Cómo evitar el mal comportamiento de los Bancos

junio 3, 2015

¿Son suficientes las multas para impedir el mal comportamiento de los Bancos?

Big-Banks

La divulgación, el pasado miércoles, de que las casas matrices de cinco de los mayores bancos mundiales se declararán culpables de manipulación de los mercados de cambio sacudió los mercados financieros. Pero suscitó también el temor de que las multas y los acuerdos tal vez no sean suficientes para impedir que se recurra al fraude.

Los cinco bancos pagarán al Departamento de Justicia de EEUU y a la Reserva Federal multas que totalizan US$ 5.600 millones resultantes de un acuerdo en que se declaran culpables de haber conspirado con el objetivo de manipular los mercados de divisas y de tipos de interés. Sin embargo, ellos podrán proseguir normalmente con sus negocios gracias a un acuerdo y a la renuncia a medidas más enérgicas por parte del Departamento de Justicia y por la Comisión de Valores (SEC, en las siglas en inglés). “Para los bancos, sin embargo, la actividad criminal probablemente traerá más vergüenza simbólica que problemas prácticos”, señaló un artículo de New York Times para explicar que los bancos se habían garantizado exenciones, renuncias y acuerdos con los órganos reguladores para proseguir normalmente con sus negocios.

bancos-01“A veces, las personas no comprenden muy bien los métodos de disuasión de la ley”, dijo Philip Nichols, profesor de Estudios jurídicos y de Ética en los negocios de Wharton. “En este caso específico, el montante de la multa aplicada a los bancos fue trivial. El total de las multas aplicadas por muchos años de prácticas criminales equivale a 1/10 del porcentaje del volumen diario del mercado de cambio”.

“Los principales bancos decidieron, obviamente, que les interesa desde el punto de vista financiero violar de forma sistemática la ley”, dijo William K. Black, profesor de Derecho y de Economía de la Universidad Missouri-Kansas City y ex director ejecutivo del Instituto de Prevención del Fraude de Morgantown, en Virginia Occidental. Él dijo que en el caso de UBS, el episodio más reciente ya es el tercer acto de manipulación que la entidad confiesa haber practicado en los últimos cinco años. “Lo único que podría salvar a UBS serían medidas enérgicas de alguien de fuera que acabara con ese grupo heterogéneo de gerentes”.

El día anterior al anuncio de la declaración de culpabilidad por parte de los bancos, Black expuso lo que pensaba sobre el cartel en el programa de Knowledge@Wharton emitido por Wharton Business Radio, canal 111 de SiriusXM.

Detalles de la conspiración

Las investigaciones revelaron que, entre 2007 y 2013, cuatro bancos conocidos como “El Cartel” —Citigroup, JPMorgan Chase, Barclays y Royal Bank of Scotland— conspiraron para manipular los mercados del euro y del dólar. UBS, el quinto banco, fue acusado de manipular los tipos de cambio en el mercados de divisas. Aunque UBS no haya sido citado originalmente en esa acusación, hizo que el Departamento de Justicia retirara un acuerdo anterior de no acusación referente a la manipulación, por parte de UBS, del mercado de Tasa Interbancaria del Mercado de Londres (LIBOR).

Este es el resumen de lo que los cuatro bancos detallaron en sus acuerdos judiciales, según una nota de prensa del Departamento de Justicia de EEUU: “Los miembros del “Cartel” manipularon la tasa de cambio del euro-dólar cuando acordaron retener la demanda y oferta de euros y dólares para que la tasa de cambio no se desplazara en una dirección adversa a las posiciones en abierto mantenidas por el conjunto de conspiradores. Cuando acordaron no comprar o vender en determinados momentos, los traders protegieron mutuamente sus posiciones de negociación reteniendo la oferta y la demanda de moneda y suprimiendo la competencia en el mercado de cambio”.

