Por qué los alemanes prefieren pagar en efectivo

agosto 15, 2016 · Imprimir este artículo

Cinco teorías sobre por qué los alemanes tienen una obsesión con pagar todo en efectivo

Recientemente, el Deutsche Bundesbank publicó un estudio que intenta develar el misterio.

 

Junto a un equipo de expertos, Tobias Schmidt, investigador Senior del Deutsche Bundesbank, ha analizado y comparado información internacional sobre pagos diarios realizados entre 2009 y 2012. Para su trabajo, el bancario logró que más de 18.500 consumidores de Alemania, Australia, Austria, Canadá, los Estados Unidos, Francia y Holanda registraran los pagos que realizaron en períodos de un día o una semana, y tomaran nota a su vez del método de pago elegido por ellos mismos. La base de datos final comprendió un total de 103 mil pagos.

El análisis de esos datos dio como resultado que la mayoría de los consumidores aún prefiere usar efectivo como forma de pago en todos los países estudiados. En términos de volumen, se demostró que más del 50 por ciento de las transacciones –en todos los países, exceptuando a Estados Unidos– se hacen con cash de por medio.

Pero más allá de esa conclusión, hubo un caso en particular que llamó la atención. Se trata del de Alemania, país en el que el 40 por ciento de las compras más grandes, con valores por sobre los U$S 40, son realizadas en efectivo, cifra que es menor al 20 por ciento en los Estados Unidos. Debajo, las razones que, según el informe de la entidad bancaria alemana, podrían explicar el fenómeno:

  1. Factores sociodemográficos. La edad de los consumidores y su alto nivel de educación –por ejemplo, personas con más edad tienden a preferir los pagos en efectivo– tienen un alto impacto en el uso de la moneda elegido. Sin embargo, la diferencia en la elección del cash por sobre otros medios de pago entre Alemania y otros países es demasiado grande como para justificarse sólo por esta causa.
  2. Lugares de pago y propósitos de la transacción. Este tipo de características varía entre país y país. Por ejemplo, los franceses tienen un porcentaje de gastos en torno a productos alimenticios –típicamente abonados en efectivo– mucho mayor al de otros estados. De todas maneras, estos factores siguen siendo insuficientes para explicar el fenómeno alemán.
  3. Factores “clásicos”.  “El costo de los zapatos de cuero” –referido al consumo de tiempo y esfuerzo que implica el hecho de caminar hasta un cajero automático– difiere notablemente entre países. A esto se suman factores que marcan una diferencia entre tener el dinero en el banco o en la mano, como las tasas de interés.
  4. Comportamiento de los comerciantes. En Alemania, la aceptación de instrumentos de pago que no involucran efectivo, como las tarjetas de débito o crédito, es poco común en las tiendas de retail.
  5. Convenciones sociales. Por último, la cultura de una nación tiene mucho que ver en la forma en la que sus integrantes deciden pagar por lo que adquieren.

La investigación de Schmidt añade, como última variable a tener en cuenta, la diferencia en el programa de recompensas de los distintos países analizados. «Proveedores de tarjetas, bancos y organizaciones de retail de países com Australia, Canadá, Francia y Holanda han lanzado campañas de alcance nacional para promover los pagos con tarjeta de crédito. En Alemania, por el otro lado, los programas de beneficios y las actividades de marketing son mucho menos utilizados para influenciar el comportamiento del consumidor a la hora de pagar», concluye el texto.

Fuente: apertura.com, 12/08/16.

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