¿Más política o más gestión?

diciembre 16, 2015 · Imprimir este artículo

A la hora de gobernar, ¿más política o más gestión?

Por Juan Carlos de Pablo.

juan carlos de pablo

El gobierno presidido por Mauricio Macri privilegiará la gestión con respecto a la política, se escuchó con frecuencia en los últimos días. Presunción confirmada por la integración del gabinete nacional y numerosos nombramientos. ¿Es ésta una buena o una mala idea?

Para saber más sobre el tema conversé con el argentino Carlos Alberto Floria (1929-2012), quien fue ministro de Educación de la provincia de Buenos Aires, director de Criterio, profesor en las universidades de Buenos Aires, del Salvador y de San Andrés, y embajador ante la Unesco. Fue autor, junto con César Augusto García Belsunce, de Historia de los argentinos, obra indispensable cuya primera edición vio la luz en 1971.

-Como analista político, difícilmente te plazca que se alabe demasiado la gestión en detrimento de la política.

-En la Argentina hacemos lo mismo que hacen en los otros países, pero con mucho mayor entusiasmo, solía decir el bueno de Guido José Mario Di Tella. Por subestimar la política Winston Churchill, eficaz «gestor» del triunfo de los aliados en la Segunda Guerra Mundial, perdió las elecciones que se celebraron en Inglaterra el 5 de julio de 1945.

-Pero tampoco nos pasemos al otro extremo.

-Efectivamente. Por un lado, porque en nuestro país muchas veces se actúa por reacción. Por otro lado, más allá de que en la esfera pública política y gestión son complementos, no sustitutos, la cuestión tiene diferente importancia según las esferas del gobierno.

-Ejemplos.

-Aerolíneas Argentinas es, primero y principal, una empresa que brinda servicios de aeronavegación. En este caso la gestión es crucial. No confundamos política con explicar los deficitarios resultados de la empresa, debido a que «une a toda la Argentina». El gobierno saliente anunció el soterramiento del ferrocarril Sarmiento, pero como la política superó a la acción se compró la tunelera pero las obras no avanzan. Menos mal que el Metrobus y el nuevo túnel que corre por debajo de la Avenida Juan B. Justo fueron encarados por personas obsesionadas por la gestión.

-¿Dónde entra la política?

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-Clarifiquemos. Aquí y ahora entiendo por política la negociación, que posibilita que los conflictos se resuelvan de manera incruenta. Claramente que, como dije, resulta complementaria de la gestión. Cuando no se cuenta con mayoría absoluta en el Congreso las leyes que el Poder Ejecutivo entiende que deben ser aprobadas, tienen que ser consensuadas con otros partidos; los sindicatos existen, como las entidades empresarias, las ONG, etcétera. Suponer que no existen es una invitación al desastre.

-¿No hay demasiados economistas en el Gobierno?

-No sorprende que el Ministerio de Hacienda y Finanzas esté en manos de un graduado en economía, pero también lo están las carteras de Interior y Trabajo, así como la embajada ante Estados Unidos. Dije graduado en economía, y no economista, para subrayar que la pregunta alude a la carrera universitaria que siguieron, que es una porción (no siempre la más importante) de la formación. La relación entre la Nación y las provincias es mucho más que la coparticipación de impuestos, y la relación entre la Argentina y Estados Unidos es mucho más que la reapertura del mercado de carnes.

-¿Y entonces?

– Nada. Cada presidente de la Nación elige el organigrama de gobierno y los colaboradores con los cuales se siente más confiado y cómodo. En la Argentina nada se define de una vez y para siempre. El jueves pasado, por ejemplo, hubo un punto de partida para el Presidente y su equipo; ¿funciona la forma en que inician su trabajo? Mejor. Lo que no funciona, se modificará.

-A lo largo de tu extensa labor académica insististe en definir el ámbito de la política a través de tres pares de términos.

-(Risas) ¡Qué memoria! Efectivamente, amigo y enemigo, público y privado, mando y obediencia, son elementos permanentes en cualquier realidad política. Pensar que a partir de ahora en la Argentina dejarán de estar vigentes es no pensar. Las que claramente van a depender de las circunstancias, de los estilos que desarrollan las nuevas generaciones, etcétera, son las formas que adopte el ejercicio práctico de la política.

-Recordado Carlos, muchas gracias.

Fuente: La Nación, 13/12/15.

 

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