Hirschman y Samuelson: Dos grandes economistas

diciembre 23, 2012 · Imprimir este artículo

En economía, antes de teorizar hay que caminar la calle
Por Juan Carlos de Pablo

El 11 de diciembre pasado falleció Albert Otto Hirschman, un economista alemán que hizo su carrera profesional en Colombia y Estados Unidos. Estudió un año en la Escuela de Economía de Londres, pero se consideraba básicamente un autodidacta.

Al respecto conversé con el norteamericano Paul Anthony Samuelson (1915-2009), para que reflexionara sobre las coincidencias y diferencias entre la vida y la obra de Hirschman y la propia.

-Comparando sus vidas surgen notables coincidencias, pero también importantes diferencias.

-Comencemos por las primeras. Ambos nacimos en 1915, ambos en hogares judíos, los dos nos dedicamos a la economía. Aquí terminan las coincidencias.

-¿Y las diferencias?

-Su padre, cirujano, tenía más plata que el mío, farmacéutico. Pero Albert nació en Berlín; yo, en Gary, Indiana. Por lo cual de muy joven tuvo que migrar y llevar una vida errante y azarosa hasta los 31 años (colaboró con el intelectual norteamericano Varian Fry, ayudando a contingentes de judíos a escapar del nazismo, por lo cual varias veces cruzó a pie los Pirineos). Luego de la Segunda Guerra Mundial trabajó en el Sistema de la Reserva Federal hasta 1952, cuando se mudó a Colombia, donde asesoró al gobierno primero y al sector privado después. Recién entonces comenzó su carrera académica; enseñó en Yale, Columbia, Harvard y Princeton.

-¿Y usted?

-Mi vida fue lineal. Estudié en Chicago porque quedaba cerca de mi casa, y luego en Harvard, gracias a una beca. En parte por el antisemitismo existente en Harvard, desarrollé toda mi vida profesional en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Durante décadas viví en la misma casa.

-¿En qué medida las diferencias de experiencias personales explican los distintos enfoques que utilizaron en la actividad profesional?

-Imposible saberlo con certeza, pero la diferencia metodológica merece ser destacada. De la extensa obra de Hirschman destaco La estrategia del desarrollo económico, publicada en 1958; Una mirada a proyectos de desarrollo, que viera la luz en 1967, y Salida, queja y lealtad, publicada en 1970. Enfatizó permanentemente que antes de teorizar hay que caminar por la calle y aprender a observar y a escuchar, y que los esquemas a veces constituyen una barrera para la acción concreta. Revisaba constantemente sus ideas.

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La estrategia… identificó a las energías empresariales como el factor más escaso en un proceso de desarrollo; Una mirada… revisó proyectos de inversión financiados por el Banco Mundial, mostrando todo lo que necesitaba para lograr el éxito y no había sido previsto; mientras que Salida y queja integró los análisis económico y político para entender la respuesta humana a las frustraciones.

-¿Cuál fue su aporte, Samuelson?

-Fuera de mis trabajos sobre historia del pensamiento económico, Fundamentos del análisis económico, mi tesis doctoral, como los siete tomos de mis Trabajos científicos, buscaron mostrar que muchas teorías económicas referidas a distintos aspectos de la realidad formalmente surgían de maximizar o minimizar alguna función, sujeta a ciertas restricciones, así como explicar de manera rigurosa las condiciones bajo las cuales determinadas afirmaciones conocidas eran ciertas o falsas. No descubrí las ventajas del comercio internacional sobre la base del principio de la ventaja comparativa, ni la igualación entre países del precio de los factores, méritos que les corresponden a David Ricardo y a Eli Philip Heckscher y Bertil Gotthard Ohlin, respectivamente, sino que las modelé de manera rigurosa.

-¿A quién deben estudiar los alumnos, a Hirschman o a usted?

-A ambos, porque desde el punto de vista de la formación de un economista, nos complementamos. Es difícil ser un buen economista sin aplicar la intuición que propone Hirschman, pero también es difícil serlo sin la sistematización de los resultados que contribuí a generar. Como bien dijo John Maynard Keynes, en el obituario que en 1924 escribió cuando murió Alfred Marshall, el buen economista combina conocimientos que surgen de muchas disciplinas.

-Don Paul, muchas gracias..

Fuente: La Nación, 23/12/12.

Juan Carlos de Pablo

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