Tilt Cove, el pueblo más pequeño de Canadá

julio 3, 2017

Cómo es la vida en Tilt Cove, el pueblo más pequeño de Canadá con apenas cuatro habitantes

Tilt Cove desde lejosHace poco cumplió 214 años de existencia y, en su momento de mayor apogeo, 2.000 personas llegaron a vivir allí.

Un alcalde, dos concejales y una funcionaria.

Tilt Cove, el pueblo más pequeño de Canadá, cuenta con apenas cuatro habitantes.

Se trata de una pequeña población en la bahía de Notre Dame, situada en la provincia de Terranova y Labrador (sureste), que conoció sus mejores momentos gracias a la minería.

Ahora son unas cuantas casas juntas frente a una laguna y nada más.

Hace poco cumplió 214 años de existencia y, en su mayor apogeo, a principios del siglo pasado, 2.000 personas llegaron a vivir allí.

Cartel de bienvenida a Tilt Cove
«Establecido en 1813. Población: 4 personas».
Mapa de Tilt Cove

Con servicio de correo y recolección de basura

«Suena a poco, pero hay muchas cosas que hacer para tener todo funcionando», señaló a la BBC Don Collins, el alcalde de Tilt Cove.

Collins no miente.

Parte de las funciones administrativas que se hacen en su alcaldía permiten a Tilt Cove contar con servicio de correo, que se realice mantenimiento de carreteras y se recoja la basura regularmente.

Don Collins
Don Collins es el alcalde de Tilt Cove.

«Nos quedaremos cuanto podamos porque todo por lo que he trabajado en mi vida está aquí«, afirma el alcalde.

Las dos hijas de Collins se fueron, pero su esposa Margaret sigue a su lado.

Ella es descendiente de uno de los ingleses que hace más de 200 años llegaron hasta esas zonas entonces ricas en mineral para buscar mejor suerte.

«Yo nací, crecí y crié a mi familia en Tilt Cove», afirma la señora Collins, quien además es funcionaria de la alcaldía.

Sus dos hijas se fueron del pueblo por estudios y ambiciones distintas, y ella lo entiende.

Margaret Collins en el museo
«Yo nací, crecí y crié a mi familia en Tilt Cove», afirma la señora Collins, quien además es funcionaria de la alcaldía.

La memoria de Tilt Cove

Los mejores días de Tilt Cove están atesorados en un cuarto pequeño.

Es nada menos que el museo del pueblo, con la biblioteca incluida.

Ingreso al museo de Tilt CoveEn la puerta del museo de Tilt Cove hay un cartel que dice: «Lo que éramos».

Allí está la vajilla de lujo de mitad del siglo pasado que se utilizaba en el comedor de los mineros, decenas de fotografías y retratos que sintetizan los más de dos siglos de vida de Tilt Cove y otros recuerdos.

También un recorte del periódico Newfoundland Colonist de 1892, que tiene el detalle de llamar a Tilt Cove como «la ciudad principal en la bahía de Notre Dame«.

Cuadro de Tilt Cove de principios de siglo
El museo conserva las imágenes del auge minero de Tilt Cove.
Museo de Tilt Cove
A Tilt Cove llegan visitantes de vez en cuando, también familiares que visitan a sus cuatro habitantes.

Margaret hace de anfitriona y guía turística para cuanto visitante quiera conocer el lugar.

Y cuando los turistas le preguntan, qué será del futuro de su pueblo, ella admite que es un misterio.

«Nos estamos poniendo viejos«, reconoce, pero no cierra la puerta a que Tilt Cove tenga más futuro que el de sus actuales habitantes.

El oro, el cobre y el zinc pusieron a esta población en el mapa y ahora existen cuatro personas se niegan a que desaparezca de allí.línea

*Artículo elaborado sobre el video del periodista de la BBC Dan Lytwin. Puedes ver su trabajo aquí (en inglés).

Fuente: bbc.com

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La situación inmobiliaria en China

marzo 6, 2012

Aleja China el temor a un estallido de su burbuja inmobiliaria

Por Natalia Tobón

 

PEKIN – «Al norte de la calle Bahe hay un conjunto de villas en medio de la maleza y los árboles. Parecen castillos de cuentos de hadas. Sorpresivamente, todas están abandonadas», escribió «Momowuyu», uno de los muchos usuarios de un foro de Internet en China.

El conjunto inmobiliario, en la provincia de Shaanxi, estaba pensado como centro recreativo con una cincuentena de villas de lujo de dos pisos, con pileta y amplias zonas verdes, dijo el forista. Las obras están hoy paralizadas y las hectáreas abandonadas quedaron al cuidado de apenas una familia.

