Intoxicados por la tecnología: Perder el enfoque

enero 16, 2015

Intoxicados por la tecnología: crecen las consultas por el uso abusivo de dispositivos

Por Agustina Gallego Soto.

«Si me quedaba sin batería en el teléfono o no me podía conectar, me ponía ansiosa y hasta llegué a tener ataques de pánico. Mi miedo más grande era no enterarme de si le pasaba algo a mi mamá o a un ser querido. Necesitaba tener todo bajo control y usaba el teléfono todo el tiempo para eso, llamando o mandando mensajes», cuenta Delfina, de 17 años, un año después de haber terminado un tratamiento de cinco meses en el Centro de Estudios Especializado en Trastornos de Ansiedad (Ceeta).

adictos al smartphone 02Aunque la última versión del Manual de Diagnóstico y Tratamiento de los Trastornos Mentales, la biblia de la psiquiatría, no incluye dentro de los trastornos adictivos la adicción a Internet o a los dispositivos digitales, existen estudios en varios países que reflejan una preocupación global. Según los resultados obtenidos recientemente por Cecilia Cheng y Ángel Yee-lam Li, del Departamento de Psicología de la Universidad de Hong Kong, se estima que la prevalencia mundial de la adicción a Internet rondaría el 6%.

La Argentina no integra el grupo de 31 países analizados, pero especialistas locales afirman que aunque Internet y las nuevas tecnologías son herramientas muy útiles, también pueden generar problemas si se usan mal. Según los registros del Ceeta, en el período noviembre-diciembre de 2014, el centro tuvo un 15% más de consultas asociadas con el mal uso de los dispositivos digitales que en 2013. En la Fundación Manantiales, la organización dedicada a la investigación, prevención y asistencia integral de las adicciones, hubo un aumento de consultas del 70% desde 2010 hasta este año.

adictos al smartphone 05Establecer un límite entre el uso normal de los dispositivos y el que debe llevar a una consulta es difícil ya que se trata de elementos empleados cotidianamente, tanto por chicos como por adultos. Según Florencia Salvarezza, directora del Departamento Infanto-Juvenil de Ineco, «la gente les tiene miedo a las cosas nuevas, pero el problema no es que se usen las herramientas digitales, sino que sólo se haga eso. Las personas deberían poder regularse y si no, pedir ayuda».

Laura Jurkowski, psicóloga especialista en adicciones a Internet y fundadora de ReConectarse, el centro que abrió sus puertas a partir de la creciente demanda de orientación, explica: «Las personas consultan cuando empiezan a ver los mismos problemas que tienen los adictos a sustancias, como irritabilidad y ansiedad si no pueden conectarse. Y esto termina generando problemas en la familia, el trabajo y otras áreas».

Agustina tiene 20 años y es paciente de la Fundación Manantiales. «Pasaba tanto tiempo encerrada usando la computadora y el teléfono que descuidé el colegio, me alejé de mis amigos y mi única compañía eran los participantes de un foro de Internet. Realmente sentía que esas personas con las que chateaba eran mis amigos, que me conocían mejor que mis padres y que me comprendían completamente. Y si en mi casa intentaban limitarme el uso de la Web, estallaba, me largaba a llorar y trataba mal a todo el mundo. Hasta llegué a robarle el celular a mi hermano», cuenta.

fomo 01«Actualmente existe un diagnóstico popular llamado FOMO (fear of missing out) o temor a quedar desconectado o fuera de circulación en las redes sociales, que suele afectar más a prepúberes y a mujeres. Se asocia con trastornos de ansiedad generalizada y fobia social -explica Gabriela Martínez Castro, directora del Ceeta-. Los adolescentes todavía no tienen una identidad formada, sino una identidad de grupo. Son en la medida en que pertenecen a un grupo como Facebook, Twitter, Instagram. A las mujeres también las afecta porque son multitasking, tienen muchos roles: laboral, familiar, social, académico.»

