Se acelera el problema de vejez de Europa

enero 21, 2013 · Imprimir este artículo

Se acelera el problema de vejez de Europa
Por Richard Barley

El jurado aun está por decidir si los países han salido más sabios de la crisis financiera global que comenzó en 2008. Pero lo que está claro es que están saliendo más viejos. Los gobiernos en muchos mercados desarrollados han perdido tiempo valioso para abordar una fuerza inexorable: la presión que una población envejecida ejercerá sobre las finanzas públicas. Eso es particularmente cierto en Europa, debido a su intensa crisis fiscal.

El futuro de muchos países incluye una reducción de la población en edad productiva que apoya el creciente número de personas de edad avanzada. En promedio, la medida clave de la dependencia de ancianos (el número de habitantes de 65 años o más dividido por el número de personas entre 15 y 64) aumentará a 34% para 2050 frente a 14,2% en 2012 para los países que pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), según Fitch. Japón sobresale, pues su porcentaje ya llegó a 35,5% en 2010 y tiene pronósticos de que aumentará a 69,6% para 2050.

Pero la crisis ha causado que el punto de partida financiero sea peor para otros países, particularmente en Europa. En 2009, la Comisión Europea pronosticó que los gastos relacionados a la vejez representarían 25% del Producto Interno Bruto de la Unión Europea para 2033. Sin embargo, ese nivel fue alcanzado en 2010, debido a la profunda recesión.

Las suposiciones más bajas de crecimiento significan que la carga futura está aumentando. Ahora se prevé que los gastos relacionados a la vejez por los gobiernos de la Unión Europea como porcentaje del PIB crecerán en 5,1 puntos porcentuales para 2050, de acuerdo a Fitch, comparado con una proyección de 4,3 puntos en 2006.

No todas las noticias son malas. La crisis fiscal en Europa está obligando a algunos países a abordar este problema. Portugal, Italia y Grecia han neutralizado efectivamente el impacto a largo plazo del envejecimiento, indica Fitch. En Portugal, la proyección de crecimiento en gastos relacionados a la vejez para 2050 fue de 9,7 puntos porcentuales del PIB cuando fue calculada en 2003; ahora es de solo 0,2 puntos porcentuales.

Estas proyecciones a largo plazo deben ser tratadas con cuidado. Son enormemente sensibles a pequeños cambios en las suposiciones subyacentes. Pero el mensaje es claro: sin cambios en la política, la actual crisis fiscal es solo una precursora a una crisis más larga y profunda en el futuro.

Los inversionistas necesitan tomar nota de qué gobiernos están adoptando medidas, y cuáles no.

Fuente: The Wall Street Journal, 21/01/13.

Un grupo de ancianos en un parque de Atenas, en Grecia. El país europeo parece haber neutralizado el impacto a largo plazo de una población que envejece, pero es uno de los pocos que lo ha logrado.

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