Argentina: Los permanentes engaños del INDEC

septiembre 24, 2012 · Imprimir este artículo

Datos polémicos: Según el INDEC, con 13 pesos al día alcanza para dejar de ser pobre

Por Ismael Bermúdez

 

Las estadísticas del INDEC siguen dando que hablar. Según el organismo estadístico si una persona tiene ingresos equivalentes a $ 13 por día ya deja de ser considerada pobre. Esto significa que con ese dinero esa persona puede comer, vestirse, viajar, pagar el alquiler, los gastos de la vivienda, de salud y de educación, y hasta hacer alguna actividad de esparcimiento.

Ese ingreso diario surge de tomar la valuación de la Canasta Básica Total que el INDEC toma como referencia para establecer la línea de pobreza. Para agosto pasado fue calculada en 1.555 pesos mensuales. Esto significa que una familia tipo (matrimonio con 2 hijos) o cuatro personas con ingresos superiores a ese monto -aunque sea por un peso- deja de ser pobre. Dividido el total por 30 días del mes, arroja $ 52 diarios por familia . A su vez, esto se puede traducir a $ 13 al día por persona.

En base a esta canasta básica total, el Gobierno hace gala semestralmente de un nivel de pobreza muy bajo, de apenas el 6,5% de la población. Este es el último dato oficial, que corresponde a la segunda mitad de 2011.

El 24 de este mes se publicará el próximo dato oficial sobre pobreza e indigencia en la primera mitad de 2012. Tal como viene mostrando la serie, la baja se profundizará y el Gobierno podrá anunciar que casi no hay indigencia y que la pobreza es un problema apenas marginal en la sociedad.

En cambio, si los cálculos se hicieran sobre la misma canasta del INDEC pero ajustada por la inflación real (tomando como referencia el promedio de la suba de precios que registran las provincias ), una familia tipo necesitaría al menos $ 120 por día o más de $ 30 por persona para no ser pobre. La canasta actualizada en base a las pocas provincias que miden en forma independiente se ubica en torno de 3.600 pesos.

De esta manera, las cifras de pobreza se multiplicarían por tres o más: por ejemplo, pasarían del 6,5% que informó el INDEC para la segunda mitad de 2011, al 21,9% que midió la encuesta que realiza periódicamente la Universidad Católica Argentina (UCA).

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La brecha que surge no es menor: entre uno y otro porcentaje, hay -en menos o en más- una diferencia de unos 6 millones de pobres . La estimación de la UCA se refiere a 8,5 millones de personas pobres. Y la oficial limita el problema a 2,6 millones.

La irrisoria “línea de pobreza” de $ 13 diarios que fija el INDEC para calcular la pobreza, surge del mismo cálculo oficial que sostiene que es posible comer las cuatro comidas diarias con $ 6 al día.

La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que releva el organismo determinó que en esa franja de hogares alrededor del 40% de los ingresos se destinan a alimentarse – cubriendo los requerimientos calóricos y proteicos- que son los polémicos $ 6 por día.

Los otros 7 pesos diarios son los que la persona destina a costear todas los demás gastos antes detallados, que van desde vestirse y viajar hasta el esparcimiento .

De acuerdo con los reclamos de las organizaciones sociales, los $ 13 diarios no alcanzarían para cumplir con los hábitos de consumo de la población sobre los que se basa la encuesta del INDEC.

Y esto sería así aunque el grupo familiar no pague alquiler y viva en un asentamiento, estén “enganchados” a la luz, los chicos concurran a una escuela pública con comedor escolar incluido, el padre o la madre vayan en bicicleta al trabajo, todos se atiendan en el hospital público, reciban gratis todos los medicamentos y la recreación consista sólo en “matear” los domingos en la plaza del barrio.

Frente a la polémica que generaron las cifras oficiales, el propio INDEC buscó minimizar el alcance de sus cálculos de la canasta básica. Según su titular, Ana Edwin, es solamente un valor “teórico” o “tiene poco valor para saber cómo vive la población”.

Pero lo real es que se usa para medir la indigencia y la pobreza y para presentar una radiografía social que se divorcia cada vez más de la real. Y también para fijar los valores monetarios de muchos subsidios y planes sociales.
Fuente: Clarín, 19/09/12.

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