Las nuevas oficinas abandonan al cubículo

abril 6, 2013 · Imprimir este artículo

Las oficinas le dicen ‘adiós’ al cubículo
Por Ben Kesling y James R. Hagerty

Las mismas personas que crearon el cubículo de oficina ahora están generando ganancias intentando eliminarlo.

Conforme se recupera la economía de Estados Unidos, los fabricantes de muebles de oficina, vapuleados por la recesión, están generando ventas al persuadir a las empresas de que nuevas formas de distribuir los espacios de oficina pueden fomentar la colaboración y, en algunos casos, reducir los costos.

Herman Miller Inc., que ayudó a propulsar la fascinación por el cubículo hace más de 40 años, es ahora uno de los proveedores que está liderando esta campaña. Sus ingresos han crecido casi un tercio en los últimos dos años, gracias a clientes como Microsoft Corp.

El gigante de software contrató a consultores de Herman Miller para monitorear cómo se empleaba el espacio en algunas de sus instalaciones. Hallaron, entre otras cosas, que las salas de conferencia diseñadas para 20 personas a menudo eran utilizadas por sólo dos o tres. Por tanto, Microsoft creó más salas de «enfoque», espacios más pequeños donde se podían reunir entre dos y cuatro personas. «El trabajo realmente se está haciendo en equipos más pequeños», apunta Martha Clarkson, estratega global de espacio laboral de Microsoft.

Las oficinas posteriores a la era del cubículo comenzaron a surgir con fuerza hace alrededor de una década, inspiradas por cambios en la forma en que la gente trabajaba. Presentaban paneles más bajos entre escritorios, o incluso ninguno, y más zonas designadas para conversar, para fomentar sesiones espontáneas para resolver problemas.

Si bien a muchas empresas les intrigaba la tendencia, la recesión la frenó, causando en 2009 una caída de 26% en los ingresos de la industria estadounidense de los muebles de oficina, según la investigadora de mercado IBISWorld. Sin embargo, recientemente el repunte de los mercados y un mayor optimismo sobre la economía han resucitado «los proyectos que llevaban varios años dormidos», dice Franco Bianchi, presidente ejecutivo de Haworth Inc., uno de los mayores fabricantes de muebles de oficina del país.

Esa es en parte la razón por la que IBISWorld prevé que 2013 sea el año de crecimiento más fuerte del sector en casi una década. La firma pronostica que los ingresos de los fabricantes de mobiliario de oficina asciendan a US$21.500 millones este año, un aumento de más de 4% frente a 2012, aunque aún 26% por debajo de su máximo en 2006.

Bianchi ha reaccionado a las preocupaciones de sus clientes sobre el gasto mejorando su servicio y proporcionando más asesoría de diseño. Dice que Haworth ha contratado a 20 empleados que trabajan con los clientes para crear entornos laborales efectivos. Haworth calcula que sus ventas han aumentado 18% desde 2009, a US$1.310 millones en 2012.

Herman Miller es reconocida como la creadora del cubículo en los años 60, cuando presentó una línea de paneles y escritorios que podían ser configurados de varias formas.

En aquellos tiempos, las oficinas privadas eran un símbolo de rango y privilegio. Pero las particiones podían organizarse de manera que otorgaban a los empleados una privacidad similar. En las siguientes décadas, los cubículos se volvieron omnipresentes.

Últimamente, conforme las comunicaciones electrónicas suplantaron al papel y los monitores de pantalla plana y las laptops reemplazaron a las voluminosas computadoras de escritorio, las empresas vieron que los empleados tenían espacio extra. Algunos incluso se sentían aislados.

«Se están produciendo cambios increíbles en la demografía de los espacios de trabajo», señala Tracy Brower, una ejecutiva de Herman Miller que asesora a clientes sobre cómo distribuir sus oficinas. Muchos de esos clientes exigen datos puros y duros sobre las mejores maneras de impulsar la productividad y mejorar la moral del equipo mediante el diseño de interiores. «Los clientes piden más datos cuantificables a la hora de tomar decisiones».

Para obtener más información sobre la conducta de los empleados, Herman Miller cuenta con su propia división de investigación, que usa herramientas tecnológicas. Por ejemplo, coloca sensores electrónicos en las sillas de las oficinas de algunos clientes para determinar con qué frecuencia están ocupados.

La investigación demuestra que muchos cubículos son usados apenas algo más de un tercio de la jornada laboral, y las oficinas individuales pueden estar vacías 80% del día.

En base a esas observaciones, la compañía lanzó Avive, una fila de mesas separadas que pueden emplearse como escritorios personales o juntarse para formar un grupo.

El mes pasado, Herman Miller reportó un alza de 11% en su ganancia del tercer trimestre, a US$16,5 millones. Para el año fiscal concluido en junio de 2012, los ingresos de la empresa aumentaron 4,5%, a US$1.700 millones, tras dar un salto de 25% el año antes.

Fuente: The Wall Street Journal, 05/04/13.

Las empresas ahora prefieren diseñar espacios donde los empleados se pueden reunir fácilmente en vez de los cubículos que causaron sensación en los años 60, que proporcionaban mayor privacidad.

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