Helpers: personas que solucionan todo

agosto 22, 2015 · Imprimir este artículo

«Arreglavidas»: empresas que solucionan todo

Cada vez es más común delegar en profesionales soluciones a temas cotidianos, como buscar a los chicos en la escuela o encontrar compañía para ir al cine.

Por Laura Reina.  

Para ella, cada día es una incógnita. Aunque intenta organizar sus horarios en función de sus necesidades familiares, como consultora independiente de marketing móvil, Andrea Dowyer se enfrenta con imprevistos diarios. Lo habitual son las reuniones laborales «sorpresa» o las que se extienden y se superponen con los horarios de salida del colegio o de fútbol de sus mellizos de 6 años; incluso con las citas médicas de su madre. Más de una vez, Andrea confiesa que pensó: «¿Y si hubiera alguien que resolviera esto por mí cada vez que lo necesite?» Hasta que una amiga le habló de un sitio que se acercaba bastante a ese deseo. «Había oído de empresas que iban a arreglar cosas a tu casa, pero no de compañías que te ayudaran con cuestiones más personales», dice Andrea, que un poco con temor, pero también movida por la necesidad, cargó sus datos y su tarea a resolver en la Web de Helpways, un sitio que ofrece helpers (proveedores de servicios) y los conecta con usuarios que necesitan de ellos. Su primera asignación fue que alguien acompañara a su madre de 83 años a su visita médica. «Tiene que ir con alguien que la baje del auto, toque el timbre y la acompañe. Y yo, por cuestiones laborales, a veces no puedo», cuenta.

helperAndrea quedó tan conforme que ante una reunión con un cliente que se extendió, volvió a recurrir a esa empresa y pidió por Verónica, la helper que había acompañado a su mamá, para que, esta vez llevara a sus mellizos a fútbol. «Ya conocía cómo se manejaba, le tengo confianza. Y mis hijos se fueron tranquilos porque les explicamos quién era, que los iba a acompañar hasta fútbol y que los iba a llevar de nuevo a casa -relata-. Hay un seguimiento permanente desde la empresa, que te avisa si llegaron o si están por salir. Es un concepto novedoso; por supuesto hay cuestiones culturales y miedos que hay que vencer, pero eso también te pasa cuando subís a tus hijos al micro escolar», reflexiona.

Sucede que esas tareas que antes eran confiadas a un vecino o a un familiar, hoy son tercerizadas a través de empresas «arreglavidas», que prometen solucionar esos imprevistos cotidianos de forma eficiente y se hacen cargo de aquello que, generalmente por falta de tiempo, uno no puede hacer. Mónica Monacci, creadora de Helpways, sostiene que lo que más le sorprende es la demanda creciente de servicios de asistencia a personas. «Es el corazón de la empresa -asegura-. Si trabajás todo el día y tenés padres grandes e hijos pequeños, lo más probable es que no puedas pedir siempre permiso para irte antes. Por eso, nuestro foco está puesto ahí, aunque también tenemos gente que hace arreglos, que cocina o que anima cumpleaños.»

Trinidad Lanús conoció a Helpways en un momento muy complicado de su vida. Primero pidió asistencia a domicilio para su mamá enferma y luego, cuando la hospitalizaron y no sabía con quién dejar a su perra Cocó, volvió a llamar para solicitar un dogsitter que se quedara a su cuidado mientras ella acompañaba a su madre internada. A pesar de que jamás lo había visto, la DJ de 29 años le entregó las llaves de su casa a Leonardo Tiscornia, el cuidador y educador canino, y se fue por dos días a acompañar a su mamá. «Me pareció mejor que Cocó se quedara en casa porque es su lugar, y si encima yo no estaba iba a ponerse mal -dice Trini-. La verdad es que dada la situación que estaba pasando no lo pensé mucho, hay gente que prefiere que el cuidador se los lleve a la casa, pero yo no sabía cómo era y preferí así. La primera vez que metés un extraño en tu casa te da cosa, pero la verdad es que estaba tranquila porque ya tenía el antecedente de cuando cuidaron a mi mamá en su casa.»

