William Ackman en problemas

noviembre 6, 2015 · Imprimir este artículo

Una estrella de Wall Street sale al rescate de una apuesta amarga

Por Monica Langley.
William Ackman, presidente ejecutivo de Pershing Square Capital Management.
William Ackman, presidente ejecutivo de Pershing Square Capital Management. Photo: Axel Dupeux for The Wall Street Journal

William Ackman despertó angustiado en un hotel de Toronto mucho antes del amanecer el martes de la semana pasada. Una de las grandes apuestas de su fondo de cobertura estaba fallando. Su posición en el laboratorio Valeant Parmaceuticals Inc. le había hecho perder casi US$2.000 millones y la polémica en torno de la acción no mostraba signos de calmarse.

wall streetEl inversionista se levantó de la cama, tomó su iPhone y empezó a redactar un correo electrónico para el presidente ejecutivo de Valeant, Michael Pearson, y algunos directores de la empresa. “Su reputación está en grave riesgo”, escribió. “Valeant se ha vuelto tóxica”.

Pershing Square Capital Management LP, el fondo de cobertura que encabeza Ackman, está acostumbrado a las apuestas arriesgadas, pero ahora parecía cerca de perder el control. “Incluso nosotros estamos preocupados”, admitió. A las 6:52 de la mañana, apretó enviar.

En las últimas semanas, el multimillonario inversionista de 49 años se ha encontrado bajo asedio. La acción de Valeant, que llegó a representar una quinta parte del portafolio del fondo, ha caído 65% desde su máximo de agosto. Pershing Square se perdido US$4.000 millones de su valor en ese período. Sus cuatro fondos, cuyos activos ahora rondan los US$16.000 millones, acumulan un descenso de 16% este año luego de obtener un retorno inusitado de 40% en 2014. Es el mayor retroceso en la historia de la firma.

Ackman se ha dedicado durante años a presionar a los equipos de gestión, primero como vendedor al descubierto y últimamente como inversionista activista. Ahora, la presión recae sobre sus hombros. “Estar en el otro lado es un baño de humildad”, reconoce.

[ N de EP: Los inversionistas activistas son aquellos que buscan tomar una posición importante en el capital de una compañía para luego impulsar determinados cambios, ya sean restructuraciones de negocios, nuevos rumbos estratégicos o sencillamente reemplazar al management de la empresa. ]

Este relato sobre el intento de Ackman por rescatar su enorme apuesta por Valeant, que ha sido vapuleada por preguntas sobre sus políticas de precios y prácticas contables y de negocios, se basa en una serie de entrevistas con Ackman y en conversaciones con ejecutivos y asesores de Pershing Square y Valeant.

Entre otras cosas, Ackman presionó a Pearson en busca de respuestas, le dijo al principal director de Valeant que es posible que Pearson tenga que dejar el cargo y consideró desprenderse del total de su inversión inicial en Valeant, por la que pagó US$3.800 millones. En última instancia, decidió redoblar la apuesta al creer que los riesgos de la farmacéutica son menos serios de lo que estima el mercado.

Valeant no es la única inversión que le ha generado pérdidas a Ackman. Su apuesta a la caída de la acción de Herbalife Ltd. en 2012 no ha dado frutos: la acción de la empresa de suplementos naturistas ha subido casi 50% este año.

[ Ver: Herbalife contraataca a Bill Ackman ]

Algunas de las apuestas de Pershing Square han sido ganadoras. El valor de su enorme posición en Mondelez International Inc. ha subido cerca de 20%. Las acciones de la firma de bienes raíces Howard Hugues Corp. y el operador ferroviario canadiense Canadian Pacific Railway Ltd. han aumentado drásticamente desde la inversión de Pershing hace algunos años.

La situación de Valeant, sin embargo, ha sido tan estresante para Ackman, un fanático de la salud y los deportes que juega tenis en forma competitiva y asegura que “el azúcar es veneno”, que ahora considera añadir meditación y yoga a su régimen.

La presión es, en buena parte, autoinducida puesto que hace apuestas gigantescas a un puñado de empresas.

