Argentina en cuenta regresiva

octubre 5, 2015 · Imprimir este artículo

CUENTA REGRESIVA

Enrique Szewach

Enrique Szewach

Ya entramos en la cuenta regresiva de la política. Según los encuestadores más serios, la foto de las PASO no ha cambiado demasiado.

Al parecer, Scioli, después del “water” gate, el fraude gate, el “candidato de transición” gate, y el “no debate” gate, no ha podido aumentar su caudal de votos.

Macri, por su parte, después del Niembro gate, y el Moyano gate, parece que tampoco.

Mientras que Massa, con la audacia del “perdido por perdido”, ha logrado consolidar los votos que tenía y sumar a los que había logrado De la Sota.

Con este panorama, Scioli sigue a puntitos de ganar en primera vuelta, y Macri sigue a puntitos de ganar en segunda.

Un escenario bien complejo, en dónde, por ahora insisto, sólo en la madrugada del 26 de octubre, tendremos más definido el panorama.
Pero mientras la política cuenta ansiosa los días, la economía de corto plazo la definen los pocos dólares que van quedando en el Banco Central.
Son pocos en términos absolutos, porque con el empeoramiento del escenario global y en especial Brasil, y con el sistemático aumento de costos internos en dólares y las expectativas de cambio en la política cambiaria del 2016, el saldo comercial, es decir la única fuente de dólares genuinos que tenemos, se ha esfumado.

Y son pocos en términos relativos, porque el déficit fiscal financiado con pesos emitidos por el Banco Central, aumenta la demanda de dólares “baratos” que vende el Central, contra los pesos que emite el Central.

En otras palabras, faltan dólares, por caída de la oferta exportadora, y por la corrida para conseguir dólares a precio oficial. Corrida financiada por el propio Banco Central, emitiendo para pagar el gasto público.

En este contexto, y teniendo en cuenta que difícilmente el gobierno decida modificar su política cambiaria después de las elecciones, surgen dos interrogantes. ¿Alcanzan los dólares hasta el 10 de diciembre?. ¿Qué hará el nuevo gobierno, cualquiera sea el ganador, ante un Banco Central “pelado”, como muy bien describió don Mauricio?.
Especulemos en torno al primer interrogante.

Si hay un Presidente electo en la madrugada del 26 de octubre, es probable que, ante la escasez de dólares, y la negativa del gobierno a reconocer el verdadero precio del dólar (Recuerde que la devaluación ya se hizo, y el único que no se enteró es el Banco Central), se profundicen las restricciones y el cepo se cierre más, o inclusive, que haya cierto “desdoblamiento” para las operaciones no imprescindibles, con otro mercado a otro precio. (¿Será por eso que insisten tanto en “pesificar” de prepo las inversiones y bajar la brecha, para que ese otro precio no sea tan alto?).

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El “problema” económico surge si la madrugada del 26 entrega un conflicto “a la tucumana” o una segunda vuelta al 22 de noviembre.

En ese caso, será difícil que se cambie la política formalmente, y lo más probable es que sigan los manejos discrecionales actuales. (Modificación en la “fórmula de la Coca Cola” con la que la AFIP raciona los dólares ahorro, para vender lo menos posible. Y apretadas varias, a inversores, importadores, agencias de turismo, etc.).

Dicho sea de paso, la pesificación forzada de estos días, y la obligación para inversores institucionales de comprar ciertos instrumentos “promocionados”, esconde un fenomenal subsidio al endeudamiento de unos pocos, financiado con el ahorro, y la pérdida de solvencia de compañías de seguros y otras instituciones.

Debe ser el primer caso en el mundo en que los reguladores, en lugar de velar por la seguridad y solvencia de los que manejan fondos de terceros o tienen compromisos ante terceros, los obligan a perder solvencia, para mantener baja la brecha cambiaria.

En un país en serio, con entes reguladores profesionales, esto no pasaría.

En un país en serio, un fiscal y un juez ya estarían actuando.

Claro, “un país en serio” era lema de campaña de Néstor, no de Cristina.
¿Y después del 10 de diciembre?.

Después del 10 de diciembre el Banco Central pelado y el fenomenal atraso cambiario, obligarán al próximo gobierno a salir corriendo a buscar dólares de dónde sea, y a instrumentar una política cambiaria (inserta en una política integral, obviamente), que permita reencausar los flujos de divisas hacia el país.

Ya habrá tiempo para discutir este tema, pero si sigue así la tendencia, hasta el gradualismo será de shock.

Fuente: Perfil, 04/10/15.

 

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