Carlos Fayt dejará la Corte Suprema el 11 de diciembre

septiembre 15, 2015

Renunció el juez Carlos Fayt: el 11 de diciembre dejará la Corte Suprema

El magistrado, de 97 años, presentó su dimisión que se hará efectiva a partir del cambio de autoridades de gobierno.

El juez de la Corte Suprema de Justicia Carlos Fayt presentó hoy su renuncia y dejará de integrar el máximo tribunal a partir del 11 de diciembre próximo, un día después de que se produzca el cambio de autoridades de gobierno y asuma el nuevo presidente. Durante los últimos meses, el magistrado soportó una fuerte embestida del kirchnerismo para que diera un paso al costado.

«Fayt continuará trabajando normalmente hasta la fecha en que se haga efectiva la renuncia», indicó el Centro de Información Judicial (CIJ) en un comunicado. El magistrado, de 97 años, le comunicó esta mañana la decisión a Cristina Kirchner y a sus pares de la Corte, Ricardo Lorenzetti , Elena Highton de Nolasco y Juan Carlos Maqueda .

«Tengo el agrado de dirigirme a la señora Presidenta de la República con el objeto de presentar mi renuncia al cargo de Juez de la Corte Suprema de Justicia, con efectos a partir del 11 de diciembre del corriente año», indicó el juez en su carta de dimisión.

Fuente: lanacion.com.ar, 15/09/15 – 12:43 hs

¿Cuál es su secreto, doctor Fayt?

 

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A Fayt no se le mueve un pelo

mayo 13, 2015

A Fayt no se le mueve un pelo, son los viejos los ofendidos

Por Enrique Arenz.

Carlos Fayt

Carlos Fayt

Cuando Alfonsín le ofreció a Fayt el cargo de ministro de la Corte Suprema de Justicia, el prestigioso jurista aceptó, le agradeció y antes de despedirse le pidió: “Por favor, doctor, borre mi teléfono de su agenda porque no lo voy a atender nunca”. Y así lo hizo con todos los presidentes que se sucedieron hasta ahora (si no me equivoco, nueve o diez, algunos transitorios como Rodríguez Saá, otros fugaces, como Caamaño).

Sus fallos fueron siempre justos, equilibrados, racionales y transparentes. Jamás se plegó a mayoría automática alguna y en el salón de acuerdos defendió apasionadamente y con argumentos jurídicos irrebatibles sus disidencias con aquellas mayorías. Nunca funcionario alguno pudo ni siquiera acercársele para presionarlo. Fue siempre independiente, libre e indómito. Y profundamente respetado por sus colegas, discípulos de la Universidad y hombres del Derecho.

Escribió treinta y cinco libros que han estudiado generaciones de abogados, fiscales y jueces. (Leer nota de La Nación del año pasado: “No le debo nada a ningún presidente”). Contó una vez: “Mi tesis doctoral en la Universidad de Buenos Aires criticaba la reforma constitucional que aprobó Perón en 1949. Los jurados no me quisieron tomar el examen y tuve que escribir otra tesis”.

Un juez así tenía que chocar tarde o temprano con algún presidente autoritario, ignorante y poco respetuoso de las instituciones republicanas, con lo ha sido Néstor Kirchner y lo es, y fue siempre, su viuda y actual presidente. Mientras no lo necesitaron, lo ignoraron, lo soportaron, se bancaron algunos fallos en disidencia, como en el caso de la ley de Medios, pero al irse Zaffaroni y con el fallecimiento de otros dos ministros, Fayt se les hizo imprescindible. Entonces decidieron golpearlo sin consideración ni respeto. “A este viejo lo soplamos un poco y se cae solo”, debieron de pensar los muy ingenuos.

Como no tenían nada de qué acusarlo, decidieron culparlo de ser un viejo. “Casi centenario”, dijo la doctora en un discurso por cadena nacional, “Una momia”, lo calificó Hebe de Bonafini; “Que demuestre su aptitud psicofísica”, lo desafió el ex prófugo del baúl Aníbal Fernández.

