El Estado, un controlador que no es controlado

abril 22, 2014

El Estado, un controlador que no es controlado

Por Juan Carlos de Pablo

No pasa inadvertida la diferencia con la cual los funcionarios califican y castigan las fallas producidas por algunas empresas privadas, y la liviandad e indiferencia con la cual se refieren a sus propias falencias. Ejemplo: habla y actúa con notable contundencia a raíz del «apagón» generado por Movistar durante algunas horas el funcionario responsable de que Argentina haya pasado de exportador e importador neto de energía y combustibles.

Al respecto conversé con el norteamericano Larry A. Sjaastad (1934-2012), pionero en la incorporación de la migración de mano de obra al análisis del capital humano. Profesor en la Universidad de Chicago durante 42 años, supervisó aproximadamente el 20% de las tesis doctorales escritas en ese período. Considerado el último representante de una forma de hacer economía, que también practican Arnold Carl Harberger, Harry Gordon Johnson y Robert Alexander Mundell, en la Universidad de Western Australia, en 2004 le obsequiaron 74 cartas de agradecimiento, escritas por ex alumnos. En la Argentina tuvo a su cargo el denominado Programa Cuyo, que hace medio siglo vinculó a la Universidad Nacional de Cuyo con la de Chicago.

– Con respecto al control, usted diferencia a las empresas privadas de las públicas.

-En efecto. Las empresas privadas son las que controla el Estado, mientras que las empresas públicas son las que no controla nadie.

– Muy ocurrente, pero explíquese.

-Que a las empresas públicas no las controla nadie en la Argentina lo sabe cualquiera que haya sufrido, o analizado, lo que ocurrió entre la segunda mitad de la década de 1940 y la primera mitad de la década de 1990. Casi medio siglo, bajo administraciones peronistas, radicales y militares, no puede ser explicado por la mala suerte. Resultaron ser el paraíso de los proveedores, empleados y funcionarios de esas empresas, lo contrario para sus usuarios y los contribuyentes impositivos.

– ¿Qué tiene el Estado que controlar, en el caso de las empresas privadas?

Me gusta cómo está formulada la pregunta, porque no plantea la cuestión de «Estado versus mercado» en términos abstractos. El control estatal de las empresas privadas tiene que basarse en un principio fundamental: los empresarios deciden sobre la base de los costos y beneficios esperados que esas decisiones tienen para ellos. Regalarles la energía, pedirles que la cuiden y luego criticarlos por no haberlo hecho lucirá bonito en los planos político y mediático, pero no da los resultados que los funcionarios dicen buscar.

– Insisto: ¿qué tiene que controlar el Estado?

-Por ejemplo, que se cumplan los contratos. En salud, el grueso de los seres humanos aporta durante buena parte de su vida y gasta mucho durante el último año de su existencia. Una empresa de medicina prepaga miope se alzaría con los ingresos de los primeros años, sin honrar el servicio pactado en el último. Los heladeros también venden por adelantado, pero no se tientan porque transcurren minutos, no años, entre el pago y la entrega del producto. Por ende, el Estado debería evitar la miopía de las prepagas y dejar tranquilos a los heladeros. Pero en medicina prepaga, en vez de verificar que los dueños de las empresas compren tomógrafos y no yates, el Estado las obliga a prestar servicios no contemplados en el contrato original, arriesgando destrozar el sistema.

-¿Cómo debe controlar?

-Nuevamente hay que partir del comportamiento del empresario. ¿Se quiere eliminar el abuso de los oferentes, cuando ejercen poderes monopólicos u oligopólicos? En el caso de un bien que puede ser objeto de comercio internacional, la apertura de la economía es la respuesta. También cabe preguntar: ¿en qué medida esa posición monopólica u oligopólica deriva de alguna restricción creada por el propio gobierno? Porque cuando éste es el caso lo que hay que hacer es eliminar la referida regulación. El Estado también tiene que resistir la presión de los seudoempresarios, quienes demandan control por si algo falla y le echan la culpa al propio Estado cuando eso ocurre.

– Larry, muchas gracias.
Fuente: La Nación, 27/05/12.
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Larry A. Sjaastad

Larry Sjaastad, académico de la economía internacional, 1934 – 2012

Larry Sjaastad, profesor emérito de economía y un destacado experto en comercio internacional en América Latina, murió el 2 de mayo a los 77 años. Residía en Hyde Park, barrio de la Universidad de Chicago.

El profesor Sjaastad hizo contribuciones fundamentales a la economía a través de un amplio espectro de temas, incluyendo: finanzas públicas, economía internacional y la teoría del tipo de cambio.

«La enseñanza de Larry y su apoyo a sus alumnos han tenido un efecto enorme en América Latina», dijo Jorge García – García, PhD’75, un experto en evaluación del Banco Mundial. «Sus alumnos ahora ocupan importantes cargos en el gobierno y la academia, y como resultado, sus ideas han tenido un efecto mayor en esos países».

