Pequeñas empresas usan cámaras de seguridad para impulsar sus negocios

septiembre 30, 2013 · Imprimir este artículo

Pequeñas empresas usan cámaras de seguridad para impulsar sus negocios
Por Amy Westervelt

Los sistemas de vigilancia ya no son sólo para monitorear la delincuencia.

Un conjunto de tecnologías nuevas les permiten a los propietarios de tiendas transformar sus cámaras de seguridad y grabadores de video digital en herramientas para apuntalar las ventas y optimizar sus esfuerzos de marketing.

Estos servicios pueden monitorear los lugares de la tienda donde los clientes pasan más tiempo, el flujo de circulación dentro de la estructura de la tienda, y las características de los visitantes, entre otras cosas. Los propietarios pueden recibir un desglose de los datos —organizados en listados de estadísticas, gráficas o mapas de calor— para evaluar si la tienda necesita ser reorganizada o hace falta modificar los horarios de sus trabajadores. También pueden usar sistemas para conectarse a las cámaras de manera remota y monitorear sus negocios desde otros lugares.

Aprovechar los sistemas ya instalados

La idea detrás de estos sistemas no es nueva. Pero los servicios que están siendo lanzados en Estados Unidos—como Prism, RetailNext y SceneTap— son mucho más accesibles para empresas pequeñas, pues cuestan entre US$99 y US$999 al mes. La reducción del costo se debe a que los nuevos sistemas están basados en la nube y utilizan los equipos de vigilancia existentes, en lugar de equipos especializados.

«Tengo unas 15 cámaras instaladas, y un DVR (grabador de video digital), pero realmente nunca los utilicé», señala Ivor Bradley, propietario del café The Creamery y el restaurante Iron Cactus en San Francisco. «Realmente estaban allí por motivos de seguro, en caso de que pasara algo».

Actualmente, Bradley usa Prism para monitorear sus locales de manera remota. Observa hacia dónde van los clientes y qué compran para darse una idea de los patrones de compra, y revisa cuántos clientes tiene en distintos momentos del día para ver si necesita reestructurar los horarios del personal.

Además, utilizó los mapas de calor para reducir a la mitad el tiempo promedio de espera de sus clientes. «Hay una fila durante unas tres horas todos los días durante el horario de almuerzo», indica Bradley. «Observamos la velocidad con que estaba avanzando la fila y si tenía un buen flujo».

Su análisis del video le mostró que debería quitar del medio algunas mesas y sillas, y trasladar algunos productos de compra exprés a un lugar más conveniente. También se percató de que debía cambiar la ubicación de algunos productos dependiendo de la hora del día: por ejemplo al colocar el jugo de naranja en un lugar más destacado por la mañana y la Coca-Cola dietética por la tarde.

Ya que puede supervisar sus locales desde lejos, Bradley ahora tiene un día libre a la semana, un lujo que no se había permitido antes, agrega.

Aún así, existe un problema con estos sistemas: la privacidad. ¿Cómo reaccionarán los clientes al saber que son observados y analizados por cámaras de video? Prism, RetailNext y SceneTap dicen que no reúnen datos que revelan identidad, como nombres, sino únicamente cifras totales. «Ni siquiera les damos un informe que dice que a las 8,15 entró una mujer de 27 años», señala Cole Harper, cofundador de SceneTap. «Decimos que de 8 a 8.30, 30% de la clientela fue masculina, y 70% femenina, y la edad promedio fue de 26,1 años. Reiteramos este mensaje una y otra vez».

Estos datos, dice Harper, son menos detallados que lo que muchas personas comparten de forma voluntaria. «Si quiere, la gente ya anuncia donde está, a través de Foursquare o cualquier otra de las aplicaciones de registro», anota.

Pero algunos defensores de la privacidad manifiestan que existe un riesgo de abusos. «Estos sistemas podrían ser combinados fácilmente con otros servicios y sistemas de datos, y así muy rápidamente estos datos aparentemente inocuos podría individualizarse», afirma Nicole Ozer, directora de política de tecnología y libertades civiles de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles, en California.

Posibles efectos negativos

En al menos un caso, un servicio de este tipo generó reacciones negativas. SceneTap ofrece una aplicación que permite a clientes de bares hacer clic en un establecimiento y ver datos sobre cuántas personas están allí, la edad promedio y la proporción de hombre a mujeres, en base a algoritmos de detección facial. Cuando la aplicación llegó a San Francisco, algunos clientes acusaron a los locales de invadir su privacidad, y escribieron reseñas muy negativas en la web.

Sin embargo, la furia se calmó cuando la gente se acostumbró al servicio y se percataron de que la aplicación no reúne datos sobre individuos.

Pero, Ozer sostien que la gente sigue preocupada. «Podría suceder que la gente simplemente no sabe que el bar la está utilizando (la aplicación) y por eso no han dicho nada al respecto, pero si tu modelo de negocios consiste en esperar que el público no descubra lo que estás haciendo, eso es un problema», señala.

Fuente: The Wall Street Journal, 18/09/13.

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