Un pozo de Cenovus Energy en Conklin, Alberta, Canadá. Bloomberg News

Las empresas de energía estadounidenses están planeando más despidos, ventas de activos y maniobras financieras para hacer frente al reciente y repentino descenso de los precios del crudo en EE.UU., que han caído por debajo de US$50 el barril, el nivel más bajo en cuatro meses.

petroleo baja 02Después del abrupto derrumbe del petróleo a finales del año pasado, las empresas apostaron a un repunte de los precios en la segunda mitad de 2015. En los primeros meses del año, los precios comenzaron a recuperar terreno; el aumento fue tan rápido que algunos productores estadounidenses empezaron a recontratar plataformas de perforación para bombear más crudo. Pero ese rápido retorno de la producción y la amenaza del ingreso al mercado de millones de barriles de crudo de Irán han hundido los precios más de 20% en las últimas seis semanas para cerrar en US$48,14 el viernes. El lunes a mitad de sesión, el precio de referencia WTI en la bolsa de Nueva York caía a US$47,45 el barril, nublando de nuevo las perspectivas del sector.

Discretamente, los proveedores de servicios a yacimientos que ayudan a perforar nuevos pozos han dado a conocer recortes de empleo superiores a los que habían anunciado originalmente, y advirtieron que habrá más despidos en el futuro. Halliburton Co. y Baker Hughes Inc., dos grandes empresas de servicios que planean fusionarse, divulgaron la semana pasada que entre ambas eliminaron 27.000 puestos de trabajo, el doble de los 13,500 que habían anunciado en febrero.

Inicialmente, Halliburton esperaba reducir su plantilla un 8%, pero finalmente el recorte fue de 16%. Baker Hughes primero anunció que recortaría 10% de sus puestos de trabajo; pero al final los redujo 21%.

“Vamos a seguir evaluando nuestras operaciones y haremos más ajustes cuando sea necesario para ceñirnos a las condiciones del mercado”, dijo a los inversionistas Christian García, director financiero interino de Halliburton.

La gerencia de Baker Hughes dijeron que los despidos fueron una difícil decisión y que la compañía ha tomado otras medidas para reducir costos en todos los niveles.

En los últimos tres meses, el sector de la energía perdió casi 50.000 puestos de trabajo, lo que se agrega a los 100.000 empleados despedidos desde que comenzaron a caer los precios del petróleo el año pasado, dijo Graves & Co., una consultora de energía de Houston. Las primeras rondas de despidos de este año tendían a ser de trabajadores manuales, como operarios de los sitios de perforación, equipos de fracturación hidráulica y de fabricantes de equipos industriales.

Ahora los recortes han llegado a los ingenieros y científicos.

ConocoPhillips, una de las mayores compañías de exploración de petróleo y gas del mundo, ha recortado casi 1.500 puestos de trabajo en lo que va del año, según Graves. Pero esta compañía con sede en Houston planea más despidos para la segunda parte del año, que podrían elevar esa cifra en miles más, según personas familiarizadas con el asunto.

“Actualmente estamos revisando y ajustando nuestros niveles laborales a la luz de un período prolongado de precios bajos”, dijo Daren Beaudo, portavoz de la compañía. “Hemos informado a nuestra fuerza de trabajo que deberían esperar más reducciones. Sería prematuro hacer especulaciones o estimaciones en este momento”.

Muchas empresas de exploración petrolera dudan a la hora de despedir a geocientíficos y otros trabajadores altamente calificados, dijo Dennis Cassidy, director general de petróleo y gas en Alix Partners, una firma de consultoría global basado en Dallas. Esta renuencia se debe a que durante la caída de los precios del petróleo de mediados de la década de 1980, cuando muchos de esos trabajadores fueron despedidos, se creó una brecha de talento que la industria pasó 20 años tratando de cerrar.

“Lo último que una empresa quiere desmantelar su equipo de trabajadores estrella que tardó una década en formar “, dijo Cassidy.

Una operación de fracturación hidráulica de Anadarko Petroleum Corporation en Colorado. RJ Sangosti/The Denver Post/Getty Images

Durante el primer semestre del año, acuciados por la languidez de los precios del crudo, los productores de energía estadounidenses demostraron tener una sorprendente capacidad de resistencia. También les dio una mano la avalancha de inversiones de Wall Street que apostó a la recuperación de la industria. Los programas de cobertura, que garantizan un precio mínimo para el petróleo, ayudaron a proteger a esas empresas de la caída de los precios.