Prevención y tratamiento

En el mundo se habla de una terapia llamada digital detox, poco conocida en la Argentina, y que consiste en ofrecer experiencias turísticas y campamentos para desconectarse de la vida online y reencontrarse con la naturaleza, la espiritualidad y las personas. Aunque las propuestas en hoteles de lujo o paisajes naturales suenen tentadoras, la forma de prevenir y tratar los problemas asociados con el mal uso de las herramientas digitales debería ser otra, según los expertos.

adictos al smartphone 09En el caso de los chicos, «los padres tienen la responsabilidad de redireccionar el tiempo libre de sus hijos para que incluya actividades deportivas, juego simbólico, cognitivo, de mesa, solitario y grupal. Es muy fácil darles una tablet y desentenderse, es el famoso chupete», sostiene Salvarezza. Martínez Castro agrega: «Es importante que los padres les pongan límites a los chicos y que los incentiven a través de otros recursos para que, movilizados por el aburrimiento, utilicen más su creatividad».

Según los expertos consultados, los tratamientos para resolver este problema que se ofrecen hoy en la Argentina tienen como objetivo principal lograr un uso equilibrado de los dispositivos digitales, a partir de un abordaje general.

«A través de nuestras técnicas de psicoterapia cognitiva conductual, recomendamos empezar por apagar los dispositivos por períodos cortos, que con el tiempo se van extendiendo, hasta convertirse en momentos específicos, los de conexión», cuenta Martínez Castro sobre el Ceeta.

Pese a la paradoja, existen aplicaciones móviles para controlar el uso de redes sociales e Internet, como Checky o Socialnetworklimiter, que pueden servir de ayuda para regular el consumo digital.

Fuente: La Nación, 16/01/15.

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septiembre 27, 2014

«Papá, dejá un minuto el teléfono y mirame a mí»

Por Soledad Vallejos.

 Gastón Tejes y su hija Juana, que suele «retar» a su papá por el uso excesivo del celular. Foto: LA NACION / Silvana Colombo

Juana le llama la atención a Gastón. Le pide: «Por favor, dejá un minuto el teléfono y mirame a mí»; le dice que quiere contarle algo importante. Cualquiera podría pensar que es la clásica escena de una madre con su hijo adolescente. Pero no. Juana tiene ocho años y Gastón es su padre, quien reconoce a LA NACION que, en muchas ocasiones, sigue pendiente de su teléfono celular aun en los momentos que deberían estar dedicados exclusivamente a los hijos o a la familia, como en la mesa. «Me ha pasado en más de una oportunidad y está bueno reflexionar sobre el tema. La conectividad sin límites puede ser genial, pero también hay que aprender a darle un corte. Además, mal podemos restringirles a nuestros hijos el uso de la tecnología cuando nosotros no somos capaces de hacerlo.» Lo que le sucede a Gastón Tejes es un fenómeno global en crecimiento, y que los investigadores del Departamento de Pediatría del Centro Médico de la Universidad de Boston ya se encargaron de estudiar.

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Para evaluar el fenómeno, los expertos se instalaron en distintos restaurantes de comidas rápidas durante dos meses para observar los patrones de comportamiento sobre el uso de los teléfonos celulares en los grupos en los que hubiera un adulto acompañado por uno o más niños menores de diez años. Los resultados fueron publicados en marzo pasado en la revista Pediatrics, y el equipo de expertos llegó a la conclusión de que la dependencia hacia estos dispositivos perjudica la relación entre padres e hijos.

¿Qué sucedió? De los 55 grupos observados, en casi el 75% de los casos los adultos utilizaron dispositivos móviles durante la comida. El grado de interacción con los celulares iba desde no sacar el teléfono o ponerlo sobre la mesa (menos del 10% de los casos) hasta usar el dispositivo casi en forma constante, lo que ocurrió en un total de 40 casos.

Según cada grupo, las actitudes de los niños variaban. «Algunos parecían aceptar la falta de atención y se entretenían solos. Los que estaban acompañados por otros niños jugaban y charlaban entre sí, y algunos reaccionaban con angustia y malos comportamientos, lo que solía provocar una respuesta de enojo sorpresiva por parte de los adultos», describieron los investigadores del estudio.

adictos al smartphone 10«Los adultos tenemos que aprender a racionalizar el tiempo que destinamos a nuestra actividad en línea. Hay que definir momentos libres de pantalla y, sobre todo, cuando se trata de la crianza de los hijos. Cuando uno se ausenta del vínculo presencial, le resta al chico potencialidad en su desarrollo psicoemocional. Ellos necesitan de la mirada del adulto, del estímulo, del tacto, de la atención exclusiva -señala el doctor Guillermo Goldfarb, secretario del grupo de trabajo en Tecnologías de la Información y Comunicación de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP)-. La oferta de conectividad es intrusiva, y recién ahora estamos aprendiendo a convivir con eso. Hay que entender que lo que se pone en juego es nada menos que el desarrollo de nuestros hijos.»

