Crece el escándalo de manipulación de las tasas de interés en Europa

diciembre 15, 2012 · Imprimir este artículo

Crece el escándalo de manipulación de las tasas de interés en Europa
Por David Enrich

El escándalo sobre el intento de manipular las tasas de interés por parte de algunos bancos se ha centrado principalmente en la tasa de interés interbancaria de Londres, conocida como Libor. Pero su prima menos conocida, la tasa de los préstamos interbancarios en la zona euro, o Euribor, enfrenta crecientes críticas.

Se prevé que la Unión Europea acuse pronto a múltiples bancos de tratar de coludirse para manipular el valor de Euribor, según fuentes al tanto. Barclays PLC ya ha reconocido que intentó manipular la tasa y es probable que otros bancos sean presionados por los reguladores en Estados Unidos, el Reino Unido y otras partes para reconocer prácticas similares, según representantes regulatorios y de la industria.

Tasas interbancarias como el Libor y Euribor, y variantes locales en decenas de países, desde Argentina a Vietnam, han existido durante décadas. Su propósito es ayudar a los bancos a fijar las tasas de interés para préstamos y otros productos. Generalmente se basan en estimados diarios de los bancos sobre cuánto les cuesta tomar dinero prestado de otros bancos y se excluyen los estimados más altos y bajos.

Las autoridades han puesto en marcha investigaciones y revisiones de al menos seis de estas tasas, en busca de evidencias de que se cometieron irregularidades. Es difícil saber si los bancos lograron manipular los intereses de referencia. No hay una manera fácil de determinar si las fluctuaciones se deben a los esfuerzos de influir sobre las tasas o a cambios reales en los costos de financiación de los bancos.

La organización detrás de Euribor, la Federación Bancaria Europea (FBE), libra una batalla para conservar el control de la tasa, que sirve de base para las tasas de interés sobre billones (millones de millones) de dólares en productos financieros, desde hipotecas a préstamos para empresas y derivados. Pero justificar eso es complicado porque, al parecer, la FBE estaba al tanto desde hace tiempo de posibles deficiencias en cómo se calcula la tasa pero no emprendió medidas enérgicas para resolverlas, según personas involucradas en la fijación de Euribor, así como documentos y correos electrónicos internos de la FBE.

Influencia inadecuada

Si bien Euribor no ha recibido la misma atención que la Libor después de que Barclays alcanzara un acuerdo extrajudicial en junio para resolver las acusaciones de manipulación de la tasa, documentos publicados por reguladores y entrevistas con representantes de la industria y autoridades regulatorias apuntan a un esfuerzo generalizado por parte de los bancos por influir inadecuadamente en Euribor, mediante la presentación de datos falsificados y colaboración entre sí.

Por lo menos una decena de bancos están siendo investigados (al menos cuatro por presuntamente colaborar con Barclays), según los documentos de bancos y reguladores.

La FBE, con sede en Bruselas, trata de no correr la misma suerte de la Asociación de Banqueros Británicos, que hace unos meses perdió el control sobre la Libor, que le fue arrebatado por los reguladores del Reino Unido. En reuniones con las autoridades, representantes de FBE argumentaron que Euribor es más transparente que la Libor y que no creen que la tasa fuera manipulada. También han ofrecido implementar cambios significativos en la forma en que se calcula y se supervisa con tal de satisfacer a los detractores.

La credibilidad de Euribor podría verse aún más perjudicada si los reguladores acusan a otros bancos de intento de manipulación. La controversia ya ha desmantelado la cúpula ejecutiva de Barclays y otras instituciones se preparan para las posibles repercusiones, como la posibilidad de que se presenten cargos penales contra banqueros y ejecutivos.

Las autoridades británicas arrestaron a tres hombres el martes como parte de la investigación sobre la presunta manipulación de la tasa Libor.

El próximo en la cola es el banco suizo UBS AG, que está a punto de llegar a un acuerdo con los reguladores tras acusaciones de que intentó amañar las tasas, incluyendo Euribor, según fuentes al tanto.

