La dificultad de hacer negocios en la Argentina

diciembre 3, 2017 · Imprimir este artículo

Hacer negocios en la Argentina: la burocracia pone sus barreras

Según el ranking del informe Doing Business, elaborado por el Banco Mundial, el país está en el puesto 117, entre 190 economías ordenadas por su facilidad para desarrollar actividades; cuál es el plan oficial.

Por Sofía Terrile.

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Un laberinto con múltiples vueltas o un bosque frondoso en el que no hay senderos bien señalizados. Un río con múltiples caudales y sin rutas claras para navegar o una autopista con varios ramales, todos congestionados. Las imágenes son analogías de un obstáculo para los negocios en la Argentina: la burocracia. El término, que en el imaginario local tiene un matiz peyorativo, es el que define qué tan fácil o difícil es comenzar una actividad en el país. Y, según el ranking Doing Business que el Banco Mundial publica anualmente, montar una empresa en el país es una tarea no apta para impacientes.

En el reporte Doing Business de 2018 -que toma datos hasta junio de 2017- , la Argentina se encuentra en el puesto número 117 entre 190 economías que se analizan. Las variables que se estudian son 10: apertura de un negocio, manejo de permisos de construcción, obtención de electricidad, registro de propiedades, obtención de crédito, protección de inversionistas minoritarios, pago de impuestos, comercio transfronterizo, cumplimiento de contratos y resolución de la insolvencia.

Los países líderes en el índice 2018 fueron Nueva Zelanda, Singapur y Dinamarca. La Argentina sólo escaló una posición con respecto a 2017 y no se encuentra muy alejada de su vecino y socio del Mercosur, Brasil, que está en el puesto 125. Sin embargo, sí hay contraste con las economías de la Alianza del Pacífico: Colombia está en el puesto 59; Chile, en el 55 y México, en el 49.

¿Dónde sacó peor nota la Argentina? En el pago de impuestos, donde baja hasta el puesto 169, y en el manejo de permisos de construcción, donde desciende al 171. En cambio, la protección de los inversionistas minoritarios (puesto 43) y la obtención de crédito (puesto 77) dan mejores noticias. En este último punto, se destaca en el informe que no mide el desarrollo del sistema financiero sino la fortaleza de los derechos legales que protegen al prestatario y al prestamista y la información financiera, entre otras variables.

Para Marina Dal Poggetto, directora ejecutiva de Estudio Bein, el informe apunta a dos aspectos de la burocracia estatal para hacer negocios: el costo y la infraestructura. La economista afirma que el Gobierno está tomando medidas para mejorar esos dos aspectos. Sin embargo, restan algunos factores: «Este ranking no mide ningún indicador de precios relativos ni de tipo de cambio, por ejemplo. Hay temas cruciales a la hora de montar un negocio que no se contemplan», advierte.

En el plan de modernización del Estado y las acciones del Ministerio de Producción, el hecho de estar en la posición 117 no pasa inadvertido. En la cartera que dirige Francisco Cabrera comenzará a funcionar en breve la Secretaría de Simplificación Productiva, que estará a cargo de Pedro Inchauspe y apuntará a ahorrar tiempos y costos burocráticos.

Hasta el momento, explican desde el citado ministerio, con las simplificaciones dispuestas se permitió el ahorro de $ 10.000 millones en trámites y, hacia 2019, se espera llegar al 1% del PBI en ahorros.

La Secretaría, detallan, se centrará en un comienzo en dos ejes: el agro y los impuestos. Para eso, trabajará codo a codo con organismos descentralizados como el Senasa, la Inspección General de Justicia (IGJ), el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), y también con la AFIP. Además, se apoyará en la digitalización de la gestión pública que promueve el Ministerio de Modernización, con el objetivo de cruzar información más rápidamente.

Hay algo más difícil de cambiar que la cantidad de ventanillas por las que alguien debe pasar para hacer un trámite, advierte Miguel La Vista, contador y socio del estudio La Vista Casal: la cultura. El experto en temas tributarios analizó los cuatro componentes considerados por el Banco Mundial para evaluar el ítem vinculado a los impuestos: la cantidad de pagos; el tiempo que se requiere para preparar, presentar y pagar; la tasa de impuesto total que debe abonar una empresa durante su segundo año de actividad -expresada como porcentaje de los beneficios- y un índice relacionado con el período posterior a la declaración de impuestos, que considera los tiempos que conllevan las devoluciones del IVA y el cumplimiento de las auditorías, entre otras cuestiones.

