Matemáticas racistas: Cuando la estupidez contamina la ciencia

marzo 6, 2021

«Matemáticas racistas»: la nueva idiotez que apoya la fundación Gates

The Bill & Melinda Gates Foundation financió un programa titulado «Un camino hacia la instrucción matemática equitativa. Desmantelando el racismo en la instrucción matemática».

Por Emmanuel Alejandro Rondón.

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«La cultura de la supremacía blanca se infiltra en las aulas de matemáticas en las acciones cotidianas de los profesores. Junto con las creencias que subyacen a estas acciones, perpetúan el daño educativo a los estudiantes negros, latinos y multilingües, negándoles el pleno acceso al mundo de las matemáticas», esta cita pertenece al programa: «Un camino hacia la instrucción matemática equitativa. Desmantelando el racismo en la instrucción matemática»; un paper de 82 páginas que explica cómo combatir el racismo sistémico en las aulas de clases, en la actitud de los profesores y, sobre todo, en las matemáticas.

No es ninguna broma, de hecho, el documento fue financiado por The Bill & Melinda Gates Foundation; la famosa fundación Gates, según artículo publicado en la plataforma Substack en la sección de la escritora Bari Weiss llamada «Common Sense with Bari Weiss».

En el artículo Bari Weiss le da la palabra al profesor matemático Sergiu Klainerman.

Klainerman, de acuerdo con el perfil reseñado en el artículo, es un «profesor de matemáticas en Princeton especializado en la teoría matemática de los agujeros negros. Ha sido becario MacArthur, becario Guggenheim y es miembro de la Academia Nacional de Ciencias».

Una crítica durísima contra la ideología woke por la cruzada contra las matemáticas

El profesor escribió una crítica durísima contra la nueva ocurrencia del movimiento woke americano apoyado por Bill Gates y su fundación: llamar a las matemáticas racistas.

Al parecer, para la Woke America, los profesores que imparten la catedra derrochan supremacía blanca oprimiendo a los estudiantes pertenecientes a minorías étnicas con sus malvados ejercicios matemáticos. Por ende, hay que convertir y renovar a las matemáticas haciéndolas más antirracistas. Esa parece ser la lógica.

«Las matemáticas, con sus herramientas aparentemente imparciales —2 + 2 siempre es igual a 4— han presentado un problema para un movimiento ideológico que ve cualquier desigualdad de resultados como prueba de un sesgo sistémico. El problema no puede ser que algunos niños sean mejores en matemáticas, o que algunos profesores sean mejores en su enseñanza. Como muchas otras cosas, el argumento básico del movimiento Woke contra las matemáticas es que son intrínsecamente racistas y que hay que hacerlas antirracistas. Esto se logra socavando la noción de respuestas correctas e incorrectas, eliminando la expectativa de que los estudiantes muestren su trabajo, refiriéndose a las herramientas de pruebas matemáticas como racistas, y eliminando las clases de matemáticas aceleradas».

Parte del texto de la escritora Bari Weiss en su introducción antes de darle la pluma al profesor Klainerman.

Esa es la opinión de la escritora, parece dura, pero la del profesor Klainerman lo es aún más.

«En mi posición como profesor de matemáticas en Princeton, he sido testigo del declive de las universidades e instituciones culturales, ya que han abrazado la ideología política a expensas de la erudición rigurosa. Hasta hace poco —este verano pasado, en realidad— había pensado ingenuamente que las disciplinas STEM se salvarían de esta toma de posesión ideológica. Me equivoqué», inició su exposición el señor Klainerman en «Common Sense with Bari Weiss».

«Los intentos de “deconstruir” las matemáticas, negar su objetividad, acusarlas de prejuicios raciales e infundirlas con ideología política se han vuelto cada vez más comunes, tal vez incluso en la escuela primaria de su hijo».

Continuó el profesor Klainerman.
El valioso testimonio de un sobreviviente del comunismo

Kainerman gracias a las matemáticas pudo cumplir su versión del sueño americano. Siendo un inmigrante proveniente de Rumania vivió sin decoro —como muchos— el infierno totalitario comunista en su tierra natal, pero llegó a Estados Unidos y abrazó la libertad.

El profesor explica que, a diferencia de los regímenes comunistas que él mismo sufrió, esta America Woke es mucho «más blanda» en términos de violencia física, pero desgarradora en términos morales.