Según Black, los casos de manipulación del mercado de divisas y de la tasa LIBOR constituyen, individualmente, los mayores carteles de la historia mundial de las finanzas. “Estamos hablando de centenares de miles de millones de dólares de transacciones afectadas por ese cartel de manipulación de ofertas”, dijo. El cálculo de las multas cuyo total alcanza los US$ 5.600 millones es el siguiente: los bancos pagarán US$ 2.500 millones en sanciones penales por la manipulación de las tasas de cambio; además de US$ 1.600 millones en multas a la Reserva Federal. El resto consiste en multas de US$ 1.300 millones que el Barclays pagará a los órganos reguladores de EEUU y de Reino Unido y US$ 203 millones que UBS pagará por la manipulación de las tasas de interés.

Una tentación “extraordinaria”

La atracción del dinero es un factor que merece la reflexión de los órganos reguladores, dijo Nichols. Él observó que el montante de dinero que pasa por el mercado de cambio en un día es casi dos veces el valor de la producción económica de Reino Unido en un año. “La tentación de bucear en ese dinero debe ser extraordinaria”, dijo él. “No deberíamos regular los bancos de la misma manera que regulamos la industria manufacturera. Es necesario tomar en cuenta las tentaciones extraordinarias de la mala conducta”.

“Lo que la ley hace en esos casos es indicar de forma contundente que ese tipo de comportamiento no es de ninguna manera aceptable”, añadió Nichols. “Con frecuencia, ese tipo de señal está acompañada de intensa desaprobación social capaz de generar un cambio de comportamiento”.

Aquí, Black culpó la práctica de los órganos reguladores de EEUU que protegen a los banqueros y evita que acaben en la cárcel. Los bancos con un comportamiento incorrecto cuando se ven ante una acción inminente “negocian con antelación para que la declaración de culpabilidad no sea una declaración de culpa usual”, resaltó. El derecho de explotar el negocio bancario es “un privilegio”, dijo. “Es un privilegio que debe estar limitado a banqueros honestos”. Según Nichols, los bancos que quieran tratamiento especial “porque proporcionan un servicio público inestimable” deben tener en sus plantillas personas que ofrezcan efectivamente ese servicio. “Si los bancos quieren un tratamiento especial, que trabajen según patrones especiales”, dijo. “Si no quieren operar según patrones elevados, tal vez debieran entonces ser tratados como el resto de las personas”.

ubs-logoPara Black, en el caso de UBS era justificable una medida más dura. “No tengo duda de que a UBS se le debería haber impedido desde hace mucho tiempo operar en EEUU”, dijo. Los órganos reguladores también deberían haber insistido en que el banco limpiase sus mandos superiores y garantizara que no se involucrara en ninguna otra violación de la ley, añadió.

Black está en desacuerdo también con garantizar inmunidad a los bancos que les evitan sanciones más duras. “En el caso de los grandes bancos, la SEC (Comisión de Valores) siempre recurre a la exención de penas, sin importar la gravedad de la violación”, dijo. “Se trata de una reincidencia seria”. Él dijo que un representante de la SEC está trabajando para prevenir la concesión rutinaria de exenciones por parte de la entidad.

Liquidación judicial y otras opciones 

Black dijo que un recurso sería “poner el banco que haya hecho una gestión fraudulenta en situación de liquidación judicial”, o colocarlo bajo el control de una entidad de custodia. “Si usted lo hace el viernes, él lunes reabrirá. Está en manos del sector privado, pero habrá limpiado la pocilga de gerentes fraudulentos”. Él dijo que la industria dispone de una oferta suficiente de gestores de bancos honestos y que están desempleados a causa de las fusiones en la industria.

Para Nichols, hay algún mérito en la sugerencia de colocar a los bancos que proceden de forma incorrecta en liquidación judicial. “Así, se evita la afirmación realizada algunas veces por los bancos de que necesitan seguir operativos porque solamente ellos pueden mantener las transacciones económicas en marcha”, dijo. “También soluciona la tensión entre la afirmación de que los bancos proporcionan un bien público bajo la forma de capital en efectivo —lo que es cierto— y la afirmación de que deben servir a sus accionistas”.