Como parte de su nueva campaña (compartituoreo.com.ar), la marca de galletitas Oreo realizó un estudio online sobre los hábitos de los padres y madres de hoy. En la encuesta, realizada por OH! Panel, más de la mitad de los 360 entrevistados estuvo totalmente de acuerdo con «la necesidad de jugar a otras cosas y generar diálogo con sus hijos por fuera de la tecnología», mientras que dos de cada diez adultos reconocieron que sus hijos les piden que usen menos el celular. Además, siete de cada diez piensan que los padres de hoy pasan poco tiempo jugando con sus chicos. Y más del 90% aseguró que, antes de salir de su casa, chequea llevar consigo el codiciado dispositivo.

Cuando los papás de Carmela anunciaron el destino de sus próximas vacaciones, la pequeña de diez años los sorprendió con una frase: «Antes del smartphone las vacaciones eran más lindas, porque mamá no estaba chateando todo el tiempo y mandando fotos a sus amigos». Para Silvina, la madre en cuestión, la observación de su hija se sintió casi como un cachetazo. «Me mató, y lo peor es que tenía razón.»

La psicóloga Eva Rotenberg, directora de la Escuela para Padres (escuelaparapadres.net), reflexiona sobre las actitudes que suelen tener los niños cuando los padres están hipnotizados ante sus dispositivos móviles. «Los niños más pequeños suelen hacer berrinches o tener actitudes definidas erróneamente como de mal comportamiento para recuperar la atención perdida, y los adultos suelen reaccionar con el enojo y poniéndolos en penitencia. En el vínculo entre padres e hijos falta comunicación, hablar cara a cara desde las emociones, lo que genera un verdadero problema en la construcción del yo y potencia la patología del vacío.»

Ni culpar ni demonizar

Para el doctor Mario Elmo, de la comisión directiva de la SAP, es importante no caer en la demonización de la tecnología y desterrar el mito de que antes los adultos eran más dedicados con sus hijos. «No existían los celulares, pero utilizaban otras formas de desatención. Hoy, el recurso tecnológico es el nuevo fenómeno de distracción social y hay que aprender a lidiar con eso. No hay que culpabilizar a los padres, sino más bien hacer una reflexión sobre el problema dentro del contexto social actual.»

En la infancia, dicen los especialistas, los padres modulan -entre otras cosas- la forma en que sus hijos luego establecerán sus propias relaciones. Por eso el contacto cara a cara, sin distracciones, es clave. «En muchos casos -dice la doctora María Inés Lupsz, pediatra del Hospital Posadas-, después de un lardo día de trabajo llegan a sus casas y siguen conectados. No logran desenchufarse. Los pediatras recomendamos a los padres poner límites a sus hijos frente a la computadora. Lo mismo vale para ellos.»

Fuente: La Nación, 27/09/14.

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septiembre 5, 2013

Cuando el ultimátum es su Familia o su BlackBerry

Por Elizabeth Bernstein

Cuando sale a cenar, ¿ocupa su Blackberry un lugar en la mesa? ¿Chequea su esposa el correo electrónico antes de decirles ‘buenos días’ a los niños? ¿Duerme su hijo con su laptop?

Si la mayoría de respuestas a estas preguntas es afirmativa, puede ser el momento de una desintoxicación tecnológica.

Al igual que una dieta estricta que prohíbe todas las comidas procesadas por un tiempo con la promesa de asegurar una buena salud a largo plazo, una limpieza tecnológica significa desconectarse completamente durante un lapso breve para el beneficio de sus relaciones interpersonales.

Pero ojo: al igual que con cualquier otra dieta, no es fácil.

Hace poco, Diane Broadnax, una investigadora clínica de Maryland, se hartó de cómo su familia, cada noche, se dispersaba hacia diferentes computadoras en la casa. Anika, de 4 años, miraba Dora la exploradora en una portátil en la cocina, mientras que Jasmine, de 12 años, jugaba en línea con sus mascotas virtuales. Su esposo, Lonnie Broadnax, de 50 años, se iba al estudio para mirar una película de ciencia ficción mientras ella preparaba la cena a la vez que revisaba su correo electrónico. «Pasaban los días y no conversábamos», lamenta Broadnax.

