IMPSA pide una quita de más del 70% a sus acreedores

agosto 8, 2015 · Imprimir este artículo

Para salir del default, Impsa ofrece una quita de más del 70% a sus acreedores

Busca reestructurar pasivos por poco más de US$ 950 millones y terminar con una deuda de US$ 400 millones; resistencia entre los acreedores.

Por Florencia Donovan.

impsa logoHasta ahora no se ha hecho una oferta formal, pero los asesores de Impsa, la empresa metalúrgica mendocina que entró en cesación de pagos en octubre del año pasado, comenzaron esta semana a sondear a sus acreedores con una agresiva propuesta de canje, que contempla una quita del valor presente de más del 70 por ciento.

Según confiaron a LA NACION fuentes familiarizadas con la operación, la propuesta incluye un menú de cuatro bonos, dos en pesos y dos en dólares, con un plazo promedio de 20 años. «Todavía se están definiendo varias cuestiones. Hay una posibilidad de que los bonos en pesos sean algunos a tasa fija y otros atados al dólar», explicó otra fuente. «Cualquiera que sea la combinación, la idea es que la deuda resultante no supere los 400 millones de dólares», detalló.

Consultados al respecto, desde la empresa del Grupo Pescarmona no hicieron declaraciones. Tampoco desde la consultora Quantum, que dirige Daniel Marx, y que fue contratada, junto con su socia brasileña, Evercore G5 Advisors, para llevar adelante la reestructuración financiera de la empresa.

Se estima que Impsa tiene deuda por unos US$ 950 millones, entre los cuales se cuentan unos US$ 250 millones de deuda directa y US$ 700 millones de avales entregados por la compañía.

En el mercado local existe una gran cantidad de compañías de seguros que tienen bonos en default. Dado que, en su momento, los títulos habían sido calificados por parte del Gobierno como aptos para ser incluidos dentro del cajón de inversiones en la economía real (o inciso «K»), que están obligadas a hacer las compañías desde hace algunos años.

De ahí que muchas decidieron reclamarle una solución a la Superintendencia de Seguros. «Fuimos a reclamar porque el Gobierno presionó mucho para que invirtamos en el inciso K [que contempla que deben destinar una porción de sus inversiones a la economía real]. Pero ahora esto es un pufo que nos comimos todas», apuntó el responsable de una aseguradora líder.

La Superintendencia autorizó a las empresas a previsionar los títulos de Impsa en un plazo de 24 meses, pero en el sector existe gran descontento. Incluso algunas advierten que podrían llegar a reclamarle a la metalúrgica mendocina por la vía judicial.

«Hay mucho descontento entre los acreedores, sobre todo entre los obligacionistas», apuntó a LA NACION el asesor de otro grupo de acreedores independientes. «Hay chances de judicializar. Pero voluntariamente todos están dejando pasar el tiempo, la compañía y los acreedores. Puede salir para cualquier lado esto», aseveró. Fuentes familiarizadas con la operación coinciden en que no será una reestructuración fácil. La idea de Impsa sería lograr una adhesión de dos tercios de sus acreedores y, en el marco de un acuerdo preventivo extrajudicial (APE, en la jerga legal), forzar al resto de los bonistas a adherirse al canje de deuda.

Como parte de la reestructuración, los accionistas controlantes ya habían comunicado hace algunos meses a la Comisión Nacional de Valores que estaban dispuestos a ceder el 25% de la compañía a un fideicomiso en beneficio de sus acreedores.

También se cree que la empresa estará forzada a vender algunos activos. Según trascendió, Xinjiang Goldwind Science & Technology, la mayor fabricante de turbinas eólicas de China, estaría trabajando en un acuerdo con el fin de adquirir la totalidad o parte de Wind Power Energy, compañía que el grupo Pescarmona tiene en Brasil.

Fuente: La Nación, 08/08/15.

 

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