«A diferencia del totalitarismo tradicional practicado por los antiguos países comunistas, como la Rumanía en la que crecí, esta versión es blanda. No impone su ideología encarcelando a los disidentes o eliminándolos físicamente, sino mediante la vergüenza social, el castigo de la multitud, la culpabilidad por asociación y la coacción de la palabra», esbozó Kainerman lanzando, a posteriori, un dardo durísimo: «En lo que respecta a la educación, creo que la ideología woke es incluso más dañina que el comunismo antiguo».

El profesor, también critico de los regímenes comunistas, fue claro en explicar que, al menos, en dichos totalitarismos se respetaba la ciencia y las matemáticas, en especial la segunda, porque era inmune a la presión ideológica. Pero esto no lo respeta la ideología woke, argumenta.

«Al igual que los niños de todo el mundo, me atraían las matemáticas por su belleza formal, la elegancia y la precisión de sus argumentos, y la sensación única de logro que podía obtener al encontrar la respuesta correcta a un problema difícil. Las matemáticas también me permitieron escapar del embriagador tambor diario de la propaganda del partido, un refugio contra la aplastante atmósfera del conformismo político e ideológico».

Explicó el profesor Kainerman.

Añadiendo: «La ideología woke, por otro lado, trata tanto la ciencia como las matemáticas como construcciones sociales y condena la forma en que se practican, en la investigación y la enseñanza, como manifestaciones de supremacía blanca, eurocentrismo y poscolonialismo».

El profesor puso un ejemplo claro, que es el reciente programa, citado anteriormente, que está apoyado financieramente por la Fundación Gates; y que, según relata, cuenta con socios como: Lawrence Hall of Science de la Universidad de Berkeley, la Asociación de Administradores Escolares de California y la Oficina de Educación del Condado de Los Ángeles.

El programa, explica el profesor, esboza que «la cultura de la supremacía blanca se manifiesta en el aula cuando se centra en obtener la respuesta ‘correcta’», o en su defecto, «cuando se exige a los alumnos que muestren su trabajo, al tiempo que estipula que el propio “concepto de que las matemáticas son puramente objetivas es inequívocamente falso”».

El plan de estudio apoyado por Bill Gates tiene como objetivo principal «desmantelar el racismo en la enseñanza de las matemáticas» y, lo que puede ser más preocupante, involucrar «el giro sociopolítico en todos los aspectos de la educación, incluidas las matemáticas».

Kainerman, notoriamente preocupado, explicó lo absurdo que es tomar a las matemáticas como una ciencia que va cambiando según la raza, etnia o gentilicio de las personas. Las matemáticas son una.

«Por razones históricas, a menudo hablamos de las contribuciones al campo de las matemáticas de los egipcios, babilonios, griegos, chinos, indios y árabes y nos referimos a ellos como entidades distintas. Todos ellos han contribuido, a través de un diálogo cultural único, a la creación de un edificio verdaderamente magnífico y accesible hoy en día a todos los hombres y mujeres del planeta», explicó el profesor Kainerman. «Aunque rindamos homenaje a las grandes figuras históricas que informan la práctica de las matemáticas, la asignatura puede enseñarse —y a menudo se hace— sin hacer referencia a los individuos que han contribuido a ella. En ese sentido, es singularmente universal».

Para culminar su contundente crítica, el profesor añadió que, simplemente, las matemáticas racistas, blancas o supremacistas no existen:

«No hay ninguna razón para asumir, como hacen los activistas, que los niños de las minorías no son capaces de hacer matemáticas o de encontrar las “respuestas correctas”. Y no puede haber ninguna justificación para, en nombre de la “equidad” o de cualquier otra cosa, privar a los estudiantes de la educación rigurosa que necesitan para tener éxito. Los verdaderos antirracistas se levantarán y se opondrán a este sinsentido».

Fuente: elamerican.com


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Cambio climático: ¿Ciencia o engaño?

diciembre 2, 2019

La nueva religión ecologista

Debemos recuperar el método científico para nuestros jóvenes o los estaremos dejando en manos de propagandistas inescrupulosos que los van a volver a la servidumbre y al oscurantismo medieval

Por Karina Mariani. Twitter: @KarinaLMariani

Hace pocos días en la Ciudad de Buenos Aires se prohibió el uso de pajitas, también conocidas como sorbetes, por considerarlas autoras de una potencial catástrofe ecológica. No es esto una sátira, realmente se ha criminalizado a las pajitas, de una forma si se quiere injusta, ya que sus compañeros de ruta: vasos, cubiertos, tapitas y botellas de plástico siguen aún en pie.

