Si su propósito de año nuevo de ahorrar más ya está en ruinas, quizás necesita motivación adicional. Mi consejo: haga un esfuerzo por ilusionarse por su futuro financiero con la ayuda de tres preguntas.
Muchas personas necesitan un discurso motivacional, al menos según la Encuesta Social General, llevada a cabo cada par de años por el centro NORC de la Universidad de Chicago, una organización de investigación. En la encuesta de 2012, solo 33% de los encuestados estadounidenses se describieron como muy contentos y solo 27% indicaron que estaban satisfechos con su situación financiera.
Al mismo tiempo, 47% calificaron su vida de rutinaria o aburrida. En cuanto a su trabajo, 37% señaló que estaba solamente moderadamente satisfecho y otro 12% indicó estar insatisfecho. Estas cifras no han cambiado mucho en las últimas cuatro décadas, a pesar de una duplicación en los ingresos per cápita ajustados para la inflación.
Hay toda una serie de explicaciones de estas estadísticas, pero aquí hay una posibilidad: mucha gente dedica su vida a buscar objetivos financieros que no les entusiasman. Saben que deben ahorrar para el pago inicial de una casa, financiar las cuentas universitarias de sus hijos e invertir en su propia jubilación.
Pero no están particularmente motivados para ahorrar porque no han reflexionado a fondo sobre estos objetivos, por qué son importantes para ellos y si hay otras metas que podrían ser más importantes.
Esa es la brecha que la llamada planificación de vida intenta llenar. ¿Qué es la planificación de vida? Es un esfuerzo por elevar a un nivel más alto la planificación financiera, al asegurar que las finanzas de los clientes están enfocadas en ayudarlos a vivir la vida que quieren vivir.
Es tentador descartar esto como tonterías sentimentalistas. Pero, yo pienso que la planificación de vida está intentando llevar a cabo algo importante.
Muchas personas tienen trabajos que detestan, o sienten que no tienen tiempo para su familia o para los pasatiempos que los apasionan.
¿Qué hacer? George Kinder, fundador del Instituto Kinder de Planificación de Vida —que capacita a asesores financieros en la planificación de vida— y autor de “The Seven Stages of Money Maturity” (Algo así como las siete etapas de la madurez financiera), ha desarrollado tres preguntas para sonsacar lo que la gente quiere de su vida.
Primera pregunta: Imagínese que tiene suficiente dinero para satisfacer todas sus necesidades, ahora y en el futuro. ¿Cambiaría su vida y, si es así, como la cambiaría?
“Es la pregunta de qué haría si gana la lotería”, dice Kinder. “A lo que intentamos llegar es: ¿qué es lo que más le importa?”
Dice que sus clientes a menudo mencionan pasatiempos para los que les gustaría tener más tiempo, cosas que quieren comprar y viajes que les gustaría realizar. “La gente que dice que renunciaría a su trabajo es probablemente menos de 10%, pero la gente que dice que trabajaría menos podría ser 40%”, anota.
Segunda pregunta: Ahora, suponga que se encuentra en su actual situación financiera. Su médico le dice que solo tiene entre cinco y 10 años de vida, pero que se sentirá bien hasta el fin. ¿Cambiaría su vida, y si sí, como la cambiaría?
Al reducir el enfoque a 10 años o menos, los clientes son instados a considerar lo más importante. “Uno adquiere un mayor sentido de misión”, expresa Kinder. “¿Qué va a lograr? Podría ser una orientación hacia la familia, los viajes, o hacer algo creativo. Es aquí en donde la gente podría decir que quiere escribir una autobiografía. Las virtudes salen: la gente dirá que quiere ser más amable”.
Tercera pregunta: Su doctor le dice que solo le queda un día de vida. Usted echa un vistazo a su vida. ¿De qué se perdió? ¿Qué persona no llegó a ser? ¿Qué no cumplió?
