Las tarjetas de presentación se niegan a desaparecer

marzo 7, 2014 · Imprimir este artículo

Las tarjetas de presentación se niegan a desaparecer
Por Ryan Knutson

BARCELONA — Damon Wayans, ahora un desarrollador de aplicaciones para teléfonos inteligentes, entregó tarjetas de presentación la semana pasada en Barcelona, durante la mayor conferencia de teléfonos móviles del mundo, intentando incentivar el interés por su alternativa a uno de los artefactos más duraderos de la vieja economía: la tarjeta de presentación.

«Es molesto», dijo el actor y comediante, en referencia a la ironía de tener que usar una tarjeta de presentación para promocionar una aplicación que busca deshacerse de ellas por completo.

La aplicación, llamada Flick Dat, les permitiría a los usuarios compartir contactos de un teléfono a otro con un movimiento del dedo pulgar. La versión final de la aplicación aún no fue lanzada, así que para mantenerse en contacto con la gente que conoce, hace lo mismo que el resto del mundo: les entrega una tarjeta.

Wayans, conocido por su sentido del humor, se lo toma en serio: «No quiero que esto sea lo más gracioso que haya hecho», aseguró.

La tecnología estadounidense llevó al hombre a la Luna, inventó Internet y creó autos que se manejan solos. Pero hasta ahora no ha podido reemplazar una herramienta de negocios que tiene sus raíces en la invención china del papel, la imprenta de Gutenberg y la habilidad de los vendedores de seguros para socializar.

Wayans es sólo el más reciente adepto a la tecnología que afirma haber encontrado una forma mejor. Pero enfrenta un gran desafío.

Jack Dorsey, quien fundó Square y cofundó de Twitter Inc., es conocido en Silicon Valley por su campaña para eliminar el uso innecesario de papel, que le parece un desperdicio. La mayoría de la gente en su empresa nueva de pagos no tiene tarjetas de presentación.

Eso funciona bien para Dorsey, quien no necesita ser tan accesible. Pero no fue le sirvió a Kay Luo, que como inversionista y ex portavoz de la empresa necesitaba intercambiar información de contacto constantemente.

«Yo era esencialmente la tarjeta de presentación de Jack», sostuvo. Sólo que no tenía tarjetas para entregar. Una vez tomó unas calcomanías con el logo de Square y escribió su número y dirección de email en la parte de atrás.

David Morken, presidente ejecutivo de la firma de telecomunicaciones Bandwidth.com, que fabrica tecnología que permite llamadas telefónicas por Internet, hace poco dejó de usar tarjetas de presentación. Pero no siempre fue así.

Luego de cofundar la empresa en 1999, intentó ahorrar dinero al imprimir sus propias tarjetas. El problema fue que las tarjetas tenían bordes perforados. Para solucionarlo, pasó horas repasando los bordes de la menos 50 tarjetas con hilo dental o cera —no recuerda cuál— para alisarlos.

En esa época era una cuestión de credibilidad: «Si no entrego una tarjeta, significa que no soy un negocio legítimo», agregó.

Hoy ya no le importa. «Llegué a un punto donde me siento estúpido» entregando tarjetas, dijo Morken.

El gigante de telecomunicaciones francés Orange avanza en otra dirección totalmente distinta. En lugar de deshacerse de las tarjetas de presentación, el departamento de relaciones públicas de la empresa decidió incorporar a algunas tarjetas un chip NFC, que puede transmitir señales de radio a un teléfono inteligente.

Se trata de «ser dinámico», dijo Jeff Sharpe, gerente de relaciones públicas de Orange, que antiguamente era conocida como France Télécom. «NFC es una gran tendencia en la industria actualmente».

Nadie fabricaba este tipo de tarjetas cuando Sharpe y sus colegas tuvieron la idea hace un año. Así que pasó al menos una hora pegando chips a la parte trasera de unas 200 tarjetas. Las compra por alrededor de un euro, o US$1,38, cada una. Son lo suficientemente caras como para que también lleve consigo una pila de tarjetas de papel a la antigua. Pero Sharpe cree que el experimento vale la pena.

«Puedes usar (la tecnología) como una puerta de entrada a más información», sostuvo.

De todos modos, Sharpe no entrega las tarjetas nuevas muy a menudo. «Habitualmente envío un mensaje de texto (a la gente) con mi información», agregó.

Hasta que la versión más reciente de su aplicación sea publicada, probablemente a finales de este mes. Wayans se verá obligado a entregar la versión de papel de su tarjeta. Pero sólo a algunos afortunados. Durante los dos primeros días de la conferencia en Barcelona sólo entregó unas cinco.

«Las guardo para situaciones en las que realmente me interesa conectarme con esa persona», dijo.

Fuente: The Wall Street Journal, 07/03/14.


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