Dentro de la misma inexplicable psicosis, el Papa de Roma ha mencionado la posibilidad de imponer un “nuevo pecado”: el comportamiento antiecológico. Esta dimensión no deja de ser interesante ya que nos pone ante una pregunta filosófica: es el ecologismo un dogma religioso? Veamos:

En el Parque Nacional de los Glaciares (Glacier National Park) en Montana, ocurrió algo sorprendente: se debieron eliminar los letreros que predecían que los glaciares desaparecerían en 2020 (https://youtu.be/Afa6mMMuZhg). Resulta que el Servicio de Parques Nacionales había denunciado que todos los glaciares estaban desapareciendo rápidamente. Aún hoy en wikipedia se puede verificar esa advertencia. Pero la realidad, esa maldita, no se hizo eco de sus reclamos y ahora los funcionarios del GNP no dan abasto para borrar o reescribir su alarmismo. La Universidad Lysander Spooner que estudia estos fenómenos, ha notado que los glaciares más famosos de GNP como el Glaciar Grinnell y el Glaciar Jackson han estado creciendo, no disminuyendo, desde 2010. 

Otro ejemplo: la Nasa con su herética manía por las pruebas científicas ha mostrado imágenes satelitales en las que el Sahara se ha retirado a lo largo del borde sur desde el Atlántico hasta el Mar Rojo y la masa forestal en el Sahel está creciendo.Tampoco se han cumplido otras etapas del apocalipsis climático, si bien Al Gore nos juró que el Océano Glacial Ártico se iba a quedar libre de hielo y que sería navegable el hielo sigue ahí, y tampoco es verdad que la Antártida esté perdiendo hielo, de hecho su parte oriental lo está ganando.

ESPECTACULO ADOLESCENTE

Pero nada que no sea catastrófico merecerá la atención mediática. Porque el dogma ecologista se sostiene sobre el alarmismo y sobre el montaje de espectáculo adolescente. No en vano son los más jóvenes la mano de obra barata que utilizan para difundir la liturgia que ya está llegando a nuestras costas con los “Fridays for Future” (https://youtu.be/M9jVfEIZrUc). Después de todo son ellos, los jóvenes, quienes generan millones de clicks (publicidad, o sea) y toda religión necesita monetización, se sabe.

La confrontación con datos científicos es, en esta instancia, un grano molesto. “Que la realidad no empañe una buena noticia” reza el refranero popular y es tan así que esta locura franquiciada no resiste tratar con evidencias fruto de la investigación científica. Tal es la propaganda hacia los niños, orquestada, incluso y principalmente, desde las escuelas y los gobiernos, que la presión es demasiado alta como para que puedan rebelarse contra ella sin ser señalados.

Recuerdan a la chiquita Greta, brotada de angustia y totalmente obsesionada gritando en la sede de ONU “How dare you? (¿Cómo se atreven?)” (https://youtu.be/xVlRompc1yE). Una adolescente con problemas de depresión manipulada por políticos y lobbistas para convencer a sus coetáneos de que el mundo se está por terminar en poco tiempo, es eso moral? Desde que existe la atmósfera junto con la hidrósfera, litósfera, biósfera y criósfera, el clima cambia. Hoy, Greta y todos nosotros estamos en el Holoceno, un período interglaciar caracterizado por una variabilidad climática suave comparada con el estado climático base más común del planeta que son los periodos glaciares. Es necesario llevar a los jóvenes a un estado de alarma tan demencial y venderles a la especie humana como un todo criminal? “How dare you” tendríamos que gritar nosotros!

EL HOLOCENO

Lo más paradójico es el uso de jóvenes en edad escolar para imponer una escala de valores que representa su propio exterminio en beneficio de la transformación ecológica global. Pero no están deseosos ni los escolares ni sus adoctrinadores por formar el espíritu crítico. No hay más cantidad de materias científicas en las secundarias, están en retroceso. De hecho los planes de estudio priorizan contenidos “sociales” a las materias científicas. Las ciencias naturales son lenta pero inexorablemente reemplazadas por verdades ecológicas, eliminando aquellos campos de la enseñanza tecnológica que no son deseables porque no se condicen con la liturgia climática.

