Sólo el 20% de los diabéticos conoce los riesgos de ceguera

septiembre 18, 2015

Sólo uno de cada 5 diabéticos sabe que puede perder la vista

Por Nora Bär.

NIZA, Francia – De todos los pacientes diabéticos se calcula que aproximadamente un tercio desarrollará retinopatía y alrededor del 7,4% avanzará al edema macular, el rostro más grave de esta condición, que puede conducir a la ceguera.

Sin embargo, una encuesta realizada en 41 países, entre los que se encuentra la Argentina, mostró que sólo uno de cada cinco pacientes enrolados en un programa de consejería para controlar la diabetes recibió educación sobre los importantes daños que ésta puede causar a la visión y que la mitad de los diabéticos nunca recibió información sobre sus complicaciones oculares.

diabetes 02Dos tercios sólo acuden a la consulta con el oftalmólogo una vez que los problemas visuales ya están instalados y el 6%, cuando ya es tarde para iniciar un tratamiento efectivo.

«Los datos son extraordinarios. Esto es una instantánea del impacto de la pérdida de visión en la vida de los pacientes y de las barreras para prevenirlo», dijo durante la presentación Jane Barratt, de la Federación Internacional del Envejecimiento y miembro del comité que dirigió el trabajo financiado por Bayer. Los primeros resultados se presentaron ayer en el marco del Congreso Europeo de Retina, que acaba de comenzar en esta ciudad de la Costa Azul. En el estudio participaron más de 3500 pacientes y 1500 oftalmólogos.

La Fundación Internacional para la Diabetes estima que 382 millones de personas padecen esta enfermedad en el mundo. Con los años y en ausencia de tratamiento, los niveles altos de glucosa en la sangre conducen a una serie de complicaciones, entre las cuales la más temible es la retinopatía diabética, un desorden de la retina que se presenta cuando se dañan los pequeños vasos sanguíneos que la irrigan. En la Argentina, alrededor de cuatro millones de personas padecen diabetes y unas 200.000 sufren edema macular.

«La diabetes tiene sus más devastadoras consecuencias en la parte trasera del ojo, donde se encuentra la retina, una alfombra de células nerviosas que permite que el cerebro interprete el mensaje de la luz -dijo William Li, presidente y director médico de la Fundación para la Angiogénesis-. Después de muchos años, la enfermedad hace que los vasos sangren en el interior del ojo y se producen la retinopatía diabética y el edema macular. La humedad, entonces, hace que el área sea difícil de navegar para la luz. Cuanto más altos los niveles de azúcar y peor el control de la glucemia, mayor es el riesgo de pérdida de la visión.»

«Los síntomas se presentan de manera dramática para el paciente, porque le quitan la visión central -explicó el doctor Lucio Arias, director del Departamento de Retina del Instituto Zaldívar de Mendoza, que participa del congreso-. Quedan legalmente ciegos, porque no pueden firmar un documento, no pueden leer, tienen problemas para cocinar, dependen de la familia. Es como si les colocaran un vidrio esmerilado delante de los ojos.»

La mala noticia es que, dada la creciente prevalencia de la diabetes en todo el mundo, se espera que estos números aumenten. Según el Barómetro de la Retinopatía Diabética, como se denomina este estudio todavía en desarrollo, menos del 30% de los pacientes son controlados a tiempo. La buena noticia es que hay formas de prevenir y tratar este cuadro que lesiona gravemente la calidad de vida física y mental. Lo primero, subrayaron los especialistas, es una consulta anual con el oftalmólogo para que detecte signos precoces de la enfermedad.

Se calcula que el 46% de los diabéticos no tienen diagnóstico y no saben que lo son hasta que se presenta una complicación. «Estamos bastante lejos del escenario perfecto. Estamos más bien cerca de la tormenta perfecta», planteó Peter Ackland, presidente ejecutivo de la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera.

La enfermedad en números

382 Millones: Es el número actual de diabéticos en el mundo

592 Millones: Es la cantidad estimada para 2035

55 Por ciento: Es el aumento de casos en los próximos 20 años

50 Por ciento: De los pacientes no saben que tienen la enfermedad

1/3 de los diabéticos desarrolla algún grado de daño ocular o retinopatía.

Fuente: La Nación, 18/09/15.

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La diabetes es un síndrome clínico que resulta de la secreción deficiente de insulina por parte de las células beta del páncreas o cuando el organismo no es capaz de utilizar eficaz y efectivamente la insulina que produce. La insulina es una hormona que regula los niveles de azúcar en la sangre, es por ello que el efecto inmediato de una diabetes no controlada es la hiperglucemia o aumento del azúcar en la sangre, que con el tiempo si no es tratada puede provocar grandes daños en órganos y tejidos. De acuerdo a los aspectos mencionados en un principio, la diabetes se puede clasificar en:

  • Diabetes tipo I: se caracteriza por una deficiente producción de insulina como consecuencia de la destrucción de las células beta del páncreas. Las personas que padecen este tipo de diabetes, que suelen ser niños y jóvenes,  son llamados insulinodependientes, ya que necesitan de la administración diaria de dicha hormona. Entre sus síntomas característicos se destacan, excreción excesiva de orina (poliuria), aumento anormal de la sed (polidipsia), hambre constante (polifagia), pérdida de peso, trastornos visuales y cansancio.
  • Diabetes tipo II: se presenta por la utilización ineficaz de la insulina producida en el cuerpo. Aquellas personas que padecen diabetes tipo II, al tener resistencia a la insulina más que un defecto en la producción de la misma son llamadas no insulinodependientes. Los síntomas pueden ser parecidos a los de la diabetes tipo I con la diferencia de presentarse de manera menos intensa. Este tipo de diabetes solo era observable en adultos hasta hace algunos años que se ha venido identificando en niños.

Es importante identificar los síntomas y tratarlos lo más temprano posible.

La diabetes puede ocasionar ciertas complicaciones de no ser tratada adecuadamente, una de ellas es el pie diabético; el cual es la ulceración, infección y destrucción de los tejidos del pie asociados a:

Neuropatía: es un daño  neurológico que afecta a los nervios; estos pueden ser los sensitivos, motores y/o autónomos, los últimos le permiten al cuerpo realizar funciones involuntarias como sudar. De acuerdo al grupo de nervios comprometidos se producirán diferentes neuropatías con efectos característicos, presentándose de esta forma:

  • Neuropatía motora: se presentan deformidades en los pies producto de atrofias en los músculos de los mismos, que predisponen al miembro a traumatismos y ulceraciones.
  • Neuropatía autónoma: se caracteriza por una disminución de la hidratación de la piel, produciendo resequedad y la formación de fisuras que pueden convertirse en la entrada de bacterias y hongos.
  • Neuropatía sensorial: se produce una pérdida de la sensibilidad ante estímulos dolorosos.

Vasculopatía: el constante aumento de los niveles de azúcar en la sangre provoca que los vasos sanguíneos que irrigan el pie se estrechen disminuyendo así el riego sanguíneo, esto último ocasiona que las lesiones tarden mucho más tiempo en sanar.

Infecciones: la insuficiencia vascular y neuropatías, provocan en los pacientes diabéticos mayores riesgos de presentar lesiones e infecciones derivadas de las úlceras.

Fuente: Ediciones EP, 2015.

 

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