La Fed se alista para actuar
julio 25, 2012 · Imprimir este artículo
Impaciente con la economía de EE.UU., la Fed se alista para actuar
Por Jon Hilsenrath
La Reserva Federal de Estados Unidos, que no esconde su impaciencia frente al escaso crecimiento de la economía y el alto desempleo, está cada vez más cerca de anunciar nuevas medidas para estimular la actividad y el empleo.
Las autoridades del banco central han dejado en claro en entrevistas, discursos y testimonios ante el Congreso que el actual estado de la economía estadounidense es inaceptable. Muchos se inclinan a tomar cartas en el asunto a menos que surjan indicios de que la economía está repuntando sin la asistencia de la Fed.
En medio de una reciente ola de malas noticias en el frente económico, la conversación al interior del banco central estadounidense ha girado en torno a dos temas: cómo y cuándo intervenir. Los próximos pasos podrían anunciarse tras la reunión prevista para el 31 de julio y primero de agosto, aunque podrían esperar hasta septiembre para tener una idea más completa del crecimiento estadounidense.
Ben Bernanke, el presidente de la Fed, mencionó en su testimonio ante el Congreso la semana pasada algunas de las alternativas que se están contemplando, como un nuevo programa de compra de valores hipotecarios o bonos del Tesoro, comprometerse a mantener las tasas de interés en casi 0% más allá de 2014 o reducir aún más las tasas de referencia de corto plazo.
En su empeño por reactivar la economía sin generar presiones inflacionarias, la Fed también explora otras medidas. Una de ellas es utilizar la llamada ventanilla de descuento, el mecanismo por el cual provee liquidez a los bancos, para ofrecer crédito barato a las instituciones que otorgan nuevos préstamos a empresas o personas. Sin embargo, no están claros los beneficios de un programa de esta naturaleza en momentos en que los bancos tienen un amplio acceso al crédito barato.
Bernanke también indicó en su comparecencia ante el Congreso que quiere que la tasa de desempleo baje más rápido y expresó su frustración con una economía que parece estar «empantanada». El presidente de la Fed se ha referido en varias ocasiones a la necesidad de que la economía alcance lo que denomina como «velocidad de escape», es decir un crecimiento lo suficientemente robusto para echar a andar la economía sin la ayuda del banco central.
Pero al interior del organismo hay preocupación de que la economía aún no haya alcanzado ese nivel. Se espera que el Departamento de Comercio anuncie esta semana un crecimiento muy por debajo de 2% en el segundo trimestre, tras una expansión de 1,9% en el primero. La tasa de desempleo, que en junio llegó a 8,2%, casi no ha registrado variaciones desde enero. Las ventas minoristas han sido débiles en los últimos meses y las tensiones se han intensificado en los mercados financieros ante el recrudecimiento de la crisis europea. Algunos funcionarios creen que las perspectivas económicas se han deteriorado desde la reunión de junio, cuando la Fed revisó a la baja sus proyecciones económicas.
Algunas autoridades han manifestado su frustración ante la debilidad de la recuperación y su voluntad de intervenir si el crecimiento y el empleo no repuntan. Sandra Pianalto, presidenta del Banco de la Reserva Federal de Cleveland, señaló públicamente que estaba dispuesta a actuar si la debilidad de la economía persistía. Dennis Lockhart, presidente del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, también indicó que la entidad podría tener que intervenir. Hay varias razones para pensar que el banco central podría esperar hasta septiembre antes de decidir su curso de acción. En ese entonces, dispondrán de más información sobre la salud de la producción, el gasto, la inversión y el empleo.
Asimismo, algunos creen que la decisión de junio de seguir adelante con el plan conocido como «Operación Twist» hasta fin de año podría ayudar a la economía y quieren darle más tiempo para que surta efecto. El programa contempla la compra de US$267.000 millones en valores del Tesoro a largo plazo y la venta de un monto equivalente de bonos a corto plazo con el fin de hacer caer las tasas de largo plazo y estimular la economía.
Fuente: The Wall Street Journal, 23/07/12.
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