Pero de poco les sirvieron estas indignidades. Fayt es un hombre valiente, tenaz que tiene un notable sentido del humor y que luego de su larga vida de jurista y maestro del Derecho está de vuelta de los avatares de la pequeñez humana y la vileza política. Les mandó decir por su abogado, el doctor Rizzo: “Voy a hacer lo que yo quiera, no lo que quiere Aníbal. Si sigo con vida y estoy bien pienso quedarme en la Corte diez años más”. (Tomá pa’ vos, diría Johnny Allon).

Se cuenta además una anécdota genial (aunque su veracidad no está demostrada, pero los mitos también valen para enfrentar la ignominia): cuando Aníbal y otros sujetos de esa ralea que se llama “el proyecto” le sugirieron que saliera a la calle y se hiciera ver para demostrar su capacidad cognitiva, Fayt contestó: “No hay problema, pero con una condición, que la doctora Fernández me muestre primero su título de abogada”.

Él se mata de la risa. No lo van a ablandar ni a asustar con bravuconadas, escraches y otros recursos fascistoides de vuelo tan gallináceo, porque Fayt no tiene cola de paja, no esconde muertos en el placard, jamás tuvo una vida privada indecorosa, vive austeramente y nunca se dedicó a acumular una fortuna, si es que esto último fuera condenable, que no lo es, por supuesto.

No, no es al doctor Fayt a quien este gobierno ofende. Él está demasiado arriba, en la estratósfera moral, para que le lleguen los picotazos de estos pollos en furiosa retirada. A quienes este gobierno inepto y poco inteligente está lastimando injustamente es a todos los viejos de la Argentina, que son millones. ¡Son ellos, nuestros viejos, los que hoy acusan el golpe feroz de este inaudito ultraje a la ancianidad! Y también debiera sentirse lastimado el amigo de Cristina, el papa Francisco, que predica contra la cultura del descarte de los ancianos, y que suele repetir: “Tener un abuelo sabio en casa es lo mejor que le puede pasar a una familia. Aquí lo tenemos a Benedicto, nuestro anciano y sabio consejero que vive con nosotros”.

Si los ancianos de la Argentina tenían sobrados motivos para repudiar a este gobierno, ya sea por las jubilaciones que perciben la mayoría de ellos, inferiores a los salarios de un presidiario, o por los impuestos a las ganancias que les hacen pagar a otros, como si la jubilación fuera una ganancia y no el reintegro de aportes realizados durante una vida, o bien por la escandalosa atención del PAMI, más parecida a una tenebrosa metáfora de la eutanasia que a una institución de atención de la salud para la tercera edad; si ya tenían suficiente con todo eso, ahora han sumado una nueva causa de rechazo y abominación: este gobierno también desprecia a los viejos porque considera que no tienen aptitud psicofísica ni condiciones cognitivas, en una palabra, que no sirven para nada.

Pero esto demuestra que el gobierno no sólo es insensible ante el drama de la ancianidad en la Argentina, sino que ni siquiera tiene la inteligencia de no irritar a los viejos más de lo que ya están, porque su voto también vale, y no hay que olvidar que mientras muchos jóvenes dejan de cumplir su obligación cívica, ellos suelen ir a votar aunque sea con muletas y marcapasos.

Enrique Arenz
http://enriquearenz.blogspot.com.ar/
Mayo 2015

 

 

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Carlos Fayt: “Estoy bien, voy a Tribunales”

mayo 13, 2015

Fayt va hoy a la Corte Suprema: “Estoy bien, voy a Tribunales”

LA EMBESTIDA DEL GOBIERNO CONTRA LA CORTE

Salió de su casa y acompañado por su custodia, se presenta hoy en su despacho en medio de la embestida del Gobierno nacional.