Como «Momowuyu», decenas de personas rastrean construcciones abandonadas para postearlas en Internet preguntándose: ¿quién construyó esto? ¿Por qué nunca las terminaron? Ellos se encargan también de resaltar la existencia de «ciudades fantasma», como Ordos y Zhengzhou, donde hay barrios enteros construidos pero desocupados.

Cada vez se hace más común el abandono de grandes complejos de lujo en China, muchos de ellos sin terminar, desde condominios residenciales hasta edificios de departamentos y oficinas en grandes ciudades, como Shanghai, y pequeñas ciudades manufactureras y comerciales, como Wuxi.

Las estrictas medidas para contrarrestar la burbuja inmobiliaria en China han atacado fuertemente a los constructores, que hoy sufren un masivo endeudamiento y una disminución en sus ventas. La solución más fácil ha sido abandonar los proyectos mientras esperan una nueva negociación con los gobiernos locales o una nueva legislación del gobierno nacional.

Las políticas impuestas en 2010 se concentraron en restringir la financiación del sector inmobiliario, limitando el acceso a préstamos y aumentando las tasas de interés para constructores y particulares. De igual forma, se ajustó la compra de bienes, al reducir la cantidad de viviendas que puede comprar una sola persona, y en origen, al establecer que las viviendas sólo pueden ser compradas en la ciudad de residencia indicada en el permiso de residencia.

Después de dos años sin resultados, ahora comienza a verse el impacto: reducción de precios, menor dinamismo del sector y un alto nivel de endeudamiento de las grandes constructoras.

El negocio inmobiliario en China fue uno de los más rentables y explosivos de los últimos años y se convirtió en una de las bases de la economía nacional, con una participación del 10% en el PBI.

Inversiones millonarias

Después de la desaparición de la subvención de viviendas y la liberalización de la adquisición de bienes privados en los años noventa, el negocio de bienes raíces creció a una velocidad inimaginable, no sólo en las grandes ciudades sino también en las de segunda y tercera líneas. Ya para 2009 las acciones de las grandes constructoras chinas en la bolsa de Hong Kong habían crecido hasta un 50%, y en 2010 se hablaba de inversiones por 750.000 millones de dólares.

En el afán de urbanizar el país y renovar el nivel de viviendas, el gobierno jugó un factor determinante al permitir la financiación bancaria. También flexibilizó las licencias de construcción, apoyadas en una alta dosis de corrupción de las autoridades locales, que se vieron beneficiadas con la venta de las tierras como parte de sus ingresos.

El crecimiento económico chino dio pie a una modernización en la urbanización, lo que dio como resultado un incremento en las construcciones de lujo, que cotizaban a un precio de hasta 20.000 dólares el metro cuadrado. Cuando las zonas de desarrollo urbano se agotaron en las grandes ciudades, la construcción se volcó hacia las ciudades intermedias, donde se encontraban con gobiernos locales ávidos por desarrollar su ciudad, y con consumidores de alto poder adquisitivo, gracias al desarrollo de la industria.

Pero la extrema flexibilización del sector, unida a la corrupción de las autoridades y a la ausencia de regulación, dio pie a la especulación.

En 2010, ya había denuncias de hasta una triplicación de precios en las viviendas y se comenzaba a hablar de una burbuja inmobiliaria a punto de estallar, como ocurrió en Estados Unidos.

Después de dos años, comienzan a verse las consecuencias de las medidas oficiales. Los precios se recortaron en algunos casos hasta un 40%. A pesar de esto, los constructores se lamentan de la falta de compradores. Un vocero de la constructora Xi Shui Dong afirmó a The Wall Street Journal que sus ventas en 2011 cayeron un 25% comparadas con el año anterior. En Shanghai, el gobierno local informó que las ventas de departamentos nuevos cayeron hasta un 50%.

El panorama para este año tampoco resulta alentador. El gobierno anunció más planes para incentivar las viviendas sociales y atacó directamente el sector inmobiliario de lujo. El Banco Central anticipó que los principales bancos chinos retomarán los créditos para bienes inmuebles. Y la legislatura buscará aprobar proyectos que descuenten hasta el 30% de las hipotecas para quienes adquieren su primera vivienda.

En tanto, quienes compraron casas a precios «inflados» empiezan a lamentarse, solicitando la devolución del dinero para ajustarse al precio «real».
Fuente: La Nación, 06/03/12.

 

Ordos: La mas famosa Ciudad Fantasma de China.

 

Más información: http://www.funonthenet.in/articles/chinese-cities.html#ixzz1XTZ1sYfV