USA: Los jubilados pagan cara la política de la Reserva Federal

abril 8, 2011 · Imprimir este artículo

Los jubilados de EE.UU. pagan cara la política de la Fed

Por Mark Whitehouse

 

PORT CHARLOTTE, Florida—Forrest Yeager, un jubilado de 91 años residente en esta comunidad costera, esperaba que sus ahorros le durasen hasta que muriera. Las circunstancias están conspirando contra él.

Ahora que los certificados de depósito a corto plazo en Estados Unidos pagan menos de 1% anual, este veterano de la Segunda Guerra Mundial espera que los US$45.000 que le quedan rindan unos pocos cientos de dólares más este año. Por eso no le queda otra que sacar de su depósito para suplementar su ingreso mensual de US$1.500 de la Seguridad Social y una pequeña pensión.

«Duele», dice Yeager, que calcula que sus ahorros bancarios habrán desaparecido en unos 6 años con su actual nivel de retiros. «Ni siquiera quiero pensar en ello».

Yeager integra la legión de retirados golpeados por el ambicioso intento de la Reserva Federal (FED) de rescatar a la economía con dinero barato.

Un prolongado ciclo de bajas tasas de interés creó una ganancia inesperada de miles de millones de dólares para los bancos, los deudores hipotecarios y otros a los cuales buscaba beneficiar. Pero para muchas personas que planeaban contar con sus ahorros, esas mismas tasas suponen un problema.

Las dificultades de Yeager ilustran un dilema persistente que afronta el presidente de la Fed, Ben Bernanke. Mientras más tiempo mantenga bajas las tasas para estimular la economía, más dinero les estará restando a millones de ahorristas. Entre los más vulnerables se destacan los jubilados, que tienen pocas opciones para recuperar los ingresos perdidos derivados de inversiones realizadas a lo largo de toda su vida.

En 2009, según los datos más recientes del Departamento del Trabajo de EE.UU., los ingresos promedio anuales por inversiones de los 24,6 millones de familias estadounidenses encabezadas por personas de más de 65 años eran de US$2.564. Esa cifra representa una caída de 35% frente a 2007 y es la más baja desde 2003.

Una reciente investigación del Employee Benefit Research Institute indica que uno de cada tres retirados tuvo que recurrir más de lo esperado a sus ahorros para pagar gastos básicos en 2010.

«Los estadounidenses que hicieron todo bien, que trabajaron duro, ahorraron su dinero, no se endeudaron, son los que están siendo castigados por las bajas tasas de interés», dice Richard Fischer, presidente de la Reserva Federal de Dallas. «Esta situación no es sostenible por un período largo», comentó.

El descontento de los ahorristas podría tener repercusiones políticas. Los retirados se encuentran entre los votantes más activos del país y tienen la capacidad de influir en un amplio espectro de asuntos, desde como quién llevará la carga de sanear las finanzas del gobierno federal a si los políticos deberían tener control sobre la Fed.

Las tasas no solamente perjudican a los jubilados. También penalizan a la gente de cualquier edad que tenía la esperanza de ahorrar fondos para el futuro y desalienta a quienes guardan para los momentos difíciles. Las contribuciones netas de los estadounidenses a sus activos financieros, tales como cuentas bancarias o planes de jubilación, representaron alrededor de 4% de su ingreso disponible en 2010, de acuerdo con la Fed. Es el nivel más bajo desde que el banco central comenzó a llevar registros en 1946, con la excepción de 2009, cuando la gente de hecho retiró dinero de esas cuentas.

En contraste, la medición más amplia del Departamento del Comercio sobre ahorros personales ha subido hasta 5,8% del ingreso disponible en 2010, desde un mínimo de 1,4% en 2005. Eso se debe en gran medida a que cuenta como ahorros las reducciones en las deudas personales, tales como los balances de cuentas de crédito e hipotecas. Por ejemplo, cancelar una tarjeta de crédito con una tasa de interés de 20% es una mejor forma de ahorrar dinero que tener un certificado de depósito bancario que rinde 1%. Pero son los incumplimientos de pagos, más que los ahorros, los que han impulsado parte importante de la reducción de la deuda.

«Hace que me sienta en cierta medida como la generación olvidada», lamenta Roger Cohen, un ex ejecutivo de 66 años que se mudó de Boston a Florida cuando se jubiló. Asegura que apoya a la Fed en sus intentos por estimular la economía mediante la reducción de las tasas de interés, pero hay ahí un «montón de gente que siente que hay cierto grado de injusticia».
Fuente: The Wall Street Journal, 07/04/11.

  

 Forrest Yeager, jubilado de 91 años de edad.

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