Diferencias entre flujo y stock
diciembre 11, 2015 · Imprimir este artículo
Al respecto conversé con el argentino Raúl Alberto Ríos (1925-1995), graduado en las universidades Nacional de Córdoba y de Pensilvania. Durante 45 años, de manera ininterrumpida, dictó clases en la Universidad de Córdoba, «enseñándoles los secretos de la ciencia económica a miles de alumnos que luego se diseminarían en una multiplicidad de tareas, tanto en el ámbito público como en el privado», al decir de Ramón Osvaldo Frediani. Entre 1962 y 1988 dirigió la Revista de economía. Setenta años no le resultaron suficientes para encontrar con quién casarse.
-¿Cómo saber si una variable es stock o flujo?
–Por la forma en la cual los valores de la variable se relacionan con el tiempo. Si se relacionan con instantes, se trata de un stock, mientras que si se relacionan con períodos, se trata de un flujo. Las exportaciones son un flujo, porque tiene sentido hablar de su valor durante un trimestre o un año, pero no en un momento dado, mientras que la población es un stock, porque tiene sentido hablar de la cantidad que existía en determinada fecha, pero no a lo largo de un año.
-Practiquemos.
-Clasifique las siguientes variables en stocks y flujos: capital, consumo, depósitos, inversión, deuda, beneficios. ¿Ya lo hizo? Solución del acertijo: las variables que en el listado anterior ocupan los lugares impares son stocks, las otras flujos.
-¿Por qué es importante la distinción?
-Porque en el caso de los stocks no renovables ningún déficit de flujo puede existir de manera permanente. Porque como se financia con la reducción del stock, si éste no se repone el «juego», no puede continuar una vez que el stock se agota. Trate de sacar gaseosas de la heladera de su casa sin molestarse en reponerlas, y verá lo que le digo. Ergo: o se repone el stock o en algún momento desaparecerá el déficit de flujo.
La caída de las reservas del Banco Central ahora ocupa un lugar importante en la sección económica de los diarios.
-Se entiende, porque se trata de la aplicación de lo que acabo de decir. Como hace un buen número de meses que el stock bruto de reservas viene cayendo, y no se vislumbra qué puede llegar a ocurrir para que el drenaje se frene sin que se adopten medidas de política económica, mucha gente se pregunta qué terminará haciendo el Poder Ejecutivo y cuándo; y lo pregunta para comprar entradas al Arca de Noé, antes de que llegue el Diluvio Universal.
-¿Qué hay que mirar, para orientar la decisión?
-En la Argentina no rige hoy un régimen de convertibilidad (el anverso de los billetes dice «BCRA», y con tinta invisible agrega: «No venga a este banco a reclamar nada»), de manera que las reservas del Banco Central pertenecen, de hecho, a la Tesorería. Por lo que se sabe, con el nivel de reservas brutas que hoy tiene el BCRA, puede pagar los servicios de la deuda pública hasta que finalice la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.
-Pero entonces ¿no van a hacer nada?, ¿qué dice la historia al respecto?
-No puedo descartar que haya cambios, aunque cada vez que escucho propuestas en materia cambiaria me pregunto cuánto hay de pronóstico profesional y cuánto de expresión de deseos. La historia dice que, en general, los gobiernos no tienen apuro en actuar cuando tienen que adoptar medidas correctivas; pero también dice que no siempre esperan hasta el último momento.
-Deme ejemplos de esto último.
-José Luis Machinea, a comienzos de febrero de 1989, dejó de vender dólares cuando el Banco Central todavía tenía muchas reservas; y Domingo Felipe Cavallo, a comienzos de diciembre de 2001, creó el «corralito» cuando el sistema financiero tenía más de 80% del nivel máximo que habían alcanzado los depósitos. Las guerras no se paran cuando se agotan los soldados o se terminan las municiones.
-Don Raúl, muchas gracias.
Fuente: La Nación, 17/11/13.
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