Fayt va hoy a la Corte Suprema: “Estoy bien, voy a Tribunales” (Gustavo Ortiz)

Fayt va hoy a la Corte Suprema: “Estoy bien, voy a Tribunales”

argentina-bandera-botonEl ministro de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Fayt, salió hoy poco antes de las 10 de la mañana y se dirigió hacia su despacho en Talcahuano 550.

En medio de la embestida del Gobierno nacional para que abandone su lugar en el máximo tribunal,   Fayt salió de su casa acompañado por su custodia. Sostenido por un bastón, el ministro se mostrará hoy en los tribunales.

A las 11.30 horas está previsto un “desagravio” al integrante de la Corte Suprema convocado por la agrupación “Será Justicia”.

“Estoy bien, voy a Tribunales”, dijo brevemente el ministro del máximo tribunal.

Fuente: Clarin.com – 13/05/15 – 09:50 hs

Mauricio Macri salió en apoyo de Fayt

EMBESTIDA OFICIAL CONTRA LA CORTE

En Twitter, el candidato presidencial del PRO dijo que “no hay democracia posible si no hay respeto a la división de poderes”

Mauricio Macri apoyó a Carlos Fayt (Twitter)

Mauricio Macri apoyó a Carlos Fayt (Twitter)

Otros candidatos presidenciales ya habían brindado su apoyo. Sergio Massa, José Manuel De la Sota y Margarita Stolbizer hicieron público ya su apoyo a Fayt. Ahora, se sumó el candidato del PRO.

Hoy, el Gobierno nacional volvió a embestir contra Fayt. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, negó hoy con sarcasmo que haya un hostigamiento por parte del Gobierno hacia el juez decano de la Corte Suprema, Carlos Fayt, al expresar que no han «ido a la casa con una corneta», al tiempo que instó a que ese tribunal vuelva a tener «hombres y mujeres en condiciones de trabajar todos los días».

Además, advirtió que «deberían dejar de torturarlo» sus colegas del máximo tribunal y criticó que a «un hombre de 97 años» se lo someta «todos los días a un tironeo innecesario, de estas características».

Fuente: Clarin.com – 13/05/15

 

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Psicofísico para todos y todas

mayo 11, 2015

Psicofísico para todos (y todas)

Por Alejandro Borensztein.

Alejandro Borensztein

Dicen los científicos que a partir de los 14 años de edad las neuronas comienzan a morirse a un ritmo de tres millones y medio por año, y no se reemplazan nunca más.

O sea que un tipo de 97 años, ya ha perdido unos 290 millones de neuronas.

Esta es la cuenta que debe haber hecho el Jefe de Gabinete y reconocido doctor en Neurología Aníbal Fernández, para afirmar que el Juez de la Corte Carlos Fayt, que ya cumplió 97 años, «podría estar incurriendo en mal desempeño como consecuencia de la posible disminución de su capacidad en virtud de su avanzada edad».

Del mismo ateneo participaron la neuróbióloga y jefa del bloque de diputados Juliana Di Tullio y el neurocirujano Carlos Kunkel, famoso porque en sus años mozos, en lugar de usar el bisturí, te trepanaba el marulo con una 9 milímetros.

Para confirmar el diagnóstico, estas eminencias médicas reclamaron que el Juez Fayt salga a la calle y demuestre que está hecho un pibe.

Con el tornillo que hace, apuestan a que el hombre se agarre una pulmonía, se quede seco en la vereda y luego así poder intentar el asalto final a la Corte, que es el único plan que les queda para tratar de zafar del quilombo que se les viene encima. En realidad, antes que tratar de manipular a la Justicia, era más fácil portarse bien en la vida y evitarse problemas, pero… son kirchneristas.

La maniobra no es tan simple. La historia demuestra que estas cosas, al gobierno suelen salirle mal. De los creadores de «tienen 90 días para buscarse otra empresa porque Fibertel no existe más» (Julio De Vido, agosto de 2010) ahora llega un nuevo éxito: «el país necesita una Corte más amplia».

