique qué quiere decir con «no puedo hacerle esto a mi familia».

Krawcheck: Tenía simplemente demasiada energía como para hacerle eso al pobre niño. Déjeme que se lo haga a un grupo de clientes, a las personas que trabajan conmigo y reciben sueldo por eso. Desde entonces, realmente nunca me he preguntado si trabajar es o no la decisión correcta.

Murray: Después de eso, ¿nunca se sintió culpable?

Krawcheck: Cuando uno deja a un niño de 3 años llorando y gritando «mami, no te vayas» hay que tener un corazón de piedra para no sentir culpa. Pero nunca mostré miedo. Tenía la certeza de que amaba lo que estaba haciendo, de que era bueno para mi familia. Y fui muy firme al respecto.

Murray: ¿Le ha servido ser franca y cándida en su trabajo?

Krawcheck: Puedo decir la verdad. Pero no me siento cómoda gritándola en la oficina. Hay muchos hombres, particularmente en los servicios financieros, que pueden aullar, gritar, tirar cosas y nadie pestañea.

Murray: ¿Nunca lo hace? ¿Nunca grita o tira cosas?

Krawcheck: Ha sido poco frecuente. Lo he hecho estratégicamente un par de veces cuando realmente no estaba enfurecida pero pensé, bueno, voy a actuar como si lo estuviera porque realmente quiero que mi punto de vista quede claro.
Fuente: The Wall Strett Journal, 15/04/11


Sallie Krawcheck, ejecutiva de Bank of America.

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