En la Argentina ya no existen desocupados, existen subsidiados

julio 7, 2014 · Imprimir este artículo

Julián de Diego: «En la Argentina ya no existen desocupados, existen subsidiados».
Por Paula Urien.

El abogado de empresas usa varias servilletas de papel en un bar en donde se realiza la entrevista para explicar temas que considera clave. Una de las servilletas, quizás en la que escribió con más ímpetu, refleja lo que él cree una excelente solución para incorporar al mercado de trabajo genuino a aquellos que tienen un plan social o una subvención del estado. «El problema de quien tiene un plan es su temor a perderlo si le ofrecen un trabajo en blanco. ¿Por qué? Porque un empleo formal puede durar un tiempo, mientras que el plan pareciera ser para siempre. Sin embargo, esto se puede revertir ofreciendo a las empresas un puente, es decir tomar a trabajadores que tienen planes y seguir pagando estos planes durante dos años como parte del sueldo. Después, la empresa se hace cargo de la totalidad del salario, y si el trabajador se queda sin empleo, vuelve al plan», se entusiasma De Diego.

El abogado representa a 60 cámaras empresarias y 1600 empresas en su estudio, en el que trabajan 230 personas y llega a la entrevista casi afónico, después del estresante partido Argentina-Suiza.

-¿Se está a ciegas con las cifras del empleo?

-Un poco sí… Al que se queda sin trabajo le dan un plan social y no se considera desempleado. Nadie quiere dejar el plan, y por eso no aceptan un trabajo formal. De ahí que hay tanto trabajo en negro. La situación social va a tener mucha tensión. El gobierno tiene una oportunidad si llega a hacer estos puentes que favorecen la inserción formal. Los planes sociales son un drama delicadísimo. Es una herencia terrible que se transmite al nuevo gobierno,

-Y cae la tasa de actividad

-Ya no existen desocupados, existen subsidiados. Ése es parte del esquema mental que tenía Néstor (Kirchner), aunque creo que tenía en mente después el paso hacia la reinserción. Los planes sociales en el mundo llegaron para quedarse. La palabra inclusión es parte de la agenda de todos los países: tienen que estar todos dentro del sistema, el que no lo está, tendrá una ayuda económica pero temporaria, hasta pueda valerse por sí mismo.

-¿Qué opina sobre la nueva ley para incentivar el empleo registrado?

-Se trata de una utopía, porque para tener a una persona en blanco, tiene que haber actividad.

-¿Cómo analiza el cierre de paritarias?

-Este año va a quedar el salario por debajo de la inflación. Pero la mayoría de los convenios tiene alguna trampita… cuando dicen 29 en realidad es 32… Quienes están en convenio colectivo son los grandes ganadores de la era K. Por otro lado, de los 2000 sindicatos nuevos que hay, 600 son de personal jerárquico.

-¿Qué pasa con los no remunerativos, que resurgieron en las últimas paritarias y que parecían haber sido erradicados por un fallo judicial?

-La Corte los había fulminado y sin embargo se siguen usando. La inflación hace esto. Para poder tener las prestaciones no remunerativas (sin cargas sociales ni impuestos), hay que tener de cómplice al Ministerio de Trabajo y a la AFIP. Pero cuando el caso lo toma un juez, aplica González con Polimat, un fallo de la Corte Suprema que estipula que las horas extra, el aguinaldo, el preaviso, la indemnización por despido etc incluye los no remunerativos. Cuando el juez ordena la liquidación a la empresa, viene la AFIP. Muchos dicen que esto es el principio del fin: si se aplica lo retroactivo, la prescripción de las cargas sociales y jubilación es de 10 años. Y la prescripción impositiva por no haber pagado bien los impuestos son 5 años. Es impagable, ni siquiera para las grandes corporaciones. Hay que pensar que la industria petrolera tiene por ejemplo 25% de todo lo que paga de salarios sin cargas sociales ni impuestos.

-¿Cuál es la herencia que recibirá el próximo gobierno?

El que viene recibe toda la legislación laboral anquilosada y anacrónica, que podría ser de la posguerra, pero que no sirve para el siglo XXI. Perón se había enamorado del modelo de Mussolini, a quien admiraba. Tomó el sindicato único por actividad y leyes laborales. Las reformas de esta década que se hicieron a la ley de contrato de trabajo vuelven al modelo del año 1975. Hay una extraordinaria rigidez en las leyes laborales con un montón de principios de protección al trabajador, como si no tuviera inteligencia. Afecta a la competitividad de las empresas con altísimos costos laborales y condiciones que no se pueden modificar en situaciones de crisis o necesidad.

-Se les complica a las Pymes…

-Son las que más sufren. El 80% del empleo en la Argentina está en empresas de menos de 50 trabajadores que tienen costos laborales iguales a los de las multinacionales.

