El día después de que Jeffrey Sprecher, presidente ejecutivo y titular de la junta de Intercontinental Exchange Inc. tomó el control de la Bolsa de Nueva York, envió a su mano derecha, Thomas Farley, a evaluar a este ícono del capitalismo con 222 años de historia.
Una fría mañana de noviembre pasado, Farley, de 38 años, llegó solo a la esquina de las calles Wall y Broad en el sur de Manhattan. Luego de caminar por debajo de la majestuosa columnata y a través de su histórico piso de corretaje, vio señales de una institución que dejaba su edad en evidencia.
Farley afirma que se perdió en una «madriguera de conejos» de pasillos y oficinas con paneles de madera. Vio poca interacción entre los empleados y algunos veteranos dijeron que nunca habían escuchado hablar de colegas que trabajaban en otros pisos. En cuestión de minutos, Farley tomó una decisión: remodelar el lugar.
Desde entonces, el ejecutivo y su jefe han lanzado una renovación exhaustiva de la antigua NYSE Euronext, que fue comprada por US$8.200 millones. Quieren reducir la empresa, simplificar sus operaciones y cambiar su cultura. A través de despidos y la venta de varias bolsas y firmas tecnológicas europeas, han disminuido la cantidad de empleados y contratistas, de 4.000 a casi la mitad.
De las 22 personas que integraban el equipo gerencial de NYSE Euronext, sólo tres siguen en Intercontinental Exchange (ICE). La partida del ex presidente ejecutivo de NYSE Euronext, Duncan Niederauer, anunciada en mayo, se adelantó varios meses en parte porque Sprecher y Farley estaban cambiando mucho de lo que él había hecho en los siete años previos, según fuentes. Niederauer, cuyo último día de trabajo fue el viernes pasado, no quiso comentar.
Algunos observadores consideran que las medidas son una señal de que los días del piso de corretaje de la Bolsa de Nueva York (NYSE, por sus siglas en inglés), donde especialistas aún manejan una fracción de las operaciones, están contados o que ICE la venderá.
Jeffrey Sprecher (izq.), mandamás de Intercontinental Exchange, junto al presidente de NYSE Group, Thomas Farley. Keith Bedford for The Wall Street Journal
Sprecher quiere que la NYSE mejore en lo que sigue haciendo mejor: ayudar a empresas de Estados Unidos a levantar capital y alentar a la gente a invertir en ellas. Lograrlo implica una renovación de US$80 millones para transformar parte del anticuado interior en un espacio moderno con salas de conferencias con paredes de vidrio. Las oficinas ejecutivas y la sala de reuniones del directorio serán convertidas en espacio para empresas que cotizan en la bolsa.
Algunos ejecutivos que fueron desplazados tras la compra afirman que ICE está avanzando demasiado rápido. La empresa se centra «sólo en las ganancias», asegura Paul Cassell, ex director de información de las operaciones de NYSE Euronext en EE.UU., quien dejó su cargo a fines del año pasado. «Es una filosofía diferente».
Muchos inversionistas se preguntan cuánto podrá avanzar ICE como nuevo dueño considerando el terreno que ha perdido la bolsa más grande y famosa del mundo. Hace una década, la NYSE manejaba cerca de 80% de todas las operaciones bursátiles en EE.UU. Ahora su cuota de mercado es de 20%.
«Mucha gente ha dicho que somos ingenuos», dice Sprecher, de 59 años, quien fundó ICE en 2000 como un mercado de corretaje energético en línea. Su respuesta: vendrán aún más cambios.
Sprecher afirma que quiere reducir de cinco a dos las bolsas de acciones y opciones que le quedan a la ex NYSE Euronext, y centrarse en ayudar a empresas a cotizar sus títulos en el mercado y menos en la compraventa diaria de acciones. Además, cree que el corretaje se ha vuelto demasiado complicado, por lo que planea ajustes internos para simplificarlo, como reducir la cantidad de tipos de pedidos.
Kenneth Langone, cofundador de Home Depot Inc. y ex director de la NYSE, duda que la Bolsa recupere su dominio porque los mercados financieros modernos ya no necesitan costosas instituciones físicas para manejar operaciones.
ICE afirma que los desafíos son un gran motivo para la renovación. La NYSE necesita estar menos enamorada de sus propias tradiciones, dice Sprecher.
En 2007, Sprecher contrató a Farley para transformar la New York Board of Trade, que ICE había comprado en 2006 y donde cotizan commodities como algodón, café, azúcar y cacao desde el siglo XIX, en un moderno mercado electrónico. Farley cerró el histórico piso de corretaje a pesar de la resistencia de muchos corredores.
Cuando ICE anunció la compra de NYSE Euronext a fines de 2012, el principal blanco era la Bolsa Internacional de Futuros y Opciones de Londres (Liffe). La NYSE fue un problemático premio extra.
Debido a normas estrictas y una intensa competencia, las bolsas de acciones no son tan rentables como las de derivados. Algunos analistas vaticinaron que ICE buscaría vender la NYSE, pero Sprecher decidió intentar reorganizarla él mismo.
Desde sus inicios debajo de un árbol en el sur de Manhattan en 1792, la NYSE es consideraba un símbolo del capitalismo estadounidense. En la última década, la propia NYSE salió a bolsa.
Para reducir la fragmentación (actualmente se puede negociar acciones en 11 bolsas y más de 50 firmas privadas en EE.UU.) y lograr que la NYSE recupere volumen de corretaje, Sprecher planea desmantelar gran parte del trabajo de sus predecesores, incluidos intentos de diversificarse ofreciendo tecnología y nuevos productos para operadores de alta velocidad. Busca posicionar a la NYSE como un mercado más simple para inversionistas y empresas. En particular, cree que eso la ayudará a conseguir más salidas a bolsa. En junio, obtuvo la del gigante chino Alibaba Group Holding Ltd., que se realizaría este mes y podría levantar más de US$20.000 millones.
Analistas sostienen que las salidas a bolsa pueden ser una fuente de ingresos estable, pero que el negocio general depende de que haya un buen volumen de operaciones.
Algunos ejecutivos que fueron despedidos tras la compra tenían profundos vínculos en Wall Street. La salida de Joseph Mecane, un ex ejecutivo de UBS AG, que supervisó los mercados de NYSE desde 2008, fue criticada como un ejemplo de recortes demasiado drásticos. Sprecher responde que no le importa que algunos no apoyen su estrategia. Una ventaja es que la NYSE genera sólo 6% de los ingresos de ICE, lo que le da margen para tomar ciertos riesgos.
Si la reforma no da resultados rápidos, observadores opinan que Sprecher podría vender la NYSE. Pero el ejecutivo asegura que no planea hacerlo y que no dará marcha atrás. «Mucha gente decía que no me gusta este estilo», apunta. «Lo respeto, así que si alguien quiere irse, lo hacemos de forma civilizada y fácil».
Fuente: The Wall Street Journal, 03/09/14.
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