Bancos Centrales: Fed vs. BCRA

marzo 29, 2012 · Imprimir este artículo

Bancos Centrales

Por Enrique Szewach

 

Ahora que el Banco Central argentino ha pasado de tener una Carta Orgánica “ortodoxa y neoliberal” a tener la misma Carta Orgánica que tiene la heterodoxa Reserva Federal de los Estados Unidos, resulta más fácil comparar sus políticas respectivas.

En ese sentido, un buen ejercicio surge al leer, por un lado, el último discurso de mi amigo Ben Shalom Bernanke, y las declaraciones y diferentes reportajes que concedió mi amiga la Presidenta del Banco Central de la República Argentina, Mercedes Marcó del Pont, al defender las modificaciones a la mencionada Carta Orgánica.

En efecto, el domingo pasado, el Presidente de la FED habló en Washington en la conferencia anual de la Asociación Nacional de Economistas de Empresas de los Estados Unidos. Allí se refirió, precisamente, al papel de la FED en su objetivo de tratar de lograr el pleno empleo. (Objetivo que ahora ha sido agregado, en sentido amplio, entre los correspondientes a nuestro Banco Central).

El amigo Ben, en su discurso, distinguió problemas en el mercado de trabajo derivados del ciclo económico, de problemas estructurales, vinculados con la formación y capacitación de la mano de obra. En otras palabras, resaltó que, aquéllos problemas de empleo relacionados con el ciclo económico, eran pasibles de ser atacados, al menos parcialmente, con una “política monetaria acomodaticia”, (eufemismo para disfrazar un escenario de alta liquidez y bajas tasas de interés, para impulsar la demanda). Sin embargo, indicó que la FED nada podía hacer respecto del desempleo, si éste se debía a la escasa capacitación o educación de los desempleados.

Dicho de otra manera, la política monetaria podía mejorar la demanda de empleo, pero no hay liquidez que alcance, para capacitar o educar a quienes buscan trabajo y no lo encuentran por carecer de las habilidades necesarias.

Realizada esta distinción, el Presidente de la FED avanzó en una presentación de datos y gráficos que respaldaban su hipótesis, de que gran parte del desempleo actual en los Estados Unidos se explicaba por insuficiencia de crecimiento, más que por defectos de oferta en el mercado de trabajo.

Por lo tanto, llegó a la conclusión que, mientras esto fuera así, la FED continuaría con su “política monetaria acomodaticia”. Esta es la razón básica por la cuál los mercados de capitales reaccionaron favorablemente a principios de la semana, dado el convencimiento de que la FED sigue, por ahora, creando condiciones para darle rentabilidad a los activos de riesgo. (Y esto es independiente de la verdadera influencia que, en el mediano plazo, pueda tener la política monetaria, en el nivel de actividad).

Bernanke ratificó, en el discurso, su posición respecto de seguir como hasta ahora y los mercados le creen y actúan en consecuencia.

Pasemos ahora a las declaraciones de la Presidenta del Banco Central argentino. En particular a dos de ellas: “Es totalmente falso decir que la emisión genera inflación… descartamos que financiar al sector público sea inflacionario”, y “Para pagar todos los servicios de la deuda sin usar las reservas, habría que hacer un ajuste brutal”.

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Respecto de la primera afirmación, sería bueno preguntarle a mi amiga Mercedes, ¿Por qué, entonces, no financiamos todo el gasto público con emisión, y nos evitamos pagar impuestos? ¿Por qué financiar sólo una parte?. Lo menos que se le puede pedir a la Presidenta de un Banco Central, es que respalde sus dichos en algún estudio técnico que establezca por qué emitir, digamos, 50.000 millones de pesos no es inflacionario, pero emitir, 60.000 o 600.000 si podría serlo.

Respecto de la segunda afirmación “usar reservas o ajuste”, conviene también hacer la misma distinción que hizo Bernanke, respecto de si se trata de un problema “cíclico”, o si estamos ante una cuestión estructural.

Si la falta de recursos del sector público es meramente transitoria, tiene mucho sentido evitar el ajuste, y usar parte de las reservas.

Si, en cambio, el déficit fiscal actual está para quedarse, el uso de las reservas sirve sólo para postergar un ajuste inevitable, que será aún mayor, con el paso del tiempo.

Es más, el dilema “reservas o ajuste fiscal” es conceptualmente falso, si se tiene en cuenta que, con la anterior definición de “reservas de libre disponibilidad”, siempre había un tipo de cambio que, al dividir la Base Monetaria en pesos, permitía “generar” reservas excedentes.

O siempre había  un monto de esterilización de la emisión monetaria, que permitía reducir la Base en pesos, y generar reservas excedentes en dólares.

Pero, insisto, si el Banco Central considera que es mejor usar reservas que resolver el problema fiscal de fondo o devaluar, debería justificarlo con un estudio que demostrase que, efectivamente, estamos ante un descontrol transitorio de la situación fiscal y no ante un problema permanente.

Como el mercado cree que estamos ante un problema fiscal permanente, y no lo han convencido de lo contrario, estuvo fugando capitales, antes del control, y ahora, evita ingresarlos, o presiona sobre la brecha cambiaria, dado que, supone, que todos los controles actuales están para quedarse. (En particular, porque en lugar de utilizar una cláusula transitoria en el uso de las reservas, como si se tratara de un tema cíclico, se optó porque sea el propio directorio del Banco Central el que defina el nivel de reservas “óptimo”).  Y que, tarde o temprano llegará el ajuste.

En síntesis, ahora que nuestro Banco Central, ha adoptado, por fin, los objetivos de la Carta Orgánica del Banco Central de los Estados Unidos, sería bueno también que imitara las características de su conducción.

Con actas que transparenten sus decisiones, conferencias de prensa “no arregladas” y justificaciones técnicas que nos pudieran explicitar su posición respecto de cuánta emisión no es inflacionaria para pagar gasto público, y a partir de qué número sí lo es. Y  que nos expliquen por qué el actual faltante de caja del Tesoro es meramente transitorio y justifica gastarse las reservas, antes que realizar un ajuste fiscal “brutal”.
Fuente: Ámbito Financiero, 29/03/12.
Más información: www.szewachnomics.com.ar


Mercedes Marcó del Pont

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