¿Es la eventual falta de lucidez del Doctor Fayt lo que realmente preocupa al gobierno? No lo creo. Si el juez, con sus 97 años, saliera al balcón en calzoncillos con un Fernet en la mano, gritando que Boudou actuó de buena fe, que lo de Hotesur es un pequeño error del contador, que el kirchnerismo nunca cometió abusos de poder, que lo de Irán estuvo fenómeno y que el gobierno no le hizo nada malo a Nisman, nadie lo estaría cuestionando. Pero no es el caso.

El problema es que este Juez se niega a entrar en razones y es muy difícil apretar a un tipo de 97 años. No pudieron ni Milani, ni Stiuso, ni Parrilli, ni ninguna otra figura de la inteligencia kirchnerista. Ni siquiera Orlando Barone.

Además, se sabe que el paso de los años no siempre significa menor capacidad de producción o entendimiento. Al contrario. El gran arquitecto brasileño Oscar Niemeyer trabajó hasta los 102 años (murió a los 104) y nuestro gran Mario Roberto Álvarez lo hizo hasta los 98 años. Mi maestro y jefe Clorindo Testa siguió en su estudio hasta los 91. Si prefieren no hablar de arquitectos, mi querido abogado, consultor y guía Don Bautista Kuyumdjian sigue derrochando sabiduría con sus 95 años, todo un ejemplo de vida. Y no son los únicos.

La edad puede significar poco y nada a la hora de evaluar la integridad y capacidad de una persona. Con una mano en el corazón ¿Quién cree usted que tiene mejores neuronas, Fayt o Capitanich? Para tratar de humillar al juez, el gobierno ha pedido que le hagan un examen psicofísico. Caramba. Qué idea peligrosa. Esta gente siempre metiéndose en problemas. Pedir un psicofísico para ver si un funcionario está apto puede llegar a ser un gravísimo error. ¿Y si la idea prende?Cuánto tiempo tardaría en aparecer un pícaro que diga «vamos a hacerle el psicofísico a Timerman, a ver qué pasa». Una catástrofe.

¿Se imaginan la escena de un tordo interrogando al ministro de Economía? «Dígame Axel, cuántos pobres hay en el país?». Y el tipo contestando, como el mes pasado: «No sé, ni me interesa». Chau Kicillof. Lo declararían no apto ahí mismo. ¿Se imaginan a Moreno cara a cara con el psicólogo? «Discúlpeme Moreno, cuánto es la inflación?» Mucho antes de que el Guille saque el chumbo y conteste 9%, le pondrían un chaleco de fuerza y a otra cosa.

Los resultados podrían ser devastadores. Tal vez, descubriríamos que Boudou todavía tiene muchas neuronas, y en muy buen estado. ¡¡Pero todas a nombre de Vanderfrula!!

Por eso creo que el gobierno no debería fogonear semejante idea. A menos que quieran usar los psicofísicos para chequear reservadamente la estabilidad emocional de alguno de sus propios cuadros. Por ejemplo, el estado mental del tipo que dijo, «Che tengo una idea, ¿y si ponemos de compañero de fórmula de Recalde al militante radical Santoro?». «Dale» dijo otro, y ahí pusieron de candidato a Vicejefe de la Ciudad de Buenos Aires por el kirchnerismo a un tipo que escribió los siguientes tweets (anoten que no es chiste):

«La diferencia que hay entre Néstor y Cristina es la diferencia que hay entre la bolsa de Miceli y los bolsos de Lázaro» (opus 65, el 31/7/2013).

«Ahora entiendo para que querían avanzar con la justicia los K! Le querían manotear la balanza para pesar la guita q se chorean!!» (opus 48, 15/4/2013).

«Cristina no tiene que morirse para ser billete, lo puede hacer ahora con Bolodou» (opus 26, el 26/7/2012).

Y hay muchos más. El de la Presidenta y Bergoglio, no lo cuento por pudor. ¿Como se justificó el tipo? Dijo que tenía bronca porque estaba celoso de lo bueno que era el kirchnerismo. ¡¡Un genio!!!