Un buen ejemplo de la influencia de su investigación era el famoso coeficiente de cambio, «el porcentaje de protección de las importaciones que soportado por los exportadores del propio país «, dijo Kenneth Clements, PhD’77, profesor de economía en la Universidad de Australia Occidental.

Esto explica claramente por qué los países que gravan las importaciones tienden a languidecer en sus sectores de exportación. Los exportadores de América Latina y Australia – en la década de 1980 – no tardaron en darse cuenta de la importancia de esta investigación.

El profesor Sjaastad ayudó a organizar los Seminarios Latinoamericanos de la Universidad de Chicago. Como un joven estudioso desarrolló su interés por América Latina, cuando dirigió un programa de capacitación que comenzó en 1962 para los estudiantes argentinos de economía el “Programa Cuyo” en Mendoza, organizado por la Universidad Nacional de Cuyo como un programa conjunto con profesores de la Universidad de Chicago [y de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Fue el primer programa establecido a través de la “Alianza para el Progreso” durante el gobierno de John F. Kennedy, que tenía la intención de mejorar las relaciones con América Latina.

Larry Sjaastad también fue profesor visitante en universidades de Chile, Colombia, Singapur, Australia Occidental y Brasil [y Suiza].

El Profesor Sjaastad nació en una granja cerca de Tagus en el Estado de Dakota del Norte, USA. Estudió ingeniería eléctrica en el Colegio Agrícola de Dakota del Norte. Posteriormente recibió una beca para asistir a Universidad de Chicago, donde desarrolló una pasión por el análisis, la economía aplicada.

Sus publicaciones en economía fueron significativas desde el principio. Después de recibir su licenciatura en 1957, continuó como estudiante de posgrado en economía y recibió un doctorado de la Universidad de Chicago en 1961.

Su tesis doctoral fue una extensión pionera de la teoría del capital humano en el estudio de las decisiones de migración, posteriormente su tesis se convirtió en un influyente artículo sobre «los costos y beneficios de la migración», estudio que sigue siendo ampliamente citado en la actualidad. El artículo publicado en el Journal of Political Economy, examinó el modelo de la migración en los Estados Unidos de una manera integral, determinando los costos sociales y personales de la migración en términos monetarios y no monetarios, tales como pasar de un Estado a otro buscando mejores condiciones de vida.

La tesis también se convirtió en legendaria para los estudiantes en el Departamento de Economía de la Universidad de Chicago.»La tesis de Larry sobre migraciones fue utilizada por (el ex profesor de la Universidad de Chicago) Gregg Lewis y otros maestros como modelo de una tesis para mi curso. Se trataba de una norma que muy pocos de nosotros reunimos «, dijo el Premio Nobel Robert Lucas, profesor de Economía en la Universidad de Chicago, quien recibió su doctorado de la misma universidad en 1964.

Después de un breve período enseñando en la Universidad de Minnesota, Sjaastad se unió al cuerpo de profesores de la Universidad de Chicago en 1962, donde permaneció hasta su jubilación en 2004. Durante su carrera docente de 42 años, supervisó 139 tesis doctorales y fue una fuente vital de orientación y apoyo a un enorme número de estudiantes. Conocido por su capacidad para presentar la teoría económica compleja de una manera clara y accesible, Sjaastad fue un ejemplo de excelencia en la enseñanza. «Tenía un don especial de ser capaz de entender a la gente y ayudarla, especialmente a los estudiantes internacionales que estudiaban Economía en el difícil entorno intelectual por el cual la Universidad de Chicago es ampliamente reconocida», dijo el Profesor Clements.

En 2008, recibió el Premio Norman Maclean Faculty Award ,otorgado por la Asociación de Egresados de la Universidad de Chicago, en reconocimiento a su destacada docencia.

Cuando se retiró el Profesor Sjaastad, se le presentó un trabajo titulado, «Las cartas de Larry Sjaastad” que incluye expresiones de gratitud y buenos deseos de sus ex alumnos, colegas y amigos. Un ex alumno elocuentemente resume el impacto de Larry Sjaastad instándole a «quedarse, porque estamos acostumbrados a contar con usted.»

Le sobreviven su esposa, Irene Glasner, y los hijos, Michael y John Sjaastad.-
Notas sobre este obituario:
El obituario del profesor Sjaastad ha sido traducido al castellano por el Prof. Juan Antonio Zapata. La versión original es obra de William Harms y fue publicada en la página web de la Universidad de Chicago, el 9 de mayo de 2012.
Fuente: http://www.fce.uncu.edu.ar/novedades/index/larry-sjaastad-academico-de-la-economia-internacional-1934-2012