Se agrava la crisis en Ucrania

mayo 3, 2014 · Imprimir este artículo

Crece en Ucrania la espiral de violencia: casi 50 muertos en nuevos choques

KIEV – Nadie tiene el monopolio de la violencia en Ucrania . Y nadie está a salvo en las regiones en disputa. Ayer se vivió una de las jornadas más sangrientas desde que comenzó el movimiento prorruso, con la muerte de casi 50 personas tras un enfrentamiento entre nacionalistas y separatistas, seguido del incendio de un edificio en la ciudad de Odessa, en la costa del Mar Negro.

En tanto, en el bastión separatista de Slaviansk el gobierno ucraniano lanzó una ofensiva a gran escala contra las fuerzas rebeldes, con un saldo de seis muertos de ambos bandos.

Por lo menos, 42 personas perdieron la vida en Odessa, en el sur del país, en los choques entre nacionalistas y prorrusos; 38 de ellas fueron víctimas del incendio. El ministerio de Interior señaló que «además de los choques callejeros se desarrolló un incendio de carácter doloso intencional» en la Casa de los Sindicatos. «Allí murieron 38 personas, 30 por sofocamiento y ocho porque, en la desesperación, saltaron al vacío desde las ventanas del edificio.»

Esos 38 muertos se sumaron a otros cuatro durante la batahola previa. Miles de manifestantes con banderas ucranianas y cantando lemas como «El Este y el Oeste, unidos», acompañados de hinchas violentos del club de fútbol Chernomorets, marchaban por el centro de la ciudad hasta que se toparon con cientos de prorrusos que se oponen al gobierno de Kiev, armados con escudos, palos y cadenas.

Decenas de policías se interpusieron entre ambos grupos y reprimieron, como pudo verse en imágenes de la televisión local, mientras se oían numerosas detonaciones entre las columnas de humo. Horas después, la policía informó la muerte de cuatro personas.

Los activistas prorrusos se vieron desbordados y buscaron refugio en la Casa de los Sindicatos, tras lo cual se desató el incendio. La cadena de televisión rusa RT culpó a miembros del ultranacionalista grupo ucraniano Sector de Derechas de provocar intencionadamente el fuego.

Así, las secuelas de la tensión no sólo se reflejan en los movimientos de tropas y los enfrentamientos militares: también la violencia urbana se cobra sus víctimas.

En la ciudad separatista de Slaviansk, en tanto, se daba una lucha más convencional, pero no menos violenta. El gobierno de Kiev lanzó durante la madrugada un operativo con blindados y helicópteros contra las fuerzas atrincheradas en ese bastión rebelde. El ejército logró capturar los puestos que rodean la ciudad e infligieron «duras pérdidas» al enemigo, según el gobierno. Las autoridades admitieron, sin embargo, que no lograron avanzar más allá de las afueras de Slaviansk, y que el centro seguía en manos insurgentes.

El presidente interino de Ucrania, Olexander Turchinov, dijo que murieron dos soldados ucranianos en la ofensiva, y agregó que en el campo rebelde hubo «bajas significativas». Voceros de la insurgencia cifraron las bajas propias en tres milicianos y dos civiles. Y anunciaron además el derribo de dos helicópteros de las fuerzas armadas, hecho confirmado por el ministerio del Interior. Los dos aparatos fueron alcanzados por misiles tierra-aire disparados desde lanzadores móviles.

«Nuestras fuerzas de seguridad luchan contra soldados de otros países, terroristas y criminales que toman rehenes, matan y torturan, que amenazan la unidad territorial y la estabilidad con las armas», dijo Turchinov sobre la insurgencia separatista. Hasta el momento, los rebeldes prorrusos se hicieron fuertes en 12 ciudades.

La referencia a «otros países» apuntaba a Rusia, que desde el comienzo de la crisis secesionista, en febrero, asumió la actitud de hermano mayor de las poblaciones de habla rusa, al punto de anexionarse la Península de Crimea.

Según Ucrania y las potencias occidentales, Rusia ahora va por más. Fuera del apoyo diplomático y logístico, Moscú tiene tropas apostadas en la frontera listas para entrar en acción ante un chasquido de dedos de Putin.

La ofensiva de ayer sobre Slaviansk encendió una vez más la ira de Moscú, que calificó el operativo de una «acción punitiva» contra sus protegidos y pidió una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El líder de las llamadas «fuerzas de autodefensa», Igor Strelkov, describió la ofensiva militar como un asedio.

«Todas las carreteras están cortadas, y desde todas las direcciones llegan blindados y soldados. Emplearon contra nosotros hasta 20 helicópteros, de combate o de transporte de tropas. El enemigo bloqueó la ciudad por completo», señaló Strelkov.

«Las unidades controladas por Kiev no consiguieron conquistar la ciudad», dijo otra vocera, triunfante. Y afirmó que las milicias mantienen el control de la ciudad de 125.000 habitantes. Todo igual que antes, aunque cada vez más violento.

Agencias AFP, EFE, DPA y Reuters

Fuente: La Nación, 03/05/14.

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