“El punto es reflexionar sobre la vida”, dice Kinder. “Con la pregunta final, uno llega a los cimientos, a lo que es absolutamente crucial. Algunas veces se trata de algo creativo, como nunca llegue a tocar jazz en un club. Algunas veces se trata de algo que los ha bloqueado por años, como nunca reparé mi relación con mi hermana. No se trata de pagar la hipoteca. No se trata de instalar la nueva cocina”.
A pesar de las estadísticas que indican que muchas personas se encuentran insatisfechas, los clientes de planificación de vida normalmente no le dan un giro radical a sus vidas. “Quizás 1% abandonan su trabajo y se van a tocar la guitarra”, anota Kinder. “Pero, en promedio la gente cambia la prioridad de 10 horas de su semana. Quizás el tiempo sale del trabajo. Quizás salga del tiempo en frente de la televisión”.
Si puede descubrir lo que le apasiona, eso puede proporcionarle una hoja de ruta para la jubilación: y la motivación para ahorrar. Pero también considere como puede encontrar tiempo adicional hoy para las cosas que le importan. Quizás trabaje menos, se cambie a un trabajo menos exigente, les pague a otros para que hagan los trabajos del hogar o acorte su viaje diario al trabajo.
—Jonathan Clements es el autor de “Jonathan Clements Money Guide 2015” (algo así como La guía de dinero Jonathan Clements 2015, que no ha sido traducido al español.
Fuente: The Wall Street Journal, 16/03/15.

.
Sus finanzas personales podrían estar andando bien. Pero ¿podrían soportar una cuenta médica inesperada o una reducción sorpresiva en su salario? ¿Qué tal si pierde su empleo o recibe una auditoría fiscal no programada?
La Reserva Federal llevó a cabo una serie de pruebas hipotéticas a los bancos que buscaban medir qué tan preparados están en caso de una debacle financiera. En ese mismo espíritu, presentamos cinco pruebas de resistencia para sus finanzas.
1) Proporción de ingresos a deuda
Divida sus ganancias antes de impuestos entre sus deudas, incluyendo tarjetas de crédito, préstamos automotrices y su hipoteca. Eso le dará su proporción de ingresos a deuda. Sheryl Garrett, fundadora de Garrett Planning Network, asegura que una buena regla es tener una proporción de ingresos a deuda personales de menos de 28%, sin contar la hipoteca o de 36% incluyendo la hipoteca y contabilizando a todos los miembros de su hogar. Un porcentaje alto es una advertencia de que tiene demasiada deuda con relación a sus ingresos y que por lo tanto debe reducir su deuda, aumentar sus ingresos o ambos.
2) Gastos discrecionales
Es importante saber cuáles son sus gastos discrecionales y qué tan rápido puede recortarlos cuando pase por momentos difíciles.
Comience por distribuir todos sus gastos en tres categorías: fijos, que son los pagos que debe hacer sin importar las circunstancias; variables no discrecionales, que son los gastos como alimentos y la cuenta del aire acondicionado sobre las que puede ejercer cierto nivel de control y los puramente discrecionales como la membresía del gimnasio y las vacaciones.
Los gastos discrecionales deberían representar un porcentaje más alto de sus gastos generales que sus gastos físicos, dice Eleanor Blayney, defensora de los consumidores de CFP Board en Washington, lo que le da margen para posponer, reducir o eliminar esos gastos. “Decida qué es lo que no necesita para vivir o reduzca sus gastos rápidamente” dijo.
3) Ahorros de emergencia
Los planificadores financieros le dicen a sus clientes que reserven suficiente efectivo en ahorros o activos fáciles de liquidar para cubrir entre tres y nueve meses de gastos, con tres meses siendo el mínimo.
Este ahorro será el primer lugar al que acudirá por su disponibilidad. Usarlo no debería requerir la venta de valores o el recibir una multa por retiro anticipado de sus cuentas de jubilación o de un certificado de depósito.
