España: Food trucks, un negocio sobre ruedas

noviembre 22, 2014

‘Food trucks’, un negocio sobre ruedas

Por Antonio Pérez.
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Las food trucks, furgonetas preparadas para actuar como restaurantes rodantes, están de moda, especialmente las de aire ‘retro’, aquellas que se montan en vehículos antiguos totalmente transformados. Negocio más que habitual en otros países, la legislación española aún pone muchas trabas a su desarrollo. Sin embargo, un pujante movimiento está empeñado en abrir camino. Asociaciones de empresarios, chefs estrella, asesorías, star-ups facilitadoras y ‘gastro-festivales’ reman en una misma dirección para lograr que las cosas cambien. El público está de su parte. Hay negocio detrás de la puerta legal administrativa que impide el ‘boom’ de estas cocinas ambulantes.

españa botonAunque habrá a quien food truck pueda sonarle a uno más de esos anglicismos revestidos de tendencia que de tanto en tanto asoman en los medios de comunicación o en cualquier conversación de modernos, a François Winberg le suena a negocio por explotar: «Las oportunidades ahora mismo son infinitas, es un nuevo sector de emprendimiento inexplorado, puedes ponerte por tu cuenta, acogerte a alguna franquicia con food truck como la de El Kiosko; ir de festival en festival (del Van Van barcelonés al MadrEAT capitalino) y volverte ‘rutero’, o emprender un proyecto innovador y creativo metiendo capital en una start-up como Food Truck Systems, empresa dedicada a ayudar a iniciarse en este negocio a cualquiera con ganas de hacerlo».

Winberg es, entre otras cosas, miembro fundador de la citada start-up y uno de los más de 40 integrantes de Street Food Madrid, asociación formada por todo tipo de profesionales (chefs, emprendedores, blogueros, abogados…) determinados a llevar a Madrid un concepto ‘gastro’ que arrasa en Europa y en el mundo: la comida callejera en su versión más innovadora y creativa, de calidad pero a precios populares y asociada a conceptos como sostenibilidad, producción de kilómetro cero, originalidad, estética y armonía. De esa comida de calle es de la que la espectacularidad de las food truck es abanderada.

En España son los ayuntamientos los que regulan la venta ambulante de comida y, actualmente, ésta queda poco menos que confinada a ser una actividad de feria y a desarrollarse en fiestas y en suelo y eventos privados. Al margen de churrerías y de puestos de castañas, la venta de comida no elaborada en la vía pública está prohibida y, sin embargo, es ahí donde está la gallina de los huevos de oro.

«Trabajamos impulsando un cambio legislativo que abra la calle al talento gastronómico español y promocionando el emprendimiento en clave street food», cuenta José Miguel García, abogado de Street Food Madrid y uno de los encargados de buscar las vueltas legales que permitan abrir el pastel, cosa en la que ya se trabaja judicialmente.

Estos defensores de las food truck y de la comida callejera reivindican la calle y las plazas como lugares para desarrollar su apuesta de negocio.»Creemos en la normalización de la situación y que el sector informal de la comida callejera o street food, sea un sector más de negocio, de innovación, de generación de empleo y de crecimiento para cada ciudad y para España», insiste Winberg, para quien un país puntero gastronómicamente hablando como es España no puede estar, «por culpa de una legislación obsoleta y corta de miras», a años luz de la tendencia de cocina callejera de calidad que triunfa en el exterior.

Los tiempos cambian y las cocinas que hay montadas dentro de las food truck nada tienen que envidiar a las industriales que hay en cualquier restaurante y, por supuesto, las medidas y exigencias higiénicas que en ellas imperan son las mismas que rigen en cualquier espacio clásico.

Cuánto cuesta iniciarse en el negocio y cómo hacerlo

La fiebre por el negocio de la comida callejera y de las food truck crece a pasos agigantados. Aunque aún no hay un censo oficial de los vehículos de este tipo que actualmente operan en España, se calcula que habrá entre 80 y 90 de ellos. Todos funcionando a pleno rendimiento. A menudo la demanda de sus servicios para eventos privados supera con creces a la oferta existente y los pocos talleres que existen especializados en transformar vehículos normales en food trucks no dan a basto, ya que se trata además de un trabajo tremendamente personalizado y artesanal.

Aunque las furgo-restaurantes son las estrellas del sector, también hay otros vehículos que pueden servir a emprendedores culinarios a introducirse en la comida callejera.

«Puedes hacer cosas sobre una bicicleta por 3.000 euros, con motor y homologado en ‘vespacar’ por 10.000 euros, o pasarte a las furgonetas desde 25.000 euros. Montar un restaurante sobre ruedas en un autobús, vagon de tren o ‘container’ supondría ya una inversión de más de 50.000 euros», afirman desde Food Truck Systems.

En la asociación Street Food Madrid cuentan con el primer gabinete especializado en España en estos temas. Asesorarse bien es el paso uno que debe dar cualquiera que desee meter cabeza en este tipo de negocio, que luego deberá desarrollarse dándole forma legal, financiera, a nivel de producto, de imagen, de comunicación y, por supuesto, de oferta gastronómica diferencial.

No todos los vehículos sirven como food truck

Estudiar muy bien el vehículo que encaje en cada presupuesto y proyecto de negocio es otro de los puntos básicos de los futuros emprendedores. Los más espectaculares, los antiguos, son también los más costosos.

«Los vehículos antiguos tienen muchas restricciones en España para su uso homologado como vehículo de trabajo o negocio, por lo tanto hay que tener cuidado de que no nos den gato por liebre o sólo tendremos una furgoneta restaurada en vez de tener un negocio. Para ir sobre seguro lo mejor es estudiarlo bien con expertos en legislación y buscar el sistema más adecuado para cada caso», aseguran desde Food Truck Systems, expertos en  trabajos totalmente personalizados que, dicen, «ahorran costes y garantizan la singularidad de los proyectos». Cuentan con asesoría legal alimentaria, especialistas en diseño gastronómico, una nave de 3.600 metros cuadrados de taller y técnicos especializados con más de una década de experiencia en vehículos tienda. Además, garantizan que el vehículo que entregan estará homologado, con la ITV pasada, los papeles en regla  y listo para circular.

Aunque sobre gustos no hay nada escrito, tanto entre emprendedores como entre clientes hay un vehículo vintage estrella como abanderado del incipiente movimiento food truck español: la Citroën H, un modelo del que entre 1947 y 1981 se produjeron más de 400.000 vehículos y que suele importarse de desguaces y chatarrerías francesas y belgas para brindarle una nueva vida. En sus transformadas entrañas prosperan, por ejemplo, los negocios de pioneros como Skye Coffee and Co, Eureka, Rufina e Hijas, Mr Frank and the Butis o El Kiosko.

Festivales de gastronomía callejera como el barcelonés Van Van Market, o el madrileño MadrEAT, cuya segunda edición se celebrará el 20 y 21 de diciembre, están contribuyendo también a popularizar la calidad de este tipo de propuestas, que sólo aguardan un gesto de la administración para rodar sin tener, como hasta ahora, la velocidad limitada.

Fuente: http://www.eleconomista.es – 21/11/14