La inflación en Argentina y la destrucción del valor del peso

abril 20, 2023

Por Gustavo Ibáñez Padilla.

El dinero es una herramienta esencial para el funcionamiento de cualquier economía moderna. Desde hace miles de años, el dinero ha sido utilizado como un medio de intercambio, como unidad de cuenta y como reserva de valor. Estas tres funciones básicas del dinero son esenciales para el funcionamiento de una economía de mercado, ya que permiten el intercambio de bienes y servicios de una manera más eficaz y eficiente. Sin embargo, la inflación y la devaluación del dinero pueden tener consecuencias económicas graves, como es el caso de la situación actual que sufrimos en Argentina.

La primera función del dinero es el medio de intercambio. El dinero facilita el intercambio de bienes y servicios al actuar como un intermediario aceptado por ambas partes en la transacción. En lugar de tener que intercambiar bienes y servicios directamente –el trueque–, las personas pueden utilizar el dinero para comprar lo que necesitan. El dinero también reduce el costo de las transacciones al permitir intercambios indirectos.

La segunda función del dinero es la unidad de cuenta. El dinero actúa como una medida común para comparar el valor de diferentes bienes y servicios. Sin el dinero, sería difícil comparar los valores de diferentes bienes y servicios y tomar decisiones informadas sobre cómo asignar los recursos. El dinero es esencial para el cálculo económico y la toma de decisiones racionales, ya que nos permite llevar una contabilidad.

La tercera función del dinero es la reserva de valor. El dinero permite que las personas almacenen valor y lo utilicen en el futuro. En lugar de tener que intercambiar los bienes y servicios inmediatamente, las personas pueden utilizar el dinero como un medio para ahorrar y planificar para el futuro. Esta función es particularmente importante para los individuos y empresas que necesitan acumular riqueza para realizar inversiones a largo plazo. Un ejemplo claro es la importancia de ahorrar e invertir para financiar el retiro o jubilación.

La inflación se manifiesta como un aumento generalizado y sostenido en los precios de los bienes y servicios en una economía. En una situación de alta inflación, el valor del dinero se devalúa constantemente, lo que puede llevar a una disminución en el poder adquisitivo de los consumidores y una reducción en la inversión y la actividad económica. Además se distorsiona el sistema de precios relativos y se generan grandes transferencias no deseadas de riqueza, desde los de menores a los de mayores recursos (ej: El Rodrigazo, 04/06/1975).

En Argentina, la inflación ha sido un problema recurrente desde sus inicios, agravándose aún más a partir de la década de 1970. La economía nacional ha sufrido repetidas crisis económicas, incluida la de 2001, que llevó a una devaluación del peso del 70% y una caída del producto bruto interno (PBI) del 11%. La inflación –que es un fenómeno monetario– ha sido impulsada por varios factores, principalmente la falta de disciplina fiscal, la política monetaria expansiva y la regulación excesiva del mercado.

La escuela austríaca de economía, liderada por economistas como Ludwig von Mises y Friedrich von Hayek, explica que la inflación es un resultado inevitable de la expansión del crédito y la creación de dinero por parte de los bancos centrales. La creación de dinero sin una base sólida en la producción real de bienes y servicios conduce a una inflación insostenible.

escuela austriaca de economía

La inflación argentina ha sido alimentada por la expansión del crédito y la creación de dinero por parte del Banco Central de la República Argentina (BCRA). En lugar de abordar los problemas subyacentes de la economía, el Banco Central ha optado por imprimir dinero para financiar los gastos del gobierno y mantener una política monetaria laxa. Esta política ha llevado a una disminución constante en el valor del peso y un aumento exponencial en los precios de los bienes y servicios.

La devaluación del peso ha tenido consecuencias nefastas para los consumidores y las empresas en Argentina. El aumento en los precios provoca una disminución del poder adquisitivo de los consumidores y una disminución en la inversión y la actividad económica. Las empresas también sufren, ya que la devaluación aumenta el costo de los insumos importados y disminuye el valor de las inversiones realizadas en moneda extranjera.

La escuela austríaca demuestra que la única solución a largo plazo para la inflación es una política monetaria disciplinada y una reducción en el papel del gobierno en la economía. La creación de dinero debe estar vinculada a la producción real de bienes y servicios, y los bancos centrales deben actuar de manera responsable para mantener una estabilidad monetaria a largo plazo.

Además, los austríacos enseñan que la regulación excesiva del mercado y la intervención del gobierno en la economía también pueden contribuir a la inflación. La abusiva regulación y la intervención gubernamental pueden crear distorsiones en el mercado que llevan a la asignación ineficiente de recursos y aumentan los costos de producción. Estos costos se trasladan a los consumidores en forma de precios más altos, lo que contribuye a la inflación.

Nuestros gobernantes han preferido históricamente las políticas populistas y demagógicas a fin de asegurarse el triunfo en las elecciones y para ello han contado con la complicidad de gran parte del electorado. Es hora de asumir nuestra responsabilidad como ciudadanos de la República Argentina y elegir buenos representantes, que apliquen las medidas correctas y necesarias sin caer en oportunismos electorales. “Sepa el pueblo votar”.

Fuente: Ediciones EP, 20/04/23.


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