«El único componente en el que estamos bien es la cantidad de pagos, que son nueve, como en casi todo el mundo. Con respecto al tiempo requerido para cumplir con todo, 311,5 horas contra 160,7 horas que da el promedio de los países de la OCDE, y al índice posterior a la declaración de impuestos, que tampoco nos da bien, creo que eso está relacionado con valores culturales», comenta.

made in argentina¿Por qué? Según La Vista, los argentinos están «acostumbrados a la burocracia» y normalizaron que «para cualquier trámite» se requieran «documentos en original o con copia certificada por escribano», algo que hace que en las compañías se pierda mucho tiempo y dinero. Añade: «La AFIP tiene buena tecnología, pero todavía seguimos siendo culturalmente burocráticos y falta la centralización de la información. Está la estructura, pero no se utiliza de manera correcta».

En tanto, el tributarista apunta especialmente a la carga fiscal que significan Ingresos Brutos y el impuesto al cheque, a la hora de analizar la tasa de impuestos expresada en relación con los beneficios, correspondiente al segundo año de actividad. El porcentaje para la Argentina, de un 106%, se compara con un 46,6% que da el índice promedio de la región. Según La Vista, lo que se conoce de la reforma tributaria apunta a reducir esos dos tributos considerados distorsivos para la actividad, y que suman el 6,2% de los ingresos.

«Este tipo de índices muestran con crudeza cuál es la realidad. La buena noticia es que el contexto de reformas presenta una oportunidad: el acuerdo con las provincias aspira a que se pueda ir bajando Ingresos Brutos y, con respecto al impuesto al cheque, el Gobierno empezó a reducirlo tímidamente dándoles a las pequeñas empresas la posibilidad de tomarlo como crédito fiscal en el impuesto a las ganancias. Por ahora, el universo es pequeño, pero ya se anunció que la idea es ampliar esa medida», aclara.

El otro indicador en el que la Argentina «está casi peleando el descenso» es el que explora la facilidad para obtener permisos para la construcción. Según el informe del Banco Mundial, un porteño debe esperar 347 días para obtenerlo y dar 22 pasos, contra 154 días y 12,5 procedimientos en países de la OCDE. Asimismo, el único comentario específico sobre el país en el reporte global es una crítica: se menciona que la Ciudad de Buenos Aires aumentó los costos en los derechos de delineación y construcción en la Ley Tarifaria de 2017.

Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de Ecolatina, opina que los desafíos que refleja el informe en este indicador cobran especial relevancia en un contexto de expansión del crédito hipotecario y de una posible presión sobre los precios si la oferta no crece. «Hay demasiados procedimientos, muy costosos y, sobre todo, muy largos en tiempo. Es interesante que hoy se hable del tema y que se involucre al sector privado, como por ejemplo con los créditos intermedios para los desarrolladores», apunta.

En ese sentido, el informe Doing Business 2018 incorpora un caso de estudio sobre el manejo de permisos de la construcción, en el que demuestra que las economías que involucran al sector privado en la regulación de esta actividad suelen ser más eficientes en sus procesos y tener mejores controles de calidad, aunque también es posible que esa práctica eleve los costos y los conflictos de interés, se aclara.

Dar señales y cumplir

Los expertos coinciden en que el informe Doing Business puede jugar un papel más preponderante a la hora de planear una agilización de trámites, pero que no es un índice que preocupe al Gobierno a la hora de planificar la inserción internacional. «Es más importante enviar señales y cumplirlas. Eso pesa más que escalar posiciones en cualquier ranking porque, además, mejorar la forma de hacer negocios no es algo que ocurra sólo por la eficacia en los trámites, sino por la estabilidad macroeconómica propiamente dicha», analiza Dal Poggetto.