Entre más grandes sean sus obligaciones, más efectivo de emergencia debería guardar, dicen los planificadores. Una madre soltera con una hipoteca podría necesitar varios meses e incluso más de un año en efectivo para cubrir sus gastos, por ejemplo. Un soltero recién graduado sin deuda estudiantil y que renta un apartamento sólo podría necesitar tres meses.
4) Ingresos adicionales
Considere sus opciones para generar ingresos adicionales durante las épocas difíciles, dice Bruce McClary, portavoz de la Fundación Nacional para el Asesoramiento de Crédito.
Los salarios o propinas de un segundo empleo a medio tiempo o lo recaudado con la venta de objetos personales podría generar lo suficiente para mantenerlo a flote durante un período de pocos ingresos sin drenar rápidamente sus fondos de emergencia.
5) Activos totales
Si los bancos son evaluados por la liquidez y calidad de sus balances y su habilidad para soportar una corrida sobre sus depósitos, los consumidores podrían ser evaluados por la liquidez y calidad de sus activos y qué sucedería si todos sus acreedores los llamaran al mismo tiempo, asegura Blayney.
Sume sus ahorros de emergencia, el patrimonio de su vivienda y el saldo en sus cuentas de ahorro para la jubilación para obtener sus activos totales. Después divida esa cifra por sus gastos mensuales para descubrir por cuántos meses puede vivir sin una apreciación de sus inversiones ni ingresos hasta que haya agotado por completo esos activos.
Considere a dos personas, cada una con un valor neto de US$1 millón. La primera tiene cuenta de valores y cuenta corriente, la segunda tiene su dinero en bienes raíces. ¿Cuál de las dos puede pagar sus facturas con mayor rapidez con un menor descuento al convertir activos en efectivo?
“Uno tiene evaluar la liquidez y calidad del patrimonio neto”, señala.
Fuente: The Wall Street Journal, 12/03/15.

.
Es hora de reconsiderar la forma en la que educamos a los niños sobre finanzas.
A pesar de los esfuerzos de padres y escuelas, la mayoría de los niños se convierten en adultos que no saben ahorrar, gastar o planear apropiadamente. Los investigadores tratan de averiguar las razones y sus estudios indican que lo estamos haciendo mal.
Nos concentramos en enseñar finanzas en el colegio cuando las matemáticas comunes y corrientes son una forma mucha más efectiva de ayudar a los niños a administrar el dinero. Además, somos renuentes a analizar los ingresos y la deuda de nuestra propia familia, infundiendo en nuestros hijos temores e impresiones falsas que pueden perdurar durante todas sus vidas.
Estos son algunos de los hallazgos más importantes de las investigaciones y consejos de educadores y expertos sobre cómo podemos hacerlo mejor.
Matemáticas, no dinero
Tal vez uno de los descubrimientos más sorprendentes es que las clases de finanzas no tienen un gran impacto en el mundo real.
Shawn Cole, profesor de finanzas de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, se preguntó: ¿si la educación financiera en las escuelas es efectiva, por qué tantos adultos jóvenes tienen problemas con deuda, embargos y acumulación de pocos activos?
El docente y un grupo de investigadores se dispusieron a encontrar la respuesta analizando datos de los estados en EE.UU. que incluían currículos de finanzas personales en la escuela secundaria y compararon la salud financiera de los alumnos que se graduaron antes de esta exigencia con la de los que se graduaron después.
Tras analizar cantidades significativas de información financiera histórica y descartando factores tales como estado de residencia, edad, raza, tiempo y género, el grupo halló que no había una diferencia estadística entre los que estudiaron finanzas personales y los que no.
“Mi trabajo es enseñar finanzas, así que quiero creer que la educación financiera funciona”, dice Cole. “Pero, en realidad, a lo largo de todo el conjunto de datos que observamos, a lo largo de cada segmento de la población, no pudimos encontrar ningún efecto de la educación financiera sobre el comportamiento”.