Contrariamente a lo que muchos piensan, el psicofísico de los estrategas electorales del FPV demostraría que son muy inteligentes. Pusieron en la fórmula a uno que hace años viene insultado al gobierno. Una idea genial del kirchnerismo porteño: salen a buscar el voto opositor porque con el voto oficialista les fue como el orto.

De todos modos, y como siempre le digo, amigo lector, lo importante no es el psicofísico de los que están sino de los que vienen. Estos ñatos no sólo ya se fueron sino que además no necesitamos ningún estudio para saber cómo tienen la cabeza. Si quieren, pidamos un test para cada uno de los candidatos. Aún así, no estoy seguro de que los resultados sirvan para algo.

Lilita Carrió también es candidata y anda diciendo que la Presidenta quiere llevarse puesta a la Corte, que quieren llenarla de jueces propios, que necesitan tapar sus negociados, que Aníbal es el capo de los narcos, que De Vido y los Kerner son socios y ladrones y, por si faltara algo, que a Nisman lo mandó a matar el gobierno.

Mejor no hagamos psicofísicos. No sea cosa que descubramos que Lilita, de loca, no tiene nada.

Fuente: Clarín, 10/05/15.

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La ofensiva K, con sello hegemónico

mayo 11, 2015

La ofensiva K, con sello hegemónico

Por Eduardo Aulicino.

Cristina apunta a la Justicia por cuestiones personales y porque considera que debería ocupar un escalón menor.

justicia argentina 2015Pocas jugadas como la ofensiva del Gobierno sobre la Corte Suprema exponen su sustrato ideológico de manera tan evidente. La operación cristinista es a tiempo completo y clara: abrir algún camino para modificar la integración del Tribunal o paralizarlo temporalmente, con la esperanza de forzar un rearmado que les cubra las espaldas y desaliente el avance de causas judiciales por corrupción. Ayer, Cristina Fernández de Kirchner cargó contra Carlos Fayt y mañana, sus legisladores harán lo mismo en Diputados. Es un mensaje a la Corte en conjunto, pero la señal de fondo es más amplia. Olivos no repara en la brutalidad del ensayo y tampoco en la concepción hegemónica, autoritaria, que lo alimenta, sencillamente porque considera natural la idea de subordinar la Justicia a la voluntad del poder político.

La Presidenta viene expresando, sobre todo en su segundo mandato, una visión inquietante sobre el lugar y el papel de la Justicia. Sus repetidas embestidas contra ese poder son sustentadas por razones personales y, según traslucen sus dichos, porque considera que debería ocupar un escalón menor en el esquema de equilibrios que anima la Constitución. Alguna vez afirmó que la Justicia pretende actuar como un “superpoder por encima de las instituciones surgidas del voto popular”. En contrapartida, los embates cristinistas buscarían colocarla en el lugar de un subpoder.

Esa mirada forzada sobre el significado del voto, eje central pero no único componente del sistema democrático, está emparentada de manera directa con la idea de que las triunfos electorales otorgan un poder que sólo se somete a las urnas y que, entre elección y elección, no tendría límite alguno. Los académicos definen esa construcción política como una expresión extremada de la concepción plebiscitaria.

cfk va a la guerraLa Presidenta redondeó su pensamiento la semana pasada. Dijo: “En estos dos polos, Congreso y Casa de Gobierno, están los representantes del pueblo. Qué nadie se confunda ni nadie se equivoque. Este poder que se somete a elecciones cada dos años tiene el control del pueblo. Es el único control que admite la Constitución”.
En términos de legitimidad y legalidad, podría hablarse sobre el sentido del sistema consagrado en la Constitución y el origen representativo de los integrantes del poder constituyente, algo que Cristina Fernández de Kirchner no desconoce. Pero el punto en este caso es otro: la subordinación de la Justicia y, más aún, el juego de presiones para alinear voluntades y evitar disgustos a futuro.