 
Trinidad Lanús llamó de apuro a Leonardo Tiscornia para que cuide a Cocó mientras acompañaba a su mamá internada. Foto: Paula Salischiker
 

Como yapa, Trinidad terminó contratando a Leonardo como educador canino: «Cada vez que me iba de casa la perra me rompía todo y tenía que volver a comprar almohadas, muebles y demás cosas. Pero después de tres meses de tratamiento, Cocó ya no lo hace. Leonardo arrancó de cuidador, pero terminó siendo un educador», dice la joven DJ que no duda en llamar a Helpways a la hora de una urgencia.

Pero así como hay urgencias y se acude a estas empresas en momentos complicados, también hay otros asuntos un tanto más domésticos que demandan expertos para solucionar imprevistos y problemas hogareños. En ese segmento, Zolvers, Iguana Fix y Maridos a Domicilio encabezan la lista de empresas que «resuelven problemas». Fabio Carabajal, dueño de Maridos a Domicilio, explica que el éxito de estas empresas tiene que ver con que los hombres ya no se encargan de las tareas técnicas y de mantenimiento del hogar. «La necesidad más marcada tanto de hombres como mujeres son las cosas cotidianas, esas que nadie quiere hacer -dice-. El famoso chiquitaje, que incluye cambiar el cuerito, regular las puertas de las alacenas, atornillar el zócalo suelto y cambiar lamparitas y arreglar tomas eléctricos y mochilas de inodoros», enumera Fabio, que trabajó como mecánico de aviones para Lapa y Aerolíneas Argentinas.

A diferencia de otras empresas, que cobran por tarea, en Maridos a Domicilio se cobra por hora de trabajo, con un mínimo de dos. «Cuando llaman les pido que hagan un listado de cosas por resolver, que generalmente son un montón. Son cosas pequeñas que te cambian el ánimo. Muchas mujeres se quejan del marido, al que le habían pedido hace tiempo que arreglara el cajón que estaba vencido. Y aunque no parezca, cuando esa pequeñez está resuelta, sienten una satisfacción enorme», asegura Fabio, que también asesora y acompaña a comprar artefactos de baño e iluminación a clientes algo desorientados en su elección.

 
Fabio Carabajal, de Maridos a Domicilio, soluciona problemas en la casa de Silvana Cisterna. Foto: Silvana Colombo
 

Hay gente que también contrata «expertos» para tareas más banales como acompañar a un familiar al cine, ordenar placares, comprar y poner nombre a cada útil escolar de sus hijos, o para despiojizar sus cabezas, como en el caso de Agustín Espinoza, que llevó a sus tres hijas a Chau Piojos antes de empezar las clases para ponerlas en cero. «Con mi mujer les pasamos regularmente el peine fino y les fuimos sacando de a poco, pero después de un verano con sobrepoblación de chicos en casa y pileta, la cosa se desmadró y nuestro esfuerzo no alcanzaba. Además son tres mujeres con el pelo largo, era imposible que pudiéramos hacer esa tarea bien», reconoce Agustín, muy satisfecho con el resultado final.

¿Prejuicios que se caen? ¿Modelos sociales obsoletos que cambian? La delegación en profesionales de las cuestiones cotidianas abre, sin embargo, algunos interrogantes. Para muchos, la tercerización de la vida cotidiana llegó como una solución al gran problema de la falta de tiempo. Sin embargo, según algunos especialistas, si hay alguien a quien le falta tiempo es porque hay gente a la que le sobra y pone en venta su disponibilidad. «De todas estas empresas ‘arreglavidas’, lo que me parece interesante no es lo del plomero que va a arreglarte un cuerito, sino el acompañamiento de personas -dice la doctora en Sociología Cecilia Arizaga, directora de la carrera de Sociología de la UCES-. Lo que surge aquí es nada menos que una expertización o profesionalización de lo cotidiano. Hay alguien que se vuelve experto por estar disponible, por tener el tiempo. Estas prácticas se vuelven un objeto de consumo, para que todo sea posible de ser ofertado y consumido. Es la extensión de la sociedad de consumo a la vida personal. El mensaje es que todo se puede conseguir si lo pagás», sostiene.

Para Arizaga, la figura del helper, y su concepto, remite a «una utopía donde frente a una sociedad enajenada, donde los individuos están saturados de obligaciones y trabajo, y no tienen tiempo, aparecen estas figuras para solucionar o cubrir esas cuestiones afectivas que hoy forman parte del mercado. La actual es una sociedad con falta de tiempo para dedicarle a otro ser querido y esto supone una desconexión, la imposibilidad de generar redes de ayuda real».

