La baja inflación es el nuevo reto de los Bancos Centrales

mayo 4, 2013 · Imprimir este artículo

La caída de la inflación es el nuevo reto de los grandes Bancos Centrales
Por Jon Hilsenrath, Brian Blackstone y Victoria Mcgrane

Los bancos centrales de Europa y Estados Unidos se enfrentan a una realidad que hasta hace poco no figuraba en sus planes: un descenso de los precios al consumidor, que se ubican considerablemente por debajo de sus metas.

El Banco Central Europeo y la Reserva Federal de Estados Unidos reaccionaron rápidamente la semana pasada.

El BCE recortó el jueves en un cuarto de punto porcentual su tasa de interés de referencia a corto para dejarla en 0,5%, un mínimo histórico. Su presidente, Mario Draghi, fue incluso más allá al señalar en una conferencia de prensa que la entidad está dispuesta a seguir flexibilizando la política monetaria y ni siquiera descartó la posibilidad de reducir la tasa a cero, lo que en la práctica significa que los bancos de la zona euro deben pagar por mantener sus fondos en el banco central.

Draghi también dejó la puerta abierta para, siempre y cuando se cumplan ciertas condiciones, aumentar el programa de compras de bonos soberanos.

La Reserva Federal de Estados Unidos, por su parte, indicó que seguirá adelante con su programa de compra de bonos de US$85.000 millones al mes e insinuó que podría incluso acelerar el ritmo si el desempleo sigue siendo alto y la inflación continúa siendo moderada.

El pronunciamiento del miércoles que culminó una reunión de dos días representó un cambio en el tono del banco central. En marzo, cuando el mercado laboral de EE.UU. parecía mejorar, la Fed comenzó a analizar cómo y cuándo empezar a retirar los programas de estímulo. En el comunicado divulgado el miércoles, sin embargo, la entidad no dio ninguna señal de que se inclina a reducir las compras de bonos. Advirtió, en todo caso, que podría «incrementar o reducir» las operaciones mensuales, dependiendo de la evolución de la inflación y del empleo en los meses siguientes.

La inflación de EE.UU. ha quedado claramente por debajo de la meta de 2% de la Fed, como parte de una moderación global de los precios. Esto le ha dado luz verde a la Fed y a otros bancos centrales de las economías desarrolladas para seguir adelante con sus planes para fomentar el crecimiento mediante la inyección de nuevos fondos en la economía mundial.

El Banco de Japón, mientras tanto, ha aumentado drásticamente sus compras de bonos este año en un intento por hacer que la inflación llegue a 2% después de 15 años caracterizados por la deflación.

Las compras de bonos de la Fed están orientadas a reducir las tasas de interés de largo plazo e inyectar fondos en el sistema financiero, lo que impulsaría el crédito, el gasto y el empleo.

La otra cara de la moneda de las políticas de estímulo de la Fed, el BCE, el Banco de Japón y otros bancos centrales de las economías desarrolladas es la apreciación de los activos considerados de mayor riesgo como las acciones, la deuda que ofrece retornos más altos y las monedas de los países latinoamericanos.

Una amenaza que la Fed subrayó el miércoles es lo que está haciendo el resto del gobierno estadounidense. «La política fiscal está restringiendo el crecimiento económico», aseveró la Fed en una crítica directa a las alzas de impuestos y recortes de gastos que buscan disminuir el déficit fiscal de EE.UU. en el corto plazo. Ben Bernanke, el presidente del banco central, ha exhortado al gobierno del presidente Barack Obama y al Congreso a acordar un plan de largo plazo que reduzca el déficit fiscal sin perjudicar la recuperación de la economía, que sigue siendo frágil.

Lectura recomendada:  Los bancos centrales sí pueden crear inflación

La disminución de la inflación a nivel global es uno de los acontecimientos más sorprendentes que confrontan la Fed y otros bancos centrales.

El Departamento de Comercio de EE.UU. reveló el lunes que los precios al consumidor en EE.UU. apenas subieron 1% en los 12 meses que concluyeron en marzo, muy por debajo de la meta de la Fed de 2%. En tanto, la inflación en los 17 países que componen la zona euro alcanzó 1,2% en abril, la menor tasa en más de tres años y bastante por debajo del objetivo de 2% del BCE.

En teoría, los bancos centrales pueden aumentar la oferta de dinero que fluye por el sistema financiero, lo que debería disminuir el poder adquisitivo del mismo dinero y, por ende, crear inflación. Pero muchas empresas tienen problemas para aumentar sus precios debido a la debilidad de la demanda global.

Chipotle Mexican Grill Inc., una cadena estadounidense de restaurantes de comida mexicana, ha estado estudiando un incremento de sus precios desde enero para contrarrestar las alzas anteriores de algunos ingredientes como la salsa y el pollo. Por el momento, al menos, Chipotle ha optado por no traspasar los aumentos en sus costos a las consumidores.

«La economía nos está enviando señales contradictorias», manifestó Jack Hartung, director general de finanzas de la cadena en una reciente conferencia telefónica con analistas.

Varios indicadores sugieren que las presiones inflacionarias han retrocedido en las últimas semanas. Los precios futuros de materias primas como el petróleo, el algodón, el azúcar y el oro están por debajo de sus niveles de un año atrás.

Muchos economistas prevén una contracción de la zona euro en 2013, por segundo año consecutivo. Al mismo tiempo, el crecimiento de mercados emergentes como China no ha repuntado significativamente después de la desaceleración del año pasado. «Cualquier curso básico de economía indica que si tienes un crecimiento global mediocre por un tiempo, la inflación será más baja», aseveró Bruce Kasman, economista jefe global de J.P. Morgan Chase & Co. El equipo de economistas del banco prevé que la inflación global llegue a 2,3% este año, frente a 2,4% en 2012 y 3,1% en 2011. Kasman reconoció que podría revisar a la baja la proyección de 2013.

La alemana Heidelberg Cement, una de las mayores cementeras del mundo, aumentó sus precios este año en California, Oregon, Texas y La Florida este año y sus ejecutivos proyectan nuevas alzas en EE.UU.

La empresa espera que la recuperación de la economía estadounidense siga aumentando la demanda por los materiales de construcción y materias primas que produce. «Estamos muy confiados en relación a los precios del cemento», dijo su director de finanzas, Bernd Scheifele, en una conferencia telefónica con analistas.

El negocio en Europa, sin embargo, es harina de otro costal para numerosas compañías. Incluso si aumentan los precios ligeramente este mes, como muchos anticipan, es probable que vuelvan a caer más adelante conforme las recesiones que experimentan los países de la periferia europea y el alza del desempleo afectan los salarios y los precios.

—Brian Blackstone contribuyó a este artículo.

Fuente: The Wall Street Journal, 03/05/13.

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