-¿Cuán cuestionado es el Sindicato único?

-Hoy está en crisis porque todo el mundo lo cuestiona. Para la representación empresaria, como es mi caso, se trata de un modelo muy conveniente porque hay un solo sindicato con el cual discutir las condiciones de trabajo. Pero no es conveniente para los trabajadores, que se están sublevado. Como no llegan a su máximo representante, se sublevan a nivel de las comisiones internas. Los trabajadores quieren elegir, ser afiliados voluntariamente. Al que no es afiliado le cobran la cuota de solidaridad igualmente. Hoy los dirigentes sindicales son a perpetuidad. Los delegados tienen una enorme influencia y se están adhiriendo a grupos que no son peronistas, sino socialistas.

-¿Cambió el panorama del año pasado a éste?

-Cambió porque hay un nivel de actividad mucho más bajo. Hoy se venden menos autos, menos artículos del hogar, menos alimentos, menos todo.

-¿Cómo se traduce en el mercado laboral? ¿Hay despidos?

-Sí, siguen los despidos por goteo en la mayoría de las actividades, que vienen desde hace un tiempo de manera sistemática y que se ha convertido en un problema. Todos los meses va cayendo el empleo y se ve mucho en pequeños comercios que cierran. Hay una falta de creación de nuevos puestos de trabajo. Solamente para mantener el mismo nivel de empleo hay que crear 400.000 nuevos puestos por año. Si esto no sucede, se cae un punto en el nivel de ocupación. Hoy hay menos creación de puestos de trabajo y suspensiones subsidiadas.

-¿Existen en las empresas los Comités de Crisis?

-Todas las empresas grandes tienen un Comité de crisis interno, formado por ejecutivos clave de la organización y quizás asesores. Se plantean los cambios que habría que hacer en el diseño del modelo para adecuarse a las nuevas condiciones del mercado. Por ejemplo, si yo tengo una caída del 20% de la producción, tengo que readecuar la estructura al nuevo modelo de demanda.

-¿Podría volver la doble indemnización?

-Hay quienes dicen, aunque yo lo veo lejos, que a fin de año podría llegarse a un nivel de desempleo tal que podría colocar sobre el tapete en las decisiones del Gobierno la doble indemnización. Pero desde el punto de vista político sería una catástrofe volver a la doble, ya que no vendría de arrastre de otro gobierno, como la anterior. Yo creo que el nivel de desocupación va a ser muy preocupante a fin de año o principios de 2015.

-¿Se ve voluntad de despedir?

-Acá hay un tema muy importante. Las empresas han hecho una inversión muy grande en capacitación. Hay muchos que no quieren despedir, entonces hacen suspensiones rotativas, se deja de trabajar los viernes, por ejemplo. Toman medidas paliativas que se pueden usar durante un tiempo, no eternamente.

-¿Qué están esperando las empresas?

-Que por razones políticas, el Gobierno tenga que desparramar recursos para reactivar los mercados, porque si no, va a llegar a una etapa electoral en el medio de una recesión furibunda y eso es poco viable que este gobierno lo acepte. Todo el mundo dice que están enfriando el mercado para contener la inflación, también han bajado la emisión monetaria. La inflación bajó, aunque será muy alta este año. La sensación es que puede ser que haya una reactivación porque la estanflación, es decir, inflación más recesión, sería catastrófica para el Gobierno.

Cambiando de tema, ¿es lícito controlar el uso de Internet?

-Todas las empresas tienen mecanismos de control de los contenidos de internet. Yo les digo a los ejecutivos que se olviden de pensar que Internet es una vía confidencial de comunicación. Por una cuestión de verificación de fraudes internos, para controlar las reglas de transparencia, para cumplir con los códigos de ética, que no hayan corruptelas internas, ni negocios infieles a la compañía, controlan el correo corporativo y también el privado si la herramienta está provista por la compañía. Hay sanciones penales si uno entra al correo privado de una persona sin su autorización, pero las empresas, cuando el trabajador abre el correo, aparece un cartel que dice «autorizo a la empresa a revisar mi correo». Si no lo autoriza, no lo puede usar. Hay otras que le hacen firmar al trabajador un reglamento de uso de las herramientas informáticas.

-¿Y las cámaras de seguridad?

-Hoy son una herramienta importante y cada vez se aceptan con más flexibilidad por parte de los jueces, aunque no como una prueba única.

-¿Están buscando gente en el estudio?

– Siempre. Recibimos 1.500 currículums por mes.

-¿Cuánto es el sueldo de un abogado?

-Junior o sin experiencia está entre los 6 y 7000 pesos, quizás 8000 con idioma. Pero un abogado que ingresa a un banco entra ganando 12.000 pesos. Un senior gana entre 20 y 25.000 pesos y de ahí hasta 80.000 en muy casos puntuales.

Fuente: La Nación, 06/07/14.

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