Curiosamente sacan como fuerza de choque a la calle, niños cuyos saberes científicos están en retroceso y que sólo pueden gritar dolidamente mantras que se vuelven ciertos a fuerza de repetición. Lo mismo pasa con la economía que no se enseña ni en sus aspectos más básicos porque fomenta el ansia de lucro, siempre es mejor educarlos con “fines sociales y ecológicos”, para que no sean egoístas capitalistas. Se trata de imponer una nueva religión ecologista y anticonsumista, ¡que los haga sentir culpa de usar una pajita o de querer ropa nueva y de viajar en avión! La desaparición de la Tierra es culpa del capitalismo y de su afán por consumir. 

Para esta nueva religión: el ecologismo, no es necesario demostrar que el cambio climático se produjo o no, tal como se había predicho. El evangelio es así: la acción del hombre, desde la esclavización que surge de la Revolución Industrial y su economía de consumo, altera el clima de La Tierra y los humanos somos, en consecuencia el cáncer que se cierne sobre ella y debemos salvarla de nosotros mismos.

Esta nueva versión de ecologismo se ataja de futuras desmentidas al dejar de hablar de “calentamiento global” y pasar a “cambio climático”. Porque el clima es un fenómeno dinámico!!. Funciona mediante elementos que están en transformación constante en medianos y largos períodos glaciares e interglaciares. O sea, el clima cambia constantemente aún sin la presencia de hombres sobre la Tierra.

MEDIDAS EXTREMAS

La triquiñuela de los sacerdotes de la iglesia catastrofista ecológica es que nadie pueda negar que el clima cambia. Entonces usan este artilugio: tenemos que tomar medidas ya, pero ya ya, urgente. ¡Medidas extremas!, basta de pañales descartables, autos, café, jabón, té, agua en botellas, velas, ducharse sin cerrar el agua, pasta de dientes, globos… tenemos que tratar de vivir lo peor posible y así no se extingue el planeta! 

Todo esto se debe hacer hoy para evitar que ocurra algo terrible en 100 años. El sofisma es evidente, la catástrofe se patea unos añitos para adelante así no nos comemos curvas como la de la capa de ozono o la de los pobres funcionarios del Parque de glaciares tratando de meterse los carteles en la oreja. 

Podemos hacer sarcasmo con esto pero no es joda: el ecologismo anticapitalista domina la vida política, cultural y, lo peor, escolar dictando contenidos y normas a los niños desde que aprenden a hablar. Les estamos enseñando que son malos, una enfermedad a combatir. Al hablar de “cambio climático” esa terminología tan imprecisa, responsabilizamos a nuestra especie no sólo de que suba la temperatura del planeta, sino de que baje, de que haya olas de frío, sequías o inundaciones o de cualquier catástrofe climatológica. 

La ciencia no es democrática, no tiene ningún valor que en las cumbres climáticas hablen los niños, los artistas o los gnomos. No se votan los teoremas ni va a importar que mañana haya consenso para imponer que La Tierra es plana. No desaparecieron los glaciares porque se pronosticara en un cartel. Afortunadamente no funciona así. Debemos recuperar, y eso sí es una deuda, el método científico para nuestros jóvenes o los estaremos dejando en manos de propagandistas inescrupulosos que los van a volver a la servidumbre y al oscurantismo medieval. El conocimiento y la reflexión individual de los jóvenes es lo que los tiene que salvar de ser una masa amorfa gritando consignas falsas, avergonzados y temerosos de su propia humanidad. Empecemos por exigir que les enseñen ciencias.

https://climate.nasa.gov/news/2436/co2-is-making-earth-greenerfor-now/

https://www.nicholaslewis.org/wp-content/uploads/2018/07/LewisCurry_The-impact-of-recent-forcing-and-ocean-heat-uptake-data-on-estimates-of-climate-sensitivity_JCli2018.pdf

https://www.aps.org/policy/statements/upload/climate-seminar-transcript.pdf

https://www.nature.com/articles/s41558-019-0505-x

https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/2018/02/WG1AR5_Chapter10_FINAL.pdf

Fuente: laprensa.com.ar, 30/11/19.

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