En esta línea, el experto en vínculos, Sergio Sinay, advierte que la proliferación de este tipo de servicios puede alivianar la vida, pero están lejos de resolverla. «Muchas de estas cosas que se tercerizan tienen que ver con el ejercicio de vivir -sostiene-. Hace tiempo se instaló la idea de que vivir es pasarla bien, entonces no queremos ocuparnos de tareas aparentemente aburridas o trabajosas. Pero incluso en esas tareas que parecen fatigosas hay experiencias y aprendizajes. El tiempo que <<ahorrás>> porque no fuiste a buscar a tu hijo, o no hiciste el trámite que tenías que hacer, ¿para qué lo estás aplicando? Probablemente para seguir alimentando esta sociedad de consumo exacerbado, una sociedad más de servicios que de productos», expresó.

Arizaga amplía: «Es notable la importancia que cobra el sector servicios dentro de esta sociedad, servicios pensados para grupos sobreocupados -define la socióloga-. Lo que aparece claramente es una complementariedad e intercambio entre este sector sobreocupado que necesita de estos servicios, algunos banales y hasta aspiracionales como contratar a alguien que te ordene el placard, y los que encontraron un nicho de negocios en esto de brindar esos servicios aspiracionales», dice.

La psicóloga social Gladys Adamson, directora de la Escuela de Psicología Social del Sur, entiende por su parte que este tipo de empresas proliferan en las grandes ciudades gracias a tres ejes: la tecnología, el pragmatismo de la sociedad de consumo y la necesidad de producir para esa sociedad. «La inmediatez de la tecnología afecta la densidad de los vínculos. Hay necesidad de ir resolviendo paquetes de cosas, pero en esa vorágine no se jerarquiza y eso te lleva a resolver todo como si fueran iguales, y se delega en desconocidos las cuestiones más importantes, como los padres o los hijos», opina.

Para Sinay, con la tecnología, a pesar de la promesa de contacto, la gente se ha ido aislando. «El contacto virtual es inmediato y cómodo. El real implica un trabajo, ocuparse. Lo virtual es cómodo, pero te va llevando a un estado de aislamiento y cuando necesitás del otro para que te dé una mano, no lo conseguís. Somos solidarios en las tragedias, pero es una solidaridad espasmódica. La cooperación silenciosa y cotidiana, la que se sostiene en el tiempo, se diluyó. Uno tiene que estar para el otro para tener otro que esté para uno», resume.

En este no poder contar con el otro, Adamson recuerda una publicidad en la que el dueño de Beto, un gato persa, no podía encontrar quién cuidara a su mascota en su ausencia porque estaban todos de vacaciones. «Estas empresas son un poco el reflejo de lo que pasa -sostiene-. Y como él tampoco quiere resignar sus vacaciones, deja al gato solo. Son firmas que vienen a resolver esas cuestiones que antes las resolvías con un familiar.»

En la vorágine de la vida diaria, con lazos sociales reales menos fuertes, aparece la necesidad de confiar en un otro que no conocemos, pero que pasó el filtro de una compañía. «Es casi una paradoja -reflexiona Arizaga-. Porque son empresas que venden confianza en una sociedad donde todos desconfían de todos. > es un valor. Es una confianza mediada por el mercado. Pero es una confianza al fin», concluye.

Servicios de todo tipo

Algunas opciones para distintos asuntos

Helpways

Se especializan en cuestiones personales, como acompañar a alguien al médico o buscar a los chicos en un cumpleaños. www.helpways.com

Maridos a Domicilio

Los precursores de los arreglos hogareños a domicilio. Se especializan en arreglar todo tipo de desperfectos, desde los más pequeños hasta grandes reformas. www.maridos-a-domicilio.com

Chau piojos

Se encargan de dejar las cabezas de los niños libres de piojos y liendres. Tienen sede en Belgrano. www.chaupiojos.com

—Producción de Natalí Ini-

Fuente: La Nación, 22/08/15.

 

.

Comentarios

Algo para decir?

Usted debe estar logueado para escribir un comentario.