Pero la liquidación judicial tal vez debiera ser una opción solamente para los bancos que parecen no tener remedio, y tal vez tuviera más sentido para la mayoría de los bancos crear simplemente una cultura interna mejor, dijo Nichols. Otra solución que valdría la pena considerar sería el desmembramiento de los “bancos que reinciden de forma constante en malas prácticas” en unidades menores responsabilizando, al mismo tiempo, a los individuos por decisiones malas y conducta impropia, añadió.

“La industria bancaria necesita una competencia que ofrezca servicios honestos”, dijo Nichols, añadiendo que las fuerzas de mercado no pueden sustituir la regulación y el seguimiento. “Los correos electrónicos que algunos de esos bancos envían son terribles, ellos describen los clientes en términos despectivos y dicen abiertamente cómo es bueno robarlos y defraudarlos”, dijo. “Quién no está haciendo trampas es porque no lo está intentando”, dijo un trader de Barclays en el chat electrónico donde, según los fiscales, el sistema de fijación de precios se habría elaborado, de acuerdo con la información de New York Times citada anteriormente.

Nichols comparó la regulación de los bancos con la Ley de Practicas Corruptas en el Extranjero, destacando que, a diferencia de quien soborna, los banqueros no corren el riesgo de ir a prisión. “Desde 2008, prácticamente nadie asociado a la conducta ilícita de los bancos ha sido procesado”, dijo. Él añadió que si existen —según dicen a veces los fiscales— muchas dificultades para poner en práctica las leyes, la solución tal vez fuera cambiarlas.

“Las compensaciones materiales por la violación de las normas y la confianza de los clientes es enorme, mientras que el riesgo es casi inexistente”, dijo Nichols. “Aunque las multas impuestas a los bancos sean triviales […] mandar a las personas a la cárcel tal vez cambiara la forma en que se toman las decisiones”. Él explicó que algunos bancos han despedido de forma reciente a gente involucrada en malas prácticas, “pero esas personas raramente salen perjudicadas desde el punto de vista financiero”.

Cambiar la cultura

“El problema real […] es la cultura dentro de los bancos”, dijo Nichols. “De alguna manera, dentro de esos bancos tan venerados se ha convertido en una cuestión de orgullo entre algunas personas defraudar a los clientes, violar las normas y mentir, y el dinero es lo que mide el rendimiento de esos individuos”.

Black recuerda el dicho: “El pez se pudre por la cabeza”. Él dijo que el consejero delegado y el presidente del consejo de administración son los responsables de la creación de un plan estratégico y de un sistema de remuneración. “La razón por la cual los fraudes son reiterados se debe al hecho de que esas personas crean los sistemas de remuneración que enriquecen a los individuos cuando ellos cometen fraudes”, dijo.

Nichols citó un artículo reciente de New York Times para comprobar que la cultura de los bancos no ha cambiado desde el colapso financiero de 2008. “Parece que tenemos mucho temor de hacer cualquier cosa que pueda perjudicar un poco a nuestra economía hoy en día, pero con esa indulgencia corremos el riesgo de que ocurra una calamidad en el futuro”, dijo. “Tenemos que hacer algo en relación a esa cultura”.

“Aunque los bancos sean las instituciones menos confiables de EEUU, muchas personas que trabajan allí son individuos buenos y honestos”, añadió. “Parece que es una minoría la que contribuye a esa cultura despreciable”.

Nichols llamó la atención sobre las consecuencias terribles que podrán ocurrir si los bancos no cambian rápidamente de actitud. “Entiendo perfectamente que los bancos quieran un mundo sin vallas, pero no interesa a nadie —tampoco a ellos— otro colapso”, dijo. “Si hubiera una nueva crisis en breve, en lugar de rescates podría haber un enorme tumulto en las calles”.

Fuente: Universia Wharton, 03/06/15.

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