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El Banco Central Europeo instó a mediados de noviembre a que se adoptaran cambios potencialmente significativos en Euribor, incluida la posibilidad de que fuera regulado directamente por autoridades europeas y que dependiera menos de la FBE. Dos bancos, Citigroup Inc. y el alemán DekaBank Group, se retiraron del proceso de fijación de Euribor, al menos en parte como reacción a los escándalos, informan fuentes cercanas a las entidades.

Incluso oscilaciones pequeñas en Euribor pueden tener grandes repercusiones. Euribor es uno de los datos que el BCE toma en cuenta a la hora de establecer la política monetaria de la zona euro, aseguran representantes del organismo. Muchos gobiernos, instituciones y personas toman dinero prestado en función de Euribor.

La FBE, que agrupa a 31 asociaciones bancarias nacionales de toda Europa, creó Euribor en 1999 para sustituir un puñado de tasas bancarias basadas en monedas que estaban a punto de volverse obsoletas con el lanzamiento del euro. Para fines de los años 2000, servía como base para casi US$200 billones en contratos financieros, según cálculos del sector.

La meta era que Euribor fuera inmune a la manipulación. La Libor se basa en el costo de endeudamiento promedio de 18 bancos. Euribor, en cambio, se deriva de más de 40 bancos, en su mayoría del bloque económico de 17 miembros. Se suponía que la mayor cantidad reduciría las probabilidades de que los datos incorrectos de un pequeño grupo de bancos sesgaran el resultado final. En vez de consultarle a cada banco cuánto costaría tomar prestado de otro banco, Euribor se basó en otra pregunta: ¿Cuánto le costaría endeudarse a un banco teórico de primer nivel? Al hacer que la pregunta fuera teórica, la FBE trató de eliminar el riesgo de que un banco subestimara deliberadamente sus costos de financiación con el fin de ocultar sus problemas financieros, algo que Barclays reconoció haber hecho en el caso de Libor.

Valoraciones subjetivas

La definición de Euribor significaba que se basaba en gran parte en valoraciones subjetivas de banqueros. En las reuniones del comité que supervisa la tasa, ejecutivos de las entidades se quejaban continuamente de que estaban confundidos porque no sabían cómo calcular sus estimados, según minutas de las reuniones. «El grado de conjetura que entra en Euribor es grande en comparación con Libor», dijo John Grout, director técnico y de políticas de la Asociación de Tesoreros Corporativos, de Londres. Ahora la FBE reconoce que sus esfuerzos de hacer que Euribor fuera segura no impidieron que Barclays y otros bancos de intentar manipularla.

A partir de 2005, Barclays a menudo maquilló sus datos de Euribor en un intento por elevar la rentabilidad de sus posiciones de corretaje, según reguladores del Reino Unido y EE.UU. «Me gustaría que fuera muy, muy alto… ¿Puede hacer algo para ayudarme?», escribió un corredor de Barclays en octubre de 2006 a un colega encargado de publicar los datos de Euribor del banco, según documentos publicados por las autoridades estadounidenses. El compañero respondió: «Siempre lo intentamos y hacemos lo que podemos para ayudar».

Pruebas recopiladas sugieren que Barclays no actuó solo. En e-mails y mensajes instantáneos, corredores de Barclays trataron de coordinar su intento de manipulación de Euribor con al menos otros cuatro bancos, cuyos nombres los reguladores no han revelado. «Si sabe cómo guardar un secreto, lo dejaré participar», escribió un corredor del banco británico en un mensaje instantáneo de 2007 a un corredor de un banco rival. «Si suelta una palabra de esto, no le contaré nunca nada más». Fuentes al tanto aseguran que los otros bancos investigados por presunta colaboración con Barclays para manipular Euribor incluyen a los franceses Crédit Agricole SA y Société Générale SA, el británico HSBC Holdings PLC y Deutsche Bank AG, de Alemania. Ninguno de ellos quiso hacer comentarios para este artículo.

—Iván Rothkegel contribuyó a este artículo.

Fuente: The Wall Street Journal, 12/12/12.

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