Open English crece con las clases medias de América Latina

julio 6, 2014 · Imprimir este artículo

Open English crece con las clases medias de América Latina.
Por Ezequiel Minaya.

CARACAS — La idea de Andrés Moreno era abrir un instituto de idiomas que operara 24 horas al día, siete días a la semana, con maestros para los que el inglés fuera su primera lengua y con fácil acceso para los estudiantes que querían evitar la congestión de tráfico de la capital venezolana.

Su proyecto se convirtió en Open English, una escuela en Internet que abrió aquí en 2008. Impulsada por una cómica campaña publicitaria de videos protagonizados por el mismo Moreno y personas en diferentes situaciones que machacaban frases sencillas en inglés, Open English hoy está valuada en aproximadamente US$350 millones. Con 100.000 estudiantes en el mundo hispanoparlante, incluyendo 5.000 en Estados Unidos, la escuela tiene una nueva sede corporativa en Miami.

«Queríamos crear algo que fuera mensual y barato y que le permitiera dar el primer paso», dice Moreno, cofundador y presidente ejecutivo de Open English, en una entrevista en las oficinas en Nueva York de Technology Crossover Ventures, una firma de capital de riesgo que ha invertido en Open English. «Ese ha sido el nicho que Open English ha llenado».

La empresa ha levantado alrededor de US$120 millones en capital de riesgo, lo que subraya el potencial de mercado de la creciente clase media de América Latina y el nuevo flujo de capital de inversión en startups de la región.

«La demografía está ahí», afirma Cate Ambrose, presidenta de la Latin American Private Equity & Venture Capital Association, un grupo que representa a firmas que invierten en América Latina. «Hay una clase media en expansión y una demografía joven con un creciente consumo de tecnología».

El número de usuarios de Internet en América Latina se estima hoy en 300 millones, o la mitad de la población. Según la firma de investigación de mercado comScore Inc., SCOR +2.11% la audiencia en línea de la región creció 17% en el año que terminó en abril, cinco veces el crecimiento registrado en Europa.

La penetración de Internet en la región ha aumentado conforme el número de personas de clase media superó la cifra de pobres en la última década.

Open English compite en un campo abarrotado de clases de idioma por Internet. A diferencia de rivales como Busuu y Babbel, se concentra en un solo idioma, el inglés, que en América Latina es vital para el desarrollo profesional. Su servicio cuesta alrededor de US$80 al mes y ofrece clases de grupos pequeños en tiempo real las 24 horas del día.

Moreno, de 31 años, dice que su firma no está «tratando de crear una aplicación para enseñarle a la gente unas cuantas palabras porque hay compañías en EE.UU. que hacen eso muy bien y otras que enseñan 30 idiomas».

Si bien Open English se enfoca en la web, se puede hallar un mayor crecimiento en el mercado móvil, asevera Sarah Galvão, una vocera de Busuu. «Nosotros crecemos [tres] veces más rápido en móviles que en la web».

Antes de fundar Open English, Moreno abandonó sus estudios de ingeniería para lanzar una escuela de idiomas llamada Optimal. «Mis padres no estaban muy contentos», dice Moreno, un venezolano que ha vivido en ocho países, incluyendo EE.UU., cuando era niño.

Contrató extranjeros angloparlantes para que vivieran en Venezuela y les enseñaran a empleados de empresas en Caracas. No obstante, trasladar a los tutores de una oficina a otra en el tráfico de pesadilla de la capital se convirtió en un obstáculo. Los clientes también empezaron a abandonar el país por la alta delincuencia y la inestabilidad política.

«No fue muy divertido, recuerdo que Andrés perdió mucho pelo preocupándose por los [tutores]», explica Wilmer Sarmiento, de 30 años, cofundador y vicepresidente de tecnología.

Sarmiento y Moreno cuentan que se les ocurrió la idea de trasladar las clases al ciberespacio mientras comían pizza. «Usaba Skype, y me di cuenta que tenía que haber una manera de aplicar esa tecnología para mejorar la interacción humana en la web», explica Moreno.

Moreno empezó a llenar su apartamento de programadores mientras veía cómo se evaporaban sus ahorros. Se volcó a recaudar capital de riesgo en la región, aunque recuerda que «no había mucha educación del lado de los inversionistas sobre lo que una startup tecnológica podía hacer y cómo podía crecer».

Cuando le quedaban sólo US$700, cuenta, tomó un avión para intentar cortejar a inversionistas en Silicon Valley. Pasó seis meses durmiendo en el sofá de un amigo al aire libre, dice. Dos años después de ir y venir, logró recaudar US$2 millones en una ronda de capital semilla. Open English ahora emplea alrededor de 2.000 personas.

Jeff Lieberman, director gerente de Insight Venture Partners, apunta que el crecimiento sólido de la penetración de Internet en América Latina y la disponibilidad en Open English de instrucción en línea en vivo llamaron su atención. «Su naturaleza de ‘a la carta’, la posibilidad de obtener instrucción en tiempo real, es crucial», dice Lieberman, cuya compañía invirtió en Open English. «Por supuesto, el acceso a Internet es un requisito, y el acceso a y la infraestructura de Internet en América Latina está creciendo rápidamente».

Moreno señala que si bien Open English enfatiza sus profesores en vivo, su plataforma de aprendizaje busca proveer un plan de estudios bien equilibrado, que incluye lectura y escritura.

Otros inversionistas en Open English incluyen Flybridge Capital Partners, Redpoint Ventures y Kaszek Ventures. El año pasado, la empresa recibió una inyección de US$65 millones durante una ronda de financiamiento liderada por Technology Crossover Ventures con una valuación de alrededor de US$350 millones.

Moreno ahora está trabajando en otro proyecto: Next University, un emprendimiento que ofrecería cursos universitarios en línea en toda Latinoamérica. Espera lanzarlo en los próximos nueve meses.

Fuente: The Wall Street Journal, 04/07/14.

Andrés Moreno, cofundador y presidente ejecutivo de Open English.

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