La inflación, ¿culpa de los comerciantes?

octubre 22, 2012 · Imprimir este artículo


La inflación, ¿culpa de los comerciantes?

Por Juan Carlos de Pablo

Según el Poder Ejecutivo, en los últimos 12 meses en promedio los precios al consumidor subieron 10%, como dice el Indec, sin explicar cómo puede ocurrir esto en un país donde la cantidad de dinero crece más de 30% anual, los ingresos públicos y los salarios y las asignaciones familiares, 25 por ciento. Agregando que, en todo caso, los precios no los aumenta el Gobierno, sino los productores, los intermediarios y los comerciantes.

Para saber más sobre esto, entrevisté al italiano Constantino Bresciani-Turroni (1882-1963), quien durante la década de 1920 asesoró a la Comisión Aliada de Reparaciones de la Primera Guerra Mundial, con sede en Berlín. Es principalmente conocido por La economía de la inflación, obra que publicó en 1931. A partir de 1927, dictó clases en la Universidad de El Cairo, pero, según Joseph Allois Schumpeter, su exilio no fue forzado.

-¿La inflación es una consecuencia del egoísmo y la maldad de los oferentes?

-En la Argentina entre diciembre de 2002 y de 2003, los precios al consumidor aumentaron 3,7%, y a lo largo de 2004, 6,1%. Según la explicación que propone el oficialismo, con posterioridad los productores, intermediados y comerciantes habrían tomado cursos de egoísmo y maldad, porque en los últimos años -bien medida- la tasa de inflación fue mucho mayor que entonces. Con el mismo criterio, los argentinos y los venezolanos tienen la desgracia de tener que convivir con oferentes malvados, porque son prácticamente los únicos países en el mundo donde la tasa de inflación es significativa.

-Más allá de la ironía, los precios son modificados por los oferentes.

-Explicar la tasa de inflación porque quienes modifican los precios son los oferentes equivale a echarle la culpa del asesinato al revólver o, peor aún, a la bala, y no a quien lo disparó. Resultará políticamente correcto, pero no sirve para entender. Por algo el control de los precios aparece en el Código de Hammurabi, escrito hace casi 4000 años. La cuestión no es que los oferentes modifican los precios, sino por qué hoy lo hacen con mayor entusiasmo que ayer, y por qué en la Argentina lo hacen con mucho mayor entusiasmo que en el resto de los países.

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-¿Qué relación existe entre el grado de concentración de la oferta y la tasa de inflación? Pregunto porque escucho decir que los monopolios, con los precios, hacen lo que quieren.

-Los monopolistas no pueden hacer lo que quieren [por ejemplo, vender un producto para el que no hay demanda], pero pueden hacer más cosas que los competidores. Pero el poder monopólico afecta los precios relativos, no la tasa de inflación. Para explicar la suba de la tasa de inflación sobre la base del poder de los oferentes, habría que mostrar que en los últimos años ese poder aumentó de manera sistemática, difícil de sostener a pesar del creciente cierre de la economía y el aumento de la oligopolización que generan las políticas de regulación y control directo de los precios.

-¿Y entonces?

-Cuando la cantidad de dinero, el gasto público, los salarios nominales, etcétera suben al ritmo que lo hacen en la Argentina, no hay atraso cambiario, congelamiento de las tarifas de las empresas privatizadas o concesionadas durante la década de 1990, o terror infundido por las autoridades de la Secretaría de Comercio Interior, capaz de morigerar el aumento sistemático del nivel general de los precios. Instale estas condiciones en Noruega o en Filipinas y verá cómo allí también aumenta la tasa de inflación.

-¿No es una visión monetarista?

-La correlación entre aumentos de la oferta monetaria y tasa de inflación es nítida y universal, una vez que se dejan de lado períodos de ingreso y salida de altas inflaciones y, por consiguiente, variaciones en la velocidad de circulación del dinero. Verificada la correlación, queda la relación causal entre emisión e inflación o, como diría Julio Hipólito Guillermo Olivera, discutir si el dinero es activo o pasivo. Ahí hay que centrar la atención, no focalizarla en el hecho instrumental de que son los oferentes quienes modifican los precios.

-Don Constantino, muchas gracias.

Fuente: La Nación, 21/10/12.

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