“Cuando hay tanto en juego para Bill en lo financiero y su reputación, existe la sensación de que está atrapado con su enorme apuesta por Valeant y no puede escapar”, dice su amigo de muchos años Whitney Tilson, fundador y director ejecutivo de la firma de asesoría de inversión Kase Capital Management. “Pero así como es frío, es testarudo”.

Ackman, quien fue parte del equipo de remo de la Universidad de Harvard, formó Pershing Square en 2004 para hacer inversiones activistas, es decir comprar participaciones e incitar a los ejecutivos de esas empresas a ejecutar cambios financieros o estratégicos para elevar el valor de la acción. Es conocido por jugarse a fondo al hacer un par de grandes apuestas al año.

Antes de la apuesta por Valeant, se unió a la empresa para hacer una oferta de adquisición no solicitada, y a la postre infructuosa, por Allergan, el fabricante del tratamiento antiarrugas Botox. La posición de Pershing Square en Allergan era arriesgada, la farmacéutica constituía un tercio del portafolio, pero obtuvo una ganancia de US$2.400 millones luego de que Allergan acordara ser adquirida por Actavis PLC.

Durante el proceso, Ackman llegó a conocer a fondo a Pearson, el presidente ejecutivo de Valeant. Este laboratorio dedicaba más a vender medicamentos que a descubrir fármacos. Ackman vendió sus acciones en Allergan y compró una participación de 5,7% en Valeant, por US$3.800 millones en marzo pasado, equivalente a cerca de 20% de la cartera de Pershing Square.

Al principio, la inversión rindió frutos. Las acciones compradas a US$196 la unidad llegaron a los US$263 en agosto.

Valeant, con sede en Quebec, Canadá, empezó a llamar la atención del mercado cuando The Wall Street Journal informó en abril que había aumentado el precio de dos medicamentos para el corazón en 525% y 212% tras adquirir los derechos en febrero. Pearson señaló en testimonio ante el Congreso el mes pasado que a veces los remedios más antiguos tiene un precio muy bajo en relación a su valor clínico.

La acción empezó a bajar. La farmacéutica recibió citaciones de fiscales del gobierno federal que buscaban información sobre sus métodos para fijar los precios de sus medicinas, su distribución y cómo ayuda a que los pacientes las puedan comprar. Miembros del Congreso estadounidense también plantearon interrogantes sobre las alzas de precios.

Luego, en una conferencia telefónica con inversionistas, Valeant detalló por vez primera su relación con Philidor RX Services LLC. La farmacia ayudó a que a las manos de los pacientes llegaran los remedios de Valeant, en lugar de las alternativas más baratas que preferían las aseguradoras.

Ackman llamó a Pearson y le pidió explicaciones sobre la relación con Philidor y temas contables. “Mike, ¿hay alguna clase de fraude en la empresa?”, preguntó. Pearson respondió que no, pero que la compañía haría una investigación.

Ackman llamó al equipo de inversión de Pershing Square. “Tenemos dos opciones: vender todo si hay un fraude importante porque las acciones caerán a cero o comprar ahora que el precio es de liquidación. Nada intermedio”.

Optó por lo segundo. Esa misma tarde del 21 de octubre, el fondo adquirió dos millones de acciones a US$108 la unidad. (La acción cerró el jueves a US$78,77 en Nueva York, con una baja de más 14% en el día).

En la mañana del 30 de octubre, Valeant anunció el fin de su relación con Philidor. Ackman se dio por satisfecho.

En una conferencia telefónica de cuatro horas en la que participaron 9.100 personas, Ackman defendió el modelo de negocios de la farmacéutica y a su equipo de gestión, pero dijo que no habían manejado la crisis en forma adecuada. Enfatizó que el modelo de negocios de Valeant era robusto, que el mercado había sobrereaccionado y que la acción estaba infravalorada.

En medio de la conferencia, un inversionista que apuesta a la caída de la acción acusó a Ackman de carecer de “indignación moral” ante los aumentos en los precios de los medicamentos. “Es irrelevante”, replicó Ackman. “El mercado discrepa”, dijo el inversionista, Andrew Left.

“Terminar el año en alza será una proeza”, manifestó Ackman a sus colegas esta semana. “Pero las noticias de mi muerte han sido exageradas”.

Fuente: The Wall Street Journal, 06/11/15.

 

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