El estudio, que se encuentra en revisión para ser publicado, detectó una materia que sí tiene un impacto sobre los resultados financieros de los estudiantes: las matemáticas. Los alumnos que por normas estatales tuvieron que tomar cursos adicionales de matemáticas realizaron una mejor gestión del crédito que otros estudiantes, tuvieron un mayor porcentaje de ingresos por inversiones como parte de su ingreso total, reportaron un capital hipotecario US$3.000 más alto y fueron más astutos para evitar un embargo de vivienda o un retraso en los pagos de tarjetas de crédito.
“Muchas decisiones en finanzas son simplemente más fáciles si se siente más cómodo con las cifras y haciendo comparaciones numéricas”, señala Cole.
Sin habilidades sólidas en matemáticas, las personas suelen recurrir a formas más emocionales para invertir, gastar o ahorrar su dinero, añade el profesor.
Cuente toda la historia
Existe un consenso de que la educación financiera debe empezar en casa, pero la forma en la que muchos padres abordan el tema necesita ser revisada. “Incluso ahora, los padres hablan más de sexo con sus hijos que sobre dinero”, dice Lynsey Romo, profesora asistente de comunicación de la Universidad Estatal de Carolina del Norte y quien estudia el intercambio de información dentro de la familia.
En un estudio de 2014 entre 136 niños cuyas edades fluctuaban de los 8 a los 17 años, Romo encontró que aunque los menores reportaron que sus padres compartían información en temas generales como ahorro, solían quedarse mudos sobre asuntos sensibles, como los ingresos y la deuda específica de la familia.
A menudo, los padres temen causar ansiedad o piensan que hablar de dinero es una falta de educación. El problema es que mantener esos asuntos en secreto provoca más ansiedad que contar la verdad, lo cual puede perdurar hasta la edad adulta. En lugar de ocultar temas sensibles, Romo recomienda usar las discusiones financieras en forma didáctica.
Por ejemplo, una visita al supermercado es un buen momento para tener esa conversación, dice Anita Vangelisti, profesora de comunicación de la Universidad de Texas en Austin. Los padres pueden explicar porqué comprar un artículo y no otro tiene más sentido desde un punto de vista económico teniendo en cuenta la calidad, los precios, el beneficio y el presupuesto de la familia.
El dinero no infunde temor
Un grupo de investigadores polacos llegó a una conclusión similar sobre las razones por las que las personas deberían hablar francamente sobre finanzas. Los niños, dicen los investigadores, son rápidos en absorber el valor simbólico del dinero, aunque no entienden su funcionamiento. Si los padres no hablan honestamente sobre el tema, agregan, esas asociaciones se acumulan y llevan a los niños a actuar de forma egoísta en el corto plazo y, a largo plazo, los deja con la ilusión del poder del dinero.
Los padres deben tener cuidado de no darle al dinero mucho peso psicológico, dice Tomasz Zaleskiewicz, uno de los autores del estudio, que fue publicado en la revista especializada Journal of Economic Psychology. Para Zaleskiewicz, que es profesor de psicología en la Universidad de Ciencias Sociales y Humanidades en Breslavia, Polonia, la mejor forma de hacerlo es hablando de dinero en forma racional.
Enséñesle sobre la marcha
Otro error que los padres cometen con la educación financiera es tratar de hacerlo de un solo golpe. Para ello inscriben a sus hijos en cursos de vacaciones o clases adicionales que apuntan a enseñar desde cómo gestionar un puesto de limonada hasta solicitar un crédito hipotecario.
El problema es que el conocimiento financiero decae con el tiempo, dice John Lynch, director del Centro de Investigación sobre Toma de Decisiones Financieras de los Consumidores en la Universidad de Colorado, en Boulder.
En un gran análisis de más de 200 estudios que se publicaron el año pasado, Lynch y otros dos profesores determinaron la rapidez con la que desaparecen los efectos de la instrucción financiera única. Su análisis encontró que el impacto de una hora de educación financiera desapareció después de unos cinco meses. Dieciocho horas se disiparon después de alrededor de 17 meses. Y 24 horas desaparecieron después de unos 20 meses.