Visto en perspectiva más amplia, el tema es de mayor gravedad. ¿Qué pasaría, por ejemplo, si nadie pudiera evaluar la constitucionalidad de medidas o leyes? Se trata de una función esencial, con último escalón en la Corte. De lo contrario, podrían imponerse normas violatorias de libertades individuales y de derechos humanos, a contramano de la Constitución y hasta de tratados internacionales con rango superior en nuestra legislación.

El cristinismo, en rigor, responde con dureza y pretende forzar los límites como un desborde de enojo frente a una realidad que no se ajusta a sus objetivos y que a veces deshace o bloquea los caminos imaginados en el círculo más cerrado de Olivos para avanzar en este terreno.

El plan de provocar vacantes para desembarcar en la Corte se vio frustrado hasta ahora por diversas razones. No logró un primer avance con el impulso a Roberto Carlés como reemplazante de Raúl Zaffaroni. Después, llegaron otras señales de la Corte, en especial su decisión de declarar nulo el listado de conjueces que había impuesto el oficialismo.

Si en el terreno práctico el cristinismo busca personalizar el embate y justificarlo como un rechazo a actitudes corporativas del Tribunal, su plan alternativo intenta atraer respaldos alentando una negociación de reparto de asientos hacia el interior de las fuerzas políticas. El proyecto para retocar otra vez el número de integrantes de la Corte, y llevarlo a nueve, necesita apoyo para generar una baja inmediata y luego canjear voluntades para definir seis nombres, entre propios y ajenos.

Hasta ahora, por convicción o cálculo de coyuntura, fuentes de la mayor parte de los bloques opositores rechazan acompañar semejante ley, que el oficialismo podría imponer con mayoría propia y apoyo de algunos aliados, y cierran el camino para una posterior aprobación de pliegos de jueces, que requiere mayoría especial de dos tercios. El cristinismo dice que eso podría negociarse incluso después del recambio de gobierno, sea cual fuera su signo, en función del número de bancas propias que podría mantener. Ese cálculo refuerza la idea de que la lapicera presidencial confeccionará la listas de candidatos a legisladores privilegiando a sus fieles.

De todos modos, este último capítulo de la operación oficialista refleja además de objetivos, temores. Olivos busca blindarse o al menos garantizarse un horizonte que achique los márgenes en las causas que más lo preocupan. Es, desde esa perspectiva, una ofensiva contra la Corte que apunta también a jueces de otros escalones y, en particular, del fuero federal. El oficialismo especula sobre el futuro próximo en espejo con lo actuado durante su larga gestión, y tal vez sienta que no es tarea sencilla garantizar a futuro lealtades por conveniencia o alineamientos forzados.

Es improbable que la resolución de este tema sea inmediata. Y ocurre que el paso del tiempo se ha transformado en un problema: seguramente por eso, el cristinismo no ahorra nada en su penosa ofensiva contra Fayt, reflejo en buena medida de la incertidumbre por el futuro propio.

Fuente: Clarín, 11/05/15.

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El ambicioso plan del Gobierno detrás de la tortura a Fayt

mayo 10, 2015

El ambicioso plan del Gobierno detrás de la tortura a Fayt

Por Joaquín Morales Solá.

El caso Fayt develó uno de los proyectos más ambiciosos del cristinismo, pero también reveló hasta dónde está dispuesto a llegar para lograr sus propósitos. Hasta la tortura psicológica de un hombre anciano. Perseguido, acosado y humillado, Fayt, que tiene 97 años, es sometido a niveles excesivos de un estrés inútil. Su vida podría correr peligro. Ayer, el juez Fayt habló por radio, obligado por el Gobierno a demostrar que está vivo, que piensa y puede expresarse. ¿Qué es eso si no un degradante tormento? Con los rasgos habituales de cierto progresismo (la humanidad es bella, pero el ser humano más cercano merece ser maltratado), el cristinismo está dispuesto a remover a Fayt como quien elimina un obstáculo despreciable. Fayt es la llave que mantiene activa la Corte Suprema de Justicia.

