La debilidad de la economía global

junio 26, 2011 · Imprimir este artículo

Esa sensación de estancamiento que acecha al mundo

Por Nouriel Roubini

 

NUEVA YORK – A pesar de la serie de eventos de baja probabilidad y alto impacto que han afectado a la economía mundial en 2011, los mercados financieros continuaron aumentando sin cesar hasta hace un mes atrás. El año comenzó con el alza de los precios de los alimentos, el petróleo y las materias primas, lo que dio pie al espectro de la inflación. Luego estalló la agitación en Oriente Próximo, lo que elevó más el petróleo. Luego ocurrió el terremoto de Japón, que dañó su economía y las cadenas de suministro globales. Y después, Grecia, Irlanda y Portugal perdieron el acceso a los mercados de crédito, lo que les hizo recurrir a paquetes de rescate del FMI y la Unión Europea.

Pero ese no fue el final. Aunque Grecia fue rescatada hace un año, el plan A ha fracasado. Será necesario otro plan de rescate oficial o un rescate de los acreedores privados, opción que crea desacuerdo entre políticos europeos.

Ultimamente, la preocupación por el déficit fiscal de Estados Unidos dio como resultado luchas políticas internas, que casi provocaron un cierre del gobierno. Una batalla similar se está fraguando ahora sobre el «techo de deuda» de Estados Unidos, que, si no se resuelve, implica el riesgo de un impago «técnico» de la deuda pública de Estados Unidos.

Hasta hace poco, los mercados parecían descontar estos choques; aparte de unos pocos días, cuando el pánico sobre Japón u Oriente Próximo provocó una corrección, continuaron su marcha ascendente. Desde finales de abril, se ha afianzado una corrección más persistente en los mercados bursátiles mundiales, impulsada por preocupaciones de que el crecimiento en todo el mundo pueda estar desacelerándose.

Los datos de Estados Unidos, el Reino Unido, la periferia de la eurozona, Japón e incluso las economías de los mercados emergentes están dando señales de que parte de la economía mundial puede estar estancándose, si es que no entrando en una recesión de doble caída. También ha aumentado la aversión global al riesgo, así como la opción de seguir «demorando y rezando» sobre Grecia se está volviendo menos deseable, y es cada vez más probable el fantasma de una salida desordenada.

Los optimistas argumentan que la economía mundial ha dado con un «pequeño bache». Hay buenas razones para creer que estamos experimentando una caída persistente. Los problemas de la periferia de la eurozona son, en algunos casos, problemas de insolvencia real: altos déficits y deudas públicas y privadas en ascenso; sistemas financieros dañados que se deben limpiar y recapitalizar; pérdida de competitividad; falta de crecimiento y desempleo en aumento. No es posible negar que las deudas en Grecia, Irlanda y Portugal tendrán que ser reestructuradas.

Los factores que ralentizan el crecimiento de Estados Unidos son crónicos. Incluyen el desapalancamiento persistente del sector privado y público; el alza del petróleo; la débil creación de empleo; otra crisis en el mercado de la vivienda; problemas fiscales a nivel estatal y local, y una carga insostenible de deuda y déficit a nivel federal.

El crecimiento se ha estancado en el Reino Unido durante los últimos dos trimestres, con una arremetida de austeridad fiscal en un momento en que la inflación está aumentando, lo que impide al Banco de Inglaterra flexibilizar la política monetaria. La inflación puede incluso obligarlo a elevar las tasas antes del otoño boreal. Y Japón vuelve a caer en recesión.

Todas estas economías estaban creciendo anémicamente, ya que el actual proceso de desapalancamiento requirió una desaceleración del gasto público y privado a fin de aumentar el ahorro y reducir las deudas. Ahora, los estímulos monetarios y fiscales se han eliminado en la mayoría de ellos, o pronto lo serán.

Si lo que está sucediendo resulta ser algo peor que un bache temporal, se profundizará la corrección del mercado, lo que debilitará el crecimiento a medida que los efectos negativos sobre la riqueza de la caída de los mercados de capital reduzcan el gasto privado. Y, a diferencia del período 2007-2010, en que cada shock negativo y desaceleración del mercado fue contrarrestado con más medidas de políticas por parte de los gobiernos, en esta ocasión las autoridades se están quedando sin municiones y pueden ser incapaces de poner en marcha la economía real.

Esta falta de municiones de políticas se refleja en la adopción por parte de la mayoría de las economías avanzadas de alguna forma de austeridad para evitar un «choque de trenes» fiscal en el futuro. La deuda pública es elevada, y muchos fondos soberanos están al borde del colapso, por lo que la capacidad de los gobiernos de respaldar a sus bancos se ve limitada. Es posible que no ocurra otra «flexibilización cuantitativa» por parte de las autoridades monetarias, ya que la inflación aumenta en las economías avanzadas.

Si los datos mundiales reflejan algo más serio que un hipo, las autoridades podrían encontrarse con manos vacías. Si eso ocurre, el riesgo de un estancamiento aumentaría.
El autor es profesor en la Escuela Stern de Negocios de la Universidad de Nueva York.
Fuente: La Nación, 26/06/11.

Comentarios

Una Respuesta para “La debilidad de la economía global”

  1. Apagando el brillo del ORO. Corrección de precios en los mercados. on abril 17th, 2012 01:27

    […] oro en su recorrido pasado, se ha visto influenciada y reforzada por las dudas surgidas sobre la debilidad de la economía mundial –especialmente en la zona euro- dándose por hecho que los gobiernos europeos o americanos debían […]

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