El reporte de 2018 incluye un apartado que analiza regulaciones del mercado laboral. Según el informe, el desafío en las economías en vías de desarrollo es «evitar los extremos» y balancear «la flexibilidad laboral con la protección al trabajador». Dal Poggetto opina que, si bien las reformas en ese sentido ayudan a un buen ambiente de negocios, una parte de lo que se necesita para avanzar «genera en el corto plazo un impacto negativo» sobre la creación de empleos.

En el mismo sentido, Marianela Sarabia, consultora en desarrollo económico, resalta que el reporte tiene un «enfoque acotado», ya que se centra solamente en Buenos Aires -Doing Business toma datos de ciudades- y no considera el factor de la demanda en cuestiones de productividad, permanencia y rentabilidad. «En la Argentina, si no hay crecimiento y con el empleo estancado como hoy, es muy difícil que una reforma impacte sobre el nivel de ocupación y, más aún, que lo haga de forma virtuosa sobre la calidad», sostiene.

Para la economista, el límite para crecer en términos de generación de empleos no está dado por la regulación, sino por el nivel de valor agregado e inserción internacional de la producción local. «A la hora de analizar el fenómeno a nivel regional, lo cierto es que no estamos fuera del promedio del continente en lo que se refiere a cargas sociales», dice.

Javier González Pedraza, presidente de la comunidad de emprendedores Inicia, destaca tres principales trabas para abrir y escalar un negocio, que podrían resolverse si las reformas avanzaran. Se trata de los impuestos, el acceso al financiamiento -hay pocas líneas exclusivas para emprendimientos- y las cargas laborales. «El sistema se inclina bastante hacia el trabajador y eso dificulta las contrataciones», agrega.

«Tenemos un Estado que está totalmente desquiciado en su funcionamiento -considera Marcos Buscaglia, economista y socio de Alberdi Partners-. Pero si hay algo en lo que el Gobierno se destaca es en la gestión, y esto se vio, por ejemplo, con la creación de la figura Sociedad por Acciones Simplificada». Con referencia a esa medida, en el Ministerio de Producción esperan mejoras en el Doing Business 2019, ya que, según explican, los datos que toma el índice actual fueron recolectados hasta el 1° de junio, cuando la Ley de Emprendedores no estaba implementada.

Para Buscaglia, el Gobierno avanzará con la agenda del «reformismo permanente» mientras pueda mantener el diálogo. «Pudo solucionar la disputa por el Fondo del Conurbano y el Senado votó la reforma previsional. Creo que podrá pasar el conjunto de reformas. La pregunta es, ¿podrán aprovecharlas para resolver el déficit fiscal?», plantea.

El reporte plantea que los países con economías tambaleantes tienen la mayor oportunidad para plantear reformas. Adrián González, economista senior del Banco Mundial y miembro del equipo redactor del informe, destaca dos casos en la región: México, el país de América latina con más facilidad para los negocios, y Colombia, el que más avanzó en el ranking. «Se trata de un gran esfuerzo en reformas. El reto de la región es no hacer todo de una vez, sino hacer un esfuerzo continuo por varios años», resalta.

González destaca que 119 economías presentaron al menos una reforma en un año: se documentaron 264 reformas entre julio de 2016 y junio de 2017. Donde más cambios se ven es en la apertura de negocios: «Es el primer obstáculo que se encuentra y, además, es algo en el que los gobiernos se pueden enfocar porque no depende de grandes reformas legales, sino de la cuestión burocrática», dice. La Argentina avanzó, pero por ahora se mantiene en un puesto similar desde hace siete años.

Si el Gobierno avanza en sus planteos, dice La Vista, verá resultados el año próximo. Pero advierte que no habría que encandilarse con el salto: «Si no tenés un auto y te comprás uno de 15 años, el salto es enorme. Cuando lo cambiás por un modelo más nuevo, el avance no es tan grande. Las primeras mejoras tienen un efecto enorme, pero pasar a ser Nueva Zelanda es muy complicado».

El ranking de América latina

Ubicación de los países de la región en el listado global de 190 economías, ordenadas según la facilidad para hacer negocios (índice del Banco Mundial)

México: 49

Perú: 58

Colombia: 59

Uruguay: 94

Paraguay: 108

Argentina: 117

Ecuador: 118

Brasil: 125

Bolivia: 152

Venezuela: 188

Fuente: La Nación, 03/12/17.


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