España converge con Alemania

marzo 31, 2013 · Imprimir este artículo

En la crisis, España converge con Alemania
Por Jorge Castro

España experimenta una recesión profunda por tercer año consecutivo (-0,3% en 2012, -1% en 2013, o más), la tasa de desocupación supera 26% (y es 50% en la franja de 18 a 29 años) y la deuda del sector privado, contrapartida del boom inmobiliario 2000-2008, es la más elevada de la Zona Euro. Al mismo tiempo, los bancos de crédito al consumo de las 19 comunidades autónomas (Caixas) tienen una cartera de créditos impagos que supera 30% de sus activos, mientras los gobiernos territoriales se encuentran en sus 3/4 partes en virtual cesación de pagos, con la notable excepción del País Vasco.

Mientras esto ocurre, los costos laborales han caído 30% en los últimos 5 años y la productividad ha aumentado un porcentaje superior. El resultado es que, por primera vez en 20 años, la cuenta corriente del sector externo se ha tornado positiva, arrastrada por un alza de las exportaciones fuera de Europa, dirigidas al mundo emergente (China, India, Brasil). También han crecido las inversiones directas provenientes del exterior, en especial las orientadas al sector automotor, cuyos costos son 30%/40% inferiores a los del resto de la Zona Euro.

El alza notable de las exportaciones es ayudado por el carácter trasnacional de las grandes empresas españolas, a punto que la proporción firmas globales/producto es en España -cuarta economía de Europa- sólo inferior a la de Alemania y una de las más elevadas del mundo. España es el segundo inversor extranjero directo en América Latina, después de EE.UU.; y en el caso de Brasil, la inversión española está sólo por debajo de la china.

Los dos grandes bancos españoles -Santander y BBVA- se encuentran entre los 20 principales del sistema mundial, y las grandes compañías (Repsol, Ferrovial, Telefónica) integran el pelotón de vanguardia en sus especialidades. La industria manufacturera ha perdido 30% de su producción en el último lustro y ha aportado 717.300 desocupados (27% del total). El año pasado, el PBI industrial cayó 8,5%. Su participación en el PBI era 17,4% en 2001 y ahora es 13%, 9 puntos por debajo de Alemania. La productividad española creció 0,54% por año entre 2000 y 2008, mientras era +1,3% en Europa y +2,5% en la República Federal. En los últimos 5 años, ha aumentado a 1,7% anual.

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Las exportaciones manufactureras alcanzaron la cifra más alta de su historia en 2012 (222.643 millones de euros/3,8% anual). Por eso, el déficit comercial cayó 33% y apareció, por primera vez en 10 años, un superávit de cuenta corriente nítidamente ascendente. La industria de la alimentación es la segunda de Europa, después de la de Francia. El sector químico vendió 31.000 millones de euros (6,4%); y la textil e indumentaria (Zara a la cabeza) aumentó 9% sus ventas en el mercado mundial.

Hay una nítida convergencia entre la industria española y la alemana.

La productividad se elevó 2,5% más en España que en la República Federal y 2% más que en la Zona Euro. De ahí que los costos laborales hayan caído 4,5% frente a los de Alemania y 3,5% en relación a la Eurozona.

Ya se ha corregido más de 50% de la extraordinaria desviación experimentada entre 1998 y 2008 en los costos laborales españoles respecto a los alemanes.

Si esta tendencia se mantiene en los próximos 5/10 años, España, como sistema público-privado, adquiere una productividad capaz de competir en el mercado global. Alemania es el país que establece la pauta de competitividad de Europa. Es “el nivel de los tiempos”, en los términos de Dionisio Ridruejo. Converger con la productividad alemana (una de las tres primeras del mundo, con EE.UU. y China) es ser capaz de competir en el mercado mundial y ante todo para los países periféricos de la Eurozona (Italia, España, Grecia, Portugal). España se encuentra a la cabeza de este esfuerzo de convergencia y recuperación, mientras atraviesa la crisis económica y social más grande de su historia.

Fuente: Clarín, 31/03/13.
Jorge Castro

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