Lynch cree que sus descubrimientos apoyan una estrategia cada vez más popular entre los educadores y estrategas financieros llamada “justo a tiempo”. En lugar de enseñar todos los elementos de finanzas personales durante una única vez, la educación “justo a tiempo” les da a los consumidores el conocimiento que necesitan cuando va a participar en una transacción. Así que en lugar de dar información sobre préstamos de autos a los estudiantes en un libro escolar, los consumidores obtendrían la información en el momento que empiezan a comprar un auto.
Los padres pueden adoptar esta técnica, por ejemplo, enseñando a sus hijos sobre presupuesto cuando reciben regalos en efectivos de algún tío o abuelo. “Si usted tiene esa conversación unos meses antes o unos meses después, no va a tener ningún efecto”, subraya Lynch.
Fuente: The Wall Street Journal, 18/02/15.

.
Cinco tips para evitar que los gastos de diciembre nos dejen en bancarrota
Por Diego Yañez Martínez.
Las fiestas de fin de año, sumadas a los pagos y la organización de las vacaciones, hacen que los egresos aumenten considerablemente; consejos de qué hacer con el aguinaldo.
Fiestas de fin de año. Navidad. Año nuevo. Y después vacaciones. Se sabe: diciembre es un mes difícil para el bolsillo y el aguinaldo se suele escurrir entre estos gastos a los que se suma además, en muchos casos, la cancelación de deudas. Así, sin más, se suele repetir una imagen: encontrase, sin previo aviso, con el saldo de la tarjeta al rojo vivo. Por ello, diversos especialistas consultados por LA NACION, recomiendan como esencial la planificación y además tratar de dejar algo del dinero, de ser posible, para ahorros e inversión.
Diversificar el aguinaldo, coinciden, parece ser lo más sensato. En ese sentido se debe realizar un presupuesto y ajustarse a él . Siempre es conveniente, remarcan, calcular con tiempo los gastos y tomar las previsiones necesarias para afrontarlos.
La experiencia personal de Gustavo Ibáñez Padilla, especialista en finanzas de particulares y autor del «Manual de Economía Personal«, es que la mayoría, aunque no lo aconseja, «asigna el aguinaldo en su totalidad a los gastos de fin de año».
Un sondeo realizado por LA NACION da muestra de ello. De 20 personas consultadas, 14 dijeron que tienen el aguinaldo destinado para las vacaciones, 3 para tapar agujeros y sólo 2 en ahorrar.
Qué hacer con el Aguinaldo
«Una de las mejores formas de utilizar los ingresos extraordinarios como el aguinaldo, es signarlos al plan de inversión personal. Si no es posible hacerlo en su totalidad, conviene hacerlo entonces en un porcentaje preestablecido», señala Padilla. En ese sentido manifiesta que «el ideal es invertir a largo plazo el 100% del aguinaldo, si no resulta factible, entonces, se debe asignar un porcentaje predeterminado y respetarlo siempre».
Para Ibáñez Padilla «los gastos suntuarios como vacaciones quedan en el último lugar o también pueden presupuestarse como un ahorro corriente a lo largo del año». Según sostiene se puede invertir tiempo y dinero en capacitación personal aprovechando el período del verano , «que a veces tiene menor carga laboral».
Coincide con él, aunque con una visión más moderada, Marcelo Elbaum, director académico de la Escuela Argentina de Finanzas Personales . «Normalmente el aguinaldo suele usarse para las vacaciones, aunque es prudente no excederse con el monto de los gastos. De todos modos, también lo que se suele aconsejar es ir construyendo un fondo para cubrir imprevistos que debería ser entre 3 y 6 meses de sueldo: con lo que si no se tiene, el aguinaldo podría ser un buen puntapié «, opina.
