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El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció el estado de emergencia durante tres meses después de un intento de golpe de Estado fallido promovido por una pequeña fracción de los militares contra su Gobierno conservador. Como consecuencia de la tentativa de golpe, Erdogan ordenó la detención de decenas de miles de maestros, jueces, soldados, policías y funcionarios civiles presuntamente vinculados a la oposición. Según los expertos, las acciones de Erdogan son el último de sus continuos esfuerzos para consolidar el poder en sus manos.
Los acontecimientos de las últimas semanas amenazan con socavar la estabilidad que ha convertido a Turquía en el único ejemplo en el mundo de un país de mayoría musulmana con una democracia duradera y en pleno funcionamiento. El malestar también plantea preguntas sobre el futuro papel de Turquía en la región. Arthur Sculley, investigador senior del Consejo para Empresas de Mercados Emergentes en la Escuela Fletcher, de la Universidad Tufts, y Lisel Hintz, investigadora de postdoctorado en el Mario Einaudi Center for International Studies, de la Universidad de Cornell, participaron en el programa de Wharton Business Radio, transmitido por SiriusXM, donde hablaron sobre lo que está sucediendo en Turquía y dónde va el país.
Aquí están las cuatro conclusiones principales del debate sobre la crisis en Turquía.
1. Erdogan se está aprovechando de los disturbios. Desde que fue elegido presidente en 2014, se ha apoderado de forma sin precedentes de las riendas del Gobierno. Erdogan ha sido criticado por las severas medidas adoptadas contra la libertad de prensa, por el debilitamiento del poder judicial y erradicar a los miembros de la oposición de una manera decididamente antidemocrática. El fallido golpe de Estado dio al líder una razón más para oponerse a aquellos que considera una amenaza, y el resultado ha sido detenciones en masa.
“El mensaje principal es que Erdogan está utilizando lo sucedido como una excusa para poner fin a la oposición, básicamente”, dice Sculley. “Hace unos años muchos consideraban que Turquía era uno de los países que podía liderar Oriente Medio en un intento por resolver sus problemas. Ahora, el propio país se ha convertido en un problema”.
Hintz también cree que Erdogan se está “aprovechando” de la situación, utilizando amplios poderes bajo el estado de emergencia para hacer lo que le place. Hintz, que pasó un tiempo en Turquía, hace hincapié en que las teorías de la conspiración son una especie de pasatiempo nacional en el país, por lo que no es de extrañar que muchos se pregunten si Erdogan no está detrás del intento de golpe. Sin embargo, eso no importa ahora. “¿Quién está detrás de lo sucedido es lo menos importante, ya que las acusaciones están siendo lanzadas de una parte a otra”, dice ella. “Lo que es sospechoso, por decir lo mínimo, es lo rápido que se detuvo a miles de opositores. En vez de eso, creo que la forma en que Erdogan se está aprovechando del golpe con tanta rapidez, con tanta fuerza, le permite hacerlo en beneficio propio para limpiar la casa”.
2. Con Erdogan en el poder, el papel de Turquía en la región ha quedado más claro. Desde hace algún tiempo, el país tiene un protagonismo especial en el escenario mundial. Con su mezcla de secular y religiosa, Turquía tiene una cultura que es el resultado de una serie de influencias. Tanto desde la perspectiva geográfica y étnica, el país no es Europa pero tampoco Oriente Medio. Sin embargo, esta posición inusual permitió al país desempeñar un importante papel económico, político y militar en la región. Erdogan ha sido criticado por el aislamiento de los antiguos aliados, entre ellos Rusia y varios países europeos. Antes candidata a la adhesión a la UE, las posibilidades de Turquía son, como mínimo, remotas.
“No hace mucho, la idea no era tan remota”, dijo Hintz. Sin embargo, la agitación política en el país junto con su crisis financiera lo aleja del camino de la inclusión en la UE. Los líderes europeos tampoco están satisfechos con las medidas que Erdogan ha tomado para limitar los derechos humanos y restablecer la pena de muerte. “No creo que el país entre en la UE”, dijo Hintz.
Otra cosa que también está en juego es el papel destacado del país en la agitación religiosa de Oriente Medio. Erdogan, que es conservador, parece tratar con poca dureza al Estado Islámico. Además, persisten las dudas sobre el futuro de Siria. Sculley resalta que Erdogan siempre ha estado en contra del mantenimiento del presidente sirio Bashar Al-Assad en el poder, pero hoy en día ya no parece tan convencido de ello. Erdogan puede emerger como un líder que lleve a otros a la mesa para negociar un plan a corto y largo plazo para Siria. “Nadie quiere a Siria”, dijo Sculley. “La crisis en el país afecta a todos los países de Oriente Medio, especialmente a Turquía”. Después del intento de golpe, Erdogan se ha acercado a Rusia e Irán, lo que también puede ser bueno para el papel de Turquía en la región, dijo Sculley.
3. ¿Quién es Gülen? Un clérigo musulmán turco que se autoexilió en Pennsylvania, Gülen es acusado de incitar el golpe de estado fallido. Pero, ¿quién es él y cuál es la participación de este hombre mayor, en mal estado de salud, en la agitación política en Turquía?
La respuesta está en la historia de la complicada relación de Gülen con Erdogan. Antes aliados, los dos trabajaron juntos para que el Gobierno tuviera un aspecto menos secular. Sin embargo, se pelearon, y Gulen salió de Turquía en 1999 en medio de rumores de que estaba tratando de derrocar al Gobierno. Esto fue muchos años antes de que Erdogan se convirtiera en primer ministro en 2003 y luego presidente en 2014. Desde el exilio de Gülen, Erdogan siempre sospechó que estaba tratando de derrocar a su Gobierno, principalmente a través del sistema educativo.
“Erdogan está preocupado por la educación de Turquía y quieren más control sobre ella”, dijo Sculley. “Su intención es introducir más temas islámicos en las escuelas. No estoy diciendo que su objetivo es hacer de Turquía un estado islámico, pero sin duda su deseo es que haya un mayor énfasis en la religión, que es la forma por la cual se propone ejercer un mayor control sobre el país. Creo que se ve con demasiada sospecha a los adeptos de Gullen”.
4. El futuro de Turquía es muy incierto. Sin ninguna fuerza sobre el horizonte para detener a Erdogan en su proyecto de consolidación en el poder, es probable que los últimos lazos que unen a Turquía con la democracia tradicional se corten. Con la destrucción sistemática de las instituciones democráticas, Erdogan parece estar dejando claro que su dominio será largo e incontestable. “Él lo está utilizando para controlar totalmente el país. Su objetivo es la presidencia con ningún sistema de pesos y contrapesos”, dijo Sculley. “Su competidor es Ataturk, que murió en 1937 y es el creador de la nueva Turquía. Lo que Erdogan quiere es una ‘nueva’ Turquía por la cual sea siempre recordado. Nos guste o no, vamos a tener que vivir con una Turquía que se regirá por un hombre”. Hinz señala que EE.UU. vio en Turquía un modelo de democracia en la región. Ahora, dijo, el modelo “implosionó”. En cuanto al futuro del país, Hinz lo describe como negro. “Creo que el futuro se ve muy sombrío”.
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