Pero si los precios no se recuperan, muchos podrían tener problemas, dijo Cassidy. “Todo el mundo tenía esperanzas, pero tal parece que la resaca se está alargando”.

En parte, el problema fue creado por las propias empresas. Al mismo tiempo que recortaban sus presupuestos y perforaban menos pozos, también extraían más combustible de la tierra que nunca antes. Después de haber crecido enormemente durante cinco años, La producción de petróleo estadounidense finalmente parece estar estabilizándose. El Departamento de Energía de EE.UU. le calcula la producción diaria en 9,7 millones de barriles, el nivel más alto desde 1971.

Por supuesto, los bajos precios de la energía son una bendición para los consumidores, desde los conductores estadounidenses a las líneas aéreas internacionales. Estos han estado pagando menos por la gasolina, el diésel y el combustible para aviones que consumen. Pero sus compras apenas han sido suficientes para absorber el exceso de oferta mundial de petróleo. Y si el acuerdo para poner fin a las sanciones nucleares contra Irán finalmente entra en vigor, en algún momento del próximo año este miembro de la OPEP podría agregar tanto como un millón de barriles por día a un mercado ya saturado.

Los programas de cobertura de petróleo, que protegieron a muchas empresas de la caída de precios, comenzarán expirar después de septiembre. Así, muchas compañías podrían quedar expuestas a precios del crudo aún más bajos. Aquellas con mucha deuda y escasa liquidez podrían verse obligadas a declararse en bancarrota, y otras con valiosos yacimientos de petróleo y gas u oleoductos podrían tener que empezar a vender algunos activos para recaudar efectivo, según Simmons & Co. International, un banco de inversión en energía.

En general, los productores estadounidenses de petróleo tienen cubierto el 50% de su producción anual proyectada, pero la mayoría se encamina a 2016 con contratos de cobertura que sólo abarcan el 15% del petróleo que esperan bombear.

Terry Marshall, analista de Moody’s Investors, dijo que las coberturas funcionaron para las empresas cuando los precios del petróleo caían de US$100 a US$50 el barril, pero que para seguir en carrera y ser rentables, muchos productores necesitan precios del crudo más altos.

“Las coberturas para el 2016 no son una panacea para estas empresas”, dijo Marshall. “Sin una mejora en el precio, se acaba el tiempo”.

Los productores de energía han sido capaces de evitar muchos efectos de la crisis de petróleo en parte porque los inversionistas todavía querían poner dinero en la industria, debido a que muchos bancos pronosticaron que los precios del petróleo se recuperarán en el segundo semestre de 2015. Según Moody’s, durante el primer semestre del año 57 empresas de energía emitieron US$21.000 millones en nuevo capital y otras 58 emitieron US73.000 millones en nueva deuda.

Los pronósticos optimistas se ven ahora poco probables y el acceso fácil al capital se está terminando, dijo Lloyd Byrne, analista de energía de Nomura Group, una compañía de servicios financieros. Las recientes ofertas públicas de acciones no han sido bien recibidas, la deuda ya no tiene bajo costo y los precios de las acciones están languideciendo.

En las últimas dos semanas varias empresas más pequeñas han solicitado protección por bancarrota, incluyendo Sabine Oil & Gas Corp. y Milagro Petróleo y Gas Inc., ambas con sede en Houston.

La semana pasada, en otro signo de dificultades, Chesapeake Energy Corp. dijo que podría eliminar el pago de dividendo anual a sus accionistas. El perforador estadounidense de esquisto dijo que la medida le permitiría ahorrar US$240 millones que podrían emplearse en gastos de capital que ayuden a la empresa a sobrevivir 2016.

Morgan Stanley advirtió recientemente que la caída reciente podría ser incluso peor que la de que paralizó la industria en la década de 1980. Si Arabia Saudita e Irak siguen corriendo a toda velocidad y Libia e Irán logran poner otra vez en marcha su producción, los precios del crudo podrían permanecer debajo de US$60 durante los próximos tres años, dijo el analista Martijn Rats.

“Con la actual trayectoria, este ciclo descendente podría llegar a ser peor que el de 1986”, dijo.

—Erin Ailworth contribuyó a este artículo.