Para Elbaum, «el aguinaldo es importante porque es una suma fija, y eso posibilita, por lo general que sea más fácil ahorrarlo, que cuando se recibe de manera mensual». Sugiere, dado el contexto inflacionario actual, no apresurarse en cancelar deudas que sean en pesos a tasa fija y, en cambio, sí hacerlo con las que cobran interese y la deuda es a tasa variable.
Cuánto ahorrar y cuánto gastar
La lógica para no sucumbir a las tentaciones y pasarse con los gastos es realizar una lista con las necesidades principales. Pero la pregunta es, ¿cuánto es el ideal para gastar, y cuánto dejar para ahorros?
Si bien la cuestión es subjetiva el economista Nicolás Litvinoff, director del sitio web estudinero.net , dice que «no recomendaría destinar más de un 20% a gastos; el otro 80% lo utilizaría para tratar de hacer inversiones que dejen alta rentabilidad».
La clave para Litvinoff pasa por «no considerar el aguinaldo como un ingreso esperado». «Gastarlo no parece lo más coherente», expresa.
Según el economista que se especializa en finanzas personales, depende del monto del aguinaldo las posibilidades de inversión, pero siempre se debe buscar alternativas. «Si se cuenta con un ingreso promedio, lo mejor es tratar de buscar inversiones creativas. Un caso el de vinos finos tintos, que dejan rentabilidad anual en pesos de alrededor del 25%», señala. También recomienda negocios en Internet que tiene un barrera de entrada baja.
Para Elbaum, en cambio, es preferible quedarse con liquidez. » Hay que ir pensando que el 2013, va a ser un año difícil, con un crecimiento agónico, con no mucha creación de empleo, por lo que es importante conservar la liquidez. Dado que el tipo de cambo oficial se va a depreciar entre un 18% y 20% el año que viene, la inversión estrella será las colocaciones a plazo en pesos donde el capital se ajuste por tipo de cambio oficial y en dicho caso se podrá obtener un rendimiento cercano al 30%», dice.
En cualquier caso lo importante es prever y tener un presupuesto armado y no salirse de él. A grandes rasgos, lo mínimo que se debe guardar es un 15% del aguinaldo.
Tips
1) No considerar el aguinaldo como un ingreso esperado
2) Realizar una lista con las necesidades
3) Cancelar sólo las deudas que tienen tasa variable y cobran intereses. Dado el contexto inflacionario no conviene apresurarse y cancelar la que son en pesos a tasa fija
4) Asignar un presupuesto diversificado en: vacaciones, cancelación de deudas, y separar al menos un 15% para ahorros
5) De ser posible, realizar inversiones creativas. Hay distintas posibilidades de acuerdo a los ingresos.
El dato
El nombre real del aguinaldo es Sueldo Anual Complementario (S.A.C). La figura del «aguinaldo» fue instituida por decreto, en diciembre de 1945, un par de meses antes de que se llevaran a cabo las elecciones en las que triunfó Juan Domingo Perón. Consiste en un salario anual complementario, y debe pagarse en dos cuotas, al 30 de junio y al 31 de diciembre. Para la liquidación se toma el 50 % de la mayor remuneración devengada por todo concepto dentro del primer semestre o segundo, según corresponda. Así quedó establecido en el artículo 3º del Decreto Nº 1.078/84.
Aguinaldo se le llama en algunos países al regalo de dulces que se reparten principalmente en fiestas infantiles y posadas navideñas. Pero, jurídicamente, es un pago especial que se abona a los trabajadores asalariados.
Fuente: La Nación, 30/11/12.


.

Es hora de actuar para proteger a su familia
Por Mike Periu
“Del dicho al hecho hay un gran trecho” es una expresión que todos los latinos conocemos bien. Está llena de sabiduría porque refleja la realidad que experimentamos al momento de poner en marcha nuestros planes o tomar decisiones. Si estos retrasos se limitaran a cosas de poca importancia como sacar la basura o limpiar el auto, el problema no sería tan grave. Pero lamentablemente no es así. En las decisiones más importantes de la vida muchas veces fallamos y no hacemos lo que sabemos que debemos hacer.