Cristina Kirchner ordenó esa operación y ella la monitorea personalmente. ¿Alguna duda? Ninguna después de que Hebe de Bonafini montara su habitual show estalinista de juicios populares, esta vez contra Fayt. Bonafini suele ayudar de esa manera a las soluciones que necesita el kirchnerismo.

También el protagonismo permanente en el caso de Aníbal Fernández o de Carlos Kunkel le pone el sello de autenticidad presidencial a la operación. O la designación de una diputada de La Cámpora, el reservorio del cristinismo más puro, al frente de la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados. No hay dudas: el operativo de acoso y derribo de Fayt está dirigido por la Presidenta.

Ricardo Lorenzetti, el presidente de la Corte, se equivocó cuando deslizó que estaba dispuesto a renunciar por cansancio moral. Esa debilidad anímica duró pocas horas, hasta que lo hicieron comprender que no podía rendirse ante algunos voceros oficiales. Lorenzetti modificó su decisión luego de una larga conversación con otro juez de la Corte, Juan Carlos Maqueda. La eventual renuncia de Lorenzetti habría dejado más solo a Fayt, que tiene una especial confianza en el presidente de la Corte. Lorenzetti es el enemigo actual más detestado por el cristinismo, pero el objetivo final es la renuncia de Fayt, no la de Lorenzetti. El presidente de la Corte habría seguido siendo juez del tribunal, aún si hubiera renunciado como titular del cuerpo. Es el integrante más joven de la Corte.

El cristinismo dispara a veces contra el espejo. La mayor objeción que hicieron a Fayt es que habría firmado en su casa el acta del acuerdo que reeligió a Lorenzetti como presidente por tres años más. Es una práctica habitual entre los jueces de la Corte. No obstante, si se aplicara el rígido criterio cristinista al Estado en general, todos los decretos de necesidad y urgencia de Néstor y Cristina Kirchner serían nulos. El artículo 99, inciso «c», de la Constitución, que regula las atribuciones del Poder Ejecutivo, señala que ese poder «no podrá en ningún caso bajo pena de nulidad absoluta e insanable emitir disposiciones de carácter legislativo».

cfk va a la guerraPor eso, fija también las estrictas condiciones que deben respetarse para los decretos de necesidad y urgencia, posibles sólo en «circunstancias excepcionales». Los decretos de necesidad y urgencia tienen tanto poder como las leyes que sanciona el Congreso. Esos decretos, dice textualmente la Constitución, «serán decididos en acuerdo general de ministros, que deberán refrendarlo conjuntamente con el jefe de Gabinete». «El jefe de Gabinete personalmente y dentro de los diez días someterá la medida, concluye, a consideración de la Comisión Bicameral Permanente del Congreso». La Constitución estipula, incluso, los asuntos en los que no podrán usarse esos decretos, como las cuestiones electorales o de partidos políticos. Dice «en acuerdo general» y no «con» el acuerdo general de los ministros. Es decir, en reunión de todo el gabinete. El espíritu de los constituyentes de 1994 fue recrear en el Ejecutivo un debate sobre esos decretos parecido al que son sometidas las leyes en el Congreso. Es la única decisión del Poder Ejecutivo que la Constitución somete al acuerdo general de ministros.

Ninguno de los dos Kirchner reunió jamás al gabinete de ministros, los dos firmaron muchos decretos de necesidad y urgencia, y ningún jefe de Gabinete llevó personalmente esos decretos al Congreso. Los ministros de los Kirchner firmaron, y firman, esos decretos en sus despachos o en sus casas y no saben, la mayoría de las veces, qué están firmando. Es Cristina Kirchner, y no Fayt, la que viola explícitamente la Constitución con la firma de los documentos más importante del Gobierno.

