La evolución del euro

abril 24, 2012 · Imprimir este artículo

Hay que mirar fuera, no dentro de la eurozona

Por Nicholas Hastings

 

LONDRES (Dow Jones) — Los acontecimientos fuera de la zona euro dictarán ahora el desempeño de la moneda.

Durante semanas, el euro pareció estar a punto de desplomarse nuevamente por debajo de US$1,30. Las crecientes tensiones políticas en los países periféricos, los mayores costos de financiamiento, la evidencia de que incluso la economía alemana está desacelerándose, y los temores de que el pacto fiscal tendrá que ser abandonado, tuvieron un impacto mínimo.

Incluso la noticia de esta semana acerca de que el gobierno holandés del primer ministro Mark Rutte había colapsado en las negociaciones sobre la austeridad fiscal no pudieron amainar el viento que hace navegar al euro. De hecho, el euro continuó encontrando un respaldo bastante bueno, y se negoció al alza en torno a US$1,32.

La razón para esto es que los inversionistas siguen confiando en Alemania y continúan inyectando su dinero en los bonos del gobierno alemán, donde los rendimientos han sido presionados hacia nuevos mínimos récord y el bono a 10 años ofrece solo 1,56%.

Por supuesto, en algún momento esos bajos rendimientos comenzarán a perder atractivo, especialmente si la propia economía alemana comienza a enfilar hacia una recesión, o si el gobierno de Angela Merkel aparece demasiado aislado.

Sin embargo, por el momento, los rendimientos alemanes, los bonos del gobierno alemán, y por extensión el euro, no lucen tan mal.

El problema es que la mayoría de las alternativas no tienen mucho que ofrecer. Una combinación de un menor crecimiento a nivel mundial, junto con los problemas de la deuda de zona euro, están teniendo consecuencias en todo el mundo.

Empecemos con Estados Unidos. El dólar posiblemente haya lucido brevemente como una buena alternativa ante el euro a comienzos de este año, cuando la recuperación en EE.UU. lucía fuerte y la Fed parecía estar volviéndose más restrictiva.

Pero todo eso ha cambiado. El crecimiento de EE.UU. ha sido decepcionante y se especula que la Fed podría anunciar una relajación preventiva de la política monetaria tan pronto como esta semana.

En el resto del mundo, la libra y la corona sueca han estado desempeñándose bastante bien frente al euro, pero ambas monedas parecen encaminarse a una reversión, la libra por los temores de que el déficit presupuestario del Reino Unido no se esté reduciendo tan rápidamente como se esperaba, y la corona debido a la fuerte exposición de Suecia a la rápida contracción de la economía de la zona euro.

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Incluso el dólar australiano ha perdido lustre. La moneda ha sido respaldada desde hace tiempo por la fortaleza de la economía australiana y el alto nivel de las tasas de interés de ese país. Pero ahora está bajo una presión de venta debido a que la inflación está cayendo mucho más rápido de lo esperado, mientras que el lento crecimiento de China ha llevado al Banco de la Reserva de Australia a adoptar una postura más expansiva. En otras palabras, los rendimientos australianos están también en una senda descendente.

La única moneda que parece estar demostrando ser una fuerte competencia para el euro es el yen.

Como muchos otros bancos centrales, el Banco de Japón también está contemplando un mayor expansionismo monetario, y los mercados esperan que el banco extienda su programa de compras de activos este mismo viernes. Pero esto probablemente no perjudicará al yen, debido a que Japón sufre una deflación.

Como destaca Bank of Tokyo-Mitsubishi: «La continua convergencia de los rendimientos mundiales hacia los bajos rendimientos ofrecidos en Japón sigue siendo un soporte para el yen, donde la deflación en Japón tiene como resultado una elección de los rendimientos reales, contrariamente a las otras grandes economías, donde los rendimientos reales siguen profundamente en territorio negativo».

De modo que el euro posiblemente siga siendo por ahora menos atractivo frente al yen, pero existen ciertos indicios inmediatos de que va a volverse menos popular frente a la mayoría de las otras grandes monedas.

Como sugieren los sorpresivamente buenos resultados de la subasta de bonos alemanes del martes, los inversionistas están contentos de respaldar a los mercados del centro de la zona euro en el futuro, sin importar cuán altos se hayan vuelto los riesgos políticos y económicos.
Fuente: The Wall Street Journal, 24/04/12.

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