Una noche en noviembre, le propuso un plan a la familia. Durante una semana, se privarían de todo entretenimiento digital (e-mail, mensajes de texto, Facebook, películas en DVD y videos en línea). Las computadoras y demás artilugios tecnológicos sólo podrían usarse para trabajar o para las tareas de la escuela. Horrorizada, Jasmine dijo que eso no era mucho mejor que ser castigada.

La señora Broadnax insistió. La noche siguiente preparó la comida favorita de su familia (arroz con pollo) y puso velas en la mesa. Pero cuando todo el mundo se sentó a comer, la conversación era rígida. Las niñas respondían con monosílabos a las preguntas de sus padres. Incluso ellos estaban incómodos.

«Todos pensamos: ‘Estamos sentados a la mesa tal como se supone que debemos hacer pero, ¿ahora qué hacemos?'», recuerda Lonnie, un diseñador de páginas web. La cena se volvió tan incómoda que decidieron saltarse la torta de chocolate que Diane había preparado para el postre. Luego Lonnie se sentó a leer un libro. Jasmine se fue a su habitación. Anika jugó con juguetes en la cocina mientras Diane lavó los platos e hizo unas llamadas de trabajo.

adictos a facebookA pesar de que estamos constantemente conectados, nuestros aparatos electrónicos frecuentemente nos mantienen separados. Los mensajes de texto causan malentendidos. Facebook hace que nos pongamos celosos. La televisión nos vuelve perezosos o demasiado cansados para el sexo (hace algunos años, un estudio italiano mostró que las parejas que tienen un televisor en el dormitorio tienen sexo la mitad de veces que las que no lo tienen).

adictos al smartphone 03Algunos terapeutas recomiendan las desintoxicaciones tecnológicas. Sharon Gilchrest O’Neill, de Nueva York, una psicóloga especializada en matrimonios y familias, dice que la tecnología es una distracción para la familia y es difícil de resistir porque es portátil y provee una gratificación instantánea. También es un escape fácil si hay problemas en la relación. «La tecnología debe estar en la lista de las principales razones por las que la gente se divorcia, junto con el dinero, el sexo y los hijos», dice. Ha visto parejas que se comunican casi exclusivamente vía mensajes de texto, e-mails y mensajes de voz. «Tiene que haber algún momento en la semana cuando toda la familia esté junta y se apaga la tecnología», aconseja.

¿Interesado en una limpieza tecnológica? A continuación, algunos consejos de personas que han aprendido de la experiencia:

— Avise con tiempo a su familia. Necesitan tiempo para prepararse mentalmente.

— Clarifique su objetivo. Procure no sustituir la tecnología por otra actividad que lo aísle.

— Despréndase de los aparatos gradualmente. Puede que al principio una semana —o incluso un día— sea demasiado tiempo de desconexión.

— Sea claro respecto a las reglas. ¿Se permitirán las llamadas y los correos electrónicos vinculados al trabajo? ¿Está permitido conectarse a Internet para las tareas de la escuela? ¿Cuál es el castigo para una trampa?

— Utilice la tecnología como herramientas para desconectarse. Recurra a Facebook, Twitter o el correo electrónico para decirles a su familia y amigos que no va a estar conectado.

— Haga de su dormitorio una zona libre de medios de comunicación.

— Una vez superada la fase de desintoxicación, aprenda a evitar perder el tiempo yendo de una búsqueda en Internet a otra, y a otra, y otra. Así puede desperdiciar horas.

— Permita que haya solamente una pantalla en funcionamiento. Por ejemplo, si está mirando televisión, dedíquele toda su atención, en vez de estar mirando al mismo tiempo su computadora o su iPhone.

La familia Broadnax mantuvo su limpieza tecnológica durante cinco días. Entonces, una noche, Diane llegó del trabajo y se encontró a su marido y sus dos hijas jugando una partida de Trivial, moviendo piezas alrededor de un tablero y leyendo preguntas de la pantalla de una computadora. Los tres se estaban riendo. «Aquí estaba la solución casi perfecta», dice. «La familia estaba interactuando con la tecnología. La pantalla estaba ahí, pero no era el centro de atención».

Fuente: The Wall Street Journal. Enero 2011.

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