¿Por qué Fayt? Porque es un hombre viejo al que pueden golpear con saña, pero hay otra razón. La renuncia de Fayt dejaría a la Corte con tres miembros de los cinco que la componen: Lorenzetti, Maqueda y Elena Highton de Nolasco. Todas las decisiones de la Corte deberían ser, en ese caso, por unanimidad. Tres son la mayoría de cinco. No se podría armar una mayoría de dos a uno, por ejemplo, porque el número de la Corte es más amplio que el de tres. Si se fuera Fayt, la Corte quedaría paralizada en los temas en que no hubiera unanimidad o debería convocar como conjueces a presidentes de las Cámaras Federales. Mientras esté Fayt, en cambio, la Corte puede decidir por tres votos a uno. En los pocos casos que se han dado hasta ahora, la mayoría de tres la integra Fayt junto con Lorenzetti y Maqueda. La minoría es el voto de Highton de Nolasco. Esa jueza se ofendió cuando propusieron a Roberto Carlés como miembro del tribunal; no puede concebir que el Gobierno haya pretendido colocar a ese jurista sin antecedentes ni experiencia en el máximo tribunal de justicia del país, que ella integra.

Sin embargo, Highton es una mujer emocionalmente cercana a los intereses del Gobierno. Suele sentir también una identificación de género con la Presidenta, a la que considera una mujer luchadora y sola. Reconquistarla es el propósito siguiente del cristinismo si pudiera derrocar antes a Fayt. En muchos temas altamente sensibles para el Gobierno no pueden descartarse finales de dos a uno en las votaciones de la Corte.

¿Hay temas sensibles por venir? Los hay. La cautelar que protege al Grupo Clarín de las tropelías de Martín Sabbatella, decidida por un juez de primera instancia y ratificada por una Cámara, acaba de ingresar a la Corte. La competencia por la investigación de lavado de dinero en empresas de la familia presidencial podría llegar también a la Corte. Sucedería si la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia y la Cámara Federal de la Capital emitieran decisiones contradictorias sobre dónde debe hacerse la investigación, que hoy lleva el juez Claudio Bonadío en la Capital. El caso iría primero a la Cámara de Casación y terminaría irremediablemente en la Corte Suprema, que es la que fija la competencia definitiva de los jueces.

También está en la Corte la decisión de un juez que frenó la designación masiva y arbitraria de fiscales por parte de Alejandra Gils Carbó. El dictamen de ese juez fue respaldado por una Cámara Federal. Casación podría resolver en los próximos días sobre la constitucionalidad del tratado con Irán. Según la información que trasciende, Casación suscribiría la definición de inconstitucional de ese tratado que decidieron un juez de primera instancia y una Cámara Federal. Después de que se expida Casación, el caso caerá en manos de la Corte Suprema. Sería improbable que la Corte modificara tres fallos anteriores que habrían declarado inconstitucional el tratado con Irán. Es improbable, vale aclarar, en una Corte con Fayt como juez.

En varios de esos expedientes, en efecto, puede adelantarse el voto a favor del Gobierno de Highton de Nolasco y el voto contrario de Fayt. Muchos de esos casos podrían resolverse en los próximos meses, antes o después de las elecciones presidenciales.

Sólo observando el papel actual de Fayt en la Corte y los temas que deberá tratar ese tribunal explican la ofensiva contra un magistrado anciano, frágil y lúcido. Un juez vale o no vale por sus sentencias. ¿Qué dictamen de Fayt podría catalogarse de disparatado, desubicado o erróneo? Ninguno. Sucede que la sola presencia de Fayt amenaza con desmontar parte de la panoplia kirchnerista. Pasa sólo eso. Es disparatado, en cambio, que Cristina Kirchner haya hecho redactar un proyecto para ampliar la Corte de cinco a nueve miembros, cuando fue ella la que bajó el número a cinco por respeto a la cantidad histórica de miembros del tribunal. El nuevo proyecto ya está escrito. Es el regreso audaz al menemismo y sus peores prácticas, la hipocresía de criticar lo que se remeda, el descenso de la gloria en alpargatas.

Fuente: La Nación, 10/05/15.

 

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