El gran trecho al momento de comprar un seguro de vida
Un estudio elaborado por la Fundación LIFE, una organización sin fines de lucro dedicada a educar a los latinos acerca de los seguros, y LIMRA nos informa acerca del trecho que existe entre los latinos con respecto al seguro de vida. El “Estudio Barómetro sobre Seguros 2011″ es el primer estudio hecho que analiza la relación que tienen los latinos con los seguros de vida. Los resultados son alarmantes.
Según el estudio, 7 de cada 10 consumidores hispanos reconoce que tener un seguro de vida es importante para ellos y sus familias. Sin embargo, sólo el 54% ha comprado un seguro de vida. Entre aquellos que tienen un seguro de vida, el 22% —más de 1 de cada 5— reconoce que no es suficiente y debe comprar uno de mayor cobertura. Es decir que la mayoría de los hispanos sabe que el seguro de vida es importante, pero no lo tiene o el que tiene no es suficiente. Esto sí es un gran trecho.
No son válidas las razones que justifican la falta de un seguro
El estudio también indica que los latinos que no cuentan con un seguro de vida dan varias razones para no haber realizado la compra de algo que saben que es importante:
• 92% dice tener otras prioridades financieras, es decir que prefieren gastar el dinero en otras cosas;
• 83% indica que el seguro de vida es muy caro;
• 74% admite que no tiene suficiente conocimiento acerca del seguro para comprarlo; y
• 58% espera que alguien los contacte para tomar la decisión de comprar o no el seguro de vida.
Como asesor financiero, continuamente escucho todo tipo de razones para justificar malas decisiones financieras o la inacción en asuntos financieros importantes. En realidad, muchas veces son simplemente excusas. Con algo tan importante como la compra de un seguro de vida, no son válidas las razones que se dan para no adquirir un seguro. Para aquellos que tienen otras prioridades financieras, es importante reconocer que no existe prioridad mayor que el bienestar de su familia. Si una familia no tiene una póliza de seguro vigente para uno o ambos padres, una muerte prematura puede significar la debacle financiera de la familia. No sólo deberán superar la pérdida de un ser querido, sino también lidiar con todas las deudas y la falta de un ingreso. No hay mayor prioridad que asegurarse de que su familia esté cuidada en caso de que ocurra lo inesperado.
Para aquellos que no han comprado una póliza de seguro de vida porque creen que es muy costosa, en realidad las condiciones económicas actuales han creado una situación donde el seguro de vida es asequible para la gran mayoría de familias hispanas. En muchos casos por menos de lo que costaría una cena familiar en un restaurante es posible cubrir la cuota mensual de una buena póliza de seguro de vida.
Para las personas que sienten que no tienen suficiente conocimiento acerca del seguro o están esperando que alguien los llame, les recomiendo que tomen la iniciativa de informarse. Existen muchos recursos para conocer más sobre los seguros de vida. El sitio web www.cosaspasan.org de la Fundación LIFE ofrece muchos recursos sin costo alguno para informarse acerca del seguro. Tampoco cuesta nada hablar con agentes que venden seguros de vida y hacerles todas las preguntas que uno quiera. El deber del vendedor no es sólo vender, sino también informar y educar. No tiene uno que esperar hasta que lo llamen; es el deber de la persona que necesita el seguro ponerse en marcha.
No permita que exista un trecho entre su deseo de tener un seguro de vida y la compra del mismo. Visite hoy www.cosaspasan.org y llame a varios agentes para comenzar a informarse y tener la certeza de que si algo pasa, su familia estará protegida.
Fuente: LIFE Foundation.



El inversor debe hacer del equilibrio su principal virtud; la euforia o el pánico son malos consejeros. Muchas de las ganancias obtenidas al invertir son producto simplemente del azar, no de la genialidad del asesor o del inversor (en el caso de las pérdidas a veces ocurre lo mismo).
Artículo completo: El-inversor-prudente

« Página anterior